martes, 21 de julio de 2020

PONTE EN LA BRECHA

PONTE EN LA BRECHA  "Una Reflexión en el Camino"
Por Guillermo Avila






BUSQUÉ ENTRE ELLOS

“Busqué entre ellos alguno que levantara muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que no la destruyera, pero no lo hallé” Ezequiel 22:30

Son las palabras de Dios en respuesta a la desazón sufrida por un pueblo que no encontraba explicación para su dolor; el dolor provocado por el despojamiento de su tierra, la destrucción de la ciudad de Jerusalén y de su templo, y la muerte de un gran porcentaje de sus habitantes.
Es el cautiverio babilónico sufrido por los sobrevivientes de Israel ante la terrible, y sangrienta invasión de parte de Nabucodonosor, rey de Babilonia, sobre la nación.

JUNTO AL RÍO QUEBAR

Junto al río Quebar en Babilonia, era el lugar donde muchos cautivos israelitas se reunían a llorar su desolación y dolor.
Fue en ese lugar, donde vino la mano de Dios sobre un varón llamado Ezequiel, un sacerdote que junto a su pueblo buscaba una explicación a tan grande desolación.
Dios levantaría a este varón para traer una palabra profética a su pueblo; Dios usaría a este varón para mantener la fe y el testimonio de Dios, durante este duro tiempo que tuvieron que vivir como nación en Babilonia.

El Salmo 137 nos entrega un registro de la real condición espiritual de este remanente en cautiverio:
“Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y llorábamos acordándonos de Sion. Sobre los sauces, en medio de ella, colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían cánticos, los que nos habían desolado nos pedían alegría…¿Cómo cantaremos un cántico de Jehová en tierra extraña? Si me olvido de ti, Jerusalén, pierda mi diestra su destreza”

Ese remanente en Babilonia no podía superar su dolor, no podía conformarse a su condición y no podía hallar una verdadera razón a todo lo acontecido.
Fue en ese contexto donde Dios los visitó por medio de profeta Ezequiel, y les entrega una Palabra profética como respuesta a su clamor.
Fue en ese contexto donde el Espíritu de Dios lo traslada en el espíritu a Jerusalén, para mostrarle cuán justo había sido en su juicio, y en su trato con su pueblo,  así lo registra:

1.- LOS PROFETAS.
"Se conjuraron en medio de ella, sólo pensaron en sacar beneficios personales, como león rugiente que arrebata la presa. Devoraron vidas, tomaron haciendas y honra solo para sí, multiplicaron sus viudas en medio de ella, contaminaron y tergiversaron mi Palabra, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira" Ezequiel 22:25y28.

2.-LOS SACERDOTES.
"Violaron mi ley y contaminaron mi santuario; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre lo inmundo y lo limpio. Yo he sido profanado en medio de ellos" Ezequiel 22:26

3.-LOS GOBERNANTES.
"Han sido como lobos que arrebatan la presa; derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas" Ezequiel 22:27

4.-EL PUEBLO.
"Sobre esta tierra oprimía y robaba; al afligido y necesitado hacía violencia y al extranjero oprimía contra derecho" Ezequiel 22:29
Es era el juicio de Dios sobre los profetas, sacerdotes, gobernantes y sobre ese pueblo que ahora sufría el cautiverio.

¿Cuánta similitud con estos días en las naciones?

¿Cuán poco ha cambiado el corazón del hombre?

LOS PROFETAS DE HOY
Hay muchos que se declaran Apóstoles y Profetas de Dios, pero no buscan establecer ningún fundamento ni edificación en la Iglesia del Señor, su mensaje se centra solo en beneficios temporales y terrenales como la sanidad del cuerpo y la prosperidad material, prosperidad que solo es para ellos mismos; porque sólo piensan en lo terrenal, fama y poder; en sus propios logros y realización.
No hay ninguna revelación del Propósito eterno de Dios para el hombre y su llamado a edificarlo.
No están para el perfeccionamiento de los santos, ni la edificación del cuerpo de Cristo;  están solo para su propio desarrollo y se vanaglorian en sus propios logros; usando los dones del Señor y la necesidad espiritual de la gente para construir sus propios reinos.
¿Cuán distante de los  verdaderos apóstoles y profetas del Señor registrados en las Escrituras?

LOS SACERDOTES DE HOY
Los sacerdotes, ministros para enseñar a guardar la Palabra en el corazón de los creyentes, y para enseñar a vivir una vida agradable al Señor; pero ellos mismos quebrantan los principios más básicos del reino; como ser marido de una sola mujer, no avaros de ganancias deshonestas, conductas morales aborrecibles alineadas con el mundo, y no siendo ejemplos para la grey del Señor.

LOS GOBERNANTES DE HOY
Los gobernantes de las naciones solo buscan fama, gloria y poder; solo buscan  explotar para sí mismos y para quienes les sirven, un sistema ya injusto y  desechado por Dios, hombres corruptos, amantes del dinero y del poder, coludidos con quienes administran los recursos naturales en las naciones; dados por Dios para el beneficio de todos sus habitantes.

EL PUEBLO DE HOY
Un pueblo que justifica sus males en el mal ejemplo de sus propios modelos de vida. Un pueblo sin identidad propia, no reflexivo, que sigue la corriente que le imponen, y que los lleva a la perdición en sus vidas y de sus familias.
Un pueblo sin fe, sin discernimiento, que no sabe dónde poner su esperanza; que en su desesperación y necesidad justifica la violencia, la muerte, el robo y la destrucción; multiplicando más el mal para sus propias familias y para sus naciones.
Un pueblo que no sabe discernir entre lo bueno y lo malo, y sin reacción frente al mal que se le avecina, como fue la condición del pueblo de Israel antes de su destrucción y cautiverio.

LA SENTENCIA SOBRE ISRAEL

Sobre los profetas, sacerdotes, gobernantes y ese pueblo vino la decepción del Señor:
“Busqué entre ellos un hombre que levantara muro y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no lo hallé” 
Dios procuró su salvación y evitar el mal que sería inevitable:
“Por tanto, derramé sobre ellos mi ira. Con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor” Ezequiel 22:30 y 31

NUESTRA  SENTENCIA HOY


Es inevitable que segaremos en la vida lo que hemos sembrado.
La justicia de Dios tarde o temprano nos alcanza, Dios no puede ser burlado.
Él es el creador, Señor de la vida y Señor de la historia.
En este tiempo, delante de nuestros ojos, hemos visto desmoronarse la maquinaria de un sistema económico apartado de los principios de Dios.
En este tiempo, hemos visto que todo lo que no es esencial en la vida, y que ha sido construido artificialmente solo para lucrar, Dios lo ha bloqueado y paralizado, obligándonos a valorizar y a priorizar lo que sí es esencial y sí nos hace bien, lo que sí nos traerá bienestar para nuestras vidas, familias y sociedades.

Esta pandemia del Coronavirus nos ha obligado a reflexionar, a reconsiderar nuestros pasos, para encaminarnos a lo verdadero y esencial en la vida.

Hemos sido testigos, que la fe puede ser edificada incluso sin esos pomposos "templos", que basta solo una relación para edificar la fe.
En las crisis un pueblo sin fe se desmorona, y en su confusión se autodestruye.

