martes, 19 de mayo de 2015

UNA GRAN FE "UNA REFLEXION EN EL CAMINO"

UNA GRAN FE
Por Guillermo Ávila

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió una palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, GRANDE ES TU FE; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora” Mateo 15:21-28

Jesús exaltó la Fe de esta mujer, “GRANDE ES TU FE”.
Hasta tal punto puede crecer nuestra FE que logra unir lo que yo quiero con lo que Dios quiere; así se lo manifestó a esta mujer: “Hágase contigo como quieres”
Lo que ella quería era lo que Dios quería. “Y su hija fue sanada desde aquella hora”

Si hay algo que produce placer y agrado al corazón de Dios es UNA FE CRECIDA; porque sin FE es imposible agradar a Dios.

Esta había sido la enseñanza de Jesús reiterada a sus discípulos. La necesidad de una fe que crece, les había dicho: “Porque el Reino de los cielos es SEMEJANTE al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, el cual a la verdad es  la más pequeña de las semillas; PERO UNA VEZ QUE HA CRECIDO, es la mayor de las hortalizas, y se hace un árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”

Jesús que sabe TODAS las cosas y que sabía lo que iba hacer. Sabía que estaba frente a UNA FE CRECIDA, FUERTE Y SÓLIDA, y era una hermosa oportunidad para enseñar a sus discípulos, y para dejarnos una enseñanza a todos nosotros en los siglos venideros;  COMO UNA FE DEBE CRECER.

Sin duda la fe de esta mujer había crecido, y el evangelio de Marcos nos muestra como esta creció y se desarrolló: “Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero NO PUDO ESCONDERSE. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego QUE OYÓ DE ÉL, VINO, Y SE POSTRÓ  A SUS PIES” Marcos 7 :25

Una Fe que crece se desarrolla por OIR A y DE JESÚS. Es tan importante lo que OÍMOS de Jesús, especialmente en este tiempo donde muchos muestran a un Jesús distorsionado. La fe crece por el OIR a Jesús, esta mujer escuchó lo correcto de Jesús y eso permitió que su fe creciera en forma correcta.

Una verdadera fe SIEMPRE ENCONTRARÁ A JESÚS, porque es perseverante en su búsqueda, porque sabe que el que busca halla y al que golpea se le abrirá, aunque sea a la mitad de la noche; Dios se levantará como enseñó Jesús, por su importunidad y le dará TODO lo que necesita.

Una verdadera fe sabe que debe ir a Jesús ante su necesidad, que no hay otra respuesta para las necesidades de la vida, no hay otro PAN que sacie su hambre.

Una verdadera fe sabe que debe venir y postrarse a sus pies, humillar su corazón, porque sabe que no hay mérito alguno en él, que Dios no responderá por ser su amigo y Padre, lo hará porque es BUENO Y MISERICORDIOSO; y en Jesús ha hecho un PACTO de amor y de misericordia para todos los hombres. La FE perseverará en ello.

En la historia de esta mujer podemos descubrir las características de UNA GRAN FE, que sin duda agrada y satisface el corazón de Dios.

1.- UNA FE GRANDE NO SE INTIMIDA ANTE LA MAGNITUD DEL PROBLEMA.
Una gran fe no se intimidad ante la magnitud de la montaña, que representa la magnitud de tu problema o dificultad delante de tus ojos.
Su hija era atormentada “gravemente” por un demonio. Era un gran problema, imposible de resolver humanamente en su tiempo como también en el nuestro. Era un dolor y un tormento muy grande para su familia, que tal vez muchos de nosotros nunca hemos vivido y no quisiéramos nunca vivirlo.

Más ella sabía que para Jesús, el Señor, el Hijo de David, no había nada imposible. Él era Dios, el creador de todas las cosas, y por quién todas las cosas subsisten.
Ella había OÍDO, que en Jesús, el Mesías de Israel, Dios había prometido UN PACTO DE GRACIA Y DE MISERICORDIA, no solamente para Israel, sino para TODAS las familias de la tierra. Ella había OÍDO que en Jesús Dios estaba dando libertad a los cautivos, que Jesús no había venido para condenar al mundo, sino para que el mundo fuese salvo por Él.
Ella sabía que TODO mal provenía de Satanás el diablo y que Jesús había venido para deshacer las obras del diablo.
Ella sabía que solo en Jesús tenía esperanza del favor de Dios a su necesidad.

