miércoles, 16 de enero de 2013

EL EXILIO "Una reflexión en el camino"


LA NECESIDAD DEL EXILIO “Una reflexión en el camino”
Por Guillermo Ávila



 
Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion.
Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas.
Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?
Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría”
(Salmo 137:1-6)

 Así describen las Escrituras los sentimientos de un pueblo obligado al exilio babilónico.
La palabra “Exilio” se usa para describir a alguien que ha sido obligado por las circunstancias a abandonar su patria, su tierra, donde creció y desarrolló afectos e identidad.
Muchos países han sufrido esta experiencia por razones políticas, donde muchos de sus  ciudadanos fueron expulsados, obligados al destierro o por supervivencia sufrieron el exilio, lejos de sus familias y de la cultura que les daba identidad.

Para el pueblo de Israel el exilio fue un paso necesario, Dios estaba en ello para restaurar sus verdaderas raíces, y volver a retomar los principios que le dieron razón de ser como nación sobre esta tierra.
El exilio no tuvo como propósito su destrucción y finiquitación de su cultura, al contrario, su propósito fue de RESTAURACIÓN.
Así los describen las Escrituras, y fue la esperanza de aquellos que anhelaban el cumplimiento de esta promesa de Dios:
“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.  Entonces nuestra boca se llenará de risa,  y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.  Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres.” (Salmo 126:1-3)
AMIGO(a) y HERMANO(a):
Muchos de los hijos de Dios hemos sufrido de “EXILIO ESPIRITUAL”.
Fuimos forzados por diferentes razones a abandonar y salir de esa tierra que nos vio nacer espiritualmente, donde crecimos en la fe, desarrollamos afectos y servimos sinceramente al Señor. Fue en ese lugar donde desarrollamos lazos de amor y que con dolor tuvimos o  fuimos obligados a salir,  para vivir nuestro “Exilio” o “Destierro espiritual".
¿Ha sido ésta tu experiencia?
¿Has sufrido dolor y lágrimas sinceras  al experimentarlo?
¿Fue ese el fin de nuestra VIDA ESPIRITUAL?
¿Esa experiencia fue el fin y la aniquilación de nuestra débil fe?
¡NO! NO FUE EL FIN y no será el fin de tu vida espiritual, porque Dios nunca renunciará  a SU PROPÓSITO en tu vida. Lo que Él comenzó en tu vida sin duda lo completará.
Las cosas en esta tierra no son inamovibles, todas serán removidas.
Lo que parece el fin, es el comienzo de una NUEVA ETAPA, para alcanzar verdadero crecimiento y madures espiritual.
Es un tiempo para  tomar conciencia de la realidad espiritual de nuestra  naturaleza humana, donde comprenderemos nuestras  debilidades y las debilidades de los demás.
Es un tiempo donde tomamos mayor conciencia de la realidad y condición espiritual de nuestro tiempo.
Es un tiempo donde aprendemos el valor de la humillación, de la humildad, de nuestra necesidad de buscarle, de  desarrollar una verdadera y profunda  relación con Aquel que nos salvó y  nos llamó a su Gloria Eterna. Es volver a poner nuestros ojos en el autor y consumador de nuestra fe.
Es allí cuando compredemos nuestro llamado y vocación, el que no está condicionado a  los demás y a las condiciones espirituales de tu tiempo, para ser verdadera luz y sal sobre esta tierra.
Es un tiempo donde se probará nuestros corazón y nuestro verdadero amor a nuestro Señor.
Es un tiempo en que aún nuestro  servicio perderá su valor, los  beneficios del reino pasarán a segundo lugar, pues no lo buscaré por lo que me da sino por lo que Él es, mi Señor y Dios.
Es un tiempo donde aprendemos amar su corazón y no solo sus manos que nos bendicen.
Es un tiempo en que será removido todo lo que no tiene sustento en Él, donde se quemará todo lo que no tiene solidez, solo somos pámpanos  ligado a la verdadera Vid, la única Fuente de Vida y poder.
Él será toda nuestra fe, nuestra esperanza,  y nuestra fe traspasará nuestra generación y marcará nuestra descendencia.
Su reino no consiste en comida ni bebida, es verdadera justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
EL EXILIO ES UNA NECESIDAD, un proceso necesario de vivir en Cristo.
“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.  Entonces nuestra boca se llenará de risa,  y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.  Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres.”