jueves, 25 de abril de 2013

AL LÍMITE DE LA DEPRESIÓN


AL LÍMITE DE LA DEPRESIÓN   ”Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila



"He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo" Juan 16:32

La vida es  un camino, que nos lleva a confrontar un sin número de desafíos, donde muchos de ellos nos resultarán  incomprensibles, a causa del  grado de entendimiento  alcanzado al  momento de vivirlos, muchos de ellos  nos conducirán a una profunda confusión y a no mediar de una  Luz que nos ilumine, corremos el peligro de ser arrastrados  al límite de una depresión, de donde es muy difícil salir  por nuestros propios medios.

Esto es el reflejo de muchas personas, fue también la mía, y puede ser también la tuya.

La vida nos brinda maravillosos momentos de regocijo, de amor, de amistad y de alegría, como también momentos de soledad, de dolor  y angustia, los que sin duda  cumplen un papel  importante en el desarrollo del Propósito divino para los hombres.
Son las dos caras inevitables de la vida.

El diseño y Propósito Divino para el hombre, es un misterio oculto, que por causa del pecado necesita ser revelado al hombre natural, pues sus ojos velados no lo puede ver ni entender, pero Jesús el Hijo de Dios lo ha dado a conocer.
"Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"

El pecado en su naturaleza nos oscureció el entendimiento, solo podemos creer en nosotros mismo, y en nuestras propias capacidades para buscar nuestra realización y felicidad.
Es una vida en constante insatisfacción.

Nadie sueña en sus aspiraciones de vida encontrarse en medio de una guerra, de una pandemia o algún desastre natural,  de un divorcio, una traición, una pérdida lamentable, un accidente, una enfermedad o frente a la  muerte menos en la juventud. 
La mayoría de las veces nos golpean sorpresiva y agresivamente. 

¿Cuántos de nosotros corríamos  erguidos creyendo que nada  iba a detenernos?,  
y en forma sorpresiva un  duro golpe  nos detuvo.

Cuántos de nosotros en un instante vimos derrumbarse frente a nuestros ojos nuestros sueños,  inclusive aquellos que pensábamos sinceramente eran de Dios.

Cuántos de nosotros hemos tenido que aprender con humildad; que aunque algo sea la voluntad de Dios, no manejamos nosotros los tiempos para su cumplimiento. 

O tuvimos que comprobar como Abraham, que muchas de nuestras iniciativas "espirituales" no fueron más que un estorbo, o un impedimento, para la edificación que el Señor deseaba sobre su casa, sobre nuestra familia o sobre nuestra vida.

El libro de “Lamentaciones” relata ese momento histórico en la vida del pueblo de Israel, donde tuvo que asumir con resignación y angustia su fracaso como nación delante de Dios, sufriendo el despojo con dolor de su tierra, y de todo lo que amaba,  para vivir largos  años  de cautiverio en tierra babilónica. 
Fueron tiempos terribles de aflicción, al LIMITE DE LA DEPRESIÓN, que sin duda a pesar del dolor  les ayudó  a crecer y ha madurar como nación.

Recordemos algunas de esas palabras registradas de ese momento histórico:

"Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
Porque el Señor no desecha para siempre;
Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres" Lamentaciones 3:28-33

Quienes conocemos el desenlace de esa historia, podemos  confirmar lo valioso y efectivo que resultó  ese tiempo de cautiverio, en el desarrollo y crecimiento de la fe de esa nación. Fue de una conversión y sanidad profunda, de su idolatría y de su corazón dividido, fueron renovados en unidad y en esperanza en su Dios.   

Amigo(a) s y hermano(a) s:

LOS TIEMPOS LÍMITES DE LA VIDA son momentos de dolorosos, pero no para sentirnos solo y abandonados, son momentos de reflexión para enmendar  nuestros caminos,  para encontrarnos y conocernos a nosotros mismos, para mirarnos en Dios y para fortalecer nuestros lazos de dependencia, y de confianza en Él, el autor y consumador de  nuestra fe.

Como lo expresa el sabio Salomón: “Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón”

Son MOMENTOS LÍMITES,  para  reconocer como sin darnos cuenta  empezamos a depender de nuestras fuerzas, de nuestros razonamientos y emociones, de los sistemas humanos; de tradiciones y de  posesiones   materiales o de nuestras familias, y no de Cristo;  quien ya no era la fuente y el fundamento de nuestra vida.