Como Josué y Caleb, quienes no se intimidaron frente a los hombres gigantes, armados, y numerosos, frente a las ciudades amuralladas como verdaderas fortalezas, ante la cantidad de obstáculos que tendrían que vencer para conquistar LA TIERRA PROMETIDA, porque creyeron que Dios estaba a su favor y su amparo se había apartado de los hombres de esa tierra.

Así esta mujer no se intimidó ante la magnitud de su problema, porque había escuchado y creído que Jesús es MAYOR que todos los problemas.

2.-UNA FE GRANDE NO SE DETIENE ANTE EL SILENCIO DE JESÚS
“Pero Jesús no le respondió palabra”
Cuantas veces nos hemos encontrado en medio de un gran dolor y dificultad, y hemos acudido a Jesús, hemos llorado a sus pies y solo hemos obtenido su silencio.
Jesús nunca hace nada sin un Propósito Divino.
Si Jesús no respondió palabra, es que Él sabía lo glorioso de la Fe de esta mujer y la Gloria de Dios que alcanzaría para su familia.

La verdadera Fe sabe que cuando Dios guarda silencio, es porque hay UN PROPÓSITO MAYOR, y sabe que Dios no solo desea satisfacer nuestras necesidades temporales, ÉL desea encaminarnos en su PROPÓSITO ETERNO.
Jesús prueba la Fe de esta mujer delante de sus discípulos, para que fueran testigos de la manifestación de UNA GRAN FE.
Ella en vez de desanimarse o volver atrás, se postró a sus pies y reiteró su oración: ¡Señor, socórreme!

DEBEMOS SABER que cuando Dios guarda silencio, es porque está trabajando, esta edificando nuestra vida, quebrantando nuestro orgullo y soberbia, trabajando con nuestro carácter, dejando manifiesto nuestras verdaderas intenciones, si nuestra búsqueda es sólo por lo que Él nos puede dar o por lo que Él es.
El nos ama y nos busca para sí.

3.- UNA FE GRANDE RESISTE LA OPOSICIÓN DE LOS HOMBRES,  y aún la de sus propios hermanos.
“Entonces acercándose sus discípulos, LE ROGARON, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros”
En otras palabras le rogaron: “No atiendas su necesidad, despídela, no nos importa su dolor, que se vaya y muera en su dolor y tormento”

Cuán duro e insensible puede ser el corazón humano, y con esos hombres Jesús pretende llevar a cabo su obra sobre esta tierra. CUAN GRANDE ERA LA FE DE JESÚS.
Este ataque, creo es uno de los más terribles utilizado por  el maligno para destruir nuestra fe.
Tú lo puedes esperar del mundo, pero no de tus hermanos.

José el soñador, el hijo d Jacob, lo sufrió de una manera terrible, pensó que al compartir la revelación de Dios que llenaba su corazón a sus hermanos, sus hermanos le comprendería y le apoyaría, pero fue al contrario, desató la envidia y los celos, y Satanás uso esos sentimientos para procurar matar y destruir no solo su fe, sino que su propia vida.
José terminó esclavo en Egipto, calumniado y encarcelado, pero SU GRAN FE, llevó a cumplimiento los propósitos divinos en su vida, favoreciendo aún a sus propios hermanos con su fruto.

Jesús también sufrió la incomprensión de su hermanos.
Es una prueba de cómo el maligno gobierna y ejerce potestad en la mente y el corazón de los hombres, de donde Jesús vino a  rescatarnos y  a transformarnos para Dios y SU PROPÓSITO.

¡Cuántos han vivido una experiencia similar?

La gente no encuentra oposición en Jesús, la encuentran en los hermanos muchas veces.