Con tristeza hemos sido testigos del derrumbe económico, social, en la salud y en la impotencia humana frente a la muerte. 
Sin una actitud humilde frente a Dios y a la vida; nuestras lágrimas y nuestros rezos no tendrán ningún efecto, no cambiarán nuestras circunstancias, ni evitarán sufrir nuestras consecuencias.

EL DISEÑO DE DIOS

Ese no es el diseño de Dios para los hombres y para las naciones; Dios tiene pensamientos de bien y no de mal; su Propósito creacional para el hombre es maravilloso, y procura bendecir a todas las familias y naciones de la tierra.
Dios nos creó para vivir en una relación y amistad con Él; su diseño es ser su morada y disfrutar de su presencia; fuimos creados seres espirituales, lo que perdimos en el huerto por causa del pecado y que Cristo vino a restaurar.
El Padre envió a su Hijo por amor, para reconciliarnos con Él por medio de su muerte en la cruz.

 NUESTRA TRISTE REALIDAD

No importa cuán bajo nuestros pecados nos puedan llevar en la vida, y cuanto dolor nos haya provocado, si en nuestro cautiverio, al igual que Israel nos volvemos a Dios, Él estará pronto a perdonar, y a restaurar TODO lo que el pecado y la vida nos haya quitado y robado.
Así lo declaró Dios por boca del profeta Ezequiel a su pueblo, trayendo esperanza, y restaurando su fe en medio de su gran desolación.
“Yo os tomaré de las naciones, os recogeré de todos los países y os traeré a la tierra que les he prometido. Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que anden en mis estatutos y que guarden mis preceptos y los pongan por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Yo os guardaré de todas vuestras impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os expondré más al hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. Os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras obras que no fueron buenas, y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. No lo hago por vosotros, dice Jehová, el Señor, sabedlo bien. ¡Avergonzaos y cubríos de deshonra por vuestras iniquidades, casa de Israel!”

LA RESPUESTA DE ISRAEL

Dios es un Dios de esperanza, de amor y de misericordia, lento para la ira, y que se duele del castigo; y siempre busca en su amor nuestra restauración.
Fueron muchos los que escucharon y respondieron al llamado de Dios en cautiverio, por boca del profeta Ezequiel, y se pusieron en la brecha para ver la restauración de su nación: Daniel, Sesbasar, Josué, Zorobabel, Esdras, Nehemías, Ezequiel y muchos más contribuyeron para mantener la fe y el testimonio de Dios en cautiverio, y ser testigos de cómo Dios los restauraría como nación.
Fueron miles los que fueron testigos de la intervención del Espíritu de Dios sobre Ciro rey de Persia, al pregonar un decreto de respaldo para la nación, para salir y regresar a Jerusalén.
Y fueron miles los que regresaron a la tierra que habían perdido, donde reedificaron el templo y la ciudad, con la alegría y el gozo de Dios. 
Así lo registran las Escrituras en el libro de Esdras: "Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Y no podía distinguir el pueblo el clamor y los gritos de alegría, de la voz de lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta lejos"
Ahora habían lágrimas pero de alegría, Dios había cambiado su lamento en baile, su tristeza en alegría.

NUESTRA RESPUESTA

¿Nos conformaremos a esta condición y circunstancias para morir en ellas?
¿Lucharemos con fe por nuestras familias y en favor de su reino?
¿Nos pondremos en la brecha atendiendo al llamado de Dios?
La Iglesia del Señor, es la humanidad restaurada al Propósito de Dios, y es la respuesta del hombre al llamado de Dios.
Los que os acordáis del Señor, no desmayéis, ni deis tregua, hasta que Dios establezca su voluntad y Propósito sobre esta tierra.
Ponte en la brecha.
Haz vallado.


“Los que os acordáis del Señor, no desmayéis ni deis tregua hasta que Dios encienda su salvación y la ponga como antorcha sobre esta tierra”
Si al momento de leer esta reflexión, tu corazón está derramado delante de Dios, aunque aún no hemos visto su respuesta:
¡Espéralo! No abandones la brecha, porque Él no tardará, Él renovará  tus fuerzas y podrás perseverar en oración, porque SU AMOR NUNCA LLEGA TARDE.
Que en su visitación, el Señor nos encuentre en la brecha.
Ponte en la brecha.

jueves, 11 de junio de 2020

ENSÉÑAME A MIRAR CON TUS OJOS

ENSÉÑAME A MIRAR CON TUS OJOS 
Una Reflexión en el Camino
Por Guillermo Avila


"No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón" 1 Samuel 16:7

Samuel profeta de Dios, fue concebido en una cuna de oración, de quebrantamiento y humillación.
Su madre Ana, una mujer piadosa experimentada en quebranto, condición propicia para que el corazón del hombre aprenda a oír y a obedecer a Dios.
Dios se perfecciona en las debilidades humanas, y aún del Hijo de Dios se escribió, "Por lo que padeció aprendió la obediencia"
Fue en esa condición de un alma rendida y un cuerpo estéril, donde Dios haría brotar esa maravillosa ofrenda de consagración de su hijo Samuel al servicio de Dios, a quién siendo solo un niño, Ana lo entregó al cuidado del sacerdote Elí.
Nuestra más agradable ofrenda a Dios, nacerá siempre de la debilidad de un corazón quebrantado y humillado.

Así Samuel creció con un corazón dispuesto para Dios, y también aprendería a oír y a distinguir su voz, porque e
l Espíritu que Dios imparte en el corazón de los padres, es traspasado al corazón de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Aprender a mirar con los ojos de Dios es un aprendizaje de la vida, del cuál Samuel no estuvo exento.

Fue Dios quien le corrigió con las palabras de nuestro texto, cuando Samuel cumplía la misión que le había encomendado en casa de Isaí en Belén, donde debía ungir a uno de sus hijos, para ser rey sobre Israel en lugar de Saúl; a quién Dios por su desobediencia había desechado.
"No mires por su apariencia" fue la corrección de Dios a Samuel, porque yo miro y escojo según el corazón" 

Porque Samuel estaba extasiado y admirado por la prestancia y estatura de los hijos mayores de Isaí, pero Dios no escogería a ninguno de ellos, escogería al menor de los hijos, al de menor importancia a los ojos de su padre y de sus hermanos, quién no se encontraba en casa en esos momentos porque su padre lo había relegado al cuidado de sus ovejas en el campo, de donde tuvieron que enviar a buscarlo para ser presentado delante del profeta.

Isaí desconocía el corazón de su hijo David, quién le respetaba y le obedecía en todo, y quién en vez de amargarse, y rebelarse frente al trato discriminatorio de su padre y de sus hermanos, aprendió en su soledad cuidando las ovejas a buscar refugio, y protección en Jehová Dios de Israel, con quién desarrollaría una hermosa relación como el pastor de su corazón, a quién inspiradamente cantaba y adoraba en las montañas.

A este muchacho señaló Dios a Samuel como su escogido, un varón conforme a su corazón y a quién debía ungir con aceite, para ser en su tiempo rey sobre Israel.

La falta de discernimiento de Samuel, no debe ser considerada poca cosa, pues no es fácil en la vida aprender a mirar con los ojos de Dios. 


Con cuánta facilidad los hombres se equivocan en las naciones al elegir sus gobernantes y autoridades, cuando priorizan una posición partidista, un curriculum académico, un porte social, o las supuestas ventajas que cada uno pudiera conseguir; y no mirando el corazón en la elección, y  como consecuencias sufriendo las amargas  frustraciones en sus aspiraciones sociales y familiares, por la corrupción, por la avaricia, por el engaño y deslealtad en los corazones de quienes confiaron su futuro.

