miércoles, 23 de noviembre de 2011

CUANDO TUS OJOS ESTÁN VELADOS "Una reflexión en el camino"


CUANDO TUS OJOS ESTÁN VELADOS   “Una reflexión en el camino”
Por Guillermo Ávila



“Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús se acercó y caminaba con ellos. Más los ojos de ellos estaban velados, para que no le conocieran” Lucas 24:15,16

SON MOMENTOS DE OSCURIDAD, cuando nuestros  ojos están velados y no podemos distinguir con claridad.

Esto sucedió después de la muerte y crucifixión de Jesús, cuando dos de sus discípulos caminaban de regreso a la aldea de Emaús, decepcionados por los  acontecimientos ocurridos en Jerusalén, donde su Maestro había sido crucificado. 
Con frustración y desesperanza caminaban cuando Jesús se acercó a ellos, pero no le pudieron reconocer, porque sus ojos estaban velados.

Estos dos varones como muchos otros en ese tiempo, lo habían dejado todo por seguirlo, habían depositado  su fe y esperanza en el Mensaje transformador de este varón profeta de Dios, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de los hombres.

Estos discípulos habían sido testigos de sus muchos milagros, y de las Buenas Nuevas de salvación que ellos  habían abrazado durante tres años y medio, pero también habían sido testigos en esos días, de cómo los principales sacerdotes,  representantes de los intereses de Dios sobre esta tierra,  se habían unido  a los gobernantes Herodes, Pilatos y al pueblo de Israel;  y lo habían sentenciado  a muerte, lo habían humillado  públicamente, y lo habían crucificado  en un madero junto a otros dos criminales.

Fue un golpe duro para todos los discípulos, quienes decepcionados habían regresado a sus antiguas labores de pescadores junto al mar de Galilea, como ocurrió con Pedro y algunos de ellos, que hicieron más profunda  su frustración al pasar toda una larga noche y no pescar absolutamente nada.

Son esas largas noches oscuras que parecen interminables, donde se te viene  una tras otra y no ves una salida, pareciera que  nunca llegará el amanecer.

“Nosotros esperábamos que Él era, el que había de redimir a Israel”  era el tema de discusión de estos discípulos  camino a Emaús.

¿Jesús no era Dios, no tenía tal poder y autoridad? 

Murmuraban al ver morir sus sueños y esperanzas.  Se sentían decepcionados; era una noche fría, oscura y sin entendimiento.

¿No fue similar la confusión que vivieron los Israelitas en el desierto, después de ser rescatados milagrosamente de la esclavitud en Egipto y verse confrontados a la muerte, frente a una tierra que parecía imposible de conquistar?

La única salida que podían percibir era murmurar y querer volver atrás, a su antigua condición de esclavitud.

¿Cuántas veces también ha sido nuestra reacción, frente a terribles adversidades que nos ha confrontado  la vida, cuando no vemos solución, y solo vemos caerse a pedazos nuestros sueños y proyectos?

Tal vez te encuentres en medio de una de esas noches de oscura confusión.

La confusión de quién comienza ha edificar y no puede terminar,  porque calculó mal.
La confusión de quien resiste el quebrantamiento, aprisionado por el orgullo y la soberbia.
La confusión de quien no tiene la humildad para reconocer su fracaso, y la  inmensa necesidad de la gracia de Dios. 
La confusión de quien resiste al Espíritu Santo.

Estaba escrito:
“El pastor será herido y las ovejas serán dispersadas” 

Fue la triste realidad que tuvieron que vivir los discípulos.

¿Por qué hacemos promesas que no podemos cumplir, si Dios no las demanda?

¿Por qué creer que seremos capaces de dar la vida, si al igual que Pedro lo estaremos negando antes que cante el gallo?

¿Cuántas veces le hemos oído cantar a nuestros oídos?

Sin una noche amarga como la de Pedro, muchos de nosotros no entraríamos en razón, necesitamos vivir ese fracaso.

Es tal la confusión y oscuridad de esos momentos, que nuestros  ojos velados no pueden percibir que Jesús ha resucitado y camina a nuestro lado, como  les ocurrió a esos discípulos. Jesús caminaba junto a ellos, les alumbraba con su luz, pero el velo de sus ojos les impedía ver.