Por esa Gran FE, Jesús sufrió la contradicción de los pecadores (de su propio pueblo) contra sí mismo, esa Fe le dio  una visión y gozo, que puso delante de él para sufrir la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios, transformándose en el autor y consumador de nuestra fe.

Una FE GRANDE nace de una gran revelación de Jesús, el Hijo de Dios.

La FE de esta mujer pudo superar y resistir el ataque incomprensible aún de los discípulos de Jesús.
Satanás usó aún al más cercano de sus discípulos para traicionarlo y procurar destruir SU FE y cambiar su destino, usó al que comía y untaba el pan en su plato, a Judas Iscariote, su hombre de confianza.

4.- UNA FE GRANDE RESISTE TODO ATAQUE DE CONDENACIÓN, resiste todo ataque religioso que procura distorsionar y anular la efectividad de la revelación de Jesucristo.
Jesús realizó este ataque a la FE de esta mujer para evidenciar como el maligno procura mantenernos en la condenación, NEGANDO la eficacia de la cruz y  la obra de Dios a favor de todos los hombres, y poner en luz  la GRAN FE  de esta mujer y los efectos que esta produciría en su contexto.

Jesús dijo delante de sus discípulos: “NO ESTÁ BIEN tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”

La religión judía, la interpretación de las Escrituras de los fariseos y escribas, había producido una gran separación entre la casa de Israel y todas las demás naciones.
Ellos se sentían favorecidos por Dios por sobre los pueblos paganos y gentiles, a quienes llamaban “perrillos”. En parte era verdad, porque Dios había llamado a Abraham su gestor, de en medio de un pueblo pagano e idólatra como los Caldeos, prometiéndole bendecirle a Él y su descendencia, pero el Propósito final era usarlos como medio para bendecir a todas las naciones de la tierra.

Para ellos los gentiles eran pueblos paganos, que vivían como "perros", animales sin moral y ninguna norma valórica. Ellos eran el pueblo de la Ley y se sentían orgullosos de ello, a pesar de que tampoco la cumplían, razón por la cual Jesús los llamó hipócritas.

Si hay un “espíritu maligno” sobre esta tierra que destruye y anula la fe de los hijos de Dios es el “espíritu de condenación”
Satanás que ha estado presente en cada experiencia dolorosa, traumática y pecaminosa de nuestra vida, porque el busca matar, robar y destruir no solo nuestra fe, sino también nuestra vida. Nos recordará y nos acusará delante de Dios de que por causa del pecado, no somos merecedores de ninguna de sus bendiciones, abogando que la paga del pecado es muerte, y que él ganó esa posición por nuestra desobediencia en Adán, ejerciendo su potestad sobre nuestras almas.
Así mantiene en esclavitud y en ignorancia a los hombres, acalla sus bocas, anula toda autoridad espiritual, y destruye la fe de los hijos de Dios.

Esta mujer era sirofenicia, cananea, nació y creció en medio de la idolatría y la cultura pagana de su pueblo, ella no tenía duda de su vida alejada del verdadero Dios y su Palabra, pero sí sabía, sí había OÍDO y CREÍDO, que el Mesías, que el Hijo de David, que vendría sobre esta tierra por medio de Israel,  Dios lo había ungido para dar buenas nuevas a los pobres, le había enviado para sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año agradable de Dios no solo para su pueblo sino para todos los pueblos de la tierra y ella lo necesitaba. Y ese día estaba frente a sus ojos.

En Cristo, el Mesías de Dios, alcanzaba ahora LA BENDICIÓN DE DIOS a todas las familias de la tierra, sin importar su origen cultural o religión.

Ella sabía que el “NO ESTÁ BIEN”  de Jesús, era una prueba a la revelación de su FE, y que la verdad era “UN SI DE DIOS” en Jesús para bendecir a todos "los perrillos" de la tierra, que se acercan a la mesa del Señor. Verdad que para los discípulos era incomprensible por causa de las tradiciones e incorrectas enseñanzas de sus maestros religiosos.

