jueves, 26 de octubre de 2017

ENSÉÑANOS A ORAR

APRENDIENDO A ORAR "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Avila



¿Enséñanos a orar?
Fue la pregunta de los discípulos a Jesús, al ver y no entender ¿Porqué Jesús se apartaba toda la noche solo en el monte?
"Despedida la gente, subió al monte a orar aparte, y cuando llegó la noche, estaba allí solo"
Jesús se sienta tranquilamente, los llama y comienza a decirles: "Cuando oren..."
A pesar de que los discípulos habían crecido en un contexto religioso, ellos no sabían orar, y Jesús comienza a enseñarles, mostrándoles la forma incorrecta de hacerlo, que no era una relación real con Dios su Padre.
Les enseñará que la oración es "La única vía de comunicación con Dios"

Cuando oren...dijo Jesús:

1.- NO HAGAN ORACIONES HIPÓCRITAS.
     No lo hagan para buscar aplausos, por reconocimiento o buscando aprobación de los demás, para "ser vistos". Eso no es una comunicación real con Dios.

2.- NO HAGAN ORACIONES REPETITIVAS.
     "No usen vanas repeticiones" No es por repetir rezos, frases preparadas, o declaraciones de fe. No es por decretar una y otra vez palabras, que desarrollarás una relación y comunión con el Padre.

3.- NO HAGAN ORACIONES USANDO VANAS PALABRERIAS.
      No es por buscar términos rebuscados, o "Grandes palabrerías" en griego, latín antiguo, o hebreo que serán oídos, no es por un lenguaje especial que llamarán la atención del Padre, es inefectivo.

4.- NO HAGAN ORACIONES EGÓLATRAS.
     "Un hombre entró al templo a orar, y puesto en pie, oraba "consigo mismo" de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano, ayuno dos veces por semana, doy diezmos de todo lo que gano"
       Este hombre hablaba consigo mismo, con su propio ego, no buscaba comunicación con Dios.

Muchos de nosotros fuimos enseñados erróneamente, a orar de esta manera, y nunca desarrollamos una relación intima y real con Dios, como la que vivía Jesús con su Padre, y procura enseñarlo a sus discípulos.

"CUANDO VOSOTROS ORÉIS, HACEDLO ASÍ"
Fueron las palabras y la enseñanza de Jesús. Háganlo bajo estos principios.
ES LA MANERA CORRECTA.

LO PRIMERO que deben saber:
Que la oración es una relación personal, real e intima con Dios nuestro Padre, de tal manera que cuando oren, entren en un aposento y cierren la puerta.
La oración es personal y secreta.
Y consideren los siguientes principios:

1.- RELACIÓN DEL PADRE CON SUS HIJOS.
     Ora a tu "Padre" que está en lo secreto, dirígete a Él como a un Padre, digan "Padre nuestro que estás en los cielos"
No es una relación entre un esclavo y su amo, o la de un siervo ante un juez, ni siquiera una relación entre amigos.
Es una relación entre sus hijos con su Padre.
Sólo un hijo puede llamarle "Padre", sólo quién ha nacido del Espíritu del Padre puede llamarle ABBA PADRE.
A los que creen que Jesús es el Hijo de Dios, a quiénes lo reciben, el Padre les da la potestad de ser llamados hijos de Dios. Somos hijos en el Hijo, bajo la paternidad de Dios.
Sin identidad de hijos, ¿Cómo podremos llamarle "Padre nuestro"?
Jamás podremos desarrollar una relación verdadera de Padre- hijo.

2.- RELACIÓN DE ADORACIÓN.
      "Santificado sea su nombre"
Solo un hijo que ha contemplado y experimentado la grandeza, la gloria, y el inmenso amor del Padre, quién envió a su Hijo y lo reveló en nuestros corazones, puede reverenciarlo, honrarlo y santificarlo.
Es reconocerlo y alabarlo por lo que EL ES.
El es Dios, nuestro creador y creador de todas las cosas que existen.
El es digno de recibir honor, gloria y honra, de nuestro corazón agradecido.
Quién no lo ha visto, ¿Cómo podría santificar su nombre? ¿Cómo podría valorizar su amor?
Seguirá siendo lejano, e indiferente en su corazón, y no podrá desarrollar con Dios, su verdadero  Padre, una íntima y secreta relación de amor.

3.- RELACIÓN DE SUMISIÓN.
"Venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo sobre esta tierra"
Si no le hemos confesado como Señor, y no hemos creído en nuestro corazón que Dios, el Padre, le levantó de entre los muertos.
¿Cómo podremos rendirnos a sus pies?
¿Cómo podremos postrarnos ante Él y adorarlo, y desear su voluntad en nuestra vida?

Quién haya experimentado la revelación de la salvación, como fue la experiencia de Saulo de Tarso camino a Damasco, de perseguidor y enemigo de la fe, al encontrarse con Jesús cayó postrado a sus pies, y estas fueron sus palabras ¿Señor que quieres que yo haga?