El orgullo y la falsa superioridad es un velo a nuestros ojos; “Dios da gracia a los humildes y a los altivos mira de lejos”

Permitamos que Él nos abra las Escrituras, dejemos que  arda su llama en nuestro corazón, dejemos que alumbre nuestra oscuridad y quite toda escama de nuestros ojos. 
Su Palabra es Espíritu y vida, es lumbrera y lámpara a nuestros pies.

No necesitamos  entenderlo todo, sólo necesitamos creer, y Él nos revelará lo que necesitemos. Él tiene el control, Jesús es Señor.

Amigo(a) y hermano(a):

El Padre nos creó para su Propósito eterno en su Hijo. No juzguemos por las apariencias, busquemos su esencia.

“Herodes y Poncio Pilato, los gentiles, los dirigentes y el pueblo de Israel; no determinaron los acontecimientos ocurridos en Jerusalén; ellos habían actuado según la mano y el consejo de Dios habían determinado que sucediera.
El mundo era testigo del juicio, de los padecimientos y crucifixión de Jesús, pero lo que realmente había ocurrido en aquel momento histórico de la humanidad,  era lo que Dios había determinado que sucediera.

PERSPECTIVA DIVINA DE LA CRUZ: 
Jesús no estaba siendo derrotado, Dios no estaba muriendo; era el amor del Padre obrando en su Hijo nuestra redención.
Nosotros estábamos siendo juzgados en Jesús, Él estaba tomando nuestro lugar.
Dios estaba quitando y clavando toda maldición sobre la humanidad, estaba despojando a satanás, y estaba quitando el pecado del mundo.
Dios nos estaba perdonando y sanando todas nuestras dolencias.
Dios nos estaba reconciliando consigo mismo y con su Propósito eterno para nuestras vidas.
Dios estaba liberando la bendición prometida en Abraham, de bendecir en su Hijo a todas las familias de la tierra.
Dios nos estaba adoptando hijos suyos por el puro afecto de su voluntad.
Es lo que Dios quiere que veamos, Él vino a quitar el velo de nuestros ojos para que podamos ver y apreciar su voluntad.
“Él es la luz del mundo, el que le sigue no andará en tinieblas, tendrá la luz de la vida”


¿No arde tu corazón, cuando el Espíritu Santo  revela la vida de  Cristo en  tu vida?

El corazón de estos discípulos comenzó a arder, cuando Jesús les abrió las Escrituras para que entendieran los acontecimientos, y recibieran la vida de resurrección que les daría una nueva visión, una nueva filosofía para sus vidas, la filosofía de Dios.

No todos fueron testigos de la resurrección de Jesús, como no todos entraron en la Tierra prometida. 
Muchos murieron en el desierto  sin ver  ni entrar en las promesas de Dios, como también muchos murieron en la soberbia de haber negado y haber  facilitado su crucifixión, en ninguno de ellos pudo arder el Espíritu de Dios en su corazón.

Pero muchos de ellos,  incluyendo a los discípulos que lo negaron como Pedro, su Espíritu ardió en sus corazones, y sus ojos fueron abiertos al partir el pan.
Nuestro corazón se enciende cuando Jesús abre las Escrituras, junto a nuestro camino de confusión, y al mirar la cruz, el velo cae de nuestros ojos, y podemos verle resucitado y exaltado por el Padre.

Cuando nuestros ojos están velados,  es cuando resplandece su luz admirable, y podremos ver un nuevo amanecer.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

FORTALEZA EN LA DEBILIDAD "Una reflexión en el camino"

FORTALEZA EN LA DEBILIDAD  "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Avila


“Yo soy el Dios Todopoderoso (El Shaddai). Anda delante de mí y sé perfecto” Génesis 17:1

Veinticinco años habían transcurrido desde el día en que Dios llamó a Abraham, desde Ur en Babilonia, a caminar hacia la Tierra Prometida con la promesa de establecer una descendencia para ÉL: “Sal de tu tierra  y de tu parentela, a la tierra que te mostraré, allí te bendeciré y serás bendición, y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

Habían pasado largos 25 años desde ese día, celebraba su cumpleaños 99. Durante esos 25 años había experimentado muchas cosas, hambre, sequías, conflictos familiares, temores, y guerras con enemigos que habían surgido en el camino. Su sobrino Lot, quién le había acompañado durante esos años había optado por la seguridad temporal y material, le había abandonado.
Abraham había visto envejecer a su estéril esposa Sara, su propio cuerpo debilitarse, y experimentar el agotamiento de su vida.

