“DISCÍPULOS PARA EL REINO O ENREDADOS”
REFLEXIONES
REFLEXIONES CRISTIANAS
miércoles, 11 de octubre de 2023
DISCÍPULO O ENREDADO
sábado, 3 de junio de 2023
LAS PRUEBAS DE LA VIDA
LAS PRUEBAS DE LA VIDA "Una Reflexión en el Camino"
miércoles, 24 de mayo de 2023
LA NECESIDAD DE REVELACIÓN
Por Guillermo Avila
"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré, cosas grandes y ocultas que tú no conoces" Jeremías 33:3
Casi siempre este texto lo usamos sólo en su primera parte: "Clama a mí, y yo te responderé" Como si Dios estuviera obligado a responder lo que pedimos, y como lo pedimos.
Y es frustrante experimentar muchas veces, que no vemos una respuesta de parte de Dios, o no la podemos discernir; es que su respuesta muchas veces está supeditada a la necesidad de permitir que nos enseñe, que nos revele esas cosas que nos están ocultas, que no podemos conocer por nosotros mismos, y que no nos permiten recibir lo que Dios tiene para nuestras vidas.
Eso se llama revelación, y la revelación es esencial en la vida de un discípulo, porque sin ella no hay fe, no hay vida de Dios, y como consecuencia no podemos vivir la vida (Didaké) del reino.
¿Qué es la revelación?
Es un conocimiento oculto, y que es descubierto por la acción del Padre al corazón del hombre, para su beneficio.
"Cosas que ojo no vio, ni oido oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" 1 Cor. 2:9-10
La revelación no es el fruto del esfuerzo o sacrificio humano, es la acción soberana de Dios sobre el hombre.
Nosotros experimentamos la Salvación como consecuencia de una revelación divina, creer y confesar que Jesucristo es el Señor (el Kyrios), es la obra del Padre por medio de su Espíritu en el corazón humano.
Sin esa revelación no hay arrepentimiento, no hay nuevo nacimiento, y no podemos ver ni entrar al reino de Dios.
La revelación imparte fe al corazón, nos impulsa a creer y a obedecer al Señor.
Es la entrada al reino, y como ocurre con un bebé, un nuevo discípulo necesita padres espirituales, que le alimenten y le acompañen en su desarrollo y crecimiento espiritual.
Debe aprender a vivir y caminar por fe.
Jesús fue enfático con sus discípulos: "Vayan y hagan discípulos, y enséñenles a guardar todo lo que yo les he mandado, como yo lo hice con ustedes; y yo estaré con ustedes en este proceso"
Así como padres inmaduros y sin preparación, errarán en la formación de sus hijos en el Señor; se necesitan hombres y mujeres maduros, tratados por el Señor, que hayan experimentado la revelación en sus vidas, en los diversos procesos que han tenido que vivir, por medio de los cuales Dios lo ha formado.
Ningún hombre puede revelar al Señor a otro, porque la revelación es la acción soberana de Dios (ninguno enseñará a su hermano, porque todos serán enseñados por Dios), pero un discípulo ha aprendido a depender del Señor, a desarrollar actitudes que facilitan la revelación de Dios; y sabe cómo alcanzar la gracia de Dios.
Así es como el apóstol Pablo dobla sus rodillas y ora, y nos insta a orar, (Efesios 1:18) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, nos dé espíritu de revelación en el conocimiento de él, para que Dios alumbre los ojos de nuestro entendimiento, para que SEPAMOS cuál es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
Sin este conocimiento revelado por el Padre, solo será un conocimiento natural, mental, que no producirá ningún cambio en nosotros, y no generará fe en nuestros corazones; y como consecuencia no traerá la intervención de Dios en medio de nuestras circunstancias, para nuestro crecimiento.
¿Cómo saber, si lo que sé me ha sido revelado?
Es fácil, Si puedo vivirlo, si es parte de mi vida.
Jesús lo definió: Por sus frutos los conoceréis.
El mero conocimiento intelectual no es malo, pero no nos alcanza para vivir la vida del reino.
¿Quién no sabe que no debemos pecar? pero pecamos
¿Quién no sabe que Jesús sana? pero estamos enfermos.
Es falta de revelación.
Y las Escrituras enseñan que la revelación es progresiva, y debemos permitir su desarrollo en nosotros, para que podamos alcanzar su Propósito en nuestras vidas.
Si alguno piensa que ha llegado a una estatura espiritual y puede conformarse a esa medida, se equivoca, porque desde ese momento comenzará a descender en su vida espiritual.
Si dejamos de recibir revelación, nuestra vida espiritual se estancará, y dejaremos de crecer, aún más, comenzaremos a retroceder.