Si consideráramos el consejo de Dios en nuestras decisiones, porque:

¿Quién no se ha equivocado, o juzgado superficialmente a alguien, para luego reconocer aunque sea en secreto su error?¿Quién no ha depositado su confianza en alguien, para luego ser dolorosamente defraudado?¿Quién no ha sufrido de alguna decepción?

La vida nos enseña, y he aprendido que la principal causa de nuestros fracasos es nuestra egoísta naturaleza y nuestro engañoso corazón, que todo lo juzga, y lo interpreta a partir de sus propios y muchas veces equivocados intereses.

Cuánto dolor, y decepción sufrimos los hombres al ver derrumbarse delante de nuestros ojos, nuestros enamoramientos, nuestros sueños, proyectos y esperanzas; los que vemos deshacerse como la neblina de la mañana, ante los tibios rayos del sol.
Que débiles quedan expuestos los fundamentos de nuestra edificación, y cómo queda expuesta nuestra falta de conocimiento de Dios, de nosotros mismos y de los demás.

Con cuánta fuerza Dios nos advierte:"Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo. Será como la zarza del desierto, que nunca recibe cuidados: que crece entre las piedras, en tierra de sal, donde nadie vive"


¿Nunca te has sentido así, en un sentimiento de abandono y de desilusión?
¿Cuántas quejas recibe Dios cada día, de corazones heridos y quebrados?
¿Cuántas palabras necias brotan de nuestra boca, por nuestro oscurecido corazón?
¿Cuántas heridas innecesarias provocamos, bajo esta condición de nuestra alma?

La vida y los años nos enseñan a ser más cuidadosos y prudentes al tomar decisiones; más cuidadosos en nuestros juicios y apreciaciones.

Esto he visto bajo el sol, que con la medida con que mides, serás medido.
Esto he visto bajo el sol, que con el juicio con que juzgas, serás juzgado.
Fueron enseñanzas de Jesús

¿Habrá alguna puerta de escape a nuestra condición?

Dios con amor nos llama en su Hijo a negarnos a nosotros mismos, a tomar su cruz como única medida de salvación.

Dios nos llama a dejar de ser el centro de nuestra vida, y a permitir que Él nos gobierne, como un buen Padre que desea el bien de sus hijos.
“Porque yo tengo pensamientos de bien y no de mal para vosotros” nos recuerda el Señor.
Dios nos llama a cambiar de actitud.

Si permitimos que Dios ocupe el centro de nuestro corazón, su juicio será correcto, aunque por algún momento nuestra carne se duela y se resista; por causa de nuestro orgullo y soberbia, que tenemos que hacer morir.

Dios es amor, y todo lo hace inspirado en esa virtud que es la esencia de su ser, Dios es un Padre amoroso, que corrige y disciplina a sus hijos, para su bien y provecho.


"Bendito el hombre que confía en el Señor, y  pone en Él su esperanza; será como árbol plantado a la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la corriente, y no teme cuando llegan los calores, pues su follaje está siempre frondoso. En tiempo de sequía no se inquieta, y nunca deja de dar fruto"

¡Es posible ser fructíferos en Dios!


UNA EXPERIENCIA DE JUVENTUD

Me casé por voluntad de Dios y con quién Él me había señalado, me propuse formar una familia y tener hijos que honraran y sirvieran su nombre, y por su gracia y bendición  me lo había concedido; y yo le alababa y le bendecía por aquello.

Pero en mi celo sincero y pensando en ese objetivo, lo digo con vergüenza y humillación, en mis primeros años mis oraciones siempre consistían en rogar a Dios que edificara mi hogar, y que condujera los cambios necesarios para ello; todo esto obviamente, en mi personal apreciación de los hechos, lo que generaba una constante frustración en mi vida, pues consideraba de acuerdo a mi juicio, que los cambios debían producirse en quien era mi esposa.
Sin dudas detrás de este juicio, mi concepto de mí mismo era engañoso, exageradamente alto e irreprensible, y de una profunda equivocación. 
Aprendí de esta experiencia, que Dios no responde oraciones que tengan como objetivo nuestra propia satisfacción.
Aprendí de esta experiencia, cuán orgulloso y soberbio puede ser con un corazón religioso, como está escrito:"Pedid y no recibís, por que pedís mal, para gastar en vuestros deleites" 
No fue fácil aceptar su juicio y corrección sobre mi actitud, aceptar cuán ciego podía estar, y que muchas veces escudado en un supuesto servicio a Dios y querer hacer su voluntad, lo pretendía sin su gracia.
¡Cuán engañoso y perverso puede ser un corazón no gobernado por Dios, en apariencia de piedad!

Aprendí que Dios responde y se agrada, cuando pedimos conforme a su voluntad, cuando buscamos honrarlo a Él y no a nosotros.
Aprendí que si queremos hallar gracia a sus ojos, debemos aprender a orar como Él nos enseñó:

“Padre nuestro que estás en el cielo,(no es sólo Padre mío, y soy sólo un hombre sobre esta tierra) 
Santificado sea tu nombre, (y no el mío)
Venga a nosotros tu reino, (porque ya no quiero ser el centro, quiero tu gobierno)
Hágase tu voluntad, (y no la mía)
Aquí en la tierra (en mi corazón) como en el cielo"

¿Qué otra tierra puede buscar Dios, que no sea tu corazón y mi corazón?
"Si sus ojos contemplan la tierra y busca corazones perfectos para con Él, para liberar su poder y bendición"
Aprendí que un corazón perfecto, no significa que sea perfecto, es desear serlo.
Él me enseñó a orar con el corazón:
"Padre cámbiame, para que tu voluntad se exprese en mí y no la mía, para que tu bendición alcance a quienes tú has puesto bajo mi responsabilidad y cobertura, por ellos yo me santifico, sé tú santificado en mí"
"Padre crea en mí un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí" 
"Padre dame un corazón y un espíritu nuevo, para hacer tu voluntad"
"Porque tú amas la verdad en lo íntimo, y en tu secreto hazme comprender tu sabiduría"

De esta experiencia, Dios cambió mi forma de ver e interpretar la vida, y la forma de relacionarme con Él.¡Bendito sea el Señor! ¡Aleluya!

Dios escogió a David para ser rey sobre Israel, porque miró su corazón; no lo escogió porque fuera perfecto, lo escogió porque Dios sabía que aún en los momentos  más difíciles de su vida decidiría honrarlo a Él, y no se honraría a así mismo.
Consideremos algunas de las reacciones de David, expresadas en momentos difíciles de su vida bajo humillación y persecución.

"Déjalo, este no es asunto de ustedes. Si él me maldice, será porque el Señor se lo ha ordenado, y en tal caso, ¿Quién puede pedirle cuentas de lo que hace?Quizás cuando el Señor vea mi aflicción, me envíe bendiciones en lugar de las maldiciones que hoy escucho"
Son palabras de David huyendo frente a la rebelión de su propio hijo Absalón, y donde algunos buscaron humillarlo.

“¡El Señor me libre de alzar mi mano contra mi señor el rey! ¡Si él es el rey, es porque el Señor lo ha escogido!¡Que el Señor juzgue entre nosotros dos, y me vengue de Su Majestad! Por lo que a mí toca, jamás levantaré mi mano contra Su Majestad!”
Fueron sus palabras expresadas huyendo de Saúl, cuando sorpresivamente lo tuvo en sus manos, y pudo por sí mismo poner fin al conflicto:
David reconocía la autoridad como delegación divina, y en sus difíciles circunstancias, él decide confiar y esperar en Dios, él decide honrarle y no defenderse así mismo.