Abraham no se sentía en condiciones de seguir adelante, se sentía cansado, desanimado, sin fuerzas y sin recibir el hijo de la promesa.

Abraham tenía que aprender a caminar en obediencia a Dios, su aprendizaje no había sido fácil, y no había sido exento de dolor, de dificultades, de circunstancias adversas y de las violencias de la vida.

No era fácil entender que el llamado de Dios, iba más allá de un buen pasar sobre esta tierra, que los intereses de Dios estaban por sobre los suyos, que el llamado de Dios era a colaborar en la formación de un pueblo que le amara, que le honrara, y expresara sus virtudes y valores sobre esta tierra.

De Noé su tatarabuelo, a quien había conocido y escuchado hasta sus 50 años, había aprendido acerca de la fidelidad de Dios, que Dios juzga el pecado, pero también protege a los suyos, sin dudas, podemos aprender mucho de la experiencia y de la vida de otros, pero muy distinto es cuando tienes que vivirlo, y hacerlo parte de tu propia vida.

El conocimiento en sí, es frío e intelectual, y opera solo en el plano natural.
La fe es Viva y espiritual, y nos establece en una visión celestial.

La biblia puede ser un simple libro frío, que relata hermosas y sufridas historias, y muchas de ellas incoherentes e incomprensibles a nuestra razón, como también puede ser un libro Vivo, que nos revela la Vida y la voluntad de Dios, como dijo Jesús: “Mis palabras son Espíritu y son Vida”

De la relación de Dios con Abraham, podemos conocer el anhelo del corazón de Dios al relacionarse con el hombre, buscando en esa comunión y relación  hacerlo parte de su obra y propósito.

Dios busca revelarse a los hombres, revelar su Propósito Eterno, sin importar el lugar donde nos encontremos, sea en el desierto, en el campo, o en la ciudad.

En el desierto podemos ver a Dios revelarse en una zarza ardiendo a Moisés, para socorrer a su pueblo, y llevar a cumplimiento las promesas hechas a Abraham y su descendencia.

En la ciudad podemos ver a Dios dirigirse a un altar regado de lágrimas, de humillación, a una mujer estéril y quebrantada para hacer nacer un profeta como Samuel, que sería de gran bendición para su pueblo en cumplimiento a sus promesas.

En el campo podemos ver a Dios dirigirse entre las montañas, en medio de un rebaño de ovejas, revelarse y llamar a un joven pastor llamado David, para hacerlo rey sobre su pueblo Israel.

Dios no renuncia, y no renunciará al cumplimiento de su Propósito Eterno con el hombre. En una forma gloriosa y profética vemos que lo que Dios comenzó en Adán y Eva en el Huerto del edén, y que a pesar de su pecado y desobediencia, lo vemos cumplido y consumado en la historia, en Jesucristo Rey, revelado en el libro de Apocalipsis.

Dios es fiel a su proyecto, llamado y propósito con el hombre, y sería fiel a su llamado y propósito con Abraham.

“Yo soy El-SHADDAI, el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto”

Fueron las Palabras llenas de vida, que irrumpieron desde los cielos, a Abraham cuando cumplió sus 99 años y no tenía hijos. Cuando la razón comenzaba a golpear y derrumbar su fe, cuando el suelo comenzaba a temblar bajo sus pies. Cuando las lágrimas corrían por sus ojos cargados de frustración, desvelos de  noches contemplando las estrellas con desilusión, viéndose asimismo débil, sin fuerzas, y sin el cumplimiento de la promesa divina, como muchas veces seguramente nos hemos sentido tú y yo.

"Yo soy EL-SHADDAI, el Dios Todopoderoso"
Dios no pone una carga mayor de la que podemos sobrellevar, junto con la prueba, traerá también una salida.

Tú estás débil Abraham, pero Yo sigo FUERTE y FIRME, sigo sentado en mi trono reinando, y teniendo el control sobre todos los acontecimientos humanos.
Tus conflictos son emocionales y mentales por causa de tus circunstancias, y fuerzas violentas que golpean tu vida, son propias de tu naturaleza humana, pero no de la mía.

Dios no se revela como el Todopoderoso, para humillar la debilidad humana, Dios se revela a Abraham como EL-SHADDAI, para nutrirlo y fortalecerlo en su debilidad.

