ESPERAR EN DIOS "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
"¿Por qué he de arrancar yo mi carne con mis dientes y de tomar mi vida en mis manos?
Aunque Él me matare, en Él esperaré. Ciertamente defenderé delante de Él mis caminos, y Él mismo será mi salvación" Job 13:14,15
Estas palabras son del patriarca Job, ese hombre piadoso, recto, y apartado del mal, de quién Dios da testimonio de su integridad, y que de un día a otro se encuentra en medio de una terrible tragedia en su vida.
Había perdido a todos sus hijos, todos sus bienes y con una salud quebrantada se encontraba humillado en tierra.
Job no dudaba que era Dios quién le había protegido y prosperado en la vida, así lo testificaba aún el mismo Satanás delante de Dios: "¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No les has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra"
Satanás acusa al hombre delante de Dios, que solo le sirve por interés de sus beneficios en la vida, y que cuando queda expuesto a la falta de ellos, renegará su fe: "Piel por piel, todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida. Pero extiende tu mano, toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia"
Dios permite que Satanás aflija a Job en sus bienes, en su familia y en su salud, pero no le permite tocar su vida.
Es la causa de que Job esté sufriendo esta terrible prueba en su vida.
Desde nuestra racionalidad, sin entender el conflicto espiritual detrás de todas las cosas, y sin conocer el diseño y propósito de Dios en su creación, no nos es fácil discernir los acontecimientos de la vida, especialmente cuando se sufre viviendo en integridad y en el temor de Dios, como sucedió con Job.
Buscamos razones y sentido en medio de nuestras aflicciones.
¿Qué razones tendrá Dios para permitir el sufrimiento de sus hijos?
TRES RAZONES PARA CONSIDERAR
PRIMERO
Dios no quiere que sus hijos pongan su confianza, fe y esperanza en las circunstancias, en las cosas que se ven, por muy buenas y beneficiosas que nos parezcan.
Porque como nos exhorta el apóstol Pablo: "A no mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Todas las cosas sobre esta tierra, el mundo y sus apariencias son pasajeras, son temporales, todo perecerá, y poner nuestra esperanza en cualquiera de ellas, solo nos generarán una decepción al verlas diluirse o derrumbarse.
Lo único verdadero y eterno es Dios y su palabra, y en Él debe estar nuestra esperanza y seguridad.
Debemos disfrutar las cosas que Dios nos provee en esta tierra, pero no poner en ellas nuestro corazón, nuestro corazón debe estar en Él, a quién debemos amar y anhelar.
Poner nuestro corazón en las cosas terrenales, nos pegarán a ellas, y por consecuencia no anhelaremos su venida, su reino y su justicia.
Es el primer y más grande mandamiento.
Job declaró al sufrir la perdida de su familia y de sus bienes: "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá.
Dios dio y Dios quitó: ¡Bendito sea el nombre de Dios!
No esperemos estar en pérdida en la vida, para ordenar adecuadamente nuestras prioridades.
SEGUNDO
"En nuestras debilidades Dios perfecciona su Propósito en nosotros"
Dios quiere salvar lo que se había perdido, Dios busca restaurar el "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" su diseño divino.
Es por medio de nuestras debilidades que Dios trabaja con nuestro carácter, quebranta nuestro orgullo, soberbia, y actitudes rebeldes en nuestro corazón.
Es el proceso mediante el cual Dios separa lo vil y lo impuro, para presentarnos santos y sin manchas delante de Él.
Y es el proceso mediante el cual, Dios perfecciona y lleva a madures nuestra fe:
"Es necesario que seamos probados, para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria, y honra cuando sea manifestado Jesucristo"
Es el taller del Maestro, del alfarero divino, que por medio del martillo y del cincel da forma a los vasos, para hacer de sus hijos vasos útiles, vasos de honra y vasos de misericordia.
La mejor actitud no es huir o eludir este proceso, es humillarnos, es cambiar nuestras quejas por oración, y aprender a confiar y a esperar en Él.
Job confesó en medio de este proceso: "Aunque Él me matare, en Él esperaré"
O como expresa el apóstol Santiago: "Tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa , para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna"
Así somos conformados a la imagen del Hijo, en la esperanza del amor del Padre, que anhela una gran familia de muchos hijos semejantes a su Hijo.
TERCERO
La tercera razón por qué Dios permite que vivamos estas duras experiencias, es porque Dios quiere ser el TODO en nuestra vida.
Al derrumbarse todo, al contemplar que todo se viene abajo y nos quedamos solos, solo quedará Él, transformándose en el TODO en nuestras vidas, porque Él dijo: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"
Jesús y su palabra es lo único seguro, y real en la vida.
Podrás quedar solo, sin nada, pero Él estará allí para consolarte, para fortalecerte, para decirte una vez más: "Camina delante de mí y sé perfecto"
Como fue la experiencia de José en Egipto, abandonado por sus hermanos, calumniado y encarcelado, pero "Dios estaba con José" para hacer de él un vaso de bendición para todo Egipto, y para toda su familia.
Como fue también la experiencia del apóstol Pablo, quién escribe: "En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon, pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mi fuera cumplida la predicación"
También escribió: "Fuimos abrumados en gran manera que aún perdimos la esperanza de conservar la vida. pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos"
Hasta el día de hoy somos bendecidos, por el servicio de este vaso de misericordia.
Así también Job declaró casi perdiendo toda esperanza: "Yo sé que mi redentor vive" cuando todo a su alrededor se derrumbaba, confesó "aunque él me matare, en Él esperaré"
No es un proceso fácil de asimilar, especialmente cuando estamos en medio de la crisis, pero el saber que Dios está presente en todo proceso de nuestras vidas, te permitirá en medio de tu oscuridad y confusión, empezar a ver un rayo de su luz.
Como Job declaró al final de su proceso: "Yo conozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto.
¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?
Así hablaba yo, y nada entendía; eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía"
Job no fue avergonzado en su fe, fue revindicado por el mismo Dios.
Si tú estás viviendo un proceso oscuro en tu vida, donde has visto derrumbarse aquellas cosas en las cuales habías puesto tu esperanza, y has pensado que la vida es injusta, no te quejes más, sigue este consejo del cielo:
"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grades y ocultas que tu no conoces"
"¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y sus hijos han recibido su Espíritu, que proviene de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha concedido"
Ten fe porque no estás solo, Dios está contigo aunque no lo puedas ver, El será luz en medio de tu oscuridad y alumbrará tu camino, y abrirá sendas donde no las hay.
Espera en Dios porque no serás avergonzado.
Espera en Dios aunque no es lo más fácil, pero es lo más seguro.
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