viernes, 25 de julio de 2014

LA BENDICIÓN DE DIOS


LA BENDICIÓN DE DIOS “Una reflexión en el camino”
 Por Guillermo Ávila
  
“Y LOS BENDIJO DIOS, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgarla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” Génesis 1:28
Sin duda cuando Dios crea al hombre y le revela SU PROPÓSITO  sobre esta tierra, su elección y llamamiento incluyen SU BENDICIÓN.
Dios no eligió a los animales, ni a las plantas, ni ningún otro ser vivo creado para llevar a cabo su Propósito sobre esta tierra, Dios eligió al hombre para ello, y lo puso sobre todo lo creado con SU BENDICIÓN.
Por tanto Dios no demandará nada al hombre, sin poner en él su bendición.
¿Podría el hombre sin LA BENDICIÓN DE DIOS  llevar acabo su voluntad?

 ¡IMPOSIBLE!
Dios BENDICE  al hombre por causa de SU PROPÓSITO, y le hace responsable de administrarla correctamente, y como consecuencia deberá rendir cuenta de ello.
No es sólo importante alcanzar y recibir la bendición de Dios en la vida, también es importante cómo la administramos, si verdaderamente contribuye al cumplimiento de SU PROPÓSITO sobre esta tierra.

LA BENDICIÓN DE DIOS Y EL REPOSO DE DIOS
“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”
“Y Dios BENDIJO el séptimo día, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” Génesis 2:3
La BENDICIÓN DE DIOS sobre Adán y Eva les sería confirmada en su obediencia al PROPÓSITO DE DIOS, y  así entrarían también en su REPOSO.
En comunión con su BENDICIÓN, Adán y Eva debían comer del árbol de la vida, y así entrar en la Vida Eterna en comunión eterna con Dios, y Dios descansaría en la consumación de SU PROPÓSITO.
¡Qué bendición es el diseño de Dios para la humanidad!
Pero Adán y Eva no administraron bien la BENDICIÓN DE DIOS, la administraron para sí mismos, se creyeron más sabios que su creador, comieron del árbol que no tenían que comer, y fueron impedidos de alcanzar todos sus beneficios.
Cuanta tragedia, dolor y frustración trajeron sobre sus vidas, y así entró el mal, las enfermedades, y la muerte sobre los seres humanos.

Por esa causa Dios tuvo que enviar a su Hijo, para salvar lo que se había perdido, y restaurar en el hombre SU PROPÓSITO. La salvación del hombre no es el fin, es el medio que rectifica al hombre y lo restaura, para alcanzar el diseño de Dios.

Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, no descansará hasta la restauración de todas las cosas.

"Mi Padre trabaja y Yo hasta ahora trabajo" palabras de Jesús. 
"Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos"
"Para esto Cristo murió, y también resucitó, y está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros"
El amor de Dios no descansa, nunca deja de ser.
Al igual que Adán y Eva,  hoy muchas familias  sobre esta tierra, que  comenzaron con LA BENDICIÓN DE DIOS sobre un altar, por su mala administración, y su resistencia a comer del árbol de la vida (la sabiduría de Dios) edifican para sí mismos, y nunca  entran en el reposo de Dios, sufriendo también el despojamiento de su bendición, expuestos al fruto de sus propias acciones. Dando a luz un linaje que no honrará a Dios sobre esta tierra.
Nuestros frutos delatan nuestras decisiones: “Por sus frutos los conoceréis”

¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado! Son las palabras de Jesús cuando irrumpe en medio de los tiempos. 
Jesús confrontó a su pueblo,  por no ser depositarios de la BENDICIÓN DE DIOS, ni por ser portadores del linaje en quién serían benditas todas las familias de la tierra. Era la vocación de ese pueblo para la humanidad.
Jesús confrontó a su pueblo por la mala administración de SU BENDICIÓN, de no ser un canal de bendición para las naciones, se habían transformado en una piedra de tropiezo, para quienes sinceramente deseaban conocer a Dios, como nación no contribuyeron al cumplimiento del PROPÓSITO DIVINO, por el contrario, se opusieron y no honraron SU BENDICIÓN y esperanza para los hombres, la resistieron y la clavaron en una cruz.
Como consecuencia de ello fueron despojados de SU BENDICIÓN, ¿Y como han sufrido como nación en la historia por su rebelión?
Han cosechado el fruto de sus decisiones, pero aún está la promesa sobre ellos, cuando se vuelvan sinceramente a Dios, cuando reconozcan su error como nación, serán restaurados en SU BENDICIÓN.
Dios no puede ser burlado, lo que el hombre siembra eso también segará.
Todo hombre dará cuenta a Dios de sí, porque no somos dueños de la vida, ni de la inteligencia, ni de los recursos creados y dados por Dios, somos solo administradores sobre esta tierra. 
“PORQUE DE ÉL,  POR ÉL, Y PARA ÉL, SON TODAS LAS COSAS” Romanos 11:36

LA IMPORTANCIA DE LA BENDICIÓN DE DIOS SOBRE EL LINAJE DE LOS HOMBRES.
Dios BENDIJO a NOÉ y a sus hijos, SEM, CAM Y JAFET, porque dispusieron sus vidas para preservar SU PROPÓSITO sobre esta tierra, cuando Dios determinó exterminarla por causa de la maldad de los hombres (su mala administración).
Dios renovó sobre esta familia su voluntad: “Y BENDIJO DIOS a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra” Génesis 9:1
 Como familia eran responsables de administrar la BENDICIÓN de Dios.
Por su conducta Cam, quién llegaría a ser padre de Canaán, trajo sobre sí y su descendencia maldición, y ser siervo de sus hermanos, posición que heredaron por toda su historia.
Dios BENDIJO a SEM por causa de SU PROPÓSITO elegido para ser portador de su linaje sobre la tierra, de su descendencia nacería Abraham y nacería el Cristo, conforme a la palabra profética declarada por Dios en el huerto: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ÉSTA TE HERIRÁ en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”
Jafet su hermano, sería bendecido en la cobertura de la bendición de su hermano Sem:
Así lo declara Dios: “Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos. BENDITO por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem” Génesis 9:25-27

LA BENDICIÓN de Dios siempre es por causa de SU PROPÓSITO Y  DE SU LLAMADO A SERVIRLE, y esta permanecerá sobre los hombres en la medida de su fidelidad, y de su colaboración con su voluntad.

LA BENDICIÓN DE DIOS SOBRE ABRAHAM
“Jehová dijo a Abraham: Sal de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré, y TE BENDECIRÉ, y engrandeceré tu nombre, y SERÁS BENDICIÓN” Génesis 12:1-3
Dios llama y promete BENDECIR a Abraham por causa de SU PROPÓSITO y compromete su palabra en ello para el cumplimiento de su voluntad.
Abraham sale en obediencia, y Dios le guiará en un proceso de revelación hasta completar SU BENDICIÓN sobre su vida y sobre su descendencia.
Dios diría de Abraham: “¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser BENDITAS en él todas las naciones de la tierra? PORQUE YO SÉ que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que HAGA VENIR JEHOVÁ SOBRE ABRAHAM LO QUE HA HABLADO acerca de él” Génesis 18:17-19
¡Que confianza de Dios para testificar así de su siervo  Abraham!
¿Podría Dios declarar esas mismas palabras de nosotros?
SU BENDICIÓN, Dios no la imparte por simpatía, por nuestra capacidad, o por carácter para pelearla en la vida.
SU BENDICIÓN, Dios la imparte por causa de SU PROPÓSITO Y DE SU LLAMADO, para capacitarnos y poder hacer su voluntad sobre esta tierra.
Como Dios se lo declara a su pueblo en un momento de su historia:
 “Jehová Dios te ha escogido para ser un PUEBLO ESPECIAL (bendecido), más que todos los pueblos de la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos, sino por cuánto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres” Deuteronomio 7:6-8
LA BENDICIÓN DE DIOS  no es para enriquecernos, para alcanzar poder o fama, ni para sacar algún beneficio propio, ni para sentirnos  superiores a otros, o para manipular a las personas en provecho personal.
Dios juzgará la administración de toda bendición.
Dios traspasará SU BENDICIÓN a ISAAC hijo de Abraham a su muerte, para seguir completando SU PROPÓSITO: “Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios BENDIJO a Isaac su hijo” Génesis 25:11
Isaac traspasará LA BENDICIÓN  DE DIOS a uno de sus hijos, a quién Dios determinara para llevar a cumplimiento su voluntad.
Dios tuvo que cegar la vista de Isaac, para que en su confusión, y utilizando aún el carácter engañador de Jacob, LA BENDICIÓN fuera establecida en quién Dios había decidido bendecir, en su hijo Jacob.
¿Cuántos como Isaac nos hemos encontrado bendiciendo lo que Dios ha decidido NO BENDECIR? 