Por eso podemos ver en la vida de Abraham, el padre de la fe, que la revelación de Dios en su vida fue progresiva, y su fe también fue progresiva; Dios se fue revelando a su vida a medida que obedeció lo recibido, y eso le permitió avanzar en su llamado de Dios, desde Ur de los Caldeos hasta concebir y consagrar a su hijo Isaac al Propósito para el cuál Dios le había llamado.
La revelación es el recurso de Dios, para el desarrollo de nuestra fe y crecimiento espiritual, para alcanzar su Propósito en nuestras vidas.
Paralelamente vemos la vida de Lot, como fue descendiendo en su vida espiritual al apartarse de Abraham, y al no crecer en revelación en su vida, su fruto, fue adverso al Propósito de Dios en su familia y linaje.
Los salmos reflejan también diferentes etapas de la vida de David, y cada uno de ellos encierra una revelación de Dios para su vida, eso fue lo que le permitió crecer y desarrollar un amplio servicio a Dios y a su pueblo, como rey de Israel; y aún cuando pecó, David permitió la revelación de Dios sobre su vida para ser restaurado.
De David aprendemos que hay pecados en la vida, que aunque seamos restaurados, inevitablemente afectarán nuestro linaje, o lo dejarán con un deficiente fruto, especialmente los que afectan al núcleo fundamental del Propósito de Dios para el hombre, la familia.
De aquí la importancia de reaccionar a tiempo, y rectificar en la vida.
Si no aprendemos a formar discípulos en nuestra familia, ¿Cómo enseñaremos en la Familia de Dios?
Como Jesús le dijo a Nicodemo acerca de la revelación del nuevo nacimiento: Si tú no entiendes el nuevo nacimiento ¿Cómo eres tú maestro en Israel?
REVELACIÓN RENOVADA
La revelación recibida para un episodio pasado en la vida, no nos sirve para enfrentar los desafíos presentes; necesitamos una nueva revelación para cada momento que lo requiera nuestra vida.
Porque dos cosas ocurrirán cuando dejamos de recibir revelación:
1.- Nos quedamos pegados en la última revelación, y nos impide avanzar para Dios.
2.- Tendemos a idolatrar las revelaciones pasadas, porque nos fueron gloriosas y útiles para esa etapa de la vida; pero al enfrentar nuevos desafíos y no tenerla, nos frustrará, porque no tendremos la gracia de Dios, la fe, la vida, el amor, y el gozo que nos imparte Dios cuando recibimos una nueva revelación.
UN PELIGRO
El peligro es hacernos religiosos; y esto no solo ocurre en lo personal, sino también en lo comunitario, y no estamos libres de ello.
Es así como desaparecen grupos que comenzaron por una revelación del Espíritu; o se transforman en grupos tradicionalistas y legalistas; esa era la preocupación del apóstol Pablo por la iglesia en Galacia.
Porque se quedan pegados en su última revelación, y se niegan a avanzar en su fe.
Así ocurrió también con los Fariseos, que recibiendo una revelación de la santidad por guardar la ley en momentos oscuros de la historia de Israel, se quedaron pegados en ella, y no crecieron en revelación, y fueron tropiezo e instrumentos del maligno frente al ministerio del Mesías.
Veamos otro ejemplo, en la historia de Israel:
Está en Números 21:4, que nos relata: " Después partieron del monte de Hor, camino al Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra tí; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía"
Vemos a Israel frente a una de las tantas adversidades que tuvieron que enfrentar en el desierto, y al no tener una revelación de parte de Dios para enfrentarla, se llenaron de quejas y desánimo. No tenían fe para enfrentarla, las revelaciones pasadas por muy gloriosas que habían sido, como ser testigos de las plagas en Egipto, ver como el Mar Rojo se abrió delante de sus ojos, abriéndoles camino, no les servía ahora frente a este nuevo desafío.
Cayeron en pecado, se quejaron y hablaron mal de Dios y de Moisés; y trajeron sobre ellos muerte y dolor.
En su debilidad se humillaron, reconocieron y confesaron su pecado; y Moisés oró a Dios, y Dios le entregó una nueva revelación que marcó su salida; tenía que levantar una serpiente de bronce en medio del campamento, y quién mirara a ella, sería sanado.
¿Qué trajo esa revelación?
Trajo sanidad, trajo fe, consuelo, vida de Dios; que no fácilmente olvidarán en su historia.
Pero pasaron cerca de cuatrocientos años, y en tiempo de Ezequías rey de judá, Israel estaba viviendo otro tiempo difícil bajo el asedio del imperio Asirio.
