INSTRUYE AL NIÑO EN SU CAMINO
Formando Generaciones
Por Guillermo Avila
Nuestro texto define una ley de vida,”El camino que determinamos para la vida en un niño prevalecerá para toda la vida”
Esto nos muestra la tremenda responsabilidad que tenemos los padres en la formación de nuestros hijos; no es cosa liviana y sin importancia, porque afectará su vida adulta, y de ello un día deberemos dar cuenta delante de Dios, y no tendremos excusas.
No asumirlo, no sólo tendrá consecuencias para la eternidad, sino en el desarrollo de su vida terrenal, lo que podría significar mucho dolor y muchas lágrimas para los padres como fue la experiencia de Adán y Eva, frente al fruto de sus hijos Caín y Abel, el dolor de la pérdida de un hijo ya es algo doloroso, pero perder también la relación con el hijo mayor, y sufrir las consecuencias de ver como su linaje se pierde y deshonra a Dios fue mayor; linaje que sucumbiría bajo el juicio del diluvio en tiempos de Noé.
Este sufrimiento de Adán y Eva se prolongó por largos años, hasta que como padres rectificaron y humillaron su corazón, y volvieron a invocar el nombre de su Dios; de este quebrantamiento Dios les daría como fruto un nuevo hijo llamado Set, hijo que restituirá a su hijo Abel asesinado por su hermano Caín.
Es a partir de este hijo Set, que los hombres comenzaron a invocar el nombre de su Dios; y de él surgió un nuevo linaje que honrará a Dios sobre esta tierra, alcanzando su máxima expresión en Lamec de quién nacería Noé, como una esperanza de ver quitada la maldición sobre esta tierra, y ver restaurado el Propósito de Dios para los hombres.
Una maravillosa figura del nacimiento del Hijo de Dios y la restauración de su Reino sobre esta tierra.
Por tanto, no es en cualquier camino que debemos instruir a nuestros hijos, ni es en el camino que su propia naturaleza caída le incline; es en el Camino por Dios establecido, y que como `padres debemos asumir::
“Padres vosotros criad a vuestros hijos en toda disciplina y amonestación del Señor”
Es la disciplina y amonestación determinada por Dios.
“Porque hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero su fin es camino de muerte” Prov. 14:12
Debemos cuidarnos del humanismo.
El Camino del Señor, no es un camino ancho con la libertad de hacer lo que cada uno quiera o decida; el Camino diseñado por Dios es angosto como lo definió Jesús; pero lleva a la vida, y son pocos los que lo hallan, porque su puerta es estrecha.
Es Dios por medio de su Espíritu quién nos revela su Camino, el Camino por donde debemos criar y conducir a nuestros hijos; esta revelación viene por nuestra disposición y obediencia al Señor.
Como ocurrió con Abraham, quién tuvo que dejar su tierra y su parentela, para honrar al Señor con su vida, y establecer un linaje para Dios.
Dios dió testimonio de su fe y obediencia:
¿Encubriré yo a Abraham lo que he de hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el Camino del Señor, haciendo lo que es justo y recto, para que Dios haga venir sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”
¿Que padres no desearían este testimonio de Dios sobre sus vidas?.
David testificó en el Salmo 18:30: “En cuanto a Dios, su Camino es perfecto” y era su oración anhelo conocerlo: “Enséñame , Oh Señor, tu Camino, y andaré en tu verdad” Salmo 86:11
Padres:
¿En qué Camino están instruyendo a sus hijos?
LA VALENTÍA DE LOS PADRES
Los hijos son como saetas en manos del valiente (Salmo 128), son como flechas en manos de los padres, quienes deben tensar su arco y lanzar sus flechas al blanco.
¿Qué blanco has definido para tus hijos?
En esto no existe el azar, porque son los padres quienes deben definir el blanco; y si no lo determinan ellos; otros lo harán; lo hará la sociedad con su contexto cultural humanista, lo harán sus amigos, o lo hará su propia naturaleza inclinada al mal; la que con los años se fortalecerá; y como padres lo lamentaremos.
¿A quién culparemos?
¿A la iglesia, al colegio, al gobierno, a los amigos o hermanos?
Es de los padres la responsabilidad de la formación de los hijos.
Nuestro será el fracaso si no lo hacemos; y nuestro deberá ser el arrepentimiento, si queremos ver la restauración del Reino de Dios en nuestras casas.
Está escrito en 2 Crónicas 7:14 :”Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro,...
Hasta aquí llegamos todos, y hacemos vigilias, oramos y buscamos su bendición, pero no la hallamos; porque la condición es convertirnos de nuestros malos caminos, es reconocer que nos hemos desviado de su Propósito, y no hemos sido como padres obedientes a su llamado.