Amigos y hermanos:
No despreciemos el consejo de Dios, su sabiduría y su luz en nuestro caminar, será medicina para nuestros huesos, será salud para nuestra alma, y por sobre todas las cosas, liberará su bendición sobre tu vida, tu familia y tu descendencia.

Que Dios nos enseñe a caminar en su consejo, y a cosechar el fruto de sus promesas.

¡Que Dios abra los ojos de nuestro entendimiento y nos enseñe a mirar con sus ojos.

jueves, 14 de mayo de 2020

PARA TODOS LOS TRABAJADOS

PARA TODOS LOS TRABAJADOS "Una reflexión en el Camino"
Por Guillermo Ávila


“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar, llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” Mateo 11:28-30

La vida no da tregua, es agresiva y violenta, no respeta sexo, edad, rango social, ni educación, cuando golpea, golpea y derriba sin acepción. De esta apreciación escribía el gran sabio Salomón: “Más vale un puño lleno de descanso, que ambos puños llenos de trabajo y aflicción de espíritu”

Este sistema humano, creado y sustentado por el hombre, funciona solo con personas productivas y llenas de vitalidad. Quienes se cansan, se enferman y no pueden responder a las exigencias del sistema, se transforman en una carga, para pronto ser desechados.

Este sistema humano, diseñado como una propuesta para el servicio, realización y felicidad del hombre; finalmente  lo esclaviza,  lo estresa y lo  oprime; como un ente con vida independiente de quienes supuestamente lo crearon. Es evidente que no es el hombre quién lo maneja y domina, hay un ser invisible detrás del escenario, Jesús lo desenmascaró como el príncipe de este siglo, Satanás, Mamón el dios del dinero, que tiene como objetivo impedir y destruir el Propósito divino diseñado por Dios para el hombre, haciendo del dinero no solo un medio para el desarrollo humano, sino que transformándolo en un fin en sí mismo, un dios, a quién el hombre debe servir y adorar.

Un ejemplo claro de esta verdad es lo ocurrido con esta Pandemia del Coronavirus, que ha golpeado este sistema humano; hemos visto tambalear la economía mundial, y hemos podido apreciar como algunos líderes, servidores y defensores de este sistema económico humanista, están dispuestos a sacrificar vidas humanas por él; especialmente a los más débiles de la sociedad, a aquellos que sirvieron al sistema y que ahora se han transformado en una carga para él, los ancianos y enfermos crónicos.

¿Es el hombre un servidor del sistema, o es el sistema al servicio del hombre?

Este sistema ha sido puesto en balanza en medio de esta crisis, y ha quedado en evidencia su ineficacia para suplir las necesidades de las personas; el sistema no es un dios que no se le pueda tocar, y se le deba servir a como de lugar.

Si este sistema no puede dar respuestas a las necesidades humanas, se debe cambiar y modificar, no es un dios intocable, al cuál el hombre se deba ajustar;  es sólo un medio al servicio del hombre, y no un fin en sí mismo.

Los hombres no debemos endiosar ningún sistema, cada sociedad debe establecer el que mejor le acomode a su realidad, y debe poseer la flexibilidad para acomodarse a las necesidades humanas, en los distintos tiempos.

Si atendiéramos la sabiduría y el consejo de Dios, tendríamos una sociedad más justa y más equitativa; de partida, los impuestos serían más justos y proporcionales a los ingresos de cada persona.
Valorizaríamos más los servicios que son esenciales para la vida y el desarrollo del hombre, como esta Pandemia lo ha sacado a luz; un servidor de salud puede salvar vidas, no así un deportista famoso. La vida es prioridad por sobre cualquier vanidad.
Consideraríamos a una persona de mayor valor que una empresa, institución o un bien material, porque no hay empresas, ni instituciones sin personas; y los bienes tienen valor por causa de las personas.

Necesitamos cambiar el orden de nuestras prioridades en la vida, y esto comienza cuando el hombre vuelve a poner a Dios en primer lugar.
"Porque de Él, por Él y para Él fueron creadas todas las cosas"
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a Mamón”

El dinero no es malo en sí, es útil y es un medio para sustentar nuestras vidas y familias, para compartir y expresar nuestro amor hacia quienes amamos, y hacia quienes sufren necesidad, pero cuando este toma el lugar de Dios en nuestro corazón nos destruye, y nos inclina a horrendas expresiones de maldad, como hemos visto en estos tiempos en todos los niveles sociales, (La avaricia, la codicia, la corrupción, los robos, los asaltos, el abuso, los homicidios, la violencia, etc).

El amor al dinero es la raíz de todos los males en el hombre, fuimos creados para amar a Dios y para amar a nuestros semejantes.
Satanás se personaliza en él, para impedir el Propósito divino diseñado para el  hombre.

La mayor necesidad del hombre es amor, y no la obtención de bienes materiales.

Sin darnos cuenta el sistema nos  esclaviza, nos explota hasta gastarnos todas nuestras fuerzas y energías, para luego desecharnos sin misericordia.
Es tiempo para que como sociedad enmendemos nuestros caminos.
Es la mano de Dios deteniéndonos antes que sea demasiado tarde.

Antes que lleguemos al final de nuestros días y digamos: “No tuvimos tiempo para amar a Dios y servirle, no tuvimos tiempo para conocerlo, no tuvimos tiempo para aprender a vivir, no tuvimos tiempo para  nuestras familias; para jugar, disfrutar a nuestros hijos y nietos; no los vimos crecer, perdimos lo mejor que Dios nos había regalado, y todo lo que ganamos y acumulamos se puede ir en un solo día, en un accidente, en una enfermedad, o en una catástrofe como esta Pandemia.

El no poder abrazarnos, abrazar la familia, los sobrinos y nietos; es para que valoricemos hacerlo cuando el retire este mal.

Es tan clara la voz de Dios sobre las naciones en este tiempo, pero el sistema nos ha cegado y nos ha condicionado a tal punto, que no podemos oír, porque estamos  afanados y preocupados pensando en que comeremos, y como nos vestiremos mañana si no tengo trabajo.

Para muchos este sistema es su pastor, y se han hecho dependientes de él.
Dios nos está liberando, para que veamos la vida desde otra perspectiva, para que  emprendamos otra forma de vivir y generar nuestros ingresos, que no nos robe lo que en este tiempo Dios nos ha hecho recuperar.

Es doloroso escuchar cada día de muertes, y el luto en muchos hogares: Pero la vida nos recuerda, que aquello es el fin de todo hombre, y el que vive lo debe tener presente, porque con la tristeza del rostro se enmienda el corazón.

Una tormenta es agresiva, violenta, y remueve todo, pero le hace bien a la tierra; porque después de la lluvia viene el arco iris, y la tierra produce  y trae nuevos frutos.
No le tengas temor a la corrección de Dios, y abre en este tiempo tu corazón.
Porque Él hará florecer el desierto, Él hará brotar aguas en el sequedal, Él sanará y restaurará la tierra.
"Dura cosa es dar coces contra el aguijón", no resistamos este proceso de Dios, no resistamos su disciplina de amor.
Es lamentable ver líderes mundiales resistiendo lo irresistible.