Necesitamos la revelación de Jesús como el Kyrios, el Señor; para ver y ser parte del reino de Dios, y anhelarlo sobre nuestras vidas, familias y naciones.
Sobre esta tierra no es hecha la voluntad de Dios, cada cuál quiere hacer prevalecer sus propios planes e intereses egoístas, queremos eliminarle de nuestras vidas.
El hombre no percibe la necesidad del reino de Dios, pero si busca con ansias, por otros medios alcanzar sus beneficios; sufriendo la frustración de su anhelos.
Más los hijos de Dios, sabemos que solo el reino de Dios traerá la justicia, la equidad, la igualdad, el respeto a la vida, el orden, la paz, por ello buscamos y pedimos al Padre que venga su reino, para que sea hecha su voluntad aquí en la tierra como en el cielo.
Es el deseo del corazón del Padre, y debe ser también el deseo del corazón de cada uno de sus hijos.
El hijo que ama a su Padre, procurará agradarlo y honrarlo.
Es rendir nuestros sueños, anhelos y proyectos, bajo su voluntad.
Como lo hizo Jesús, su Hijo, cuando en oración delante de su Padre, oró: "Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya"
Es una relación que transforma, que nos conforma a su Hijo, y que quebranta el alma en sumisión.

4.- RELACIÓN DE PETICIÓN.
      "Danos el pan de cada día"
Es pedir todo lo que necesitamos para vivir sobre esta tierra, como hijos maduros. El pan representa todo lo básico en la vida.
Quién no ha reconocido su autoridad, y no ha desarrollado una relación de sumisión ¿Que pedirá como pan?
Como hijos desobedientes y caprichosos, solo pensarán ensimismo, en su propio bienestar y beneficio, y no procurará agradar, ni honrar a su Padre, y menos servir a sus hermanos, a quienes manipulará y abusará.
Son hijos ególatras, carnales e infantiles, nos son discípulos del reino, sin  compromiso con el Propósito y la voluntad del Padre.
¿No identificas a muchos en esta actitud? Que sólo buscan riquezas temporales, avergonzando la verdadera fe y el llamado del Señor.
Son hacedores de maldad.
Jesús dijo que para sus discípulos, el PAN necesario para la vida, sería el Espíritu Santo, que el Padre daría a todos los que en Él creyeran.
El prometió dar "Buenas cosas" y todas ellas están incorporadas en la persona, y Don del Espíritu Santo, que es para sus hijos y sus hijas, para los que están lejos, para todos los que el Señor nuestro Dios llamare.

5.- RELACIÓN DE PERDÓN.
      "Padre, perdona nuestras faltas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden"
Hay una reciprocidad entre pedir perdón y perdonar, solo entender el gran amor de Dios en su Hijo donde recibimos su perdón, nos capacita para perdonar a los demás.
Sin su amor, no podemos amarle, ni tampoco puedo amar a los demás.
El Padre no puede relacionarse con corazones rencorosos, sino perdonamos a quienes nos han dañado o herido, no podremos disfrutar de su amor y de su perdón.
Los más perjudicados siempre seremos nosotros mismos.

6.- RELACIÓN EN CONFLICTO ESPIRITUAL
     "No nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal"
     Si somos hijos de Dios y estamos comprometidos con su reino y con su voluntad, debemos saber que Satanás, ha declarado la guerra contra nuestras vidas, El no soporta que tu vida desee agradar y honrar al Padre, como lo hizo Jesús, el Hijo de Dios, sobre esta tierra.
El se opondrá, y buscará utilizar a los mismos religiosos, sin compromisos con el reino de Dios, para
dañar tu vida, e impedir que disfrutes de la bendición de Dios.
El declara una guerra espiritual para destruir tu fe, y compromiso con el reino, El no resiste que como hijo adores a Dios y le sirvas, que disfrutes de una hermosa relación con tu Padre Celestial, él usará las pruebas de la vida para tentarte, y hacerte caer, debemos permanecer firmes, someternos al Padre, resistirlo, y huirá de nosotros, tal como huyó de Jesús y no pudo derrotarlo.
Somos hijos del reino, nuestro Padre nos ama y nos guarda, El pelea por nosotros, y nos garantiza la victoria para vivir eternamente unidos con su voluntad, porque suyo es el reino, el poder y la gloria para siempre, por los siglos de los siglos.

¿Cuál es el lugar más adecuado para orar y tener esta comunión con el Padre?

En el lugar de su morada, en su templo, el cual somos nosotros, pues en Cristo, Él habita en nuestros corazones.
¿No es maravilloso?

En el antiguo testamento, Dios bendecía cosas y lugares,  y puso su presencia en el tabernáculo construido por Moisés en el desierto, y luego en el Templo construido en Jerusalén, donde se ofrecían los sacrificios, se oraba y se traían las ofrendas a Dios.
En la revelación de su Hijo Jesucristo, Dios el Padre ha venido a morar en las personas, por medio del Espíritu Santo, el que ha sido derramado sobre todos los hijos para que desarrollemos esta maravillosa relación intima, secreta y personal con nuestro Padre, en el lugar donde te encuentres, si eres hijo o hija de Dios.

La oración es la única vía de comunicación con Dios.






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