Dios decidió poner SU BENDICIÓN sobre Jacob y no sobre Esaú. 
Dios es soberano, y no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Él que tiene misericordia.
Si Dios te ha puesto como Jafet, bajo la bendición de tu hermano, ¿Por qué resistir su voluntad? Seamos fieles en el llamado y bendición que Dios nos ha otorgado.
En Cristo, Dios ha llamado a todos los hombres a ser parte de SU PROPÓSITO y de SU BENDICIÓN.
En la BENDICIÓN  de Cristo, tú y yo somos benditos, porque Dios  ha decidido BENDECIRNOS CON TODA BENDICIÓN.
No por ser buenos, no por mérito propios nos ha bendecido, es porque nos amó en Él desde antes de la fundación del mundo, y nos ha llamado con llamamiento santo.
Como Jacob no necesitamos pelear, engañar, o competir para alcanzar su BENDICIÓN, su bendición nos alcanzará solo porque fuimos llamados y escogidos en Cristo, para alcanzar SU PROPÓSITO y colaborar con su voluntad.
Muchos años ocuparían a Jacob descubrir ESA REVELACIÓN, mucho dolor, mucha amargura, y mucho trabajo innecesario, Dios le había escogido antes de nacer en el vientre de su madre, aún allí había declarado una palabra profética sobre su vida. LA BENDICIÓN DE DIOS  le alcanzaría porque el hecho que Dios se lo había prometido.
El gran conflicto de Jacob fue con su propia carne competitiva que no podía aceptar por fe LA BENDICIÓN DE DIOS, como tú y yo creía que debía pelear, competir, y hacer méritos para  alcanzarla. Sin duda se sentía inmerecedor de ella, y el peso de su conciencia por los errores cometidos, le obligaba a tener que "hacer algo"  para alcanzarla.
¿Te has encontrado en esa condición?
LA BENDICIÓN de Dios es por gracia y se recibe por fe, porque es promesa de Dios.
 Amigo(a) y hermano(a):
Nuestro llamado es andar por fe y no andar conforme a la carne, porque NINGUNA condenación hay para quienes estamos en Cristo, porque fuimos llamados para BENDICIÓN.
Dios hará que TODAS LAS COSAS (Buenas o malas, positivas o negativas de la vida) nos lleven a su BENDICIÓN, porque fuimos llamados conforme a su PROPÓSITO.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó, y a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó; a éstos también glorificó.
Dios completará lo que comenzó por amor en nosotros. Dios nos llamó para ser BENDECIDOS Y SER DE BENDICIÓN.
¿Qué pues diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?
Si Dios no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Tienes que estar seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Mi Dios suplirá todo lo que nos falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

¿No es maravilloso?
DIOS HA BENDECIDO a TODOS los que conforme a SU PROPÓSITO son llamados.

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