Suelta tus temores, suelta todo y deja que sólo quede ÉL, deja que Dios obre; Dios tiene muchas maneras de obrar, no dudes, confía porque Él te sostendrá, Él te sustentará y te dará descanso.

Puedo oír sus palabras: “Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar, lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” 
“Tienen que aprender de mí que soy manso y humilde de corazón" 

La evidencia de que hemos aprendido de Él, es que estamos dispuestos a ser enyugados con Él, y hemos renunciado al Yugo opresor de este sistema maligno, para servir al Señor con todo nuestro corazón.

Renuncia a caminar esclavizado a Mamón y toma su yugo, permite que Él sea tu Señor, y que esté en el centro de tu corazón, que Él gobierne tu vida, que Él guíe tus pasos. 
Vive para Él, sírvele a Él, estudia para Él, cásate y forma familia para Él.
Ama, sirve, trabaja, disfruta y comparte los bienes que Dios ponga en tus manos, deja que Él sea tu universo.

Tal vez pienses que no lo mereces, porque tu mismo todo lo has arruinado y consideras que es injusto que otro, que Jesús carge  tu pecado.
Tal vez pienses que no vale la pena, porque ha sido tan profunda tu caída, que ya no ves forma de restaurar todo lo dañado, ¿Pero que más puedes perder, si ya lo has perdido todo?
Más si lo intentas, verás que sí había mucho por ganar y alcanzar, y que no lo habías conocido.
Para todos los trabajados y cargados.

domingo, 26 de abril de 2020

COMO DEJAR DE LLORAR "Una Reflexión en el Camino"

COMO DEJAR DE LLORAR
Por Guillermo Avila





"David y la gente que lo acompañaba lloraron a voz en cuello, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar" 1Samuel 30:4

Si hay un denominador común en la experiencia humana es "llorar", puede que no sepas reír, y tal vez nunca has reído, pero la vida si nos enseña a llorar; es la primera expresión al nacer y  nos acompaña durante toda la vida;  y aún cuando dejemos esta tierra más de alguno llorará.

¿Quién no ha llorado alguna vez?
¿Quién no ha llorado frente a alguna pérdida o experiencia dolorosa?

Aún Jesús, nunca se registra que haya reído en alguna oportunidad, pero si que lloró, ante la muerte de su amigo Lázaro.

"Con dolor darás a luz tus hijos" "Con dolor comerás del fruto de la tierra, que producirá espinos todos los días de tu vida" 
Así reza la sentencia divina sobre la raza humana, a causa del pecado de nuestros primeros padres.
El pecado introdujo el dolor y las lágrimas a la experiencia humana; y sólo cuando el pecado sea quitado definitivamente en la manifestación del reino de Cristo, solo entonces..."No habrá más muerte, ni habrá llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron" 
"Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos" Apoc. 21:4

Mientras vivamos en esta tierra, es y será una experiencia común para todos los hombres.
¿Qué madre no ha llorado alguna vez por un hijo?
¿Qué hombre no ha sido quebrantado al sufrir la impotencia de un fracaso, de una pérdida valiosa, de un divorcio, o de una enfermedad dolorosa?
¿Cuántas lágrimas han sido derramadas sobre esta tierra?
¿Cuántas lágrimas han sido derramadas en el altar de nuestro Dios desde Adán, por hombres y mujeres quebrantados; frente a injusticias de la vida, a la soledad, al abandono, al abuso, al maltrato, o frente a un hijo rebelde?
¿Cuántas lágrimas han sido derramadas, por no entender lo que pasa a nuestro alrededor, dentro de nosotros, o frente a nuestros conflictos existenciales, donde nuestra alma no halla reposo?

En nuestro texto las Escrituras nos describen una angustiante experiencia de dolor en la vida de David y de los 600 hombres que le acompañaban, cuando regresaron a la ciudad filistea de  Siclag; donde se habían establecido junto a sus mujeres e hijos.
"Y David y la gente que lo acompañaba lloraron a voz en cuello, hasta que les faltaron fuerzas para llorar"
Lloraron hasta que se les agotaron las fuerzas.

¿CUÁL FUE LA CAUSA DE TANTO DOLOR?

¿Qué había ocasionado tanta angustia?

David huía del rey Saúl, y junto a sus hombres, con sus respectivas familias, se habían refugiado en esta ciudad filistea de Siclag. 
Mientras David y sus hombres estaban ausentes, los Amalecitas atacaron la ciudad, la saquearon, la incendiaron, y se llevaron cautivos a sus mujeres y a sus hijos. 
Esta pérdida  había ocasionado este gran dolor sobre ellos.

¿Cómo habrías reaccionado frente a una tragedia similar?

Fue un tiempo de gran humillación y de quebranto en la vida de David; el llegar y ver sus hogares calcinados por el fuego, sin encontrar a ninguno de sus seres queridos; en el silencio y la soledad solo pudieron llorar hasta que se les acabaron las fuerzas.

Detrás de todo dolor Dios siempre está en control, está trabajando y perfeccionando su Propósito en la vida de los hombres. 
Dios estaba conformando el corazón de David a su corazón; quién en su tiempo llegaría a ser rey de Israel.
Dios se perfecciona en las debilidades humanas.
"David se angustió mucho, porque la angustia del pueblo era mucha, por sus esposas, sus hijos y sus hijas"
David era su líder, y le responsabilizaban por lo acontecido, y  aún hablaban de apedrearlo, pues el alma del pueblo estaba llena de amargura.
Parecen incomprensibles las reacciones humanas, pero es el precio, que debe pagar  todo aquel que asume un llamamiento de Dios como David.
Habían suficientes razones para llorar.

¿CÓMO DEJAR DE LLORAR?

¿Cómo hallar consuelo en medio de tantas lágrimas?
¿Cómo permitir que nuestras lágrimas limpien nuestros ojos, y nos permitan ver la bondad de Dios, más allá de nuestro dolor?

Analicemos la experiencia de David:

DAVID HALLÓ FORTALEZA EN JEHOVÁ SU DIOS.

Para David su dolor y sus lágrimas fueron el camino para buscar,  hallar refugio y fortaleza en su Dios; su dolor implementó su deseo y anhelo de Él.
Su corazón piadoso no le permitió huir, ni rebelarse frente a su dolor; lo volcó hacia su Dios.
"David halló fortaleza en Jehová su Dios"

Nuestro dolor y nuestras lágrimas no nos han sido dadas sólo para sufrir y morir, son el medio divino en nuestra condición caída; para aprender y experimentar el consuelo de Dios, para recibir su fortaleza y aprender a oír su voz.

No significa que automáticamente nuestras circunstancias cambiarán.
Significa que en medio de nuestras circunstancias, podremos experimentar su consuelo, hallar refugio y recibir su 
fortaleza.
Significa que ya no habrán quejas, que ya no habrá amargura, que solo habrá una rendición del alma que ha aprendido a reposar en Dios.

DAVID CONSULTÓ A JEHOVÁ SU DIOS.

Sólo un corazón consolado y fortalecido por su gracia, tendrá las fuerzas para buscar y recibir el consejo divino.
Sólo un corazón consolado y fortalecido por su gracia, será sensible para aprender a oír su voz.

David buscó y recibió una "PALABRA DE DIOS," que fue luz a su camino y que alumbró su oscuridad.
"Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos" 1 Sam. 30:8
Esa fue la Palabra recibida que llenó su corazón de fe.
Porque la fe viene por el oír, el oír una Palabra de Dios.