El anterior rey de Judá, su padre Acaz, había sido uno de los reyes más malos de Judá, se había apartado de Dios,y él había sido testigo de ello.
En medio de su crisis necesitaba una nueva revelación, y en 2 reyes 18 se relatan los hechos de Ezequías, en el vers. 4 leemos, que Ezequías " Quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel"
Acaz había pervertido el altar de Jehová, introduciendo costumbres paganas traídas de Damasco, fue idólatra, y arrastró al pueblo en ello; llegó a sacrificar un hijo al fuego siguiendo costumbres paganas; todo esto en su ignorancia, buscando el favor de dioses paganos frente al dominio de Asiria. Acaz tenía falta de revelación, y puso su esperanza en alianzas humanas y no en Dios.
Ezequías, contrariamente a su padre, buscó consagrarse a Dios; (lo que normalmente hacemos todos nosotros también en tiempo de crisis en la vida).
En ese proceso de consagración, encontró que el pueblo había transformado una revelación pasada, la serpiente de bronce, que les había sido de tanta bendición en un momento de su historia, en un culto de adoración; la habían transformado en pecado, y Ezequías la hace destruir y sacar del templo.
Si lees la historia de Ezequías, verás cómo en medio de su crisis como nación, y también en lo personal, recibe revelación divina por medio del profeta Isaías, un palabra profética, que Dios entregaría la victoria sobre el rey Senaquerib de Asiria que lo asediaba; sobre quién Dios envió su ángel, y en una noche murieron ciento ochenta y cinco mil asirios; todos fueron confundidos y regresaron a Nínive, donde el rey Senaquerib fue asesinado por sus propios hijos, conforme a la palabra que Dios por medio de Isaías le había declarado.
Sin una revelación divina en la vida seremos confundidos en las crisis, y en nuestra racionalidad recurriremos a cualquier cosa, como el rey Acaz, o correremos el peligro de ser instrumentos de Satanás y no de Dios; como le ocurrió a Pedro, quién después de recibir una maravillosa revelación divina acerca de quién era Jesús.
En Mateo 16:18 "Tú eres el Cristo (Mesías) el Hijo del Dios viviente" Eso no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos, así la definió Jesús.
Poco después, frente a la revelación de Jesús acerca de su misión como el Cristo (el Mesías), que le era necesario padecer y morir por manos de los ancianos, sacerdotes y escribas; y resucitar al tercer día.
El mismo Pedro, por desconocer la plenitud de la revelación de Dios respecto al Mesías, pone sus ojos en sus intereses y no en los de Dios; y así le dice Pedro al Señor: "Ten compasión de tí; en ninguna manera esto te acontezca; a lo que Jesús declaró: "Quítate de delante de mí, Satanás; me eres tropiezo, porque no pones la mirada en las cosas de Dios, sino en la de los hombres"
Amados hermanos:
Si no sabemos interpretar una revelación dada por Dios, a la luz de la revelación del "Propósito eterno de Dios" revelado en las Escrituras, el uso del beneficio de esa revelación puede ser equivocado, e incluso puesta al servicio de Satanás y no de Dios.
(Usados, pero no aprobados por Dios)
Como pasa con muchas revelaciones acerca de los dones del Espíritu Santo, como sanidades, liberación, milagros, fe , etc utilizando la gracia de Dios para propósitos personales y terrenales.
Debemos ajustar las revelaciones, a la revelación del Eterno Propósito de Dios revelado en las Escrituras; para que Dios sea glorificado en ello y nosotros edificado conforme al Eterno Propósito de Dios.
Cada etapa de la vida de un discípulo y de la iglesia, necesita de una nueva revelación de su palabra, para crecer y avanzar en su voluntad.
¿Vivimos por una revelación pasada?
¿Por la revelación de nuestros padres, o de otros?
Necesitamos que Dios traiga revelación a nuestras vidas, que nos vivifique, que nos imparta fe, que nos llene de su gracia, sin la cuál nos será imposible avanzar en la vida del reino.
¿Cómo sé que necesito revelación?
Cuando no puedo vivir lo que sé.
Sabemos que no debemos pecar y pecamos, especialmente en esos pecados que nos son reiterativos, que no podemos superar en la vida; ayunamos, oramos, y volvemos a caer en lo mismo. Eso evidencia mi falta de revelación de Dios al respecto.
Necesitamos que Dios nos revele la causa que origina nuestro problema, esa debe ser nuestra oración, de lo contrario volveremos a caer en lo mismo.
"Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces"
Es un conocimiento espiritual que nos está velado, que nos está encubierto, y necesitamos que Dios lo descubra, es la obra del Espíritu de Dios para que podamos ser sanados, liberados y alcancemos la victoria del Señor en nuestra vida.
