¿POR QUÉ UN
ESTABLO PARA JESÚS? "Una reflexión en el camino"
Por
Guillermo Ávila
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en
pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el
mesón” Lucas 2:7
Jesús en cuanto a su descendencia terrenal provenía del linaje
del rey David, y estaba escrito que nacería en la ciudad de Belén. Para Dios
todo obedece a su Propósito Eterno para el hombre, para Él no existe la
casualidad y las circunstancias fortuitas, sin duda, hay un propósito divino en
como se dieron las circunstancias de su nacimiento.
¿DISCRIMINACIÓN?
Nuestro texto relata que no solo no había alojamiento, sino que no había
alojamiento para ELLOS. Abiertamente había una discriminación para José y María
no fácil de explicar, y lo único que encontraron a su alcance fue un establo
sucio y mal oliente para animales, donde habilitarían un pesebre para el
nacimiento de Jesús.
Con el tiempo descubriremos una maquinación maligna que
procuraba evitar su nacimiento, crecimiento y desarrollo del ministerio
terrenal del Hijo de Dios.
Los Evangelios nos relatarán como Satanás procuró asesinar a
este niño, y como cientos de niños menores de dos años murieron por un edicto real de Herodes, y solo por una
advertencia divina José y María huyeron por un tiempo a Egipto.
El Evangelio de Juan nos relata que: “Jesús vino a los suyos y los suyos no le
recibieron”
Dios determinó que Jesús su Hijo naciera en estas
condiciones, y de ello podemos aprender muchas lecciones. Como qué:
- Su nacimiento deja al descubierto la pobreza de amor y caridad entre los seres
humanos para acogernos y tendernos la mano.- Su nacimiento descubre la humildad y sencillez de Jesús para llevar a cabo sus designios.
-Su nacimiento nos muestra que para asumir la responsabilidad paternal de amor y cuidado sobre nuestros hijos, aún un establo es suficiente para ello.
- Su nacimiento nos muestra que no importa “la cuna”
donde nacemos, no hay excusas, ni
circunstancias que puedan impedir al hombre agradar y hacer la voluntad
de Dios.
- Su nacimiento nos enseña que aún dentro de un establo
encontraremos un pesebre que supla nuestra necesidad, Dios no siempre satisfacerá nuestros deseos, pero si siempre cubrirá
nuestras necesidades.
Su nacimiento descubre nuestra realidad humana dañada por el
pecado. Como qué:
- A pesar de nuestro desarrollo intelectual, económico y
tecnológico: No habrá lugar para Él en nuestro corazón.- A pesar que Él es Dios, Creador, Dueño, Rey y Señor del universo, le impediremos reinar y ejercer autoridad sobre nuestras vidas y proyectos.
NO HABRÁ LUGAR PARA ÉL.
Dada esta condición: ¿No se justifica lo maravillado que estaban los ángeles ante este acontecimiento divino?
Su exclamación gloriosa sobrepasaba todo asombro celestial, no podían entender tanto amor y tanta misericordia de Dios para con los hombres.
¡GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS! ¡GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS!
Era la única reacción angelical ante la virtud divina.
No podían entender tanto amor a una raza indiferente, tanta misericordia ante tanto desprecio, tanta buena voluntad de Dios, para hombres irracionales e indiferentes ante su creador.
¿Cómo Dios podía tener pensamientos de bien para quienes deliberadamente lo rechazaban y se definían abiertamente enemigos de su amor?
¿Cómo Dios podía amar al hombre pecador?
EL ESTABLO, era el reflejo de la condición moral y espiritual de este mundo, y en esa condición Dios había decidido nacer.
¿No quebranta tu orgullo tanto amor? ¿No quebranta tu soberbia tanta misericordia?
¿Podrás seguir viviendo indiferente a Él?
¿Podrás pasar otra navidad sin que halle lugar en tu corazón?
Si Él ha decidido amarte a pesar de tu condición, si Él te ha perdonado todas tus rebeliones, y te ha escogido para hacerte depositario de su amor.
Si Él te ha invitado a su Casa, ha preparado lugar para ti, para sentarte a su mesa, que seas parte de su familia y que te reciba como un hijo, con todos los privilegios de su Hijo.
Nosotros podemos amarle, porque Él nos amó primero.
Amigo(a) y hermano(a)
Tú y yo somos ese ESTABLO donde Jesús ha decidido nacer, y el pesebre es nuestro corazón.
¡JESÚS hay lugar para ti en mi!