Si Dios nos consuela y fortalece, es porque quiere guiarnos y conducirnos a su salida, a que caminemos por sus obras preparadas de antemano para nosotros, eso ocurrió con David.

Dios abriría sendas donde no las hay, y  abriría camino donde no había, y lo conduciría a la victoria.

El consejo de Dios para David fue ponerse en pie y perseguir a los Amalecitas; y junto a sus hombres obedeció, sin saber donde los encontraría y cómo los enfrentaría.
Su obediencia lo condujo a la estrategia de Dios.

LA ESTRATEGIA DE DIOS

Andando por el camino, hallaron a un hombre egipcio moribundo, a quién hicieron misericordia; lo alimentaron y le permitieron descansar, hasta que volvió a él su espíritu, porque no había bebido agua y no había comido durante tres días y tres noches; y para sorpresa de ellos resultó ser un siervo de uno de los Amalecitas que habían incendiado la ciudad, y llevado cautivos a sus mujeres e hijos; este hombre egipcio había sido abandonado a la muerte por su amo, por encontrarse enfermo y desvalido.

Dios usó este acto de amor y misericordia.
Dios usó a este hombre egipcio, para conducir a David y alcanzar a los Amalecitas, a quienes encontraron bebiendo y comiendo, celebrando el gran botín conquistado; y en ese lugar David los derrota por sorpresa, recupera todo lo perdido, y es recompensado con un gran botín. 

Si David hubiese cerrado su mano para ayudar y socorrer a este hombre egipcio moribundo, nunca hubiese descubierto la dirección de Dios.
"Y rescató David todo lo que los Amalecitas habían tomado, y libró asimismo a sus dos mujeres. No les faltó nadie, ni chico ni grande, así de hijos como de hijas, ni nada del robo, de todas las cosas que les habían tomado, todo lo recuperó David" ¡Aleluya!

Los Amalecitas en las Escrituras representan al enemigo de Dios, y de su Propósito para su pueblo. 
Los Amalecitas habían atacado siglos antes, en el desierto y cobardemente, por la retaguardia al pueblo que Dios que era conducido a la Tierra Prometida; en esa oportunidad, le habían dado muerte a los débiles niños, ancianos y enfermos, que rezagados avanzaban junto al pueblo cansados y sin fuerza. 
Dios les dió la victoria por mano de Josué.

Esta vez procuraban impedir que David progresara, y asumiera el reino de Israel, se habían llevado cautivas a sus mujeres y niños desprotegidos.

Los Amalecitas representan para nosotros, todas aquellos impedimentos que buscan nuestra retroceso, que se interponen a nuestro camino, para producir  dolor y sufrimiento que nos impidan avanzar, y poseer las promesas de Dios.
Los Amalecitas representan al Maligno, que solo sabe y busca matar, robar, y destruir todo lo que Dios edifica en sus hijos.

Debemos aprender que no basta experimentar su consuelo y fortaleza en medio del dolor, debemos buscar una Palabra de Dios, que nos levante, que nos sostenga y nos guíe para enfrentar el mañana.

Necesitamos oír su voz, su consejo, una Palabra que nos infunda fe, que nos muestre el camino, que nos saque del dolor y nos libre de la angustia, y nos introduzca en su victoria.

Y como David, no debemos dejar de hacer el bien a pesar de nuestro dolor, a socorrer a quién requiera nuestra ayuda, porque no sabemos si ese será el puente de Dios, que te guiará a la victoria en nuestra situación.

"Invócame en el día de la angustia, yo te libraré, y tú me honrarás" Salmo 50:15

Dios honra a los que le honran.

DAVID HONRÓ A DIOS EN LA VICTORIA.

"David compartió el botín recuperado y ganado por partes iguales con todos sus hombres, con los que habían estado en el frente de batalla y con los que habían quedado cuidando del bagaje"

David reconoció que fue Dios quién les dio la victoria, que no fue el fruto de sus habilidades, de su valentía o esfuerzo; él entendía cada uno había participado conforme a su fuerza y responsabilidad. La gloria y el reconocimiento le pertenecen sólo al Señor.

Debemos ser generosos con todo lo que Dios nos da, y no sólo pensar en nuestras necesidades.
Fue la diferencia marcada entre los Amalecitas y David.
Debe ser la diferencia marcada entre el mundo y los hijos de Dios.

¿No fue la actitud de Jesús en la cruz al morir por todos nosotros, al perdonar a quienes le humillaron y crucificaron, y al salvar a aquel ladrón crucificado a su lado?

El Señor suplirá todo lo que nos falte, y lo hará con cada uno de sus hijos.

"Porque por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría"


jueves, 2 de abril de 2020

"UN PUÑADO DE HARINA" Una Reflexión en el Camino 
Por Guillermo Avila 





“Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija. Ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir” 1 Reyes 17:12 

"UN PUÑADO DE HARINA" ES EL TÍTULO DE ESTA REFLEXIÓN

¿Qué entendemos por un puñado de harina?

Es un puñado de semilla de trigo procesado; y esto fue lo que Dios demandó a esta mujer viuda en medio de su terrible tragedia, por medio del profeta; para traer su intervención sobrenatural sobre su casa, y cambiar su destino. 

CONTEXTO HISTÓRICO 

Era un tiempo terrible, el que vivía el mundo de esa época; porque una terrible sequía golpeaba la tierra; en los campos asolaba la muerte; se habían secado la fuentes de las agua, el hambre y la sed golpeaban las familias, y ya no había provisión, pues no había llovido por largos días.
Esto ocurrió en un pueblo llamado Sarepta, de Sidón, donde residía esta mujer viuda junto a su pequeño hijo; donde ya no había para ella una mano solidaria, estaba sola, desamparada, y sin esperanza en su condición.
Había agotado todas sus provisiones de reserva, y sólo esperaba la muerte, como único desenlace.

A ese contexto, y a esa viuda, Dios envía al profeta Elías, a quién Dios estaba usando para tratar con Israel, y hacer volver a su pueblo a su Dios.

Fue también una historia gloriosa, que nos muestra la soberanía de Dios sobre los acontecimientos humanos, y como Dios usa aún la naturaleza, y a una mujer viudad, para llevar a cumplimiento sus propósitos sobre esta tierra.

Esta historia también nos muestra, el amor y la misericordia de Dios frente a las crisis humanas, de como Dios puede suplir sobrenaturalmente y soberanamente las necesidades humanas cuando encuentra un corazón para Él, como es el caso de esta mujer.
Esta mujer viuda y desamparada, recibió la visitación de Dios por medio del profeta; y pudo experimentar la provisión de Dios en medio de su tragedia.
Dios cambió el destino de su vida y de su familia.

Pero así fue la primera reacción de esta mujer viuda, a la visitación y demanda de Dios a su vida, a travez del profeta.

“Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija. Ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.” 

NUESTROS TIEMPOS

Frente a esta pandemia del Coronavirus, una realidad trágica para el mundo, ¿Cómo es nuestra reacción? 

¿No es una situación similar para muchos, que viven en angustia, temor e incertidumbre, frente a este virus que siembra la muerte y el dolor sobre esta planeta? 