Allí Dios usará palabra de Ciencia, palabra de Sabiduría, o una palabra profética,etc, o la multiforme y abundante gracia, para traer luz a nuestra oscuridad.
Necesitamos revelación. ¿Lo crees?
Por eso debemos orar y preguntar al Señor acerca de nuestra situación, que fue lo que originó nuestro problema que nos tiene en servidumbre.
Porque muchas veces nos toca vivir episodios fuertes en nuestra vida, muchos de los cuales no los originamos nosotros; pero por causa del dolor que experimentamos, justificamos nuestra responsabilidad en ello, y no percibimos que podemos caer en una actitud de pecado, y como consecuencia dar lugar al diablo, y contristar al Espíritu de Dios; porque guardamos enojo, rencor o falta de perdón.
Así quedamos bloqueados en la vida, a expensas de un Satanás que solo busca matar, destruir y robar todo lo que nos pertenece de parte de Dios, para que no lo disfrutemos, para que no lo vivamos.
Nos roba la bendición de Dios sobre nuestra vida y sobre nuestras familias.
Muchas de nuestras depresiones ataduras, son por falta de revelación de Dios.
Pero el arrepentimiento, la confesión de nuestro pecado revelado, siempre traerá revelación del perdón de Dios, de su consuelo, de su liberación.
Y al igual que Pedro, después de nuestra noche amarga, si nos es necesario vivirla, Dios traerá una nueva revelación que nos levantará, nos sanará, y nos restaurará; y entonces seremos útiles en las manos de Dios.
La revelación es una acción soberana de Dios, pero él mira nuestros corazones, y donde hay un corazón contrito y humillado, Dios no puede despreciar, ese corazón hallará gracia delante de Dios.
Dios da gracia a los humildes.
AMEN
martes, 6 de septiembre de 2022
SATANÁS OS HA PEDIDO PARA ZARANDEAROS COMO TRIGO
SATANÁS OS HA PEDIDO PARA ZARANDEAROS COMO A TRIGO
"Una Reflexión en el Camino
Por Guillermo Avila
¿Puede Satanás pedirnos para zarandearnos?
¿Es posible que Jesús le permita hacerlo?
En cualquier de estos casos, Jesús está siempre en control de todo, y Satanás no puede hacer nada si Dios no se lo permite; a pesar de toda su maldad e influencia negativa sobre el hombre, Satanás sigue siendo instrumental, para el desarrollo del Propósito de Dios sobre esta tierra.
Dios le permitió influir en Adán y Eva en el Huerto del Edén, aunque su influencia no fue determinante en su decisión, ellos obraron libre y a conciencia, por eso Dios los confrontó y les hizo responsables de sus actos, pero al no reconocer su error tuvieron que asumir sus consecuencias.
Debemos saber, que Dios creó al hombre con la capacidad de decidir en la vida, aunque su anhelo y diseño es que le amemos, que decidamos siempre por Él y le sirvamos, para así cumplir su Propósito sobre esta tierra, que siempre será lo mejor para los hombres.
Satanás busca siempre matar, robar y destruir, y lo logra muchas veces, cuando el hombre le abre su corazón y decide en la vida engañado por el maligno, y sin el temor de Dios.
Pero si amamos a Dios, como ocurrió en el testimonio de José hijo de Jacob, el soñador; aunque Satanás utilizó la maldad de sus hermanos, para instigarlos a hacerle mal y matarlo, para impedir el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham y a su descendencia en Egipto.
Allí vemos como Dios usó la maldad de sus hermanos, para conducir a José a Egipto, no para matarlo, sino para cumplir su sueño profético en su vida, y dar cumplimiento así a la promesa a Abraham.
Dios usó la maldad de Satanás para afligir y probar la fe de Job, dejándolo también, como un testimonio de un hombre de fe para todas las generaciones; aunque Dios le permitió tocar sus bienes, su familia, y su salud; nunca le permitió tocar su corazón; porque si guardamos nuestro corazón para Dios, Dios guardará nuestra vida.
Dios no decidirá por nuestro corazón, a nosotros nos corresponderá hacerlo, es nuestra responsabilidad guardarlo para Dios.
EL TESTIMONIO DE LOS DISCÍPULOS
Jesús permitió que Satanás zarandeara a Pedro y a todos los discípulos como a trigo, la noche de su crucifixión."
Así le dijo Jesús a Pedro: "Satanás os ha pedido para zarandearos como trigo"
Zarandear, significa agitar el trigo de lado a lado con energía, lo que hace al viento procurar arrancarlo de su raíz.