TODO hijo de Dios debe saber y creer que Dios en Cristo tomó TODO EL ACTA QUE NOS ERA CONTRARIA, donde  se registran todos nuestros pecados y maldiciones heredadas o asumidas, Cristo la clavó en el madero, allí  despojó todas las potestades y triunfó sobre ellas en la cruz.
En Cristo TODOS nuestro pecados fueron perdonados, Jesús es nuestra justicia, Jesús es nuestro abogado y Satanás ya no tiene potestad sobre nuestras vidas, ni puede acusarnos delante del trono de Dios.
Cristo venció al pecado y venció a Satanás, y su victoria, hoy es la victoria de todos los hijos de Dios.

Así que basta de flagelarse y autocondenarse. Cristo venció a Satanás, quitó el pecado, y quitó toda maldición, para liberar sobre los hombres TODA BENDICIÓN DE DIOS.

Si tú y yo nos acercamos al Señor, es con un corazón humillado,  porque es por fe en SU SACRIFICIO, no hay virtud alguna en el hombre, por cuanto todos pecamos y todos quedamos destituidos de la gloria de Dios, sean judíos o gentiles.

Nos acercamos a Dios por medio de SU PACTO de amor y de misericordia por medio de su Hijo, que Cristo consumó a nuestro favor en una cruz antes que naciéramos, antes que hubiésemos hecho bien o mal.
No es por obras,  como pensaban los fariseos, es por gracia, es por fe, para que nadie se gloríe en sí mismo, nuestra gloria es Cristo y nos gloriamos en su cruz.

Esta mujer sabía que ella no era buena y que no tenía en si misma ningún mérito, pero SABÍA que quien estaba delante de ella era EL HOMBRE MÁS BUENO del universo, era la BONDAD hecha carne, era la fuente de toda GRACIA y de toda MISERICORDIA.

Esta mujer cambiaría el NO ESTÁ BIEN, en un SÍ, SEÑOR, porque sabía quien era Jesús, el Hijo de David: “SÍ, Señor; pero los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”, Y SABÍA que un corazón contrito y humillado Jesús nunca rechazaría.

¡OH MUJER, GRANDE ES TU FE, HÁGASE CONTIGO COMO QUIERES”
Fueron las palabras de Jesús.

¡Que maravillosa enseñanza!

¿Cuánto podemos aprender de esta mujer cananea?

Son las personas que van delante en el Reino de Dios, para inspirarnos a crecer en la FE, para pararnos firme en la vida.
"En esa misma hora su hija fue sanada"
Trajo lo espiritual a lo natural, lo sobrenatural a su pobre realidad humana. Dios enriqueció su vida, restauró su familia y le usó como un maravilloso testimonio para inspirar a muchos a venir a los pies de Jesús. Multiplicó su bendición y la vida de Dios sobre otros.
“Vinieron las aves e hicieron nidos en sus ramas” ¡Bendito sea el Señor!

Así sigue el relato en Mateo:

“Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí y esperó”
“Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar; a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel”

¡Qué avivamiento provocó esta GRAN FE en su región!

Cuánto  inspiró  LA FE de esta mujer, la FE en otros, para que estos  cargaran  sus enfermos, y subieran LA MONTAÑA donde estaba Jesús,  hasta llevarlos a sus pies y experimentar lo sobrenatural, los milagros y sanidades sobre sus vidas y familias.

Cuánta salvación fue derramada  sobre aquellos lugares, sobre aquellas familias gentiles y paganas.

No hay MONTE que pueda detener UNA GRAN FE, no hay montaña que no pueda subir  para alcanzar la bendición de Dios.  

Cuánto necesitamos una fe que crece, que llegue a ser UNA GRAN FE, y veamos el fruto de la VIDA de Dios en nuestras familias, comunidades y naciones. .

Esta mujer ESCUCHÓ de Jesús, VINO y SE POSTRÓ a sus pies,  ¿Qué harás tú?

¡Señor, ayuda mi incredulidad!
¡Señor, aumenta mi FE!





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