Temor no sólo a morir, sino que temor a no tener provisión, para sobrevivir como familias.
Temor frente a este microscópico virus, que ha golpeado a millares de familias en el mundo, que han sufrido la pérdida de seres queridos, que ha paralizando todo este sistema financiero humano, paralizando sus empresas; creando un caos en las economías de las naciones, y mercados en todo el mundo, afectando negativamente los ingresos, y el sustento de las personas y sus familias, al perder sus empleos; muchos solo ven un futuro incierto. 

¿No era así la condición que vivía esta  viuda de Sarepta? 

Especialmente cuando hemos puesto nuestra fe, y nuestra confianza en la seguridad de un empleo, de la empresa, institución, o en el gobierno de turno; un sistema que vemos con nuestros ojos cada día desmoronarse.
Esa era la realidad de esta mujer viuda, de Sarepta, frente a la crisis que estaba viviendo; evidenciando una escasez de recursos espirituales para enfrentarla; una fe emocional pobre y deficiente. 

Su conocimiento de Dios no podía socorrerle en su angustia, su fe en Dios, no eran la fe ni el Dios de Elías. Y así lo reconoce en sus propias palabras: 

"Vive Jehová tu Dios" 

Tu Dios Vive, más mi Dios está muerto, y no puede hacer nada frente a mi cruda realidad, solo me espera junto a mi hijo, la muerte. 

También es la cruda realidad de muchos de nosotros, frente a esta crisis; al igual que esta mujer conocemos intelectualmente al Dios de Elías; de como Dios lo sustentó en las montañas junto al arroyo de Querit, y como Dios lo alimentó por medio de cuervos; pero no es nuestra realidad. 
Porque muchos de nosotros "sabemos" acerca del Dios de Elías, como sabemos del Dios de Moisés, de como Dios se le reveló en el desierto, cuando fue llamado; de como Dios lo guió para liberar a ese pueblo de la esclavitud de Egipto, de como Dios abrió en dos el Mar Rojos para que cruzaran en seco; y como Dios lo sustentó en el desierto junto a su pueblo. 
Muchos de nosotros "sabemos" acerca del Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob o de José; de ese joven soñador, que fue librado por Dios de la envidia y maldad de sus hermanos, de como Dios lo guardó en casa de Potifar, en la cárcel; y como Dios lo exaltó en Egipto, poniéndolo como administrador de todos los bienes de esa nación. 

Dios lo hizo, así lo entendió José, para preservar la vida de su familia, y su maravilloso 

Propósito para su casa y ese pueblo que Dios estaba formando, y fue frente a una terrible sequía, que asoló también su generación. 

DIOS REINA, Y ES SEÑOR SOBRE TODAS LAS COSAS, Y CONDUCE SOBERANAMENTE LA HISTORIA DE LOS HOMBRES. Y EL NO HA CAMBIADO.

Nuestro GRAN PROBLEMA no es Dios, nuestro problema es que "sabemos" intelectualmente muchas cosas acerca de Dios, pero no lo conocemos a Él, en nuestro corazón, porque la FE es del corazón, y se llama REVELACIÓN. 

¡Vive Jehová tu Dios! Fue la declaración de esta mujer, y también podría ser la nuestra.
¡Vive Jehová el Dios de Abraham, de Jacob, de José o de Moisés! 

¿Pero Vive nuestro Dios? 
¿Podrá nuestro Dios librarnos de esta Pandemia, sostenernos, y sustentarnos en medio de esta gran crisis? 
¿Podrá Dios hallar FE en nuestro corazón, en su visitación? 
¿O solo encontrará quejas, dolor, angustia, temor, o desesperación? 

TODA CRISIS PRUEBA EL CORAZÓN 

Toda crisis prueba el corazón, prueba nuestra FE, y hace que se manifieste lo que inevitablemente somos, lo que hay en nuestro corazón. 
Si hay temor y desesperanza, eso brotará de nuestro corazón, como fue lo que brotó en los labios de esta viuda mujer:

"Solamente tengo un puñado de harina, y un poco de aceite en la vasija. Ahora recogía dos leños, para entrar y preparar un pan cocido para mi y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir" 

El temor y la incredulidad en el corazón, nos impiden ver el poder, y la majestad de nuestro Dios proveedor. 

DIOS CONOCE NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS 

Dios las conoce, nada escapa a su conocimiento, pero para Dios nuestras circunstancias no son el fin, son una oportunidad para crecer, para manifestar nuestra FE, para ser perfeccionados en su Hijo; para desarrollar una relación más profunda con nuestro Padre; aprender amarle, y experimentar el poder de su amor en nuestras vidas.

Las crisis y las adversidades, para el mundo son un juicio corrector, una oportunidad para el arrepentimiento, para rectificar sus caminos, y ser conducidos a la centralidad de Cristo; porque Dios se ha propuesto reunir todas las cosas en Cristo; y Él lo hará soberanamente.

Las crisis y las adversidades, para los hijos de Dios; son una oportunidad para implementar nuestro deseo y búsqueda de Él, para despertar nuestro corazón, y para crecer y madurar nuestra FE.

Tal vez alguno considere, que por la condición gentil de esta mujer,  ajena a los pactos y  las promesas de Dios, no sea merecedora de la gracia y de la misericordia de Dios; y que nosotros, por ser hijos del pacto, y servirle, seamos más merecedores de su cuidado y protección.

Pero la realidad que muchas veces vivimos, nos indican que no hay tal diferencia; nuestra Fe es tan débil e ineficaz como la de ella; y tomamos conciencia de lo liviano que nos resulta muchas veces juzgar y condenar a otro.

"Es tiempo de que el juicio comience por la Casa de Dios" 1 Pedro 4:17

Sin duda, las crisis manifiestan nuestra real condición espiritual.

"UN PUÑADO DE HARINA" LA DEMANDA DE DIOS

Dios no juzgó a esta mujer, no la condenó y no la abandonó; a pesar de su incredulidad y de todos sus temores. En su visitación, el Señor le demandó algo que ella poseía y cambiaría su destino; "UN PUÑADO DE HARINA"; con el cuál debería preparar una pequeña torta, cocerla bajo las cenizas; darle primero al profeta, y luego comerla ella y su hijo. 
Fue una demanda de FE a su corazón. 
Fe en una Palabra que Dios le entregó, y que cambió su destino. 

UNA PALABRA DE DIOS 

Elías le dijo a la mujer:
"No tengas temor; ve, haz como haz dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo" 1 Reyes 17:13 .

Dios nunca nos demandará algo que no poseamos, y no podamos obedecer.

No es ese "algo" lo que Dios busca; Dios busca FE, que nuestro corazón libere FE; porque tú y yo somos hijos de FE, pertenecemos a un pueblo de FE, y debemos vivir por FE; porque sin FE, no podemos agradar a Dios; y si se acerca a nosotros y nosotros nos acercamos a Él, debemos acercarnos con FE, creyendo que Dios es galardonador de los que le buscan, porque sin Fe no recibiremos nada de su mano. 

El profeta Elías representa al Señor y su Palabra, frente a las circunstancias que vivía esta mujer viuda; y en su visitación, le otorga una oportunidad para creer y obedecer, como un acto y expresión de su fe. 

Como lo registran las Escrituras, en otro episodio en tiempos de Jesús; en el testimonio de aquel muchacho; que a la demanda de Jesús a sus discípulos "Dádle vosotros de comer" frente a miles de personas que no habían comido por varios días; ese muchachito liberó FE de su corazón, y en un acto de FE, dispuso en las manos de Jesús esos cinco panes y dos peces que eran su colación; pero que en las manos de Jesús; se multiplicarían, y alimentarían ese día en forma sobrenatural, una gran multitud. 