EL: Significa Todopoderoso.
SHADDAI: Significa pecho, seno materno.

No hay un cuadro más hermoso para ilustrar el carácter de Dios y su naturaleza paternal, que la figura de una madre amamantando a su indefenso, debil y dependiente hijo.

La vida de la madre, la fortaleza de la madre, el amor de la madre fluyendo hacia su bebé débil e indefenso, con el propósito de nutrirle e impartirle su vida.

Abraham: Yo soy tu fortaleza, Yo soy tu sustentador, Yo soy tu alimento, Yo soy el que te imparte vida.

Abraham: Fortalécete en mí, bebe de mí, nútrete de mí. No tienes por qué estar triste, ni angustiarte en tu debilidad, no tienes porqué tropezar en tu incredulidad. No te dejes engañar, no te desvíes en tu caminar.
ABRAHAM: TOMA FORTALEZA EN MI, CAMINA DELANTE DE MI, Y SE PERFECTO.

Amigo(a) y hermano(a):

Al igual que Abraham, El Dios todopoderoso, EL-Shaddai, es LA FUENTE suficiente de gracia para TODA tu necesidad.

Su gracia es suficiente para cubrir tus pecados, para perdonar tus errores.
Su gracia es suficiente para quitar todas tus dolencias y sanar todas tus enfermedades.
Su gracia es suficiente para enseñarte y guiarte en el camino.
Su gracia es suficiente como fortaleza para todas tus debilidades.

Como un bebé recién nacido aprende a succionar la vida de su madre, que le ama y le alimenta, así también reconoce tu necesidad, aprende a succionar, a recibir la Vida, la fe, y la fortaleza que Dios te quiere dar.
Como niño recién nacido, desea la leche espiritual no adulterada, que es la palabra de Dios.

Tomemos de su fuerza, tomemos de su gracia abundante, caminemos delante de él y seamos perfectos en actitud, para fortaleza de nuestro débil corazón, y así no desviarnos de nuestro llamado y vocación.

Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y Dios le dijo:

“Este es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de gentes. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbres. Te multiplicaré en gran manera, y de ti saldrán naciones y reyes. Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti”

Abraham abrazó a Dios y su llamado.
Abraham tomó de la fortaleza que Dios le brindaba,.
Abraham aprendió a caminar delante de él y dejó una descendencia que hizo suyo el llamado de Dios, Dios se llamaría en Abraham: “Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob” tres generaciones comprometidas con el Propósito de Dios.
De ese pueblo, de ese linaje, de esa descendencia, de esa fe nacería la verdadera Simiente, la verdadera promesa, el Mesías, el Hijo de Dios.

El es EL-SHADDAI para tu vida y para tu descendencia.

jueves, 3 de noviembre de 2011

UNA VENTANA ABIERTA UNA NUEVA VISIÓN "Una reflexión en el camino"

UNA VENTANA ABIERTA UNA NUEVA VISIÓN "Una reflexión en el camino.
Por Guillermo Ávila



“En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba las PUERTAS de la ciudad de los damascenos para prenderme, y fui descolgado del muro en un canasto por UNA VENTANA, y escapé de sus manos” 2 Cor. 11:32,33

Hay tiempos en que sientes que toda puerta se ha cerrado y no encuentras ninguna salida. Tocas, llamas, luchas, oras, ayunas, empujas con todas tus fuerza tratando de derribarla, te apoyas en innumerables promesas de Dios, las reclamas y todo es en vano. Dios está en silencio, y no hay respuesta para ti.

Y allí estás, a los pies de esa PUERTA CERRADA completamente rendido(a), la observas ya sin fuerzas, lloras y lamentas impotente tu condición. ¿Te has encontrado en ese lugar?

Quién no lo ha vivido, aún no ha caminado por todos los misterios de la vida.

Son momentos, que se nos olvida que Dios es Dios, y que es Él quien gobierna la historia de los hombres, y determina sus circunstancias, Él es el que abre y cierra puertas: “El verdadero, el que tiene las llaves de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”

Fue Dios quien CERRÓ LA PUERTA de acceso al Huerto del Edén, quien puso querubines con espadas encendidas, para guardar el camino al árbol de la vida. Por determinación de Dios tú y yo nacimos fuera del huerto, sufriendo las consecuencias de aquella determinación.