Esto no significa que Dios no desee que nos amemos, y que no dependamos los unos de los otros. Él es un Padre de amor que ama a sus hijos, y desea que se amen, como Él nos ha amado.

“Ámense unos a otros” porque son un cuerpo y miembros los unos de los otros.

Pero un cuerpo sin cabeza no tiene vida, y Él es la cabeza que sustenta, que nutre, e imparte vida al cuerpo.

La cabeza es irremplazable, nada ni nadie puede tomar su lugar en nuestras vidas.

¿En quién o en qué sustentas tu fe?

Debemos amarle a Él sobre todo, es el primero y más grande mandamiento, pues de ello dependen todos los demás.

“No es bueno que el hombre esté solo”

Dios nos diseñó para ser parte de su familia, pero el pecado nos aisló, y nos hizo sentirnos como ovejas sin pastor frente a los desafíos de la vida que nos hacen experimentar la soledad y orfandad, donde podemos llegar al límite de una depresión.
Pero al reconocer nuestra pobreza de espíritu, podemos ser bienaventurados en medio de las adversidades de la vida, porque es la actitud que Dios anhela para abrir los cielos, para quitar el velo de nuestros ojos, y poder reconciliarnos con Él.
"Clama a mí, y yo te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces"
“Cosas  que ojo no vio, ni oído oyó. Ni han subido al corazón de hombre. Son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman”
Un corazón contrito y humillado Dios no puede despreciar.

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? 
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón desfallecen; Más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”

Pero no siempre buscamos esos momentos de intimidad, pero en nuestra debilidad, bajo esos golpes de la vida el corazón se inclina a Él, es el amor de Dios que nos busca, que nos anhela celosamente y nos lleva a reconocer esa profunda  necesidad.

Es allí en la debilidad, cuando pensamos que todo estaba  perdido y que era nuestro fin, cuando lo descubrimos a Él quién siempre estuvo allí,  esperándonos  en esos momentos de soledad, para consolarnos, para revelarnos su amor e  iluminar nuestra oscuridad.

Quién no lo ha descubierto allí, no ha descubierto el más maravilloso misterio de la vida, no conoce y no puede apreciar la sabiduría de Dios contenida en esos maravillosos momentos de soledad.

El velo fue rasgado en dos, y fueron abierto los cielos en un camino de luz, fue en una noche de angustia en Getzemaní, en la humillación de un calvario y la soledad de una cruz, donde en abandono murió el Hijo de Dios.

Más no estaba solo en su dolor, el amor del Padre fue su consolación, para ver el fruto de su aflicción.

Hay momentos límites de depresión, donde descubrimos lo profundo de su amor, la dicha del perdón, de su consolación y su gran salvación.
¡Que maravillosa revelación!

Hay momentos al límite de la depresión.

lunes, 15 de abril de 2013

DIOS CUMPLIRÁ SU PROPÓSITO EN MÍ "Una reflexión en el camino"

¡DIOS CUMPLIRÁ SU PROPÓSITO EN MÍ!  "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila

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“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Él respondió: NO; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrado sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice MI SENOR  a su siervo?” Josué 5:13-14
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Dios había declarado una palabra profética a  Josué a la muerte de Moisés: “Levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo le doy a los hijos de Israel"
No era un desafío fácil, recordemos que 38 años atrás el miedo y el temor se habían apoderado de todo ese pueblo, y como consecuencia, toda esa generación fue relegada a morir en el desierto.
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Solo Él y Caleb se habían salvado, y ahora, conduciendo una nueva generación, se encontraba  frente a la tierra prometida con la responsabilidad de conquistar y apropiarse de la promesa de Dios para su pueblo.
Siete naciones  habitaban esa tierra, y Jericó, una ciudad inexpugnable era la puerta de entrada. Era una verdadera fortaleza,  rodeada de un doble  muro que cubría aproximadamente 10 metros de ancho, y de una altura no menos de 8 metros,  sus puertas estaban herméticamente cerradas, bien cerradas, lo que hacía  imposible ingresar en ella.
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Josué se encontraba sólo, enfrentando sus temores y debilidades, observando los inmensos muros cerca de la fortaleza de Jericó, estaba confrontado a un conflicto emocional de impotencia, de su preocupación por los niños, sus mujeres, era una gran responsabilidad que pesaba sobre sus hombros y daban vuelta en su cabeza ¿Cómo hacerlo? ¿Qué estrategia usar?
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Similar conflicto, que tú y yo enfrentamos frente a la palabra profética de Dios, cuando somos confrontados a desafíos en la vida que superan nuestras capacidades y recursos.
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El conflicto  que vive Josué no era exclusivo de él, había sido y será  la experiencia de todo aquel que se dispone a conquistar alguna promesa de Dios.
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Fue la experiencia de Abraham al ver pasar los anos, cerca de los 100, junto a una esposa anciana y estéril, y  no ver el nacimiento del hijo prometido.
Había sido también la experiencia de Moisés,  quien con casi 80 años, relegado en el desierto, lejos de su pueblo y de su familia, vivía la frustración del llamado de Dios para liberar a su nación esclava en Egipto.
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Así como Dios saldría al encuentro de Abraham y de Moisés para llevar a cumplimiento su palabra, así también Dios saldrá al encuentro de todo aquel que espera con fe y esperanza en sus promesas.
Dios fue testigo de las lágrimas de impotencia de Josué, fue testigo de sus angustias, de sus temores y miedos frente a sus limitaciones humanas, como es testigo Dios de tus propios temores y limitaciones frente a sus promesas.
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“Josué alzó sus ojos y vio un VARÓN que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano”
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Josué tuvo que entender que no era su batalla, que no sería él, el protagonista de la historia. La batalla era de Dios y Él la asumiría personalmente.
Josué tenía que entender que solo sería “un colaborador” de una obra que no era de él. Josué no debía y no sería el centro de atención, y no sería el héroe de la historia porque no era su historia. Dios no comparte su gloria.
Por ello frente a su pregunta  ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
La respuesta divina sería: ¡NO! Dios no está a favor nuestro, ni de nuestros enemigos. Dios está solo a favor de SU REINO y de SU PROPÓSITO SOBRE ESTA TIERRA.
Él había venido como Príncipe del ejército de  Jehová, a dar cumplimiento a los designios divinos. Ante tal entendimiento el hombre debe decidirse:
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¿Estaremos en favor de SU REINO o en contra?
¿Estaremos en favor de su voluntad o prevaleceremos en la nuestra?
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Dios demanda tomar UNA DECISIÓN.
Josué fue quebrantado y humillado en su entendimiento, y cayó postrado sobre su rostro en adoración ante la presencia del  Príncipe de Dios. Ante la revelación delante de sus ojos del Cristo, el Hijo del Dios viviente, y ante su presencia, solo queda adorarle, confesarle como Señor, y reconocer postrado a sus pies, que solo somos sus siervos:
¿QUÉ DICE MI SENOR A SU SIERVO? ¿SENOR, QUE QUIERES QUE YO HAGA? HÉME AQUÍ ENVÍAME A MÍ, no cabe otra respuesta del hombre.
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Dios no se conforma que seas solo un creyente, Dios busca discípulos y siervos.
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Es la actitud que Dios busca en el corazón de los hombres para revelar el camino para ver cumplidas sus promesas, es la actitud que Dios anhela para revelar el “CÓMO” alcanzar su voluntad sobre esta tierra.
Es la actitud que permite la manifestación de SU REINO, y que nuestra vida, nuestro hogar, y todo lugar que pisen nuestros pies sea santificado, consagrado y dedicado para Dios.
Dios le declara: “Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo” y Josué así lo hizo.
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Y a pesar de que las puertas de la fortaleza inexpugnable de Jericó estaban cerradas, y bien cerradas, por causa de los hijos de Israel. Dios revelaría a Josué su estrategia divina, para que esos muros fuesen derribados y esas puertas se abrieran delante de sus ojos, para conquistar y poseer la tierra que Dios les había prometido.
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Así también, sin importar lo imposible e inexpugnables condiciones que impiden tu paso y el desarrollo de tu vida cristiana, Dios revelará y derribará con su sabiduría toda fortaleza, y abrirá todo cerrojo delante de tus ojos, para que avances y veas el cumplimiento de sus promesas sobre tu vida, sobre tu familia y sobre tu comunidad.
Declarémoslo: ¡DIOS CUMPLIRÁ SU PROPÓSITIO EN MÍ!

EL TEMOR UN ENEMIGO MORTAL

EL TEMOR UN ENEMIGO MORTAL "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila



“El temor pondrá lazo, más el que confía en Jehová será exaltado" Prov. 29:5

Este sentimiento fue la principal causa que impidió que aquella primera generación del pueblo de Israel no entrara a la tierra Prometida, y la relegó a deambular por el desierto durante 40 años, hasta morir en esa condición.