Nunca debemos rehuir una demanda de Dios, porque como a esta viuda, Dios nunca nos demandará algo que no poseamos, y que no podamos obedecer, y puede ser la oportunidad de Dios, que cambiará también nuestro destino. 

Esta mujer viuda creyó y obró en FE, obedeció la solicitud del profeta, cuando Dios probó su corazón. 

UNA PROMESA DE DIOS 

A un acto de FE, Dios libera una Promesa; y así se lo declara el profeta:
Jehová Dios de Israel ha dicho: 

"La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. " 1 Reyes 17:14,15 

Y así concluye esta gloriosa historia: 

"La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la tinaja menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por medio del profeta Elías" 1 Reyes 17:16

Dios no sólo suplió las necesidades de su casa, también la hizo parte del cumplimiento de su Propósito sobre esta tierra.  
Dios es fiel y no ha cambiado.

MI PUÑADO DE HARINA, TRIGO PROCESADO 

¿Cuál es "MI PUÑADO DE HARINA" que Dios demanda para estos tiempos? 

LA HARINA es trigo procesado, es semilla de trigo molida, trabajada en un molino o en una piedra de moler; no es semilla natural, ES UNA SEMILLA PROCESADA. 

EL TRIGO; Es la Palabra de Dios que recibimos a través de nuestros sentidos. 

LA HARINA; Es la Palabra de Dios procesada, molida, trabajada por el Espíritu Santo y guardada en el corazón. 

Eso es lo que Dios busca y demanda de nosotros; un puñado de harina, un puñado de trigo procesado; de PALABRA PROCESADA y REVELADA en nuestro corazón. 

Es Cristo en nosotros, la Palabra Viva de Dios, guardada y revelada en nuestro corazón.
Fue el mandamiento de Jesús a sus discípulos: "Enséñenles a guardar mi Palabra"
Es la esperanza de gloria, frente a cualquier circunstancia.

Conocimiento intelectual lo tiene cualquiera, hay muchas mentes prodigiosas en este mundo, capacidades naturales e intelectuales; pero guardar la Palabra de Dios, procesada y revelada en el corazón; requiere una actitud espiritual y un corazón piadoso.

Para sorpresa de muchos sabios y entendidos, y la historia así lo demuestra, que para guardar la Palabra revelada en el corazón, no es imprescindible saber leer o escribir; solo requiere de una actitud espiritual, como la de esta viuda; y  como fue la  maravillosa y poderosa experiencia que vivieron los primeros cristianos, hombres sencillos y del vulgo, pero efectivos para Dios, como lo relata el libros de Los Hechos. 

Dios mira el corazón y busca FE, una actitud para Él. 

En tiempo de crisis, todo lo que hemos aprendido y recibido hasta ese día; si no le hemos permitido al Espíritu Santo, que lo haya procesado, revelado, y guardado en nuestro corazón; es lamentable y triste, pero es la verdad, no nos servirá de mucho en medio de la prueba.

Ese "conocimiento" no nos salvará en el día de la angustia, no evitará que nos hundamos en el mar, no nos salvará en la aflicción, ni nos salvará en el día del juicio. 
Y esta es la realidad de muchos, que se dicen "cristianos" 

LA PALABRA DE DIOS PARA NOSOTROS 

Pero Dios que es rico en amor y en misericordia, revelada para nosotros por medio de su Hijo; en este día, por medio de su Espíritu Santo, nos entrega esta Palabra, para que por medio de ella recibamos Espirtu de FE, para creerla y obedecerla.

Abre tu corazón y recibe ESPÍRITU DE FE,  y permite que en este tiempo, su Espíritu procese esta Palabra y la guarde en tu corazón. 
Para que en su visitación, Dios halle FE en nuestro corazón.

Este es "Nuestro puñado de harina" y "Nuestra porción de aceite", que debemos traer y poner a los pies del Señor. 

LA PROMESA DE DIOS PARA NOSOTROS

En este tiempo de crisis y Pandemia del Coronavirus; que será un tiempo, donde muchos en las naciones sufrirán el impacto de la paralización de la economía mundial; de una crisis nunca antes vista en las naciones; LOS HIJOS DE DIOS, que permitan este proceso de su Palabra en su corazón, al igual que la viuda de nuestra historia; el Dios de Elías, que es nuestro Dios, y que no ha cambiado; nos declara esta promesa: 

"AUNQUE HAYA ESCASEZ  Y DESEMPLEO, NO FALTARÁ EN TU CASA, LA PROVISIÓN SOBRENATURAL DE DIOS" 

¿La crees? ¿La recibes de parte de Dios?

Y como un acto de fe y obediencia en este tiempo, los hijos de Dios, no debemos cerrar nuestras manos para dar, no debemos cerrar nuestras manos para compartir con el que padezca necesidad, y golpee nuestra puerta; no debemos dejar de honrar al Señor y su Palabra, no debemos dejar de sustentar su obra sobre esta tierra, y de poner siempre a Cristo y su Palabra por delante, incluso cuando seamos probados en nuestro corazón, frente a nuestras propias necesidades; porque el Dios Todopoderoso, que reina sobre todas las naciones de la tierra, y las circunstancias de los hombres; nos declara: 

"QUE LA HARINA DE LA TINAJA NO ESCASEARÁ, NI EL ACEITE DE LA VASIJA DISMINUIRÁ, HASTA EL DÍA EN QUE DIOS PONDRÁ FIN A ESTA PANDEMINA DEL CORONAVIRUS SOBRE LA TIERRA"

Porque Dios nunca nos desamparará, ni nunca nos abandonará. 

Porque Dios nos diseñó para dar, "Porque más bienaventurado es dar que recibir" porque dando, es como recibimos; aunque no siempre resulte más fácil.

Jesús lo enseñó: "Dad y se os dará, medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo" Lucas 6:38 

Jesús fue nuestro ejemplo: 
"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" 2 Corintios 8:9 
Jesús se dio y se entregó por amor en la cruz, por todos nosotros.

Nuestra fe y obediencia; liberará los recursos del cielo, y abrirá puertas que nosotros no podemos abrir, y experimentaremos al Señor, como nuestro proveedor en este tiempo, nos sorprenderá; y entenderemos:

Que no ha sido este sistema nuestro proveedor, que no ha sido nuestro trabajo, que no han sido nuestras fuerzas, ni nuestras habilidades; que la fuente de nuestro sustento ha sido, es, y será nuestro Señor. 

¿Podemos decir amén a esta Palabra?

"El Señor es mi Pastor, y nada me faltará" Salmo 23:1 

"Porque nuestro Dios suplirá todo lo que nos falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" Filipenses 4:19 

En este tiempo de debilidad humana, Dios se hace fuerte, y perfeccionan su Propósito en la vida de sus hijos.

Rindamos nuestro corazón a sus pies y permitamos que su Espíritu Santo, procese esta Palabra dentro de nosotros, en nuestro corazón nos sea revelada; para que en el día de su visitación; Dios halle FE en nuestros corazones, y podamos  experimentar su maravillosa provisión.


Es "NUESTRO PUÑADO DE HARINA" que puesto en sus manos, sustentará nuestras vidas, nuestras familias, y su obra sobre esta tierra. Amén.