Fue Dios quien CERRÓ LA PUERTA del Arca que hizo construir a Noé antes del diluvio sobre esta tierra, y aunque muchos gritaron y clamaron para que Noé la abriera y se salvaran, DIOS LA HABÍA CERRADO y ningún hombre podía abrirla.

Son puertas que se cierran por causa de la DESOBEDIENCIA, y solo se abren cuando hay un cambio de actitud, un sincero arrepentimiento y humillación del corazón del hombre delante de Dios. Dios ha revelado el camino y la puerta que nos libera de esta lamentable condición. Jesús es el Camino, Jesús es la Puerta abierta al amor del Padre. Todos podemos acceder, sin excepción.

TAMBIEN hay PUERTAS que Dios cierra para revelar UN PROPÓSITO MAYOR.

No son por causa del pecado o por nuestra desobediencia, son a favor de nuestra OBEDIENCIA.

Está el ejemplo de Pablo en los comienzos de su servicio a Dios, quien de perseguidor de la iglesia se convirtió en predicador en Damasco y deseando OBEDECER a su llamado… “Los judíos resolvieron en consejo matarle, pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las PUERTAS de la ciudad de día y noche para matarle”

El gobernador mandó CERRAR LAS PUERTAS de la ciudad, y procuraron su muerte.

DIOS CERRARÍA PUERTAS para Pablo con el propósito de revelarse a su vida y entregarle UNA VISIÓN renovada de su reino, para que conociéndole de verdad, enfrentara con el Evangelio al fuerte sistema religioso judío.

Haber insistido en abrir aquellas puertas en Damasco, solo habría apresurado su muerte.
Dios estaba presente en el desarrollo de los acontecimientos de su vida, como también está presente sobre los tuyos.

No obstante aquella realidad, PUERTAS CERRADAS, Dios abriría una VENTANA de revelación para Pablo en Damasco, y daría comienzo a una relación de amor con el Señor que le acompañaría por el resto de su vida:

“En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme, y fui descolgado del muro en un canasto por UNA VENTANA, y escapé de sus manos”

DIOS ABRIÓ UNA VENTANA que le permitió tener una renovada VISIÓN de su vida en Cristo, Pablo caminaría y moriría por esa visión.
Dios le transformaría en un vaso útil en el desarrollo de su reino y en la edificación de su Iglesia.
“No fui rebelde a esta VISIÓN CELESTIAL” declararía Pablo en sus postreros días.

“Cuando DIOS HA CERRADO PUERTAS, es que hay UNA VENTANA de revelación ABIERTA”
Las salidas de Dios son siempre gloriosas.

Pablo aprendería que LA VENTANA DE REVELACIÓN (visión celestial) le impartiría la fe, la energía, la fuerza, para orar y perseverar, hasta que Dios ABRIERA LAS PUERTAS, que lo conducirían al cumplimiento de ella, y así lo enseñaría a los creyentes:

“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias, orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos ABRA PUERTA para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar”

“TODA PUERTA CONTIENE UNA REVELACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO” La visión determina la misión.

Amigo(a) y hermano(a)

Si Dios ha CERRADO UNA PUERTA delante de ti, no llores más y no lamentes más tu condición, acepta la soberanía de Dios. Dios es bueno y justo en todos sus caminos.

Ora, busca al Señor para que te muestre LA VENTANA de revelación ABIERTA a tu condición. Él conoce tu camino y tú necesidad. Necesitas VERLO, necesitas ver que su voluntad es buena y agradable, que su PROPÓSITO MAYOR traerá el mayor bien de Dios sobre tu vida.
Necesitas una “Visión Celestial” que te levante, te de fuerzas y guíe tu caminar.

Necesitas orar con perseverancia, con fe, con acción de gracias, para que Dios ABRA LAS PUERTAS que te lleven a alcanzar tu VISIÓN en el Señor. En su tiempo Él lo hará. Cristo se manifestará.

“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una PUERTA ABIERTA, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”

“ENTRAD POR SUS PUERTAS con acción de gracias,…Porque Jehová es bueno;…y su verdad por todas las generaciones”

Tómate de Cristo, hazlo tu visión, ora, persevera, cree, da gracias, ten paciencia y espera. Dios ABRIRÁ esa PUERTA que te conducirá a lo que Dios te ha mostrado en su VENTANA DE REVELACIÓN.