El TEMOR, siendo una emoción propia del hombre, creada por Dios, para advertirlo del peligro y actuar con prudencia como principio de sabiduría, Satanás, procurará usarla para tomar dominio del hombre a través de ESTE SENTIMIENTO, transformándolo en el principal enemigo y destructor de nuestra fe.

Dios había hecho UN PACTO con su pueblo, Él pelearía por ellos, derrotaría a  todos sus enemigos externos (naciones, pueblos y circunstancias) con el propósito que poseyeran y vivieran bendecidos en la TIERRA que había prometido a sus antepasados para ellos, pero sería de ellos la responsabilidad de resistir y vencer a los enemigos de su alma.
Dios les había entregado SU PALABRA, arma espiritual eficaz para alcanzar la victoria.

“No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios”

El peligro era real y sus consecuencias fatales.

10 de los 12 espías enviados por Moisés para reconocer la tierra que Dios les había prometido,  caerían  bajo las garras de este espíritu maligno.

Los 12 espías era doce príncipes representantes de las doce tribus que formaban el pueblo de Israel, los doce habían experimentado la liberación de la esclavitud de Egipto, los doce habían cruzado en seco el mar Rojo, los doce habían sido testigos de cómo la nube y la columna de fuego les había sostenido y protegido a lo largo del camino, los doce habían recibido la revelación de la PALABRA de Dios en el  monte Sinaí.

La fe permite que pongamos nuestros ojos y confianza en la Palabra de Dios.

El temor hará que pongamos los ojos en las circunstancias que nos rodean.

EL INFORME DE LOS 12 ESPÍAS
Diez de ellos declararon: “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. Nosotros éramos, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos”

El espíritu de temor se había apoderado de sus mentes, y sus palabras tuvieron un efecto negativo en todo el pueblo, pues el mismo espíritu hizo desfallecer sus corazones, y el pueblo entero lloró esa noche, se quejaron y murmuraron contra Moisés, culpando a Dios de su condición: "¿Por qué NOS TRAE DIOS  a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros hijos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?"
"Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto" El primer intento de golpe de estado.

El maligno usará este espíritu con tres objetivos sobre el pueblo:

PRIMERO: Paralizarlos e impedirles a seguir avanzando.
SEGUNDO: Hacerlos retroceder al lugar de esclavitud y muerte.
TERCER: Rebelarles contra el gobierno de Dios, y que tomen sus propias decisiones en base a su influencia.
Eso los vuelve a poner bajo su potestad, de la cual Dios les había liberado con mano poderosa.

Este espíritu ha estado siempre en la historia, en todas las generaciones.

Abraham tuvo TEMOR frente al hambre que invadía la tierra que Dios le había prometido, y se refugió en Egipto de donde regresaría muy avergonzado, así también fue la triste experiencia de Isaac.

Jacob frente a una condición similar, envió a sus hijos a Egipto por trigo, y terminó estableciéndose en la tierra de Gosén por causa de su hijo José, y condenando a su descendencia a una humillante esclavitud. El bienestar momentáneo, no fue comparable con la humillante esclavitud de cientos de años que tuvieron que sufrir como nación.

EL TEMOR nos relegará inevitablemente a un lugar de esclavitud y muerte, porque EL TEMOR lleva en sí castigo.

El temor inmoviliza la fe, no nos permite conquistar las promesas declaradas por la Palabra de Dios, produce incredulidad y desobediencia para no hacer su obra. Nos hace retroceder en el llamado de Dios.

EL TEMOR nos hace sentir desamparados, rechazados, e impotentes. Afecta nuestras reacciones físicas, nuestro metabolismo, nuestra salud, y nos impide dormir y descansar confiadamente.

La única manera de que el temor retroceda es enfrentarlo con LA PALABRA y sus promesas de amor. El amor hecha fuera el temor.

FUE EL TESTIMONIO DE LOS DOS RESTANTES ESPÍAS: Josué y Caleb.