Zarandear significa también agitar y golpear el trigo, para separar su paja del grano, y así permitir que el grano quede puro, visible y utilizable.
Satanás buscará también, en la prueba, arrancar de raíz nuestra fe, con el propósito de destruirnos, al mismo tiempo que el Espíritu Santo buscará confirmar, que nuestro fundamento en Cristo está firme.
Santanas procurará hacernos huir de este proceso purificador, del despojo de nuestra religiosidad, costumbres y tradiciones; las que no honran a Dios en nuestras vidas; como malas actitudes y deformaciones en nuestro carácter; pero es un proceso necesario en la vida cristiana, y Dios nos dará el Espíritu Santo para darnos fuerza y poder, para que podamos vivir este proceso, y pueda salir a luz la vida de Cristo que está en nosotros.
Satanás buscará en medio de la prueba, en nuestra debilidad que cedamos a él, que le abramos el corazón, como ocurrió con Judas esa noche, cuando Satanás entró en su vida, lo controló y lo mató.
Más Pedro también fue zarandeado esa noche, y en su debilidad y quebrantamiento, lloró amargamente su fracaso de haber negado a su Señor, pero se humilló y guardó su corazón para Dios.
Esta decisión será siempre de nosotros
El Señor permitirá el quebrantamiento del hombre natural, para manifestación del nuevo hombre, del hombre espiritual, que amará a Dios, lo honrará y lo servirá sobre esta tierra.
Por ello Jesús murió y fue crucificado, y resucitó al tercer día, y ahora está sentado a la diestra del Padre, intercediendo por todos nosotros.
Jesús oró por sus discípulos esa noche, también por Pedro como registran las Escrituras, para que su fe no faltara y guardara su corazón; para una vez vivido, y vuelto de ese proceso, confirmará la fe de sus hermanos.
Satanás pensó que esa era su oportunidad en la historia, para eliminar a Jesús, y con ello destruir la fe de los discípulos; para abortar el plan redentor de Dios para la humanidad; era su momento, de erigirse definitivamente como el príncipe de este mundo.
Más Jesús lo venció en la cruz, y el Padre lo resucitó al tercer día, para que Pedro y sus discípulos fueran libres de la potestad de las tinieblas, y fueran trasladados al reino de Dios en su Hijo Jesucristo.
La victoria de Cristo, es la victoria por la fe de todos los hombres que la asumen como suya.
Amigo(a) y hermano(a) esta es la palabra de Dios es también para ti.
Al igual que Pedro, como discípulo del Señor serás probado, pero sobrevivirás a ese duro proceso que te ha tocado vivir, porque no estás solo(a), porque Jesús no te ha dejado solo(a), ha orado por ti, para que tu fe no falte, y puedas vivir y pasar ese proceso en victoria.
Porque ese proceso es una prueba para tu fe, porque has guardado tu corazón; y si así no ha sido, es tiempo para volverse al Señor.
Este proceso por muy doloroso que sea, y si como Pedro piensas que has fracasado; su mirada te encontrará y no la podrás eludir. Más no será una mirada de juicio ni de condenación; será una mirada de amor y restauración.
Porque no existe ninguna prueba en Dios, que no contenga su amor; y así te dice el Señor:
"Mi mirada, es una mirada que habla a tu corazón; que te recuerda lo débil que eres, y que no puedes por ti mismo serme fiel; para eso morí en la cruz por ti, y te he dado mi Espíritu. Por eso he orado por ti, para que tu fe no falte, para que cuando hayas sido quebrantado(a), seas levantado(a) por mi Espíritu, y me honres, me sirvas; y yo pueda usarte como usé a Pedro, para confirmes la fe de tus hermanos, que necesariamente todos vivirán procesos similares.
Y entonces me habrás conocido y me habrás aprendido amar, como Pedro me conoció y me aprendió amar; y entenderás como él, que no era con sus fuerzas, era con mi gracia, con mi Espíritu"
No olvides que Pedro inclinó su rostro, y humilló su corazón.
Ahora era trigo tratado, trigo maduro; puro, y útil para ser usado.
Así lo haré también contigo, porque he visto tus lágrimas, tu dolor, y la fe con que has guardado tu corazón"
Así escribió Pedro unos cuantos años más tarde:
"No se sorprendan si tienen que vivir diversas pruebas en la vida, porque es necesario que la fe sea probada; aunque por un poco de tiempo, tengamos que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, vuestra fe sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando sea manifestado Jesucristo"
La fe transforma la prueba en una fuente de conocimiento y sabiduría.
La prueba por la fe nos transforma a nosotros, y nos hace más semejantes a Cristo.
!Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo"