sábado, 19 de abril de 2014

DOS MALES RECLAMA DIOS


DOS MALES RECLAMA DIOS  “Una reflexión en el camino”
Por Guillermo Ávila
 

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, FUENTE DE AGUA VIVA, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen  agua” Jeremías 2:13

Son las Palabras de Dios por medio del profeta Jeremías a su pueblo Israel, diagnosticando correctamente su condición moral y espiritual, y anunciándoles las consecuencias que les traerá sobre esta tierra.

A no mediar un cambio de actitud y una correcta  decisión, el cautiverio babilónico sería inminente, una de las experiencias  más dolorosa y desastrosa, vivida por Israel como nación en  su larga historia.

No hay dudas del intento de Dios para evitarles esta dolorosa experiencia: “Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos”

Sus pensamientos, son pensamiento de bien y no de mal, son de salvación para su pueblo.

Las causas y el origen del sufrimiento humano no nacen en Dios, su naturaleza es amor, y es así como el profeta les anuncia:

“Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe pues; y ve cuan malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos”

Dios es FUENTE DE BIEN, ES  FUENTE DE AGUA VIVA  para los hombres, para todas las familias y para todas las naciones de la tierra.

Es tu maldad la que te castigará, es tu rebeldía la que te condenará.

“Los cautiverios dolorosos” en nuestras vidas se originan dentro de nosotros y no en Dios, se originan cuando abrimos nuestro corazón al mal y a la rebeldía, decisión que nos llevará  a comer lo malo y  lo amargo de la vida.

Esa fue la triste experiencia de Judas, a quien Jesús llamó su amigo, quién permitió que satanás entrara en su corazón.

Esa fue también la experiencia de aquel hijo que decidió  irse de su casa, y malgastar toda su herencia. Su decisión lo expuso al mal, a la humillación,  al dolor y a la amargura de la experiencia  lejos de su hogar.

El amor del Padre nunca estuvo en juego, su amor siempre fue mayor que sus malas decisiones y del malgaste de los recursos heredados. El amor del padre siempre estuvo con los brazos abiertos para acogerlo, perdonarlo y restaurarlo bajo la sombra de su amparo.

El mundo entero está bajo el maligno y sus huestes de maldad que operan permanentemente, habitar bajo el altísimo, es morar bajo la sombra del omnipotente, es verdadero refugio y bendición para todos quienes se refugian en Él.

El alejarnos de Dios y apartarnos de su temor, es exponernos a las influencias de maldad, a la vergüenza, y a la humillación. Es entregarnos al “cautiverio”

Dios fue claro en su diagnóstico: “ME DEJARON A MI, FUENTE DE AGUA VIVA”

Si el diagnóstico es claro, también debe ser claro el tratamiento, para garantizar una plena restauración.

Reconocerlo, y volverse al Señor es un camino probado a través de la historia, es lo que las Escrituras definen como “ARREPENTIMIENTO” “VOLVER EN SÍ”

Es lo que hizo el hijo pródigo y fue restaurado, fue lo que no hizo Judas y terminó ahorcado.

Era el camino que Dios esperaba de su pueblo,    que enderezaran su senda, para restaurarles y evitarles el sufrimiento del cautiverio.

Así lo describe el profeta:
“¿Qué tienes en el camino de Egipto, para que bebas aguas del Nilo?” y
“¿Qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas aguas del Éufrates?”

¿No te soy Yo verdadera FUENTE DE AGUA VIVA? Es el reclamo de Dios.

¿Por qué has decidido cavar para ti cisternas propias, cisternas que no retienen agua?
¿No te soy Yo mejor que el agua de Egipto, o mejor que el agua de Asiria?

Israel decidió refugiarse en Egipto y fue defraudado y quebrantado.
Israel decidió refugiarse en Asiria y terminó en cautiverio.

Amigo(a) y hermano(a):
No basta un buen diagnóstico, el tratamiento debe ser el adecuado: ¿Qué decisión tomarás  a las puertas de un cautiverio? ¿Esperarás estarlo para reaccionar, con el peligro de que sea demasiado tarde?
Dos males reclama Dios sobre las naciones:
 
“Me dejaron a mí, FUENTE DE AGUA VIVA, y
CAVARON PARA SÍ cisternas rotas, que no retiene agua”