Al oír el informe negativo y la reacción negativa del pueblo, Josué y Caleb se pararon firmes en LA PALABRA que Dios les había entregado; resistieron ese perverso espíritu, y con su confesión apagaron los dardos de fuego del maligno para no caer en sus garras. Usaron las armas espirituales que Dios les había otorgado y juntos declararon al pueblo:

“Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos, porque con nosotros está Jehová”

Y exhortaron al pueblo: “La tierra por donde pasamos es en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, Él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos; y con nosotros está Jehová; no los temáis”

EL TEMOR agranda a nuestros enemigos. LA FE los aminora, y engrandece al Señor, y permite la intervención de Dios en defensa de su Palabra.

Josué y Caleb se transformaron en EL REMANENTE de Jehová durante esos largos años en el desierto, y fueron testigos de cómo uno a uno, fueron muriendo en el desierto. Ellos mantuvieron el testimonio de Dios para el surgimiento de una generación que sí conquistaría y poseería la Tierra que Dios les había prometido.

¿A cuál generación perteneces tú?

EL TEMOR no proviene de Dios, Dios no nos ha dado espíritu de temor, Él nos ha dado espíritu de fe y de dominio propio.

Tienes que reconocer EL TEMOR como obra de Satanás en tu corazón, y que lo que no proviene de fe, es pecado.

Debes confesarlo y resistirlo  en el nombre del Señor, y permitir que SU PALABRA derribe toda fortaleza en tu mente, y lleve cautivo tus pensamientos a la obediencia a Cristo. Es UNA DECISIÓN que tú debes tomar, Dios no la tomará por ti.

“Someteos a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros”

La GENERACION QUE POSEYÓ LA  TIERRA PROMETIDA, fue la generación que se paró firme en la Palabra de Dios, se paró frente a esos inmensos MUROS DE TEMOR (Muros de Jericó de 10 metro de altura y 5 metros de espesor), los rodearon en silencio y en obediencia a la PALABRA  de Dios, y al séptimo día proclamaron la victoria,  Dios peleó por ellos, y delante de sus ojos los vieron caer. FUE LA PUERTA PARA LA CONQUISTA DE LA TIERRA.

Tu victoria sobre el temor, será la puerta para poseer sobre tu vida y tu familia el cumplimiento de SU MARAVILLOSO PROPÓSITO DE AMOR.

¡QUITAD LA PIEDRA! "Una reflexión en el camino"

¡QUITAD LA PIEDRA! "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila  

  
“¡QUITAD LA PIEDRA! Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor hiede ya, porque es de cuatro días” Juan 11:39

El temor es la causa que nos llevan a murmurar y a quejarnos. Temor al futuro, temor a la enfermedad, temor a enfrentar nuevos desafíos, temor a lo imposible, temor a los cambios, temor a la muerte, etc.
Cuando vivimos momentos dolorosos y de aflicción, nos atribuimos el derecho a quejarnos y a murmurar, pero no es más que la evidencia de nuestra falta de fe y de confianza en Dios y sus promesas.
En esos momentos olvidamos todas las veces que Dios nos ha mostrado su amor y cuidado, y como nos ha librado en medio de tantas aflicciones demostrándonos su fidelidad.
Se nos olvida que Dios no cambia y que no es hombre para mentir.
Las escrituras definen la murmuración como tentar a Dios.

¿Hasta cuándo tentaremos a Dios?

¿Por qué pensar que esta vez nos abandonará y no tendrá cuidado de nosotros?

Tengamos en cuenta que el temor y la queja se esparcen como el polvo, y hará que la incertidumbre abunde contaminando no solo nuestro corazón, sino también el de los demás.
Así como las escrituras declaran: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y toda tu casa” así también está el peligro de que nuestras quejas y murmuración, lleven muerte y condenación a toda nuestra casa.
Dios nos ha dado maravillosas promesas para cada día, y ha prometido renovar sus misericordias sobre nosotros cada mañana.
¡No temas! Porque yo estoy contigo.
¡No temas! Porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
¿Cuándo confiaremos plenamente en Dios y en sus promesas?
LA MURMURACIÓN Y LA QUEJA ES LO CONTRARIO A LA FE.
LA FE SIEMPRE PRODUCIRÁ ALABANZA.
LA ALABANZA ES LA VOZ DE LA FE.
¿Cómo cambiar nuestra actitud?
“La fe se enciende en nuestro corazón cuando oímos su voz y reaccionamos en obediencia a ella”
Miremos el contexto de nuestro texto:
Todos lloraban, el dolor y la muerte se habían asentado en casa de Lázaro cuando Jesús llegó y declaró:
¡QUITAD LA PIEDRA! 
¿Cómo reaccionaremos ante su PALABRA?
¡Lázaro está muerto por 4 días! ¡Ya hiede! ¡Es imposible! ¡La piedra es muy pesada! ¡Ha llegado demasiado tarde! ¡Mi problema es muy grande! ¡Ya no tiene solución! ¡Siempre ha sido así!
¿Seguirás hundido en la queja y murmuración?
¡QUITAD LA PIEDRA! ¡Haz algo! ¡Ora! ¡Clama! ¡Canta! ¡Comienza a alabarle! ¡Comienza a declarar sus promesas!
¡QUITAD LA PIEDRA! ¡Quita la piedra que te impide disfrutar de su vida de resurrección!
¡Quita las quejas!  ¡Quita la murmuración!  Solo te han traído muerte y condenación.
¡Párate firme en SU PALABRA!
¡RESISTE EL ENGAÑO!
¡Resiste al maligno y huirá!
Las tinieblas no prevalecerán ante la luz de su verdad, deja que su luz ilumine tu corazón y llenen tus pensamientos:
 “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día”
“A Jehová cantaré en mi vida, a mi Dios cantaré mientras viva”
Su alabanza en tus labios traerá salvación y libertad. El habita en medio de las alabanzas de su pueblo.
¡QUITAD LA PIEDRA! 

TIEMPOS DE LA GRACIA DE DIOS "Una reflexión en el camino"

TIEMPO DE LA GRACIA DE DIOS " Una reflexión en el camino" 
Por Guillermo Ávila


“Levántate, amor mío, hermosa mía, y ven.
¡Mira! El  invierno ha pasado y con él se han ido las lluvias.
Ya han brotado las flores en el campo, ya ha llegado el tiempo de cantar, ya se escucha en nuestra tierra la voz de la tórtola” Cantares 2:10-12

ES UNA HERMOSA HISTORIA DE AMOR
Es una historia de amor. Son hermosas palabras del rey Salomón a Abisag sunamita, una representación hermosa del llamado de amor de Jesús rey  a su amada, su iglesia, del Amado a su amada. Es el llamado de amor de Dios al corazón de los hombres para que disfruten de su abundancia gracia.

El libro de Cantares describe esta hermosa relación de amor entre Salomón y Abisag sunamita, una joven morena que había sido discriminada por el color de su piel, desheredada de su dote familiar y obligada a servir a sus propios hermanos:

“No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mi; me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé” Cantares 1:6

Abisag siendo jovencita, cuando aun David padre de Salomón  reinaba sobre Israel, ella fue enviada al palacio como sirvienta del rey.
El rey David ya era anciano, de edad muy avanzada. Aunque lo cubrían y arropaban bien, no podía entrar en calor. Por esto sus servidores dijeron:
“Debe buscarse para su majestad una muchacha joven, virgen y soltera que le sirva y le cuide, y que duerma con su majestad para que le dé calor,… buscaron y hallaron una joven hermosa que se llamaba Abisag, del pueblo de Sunem, la cual llevaron al rey,… y le cuidaba y le servía, pero el rey nunca tuvo relaciones sexuales con ella” 1 Reyes 1:1-4

¿Puedes imaginar cómo esta joven se sentiría?

Sin duda: Menoscabada, despreciada, discriminada por la vida, indigna aún siendo hermosa, soltera y virgen.
A la muerte del rey David,  Abisag quedó en algún rincón del palacio, allí escondía su rostro y sufría su desolación, ni como concubina del rey se había realizado.

Abisag es una muestra de cómo el pecado puede producir  tanto daño, dolor, y  humillación.

Abisag representa la realidad de muchas personas que sienten que la vida y sus circunstancias las han golpeado con injusticias, haciéndolas sentirse desvalorizadas, despreciadas y no amadas.
Esta triste condición nos lleva a encerrarnos en nosotros mismos, bloquea nuestro normal desarrollo, nos impide  ver y  disfrutar de todo lo creado, y del gran amor de Dios. Podemos vivir en el mismo palacio del rey y no disfrutar de ningún de sus beneficios.

¿Te has sentido así? ¿ Te has sentido sin esperanza y sin ganas de vivir?

¡Hay buenas noticias para ti!
Si hubo esperanza para Abisag, también  la habrá para ti.

El rey Salomón, tipo de Cristo, que conoce su condición, viene a ella para redimirla de su soledad, de su abandono, viene a sanar sus heridas, trayendo esperanza y a su corazón una canción.
Abisag en su dolor pudo verlo, pudo oírlo, y pudo recibirlo:

¡Ya viene mi amado!
¡Ya escucho su voz!
Viene saltando sobre los montes, viene saltando por las colinas.
Mi amado es como un venado: como un venado pequeño.
¡Aquí está ya, tras la puerta, asomándose a la ventana, espiando a través de la reja!

Mi amado me dijo:
“Levántate, amor mío, anda cariño, vamos.
¡Mira! El invierno ha pasado y con él se han ido las lluvias.
Ya han brotado flores en el campo, ya ha llegado el tiempo de cantar”

¡Es verdad!
La vida ha sido dura, el dolor ha sido real, pero no lo hagas eterno y no te habitúes a ello, ha sido  tiempo para llorar, pero también hay un tiempo para reír y cantar.

El PECADO TRAE DOLOR, DIOS TRAE CONSOLACIÓN.

Si el último tiempo sobre tu vida trajo dolor y sufrimiento, ya es pasado, viene un nuevo tiempo, UN TIEMPO DE LA GRACIA DE DIOS, tómate de ella y despójate de todo peso, del pecado y extiéndete hacia adelante, a la voz de su llamado.
Es la voz de tu Amado, es su voz sobre tu corazón, es su melodía cantando sobre tu alma:

“Levántate, amor mío; anda, cariño, vamos.
Paloma mía, que te escondes en las rocas, en altos y escabrosos escondites,
Déjame ver tu rostro, déjame escuchar tu voz.
¡Es tan agradable verte! ¡Es tan dulce el escucharte!

Amigo(a) y hermano(a):
Tú eres precioso(a) a los ojos del Señor, déjale ver tu rostro, déjale oír tu voz, no te escondas tras una máscara de amargura y dolor, no huyas más porque: ¡En tu tierra se ha oído la voz de la Tórtola!

La Tórtola, es esa paloma que canta en primavera, anunciando un nuevo tiempo, tiempo de flores, tiempo de alegría, tiempo de la gracia de Dios. Si escuchas su voz es que ha pasado el invierno y ha llegado la primavera, ha llegado el tiempo de cantar.

La Tórtola, es la misma paloma que envió Noé después del diluvio que destruyó la maldad que el hombre había edificado sobre esta tierra, para anunciar un NUEVO TIEMPO para la humanidad.
En su primer viaje, la paloma regresó sin hallar lugar para posar sobre la tierra, aún no era el tiempo.
En su segundo viaje regresó con una rama de olivo en su pico anunciando el ministerio de Jesús sobre esta tierra, en quién reposó el Espíritu de Dios y anunciaba a los hombres la llegada de este NUEVO TIEMPO, un tiempo de perdón, un tiempo de restauración, un tiempo de la abundante GRACIA de Dios.
En su tercer viaje la paloma ya no regresó, pues reposó sobre la tierra, había hallado un lugar para morar y depositar esta BUENA NOTICIA.
Representa PENTESCOSTÉS, el comienzo de un nuevo tiempo para la humanidad, el tiempo del Espíritu de Dios derramado y reposando sobre los hombres. El Espíritu Santo trayendo un TIEMPO DE LA GRACIA DE DIOS derramado sobre toda carne, es Agua Viva, es  viento refrescante, es como rocío sobre el sequedal de la tierra trayendo nuevos brotes de la Vida de Dios.

Amigo(a) y hermano(a):
La voz y el llamado de la Tórtola, es la voz del Espíritu Santo, anunciando sobre tu vida un nuevo tiempo de la gracia de Dios, que ha pasado el invierno, que ha llegado el tiempo de cantar, su redención ha llegado para ser una realidad sobre tu vida.
El Espíritu Santo anuncia este NUEVO TIEMPO, es un tiempo de LA GRACIA sobre tu vida, sobre tu familia, sobre tu casa ¿Puedes creerlo?

¡Ha llegado este NUEVO TIEMPO! ¡Ha llegado el tiempo de cantar! ¡Ha llegado el tiempo de la GRACIA DE DIOS!

Sobre TU TIERRA, sobre tu vida también se ha oído la voz de la Tórtola, su melodía también  ha llegado, es su voz que canta a tu alma y te llama:
¡Levántate, amiga mía, levántate, vamos!
¡Levántate  iglesia del Señor!
¡Viene un nuevo tiempo, un  tiempo de su gracia, tómate de ella pues ha llegado el tiempo de cantar!
Es  TIEMPO DE LA GRACIA DE DIOS.