Porque nos hemos dejados engañar, y hemos invertido nuestro tiempo, nuestras fuerzas y dinero, en una obra que no es la de Dios para nuestras familias y para nuestros hijos, y hemos cosechado el fruto de nuestro extravío, y no estamos dispuestos a arrepentirnos; porque no estamos dispuestos a cambiar de rumbo.
Nuestro texto concluye: “Si se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos y sanaré su tierra”
¿Quieres ver la sanidad del Señor sobre tu casa?
Porque esta es la triste realidad de una iglesia apartada del blanco del Señor.
Porque queremos ganar el mundo, y lastimosamente perdemos nuestros matrimonios y perdemos a nuestros hijos.
¿Que haremos hermanos? Le preguntaron a Pedro, y esta fue su respuesta:
“Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” Hechos 3:19
Yo experimenté este refrigerio de la presencia del Señor, cuando reconocí mi extravío y me volví al Evangelio del Reino de Dios, y Dios restauró su promesa sobre mi casa y sobre mis hijos.
Dios quiere traer tiempos de refrigerio sobre tu casa, y no habrá refrigerio sin paz, no habrá paz sin orden, y no habrá orden sin Reino.
EL DOLOR DEL CORAZÓN DE DIOS
Malaquias 2:13 describe el dolor del corazón de Dios frente al fruto de las familias de su pueblo, que procurando vivir una vida religiosa y cumplir muchas de las ordenanzas por él establecidas, descuidan el Propósito fundamental de la unidad matrimonial y el Propósito fundamental de parte de Dios para los hijos.
“Y esta vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor, así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano”
“Más diréis ¿Por qué? ¿Porqué Dios no ha mirado con agrado nuestra ofrenda?
“Porque Dios ha atestiguado entre tí, y la mujer de tu pacto”
“No los hizo Dios UNO, habiendo abundancia de espíritu?
¿Y por qué Dios los hace UNO?
Porque Dios busca una descendencia para Él.”
Este es el dolor del corazón de Dios sobre las familias de su pueblo, porque les ve llenos de activismo religioso, lleno de desafíos que Él no les ha demandado, se llenan de conocimiento, pero sus corazones están lejos de la obediencia a su Propósito.
Jesús mandó a hacer discípulos, y nuestra obediencia a su mandamiento comienza en nuestra casa, con nuestros hijos.
Dios no miró con agrado la ofrenda de Caín, y Caín no aceptó la reprensión de su Dios.
No repitamos el mismo pecado.
“Más diréis ¿Por qué? ¿Porqué Dios no ha mirado con agrado nuestra ofrenda?
“Porque Dios ha atestiguado entre tí, y la mujer de tu pacto”
“No hizo Dios uno, habiendo abundancia de espíritu?
¿Y por qué Dios los hace uno?
Porque Dios busca una descendencia para Él.”
¿Si no somos fieles a nuestro pacto matrimonial, menos lo seremos con nuestra responsabilidad como padres sobre nuestros hijos, la que demanda unidad matrimonial?
La unidad matrimonial tiene como principal propósito formar una descendencia para Dios, establecer linajes que honren a Dios sobre esta tierra.
Por esta razón Dios aborrece el divorcio, porque atenta contra su Propósito para los hombres, y Malaquías nos exhorta a ser guardados de este mal,a no endurecer nuestro corazón.
V 15 “Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales”
¿Podrá ayudar un quiebre matrimonial a su Propósito?
¿No será más bien una causa de dolor y sufrimiento, no sólo para los padres, sinó principalmente para los hijos, y un daño muchas veces irreparable para su normal desarrollo en la vida?
Por eso Jesús advirtió: “Ay de aquel que haga tropezar a alguno de estos pequeñitos que creen en mí” Mateo 18:6
Porque Dios dota a todos los niños con una maravillosa, natural y sincera fe, no se la destruyamos.
DIOS HA ENVIADO SU ESPÍRITU
Dios a todos sus hijos les ha dado abundancia de su Espíritu, el mayor recurso divino dado a los hombres, para establecer la unidad matrimonial; que nos llena de su verdadero amor que nunca deja de ser, para crecer, madurar, aceptarnos, y perdonarnos en el camino del matrimonio, y así cumplir con nuestra misión como padres.
¿No es maravilloso?
EL CAMINO HA SIDO REVELADO
Dios en su Hijo nos ha revelado el Camino por donde debemos andar, y por donde debemos encaminar a nuestros hijos.
Jesús es el Camino.
Él es la Vida que debemos vivir, Él es la verdad que debemos creer.
El Evangelio del Reino es la buena noticia de Dios, que su reino ha venido a nosotros, y que en Jesús han sido bendecidas todas las familias de la tierra.
Estamos benditos en Jesús.
Otro evangelio nos entretendrá, nos desgastará, y nos desviará de su Propósito divino; y con los años lo lamentaremos, pero tal vez ya será demasiado tarde.
Aún estamos a tiempo.
Comunidad Reino y Familia formando generaciones para Dios.