RESTAURANDO GRIETAS "Una reflexión en el camino"

RESTAURANDO GRIETAS “Una reflexión en el camino”
Por Guillermo Ávila



“Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, y que lo pongan en las manos de los que hacen la obra, que tienen a cargo el ARREGLO de la Casa, para REPARAR LAS GRIETAS de la Casa”2 Reyes 22:4-5

Estas palabras pertenecen a un RESTAURADOR DE GRIETAS de la Casa de Dios, al rey Josías, un rey que desde su juventud determinó agradar a Dios y colaborar con la Obra de Dios sobre esta tierra.

Vivió en un tiempo, en que la decadencia moral y espiritual sobre Israel había producido profundas GRIETAS sobre la nación, que ellos no advertían, y que la llevaban a su inminente destrucción.

Las advertencias proféticas tanto de Isaías como Jeremías no habían sido consideradas.Los asirios ya habían destruido completamente el reino del norte, y Judá estaba siendo atacado para pronto ser llevada cautiva por el imponente imperio Babilónico.

En ese contexto Josías debe asumir el gobierno de su nación siendo de tan solo 8 años, y: “Reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo den todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda, y a sus 18 años determinó RESTAURAR LAS GRIETAS DE LA CASA DE DIOS” 2 Reyes 22:1-3

Y en este proceso de restauración y limpieza de la Casa, fue hallado el libro de la Ley de Dios que había estado extraviado por muchos años, y Josías al leerlo tuvo la siguiente actitud testificada por el Espíritu Santo:
Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y llorasteis en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová” 2 Reyes 22:18,19

Dios siempre respaldará a quienes se dispongan para RESTAURAR GRIETAS en la Casa de Dios, y para quienes estén dispuestos a invertir los recursos en favor de esta obra de Dios y no para sus propios beneficios.
Dios no quiere “Siervos millonarios”, Dios quiere siervos restauradores, pues Dios quiere ver restaurada su Casa, la cual somos nosotros.

Tres actitudes de los RESTAURADORES DE GRIETAS: (2 Reyes 22:1-3)

1.-Josías tenía solo 8 años. Era un niño, “Y tienes que ser como un niño para ser parte de la obra de Dios” Un niño es moldeable, corregible, educable. Un niño tiene fe y confianza en Dios y en los demás. Los niños “SE SANAN RAPIDAMENTE”, no guardan rencor ni resentimientos, no odian, pueden perdonar con facilidad, y se paran rápidamente de alguna caída.¡Te alabo Padre, porque escondiste estos misterios de los sabios y entendidos de este siglo, y los revelas a los niños!

2.- Josías hizo lo recto delante de los ojos de Dios. No buscaba apariencia delante de los hombres, ni reconocimiento, ni fama. Josías anhelaba hacer lo recto delante de sus ojos y no de los ojos de los hombres.

3.- Josías anduvo en el camino de su padre David. David no fue su padre natural, fue Amón, quien hizo lo malo delante de Dios. David fue su padre espiritual en quién adquirió identidad para moldear su corazón y conformarlo a Dios.Josías se identificó con el “Linaje de Dios”, buscó el sentido y la proyección de su vida en el linaje profético de Cristo en donde son “Benditas todas las familias de la tierra.Josías fue rescatado de la manera de vivir heredada de sus padres para asumir el llamado y vocación de Dios, donde somos una nueva creación.

Como Josías podemos conformar nuestro corazón a Cristo, e invertir como él todos los recursos de esta vida para ver restaurada “Las grietas de la Casa de Dios”, que somos nosotros.

Estas actitudes se verificaràn cuando escuchas la Palabra de Dios, si tu corazòn se enternece  al oirla, si tu corazòn se humilla anhelando ser conformada a ella, seràs un restaurador de grietas.

Primero buscarás restaurar las grietas de tu propia alma que contaminan tu corazón, ¡Porque de que otra manera  podremos restaurar las grietas en nuestras respectivas familias?. Y si no restauramos las grietas en nuestras familias ¿Cómo restauremos las grietas en nuestros hermanos?

Sabiduría hay en las palabras del apóstol Pablo:
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿CÓMO CUIDARÁ DE LA CASA DE DIOS?”

RESTAURANDO GRIETAS