jueves, 31 de marzo de 2016

¡YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE!

¡YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE! Una reflexión en el camino
Por Guillermo Ávila
         



CUANDO TODO SE VUELVE EN CONTRA

Solo Dios y Job sabían cuan dramática, y cuan dolorosa era la noche en que se encontraba, cuán oscuro y angustiante era el momento que le había tocado vivir.
Y fue en medio de esa terrible y oscura noche, que de lo profundo de su corazón brotarían estas palabras, que marcarían un antes y un después en su dramática historia: 

¡Yo sé que mi redentor vive!

Job de ser un empresario emprendedor, próspero y exitoso en su generación, había sufrido en un lapso muy corto una estruendosa caída, había sido víctima de un humillante ultraje de todos sus bienes.
Había sido golpeado por dos grandes catástrofes naturales, una erupción volcánica que había quemando y destruido todo su ganado, y un terrible huracán que destruyó y arrastró todas sus posesiones, muriendo con ello sus empleados y sus diez hijos. Todo esto había ocurrido en un sólo día.

¡Qué terrible y dolorosa tragedia!

Similar al que muchos han sufrido frente a desbastador incendio, huracán, un terremoto o una inundación.

Job a más de esto, sería atacado por una terrible sarna maligna que lo afectaría de la cabeza a los pies, afligiendo su cuerpo y humillándolo frente a sus amigos, quienes en vez de consolarlo le juzgaron, y lo culparon por su lamentable condición.

Su propia esposa, lejos de ser un apoyo en medio de su dolor, que también estaba siendo el suyo le instigaría a maldecir a Dios, para luego dejarse morir, porque:

¿Quién puede encontrar una respuesta racional frente a una tragedia?

¿Quién puede encontrar consuelo en medio de tanto dolor?

¿Cómo se podría entender el amor, la bondad, y la justicia de Dios ante tanta adversidad?

UN HOMBRE DE BUEN TESTIMONIO

Más Dios había dado testimonio de Job: "No hay otro hombre como mi siervo Job: perfecto, recto, temeroso y apartado del mal"

¿Cuántas veces pensamos que nuestra moralidad nos hace inmunes frente al dolor o alguna adversidad?

Nos preguntamos: ¿Cómo Dios puede permitir tanto dolor? 

Quienes hemos leído completa la historia de Job, conocemos su desenlace, que finalmente fue maravilloso:

"Quitó Dios la aflicción de Job, aumentó al doble todas sus posesiones, su postrer estado fue mejor que el primero, Dios le consoló con nuevos diez hijos para vivir 140 años más,  donde vio, y disfrutó a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación, y murió Job viejo, y lleno de días"

¿No es maravilloso el final?
Todos quisiéramos vivir un desenlace maravilloso, pero no siempre estamos dispuestos a vivir el proceso que nos llevará a él.

¿Qué podemos aprender de esta historia de Job?

UNA GRAN LECCION PARA LA HUMANIDAD

Dios nos deja el testimonio de Job para que los hombres de todas las edades, podamos entender la realidad espiritual que acontece, detrás de muchas de nuestra experiencias dolorosas y trágicas en la vida.

PRIMERO
Que Satanás el diablo es una realidad vigente, espiritual, no visible a nuestros ojos, pero real, y cuyo propósito es destruir, matar y robar todo lo que Dios diseñó para los hombres.

SEGUNDO
Que Satanás el diablo es el acusador de los hombres delante del trono de Dios, con el propósito de ejercer su derecho adquirido de dominio, potestad, por la desobediencia de nuestros primeros padres en el Huerto, para destruir y robar la fe, la confianza y el amor de Dios sobre la vida de los hombres.
Ningún hombre en sí mismo puede evitar su potestad, porque es una potestad adquirida, y es el principal enemigo de Dios y su Propósito eterno, a quién Jesús llamó el príncipe de este mundo.

TERCERO
Que como potestad espiritual sobre el hombre, usa al mismo hombre para ejercer su dominio sobre los demás, esclavizándolos y humillándolos entre sí, y para autodestruirlos.

CUARTO
Que Dios sobre todas las cosas, es soberano y siempre tiene el control.


UNA FE QUE TRASCIENDE

Job era un hombre piadoso y de fe, a través de quién Dios nos revela la obra del maligno y el fruto de la piedad, para manifestar su maravilloso plan redentor para la humanidad.
Job en su fe y piedad es una figura del Hijo de Dios, para pararse firme frente al ataque injustificado del maligno sobre su vida y su familia, para someterse al amor del Padre y confiar plenamente en su promesa redentora, y que por ser hombre y sujeto a una naturaleza de pecado, no puede redimirse a sí mismo, necesitando la intervención y salvación de Dios.

En su fe Job se paró frente a la adversidad, declarando estas maravillosas palabras:

"Yo sé que mi Redentor Vive, y al fin se levantará sobre el polvo y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí"

Sin duda, era el Espíritu Santo de Dios obrando dentro de él.

La fe y la oración abren los cielos en favor de la tierra, Dios los abrió sobre su vida, y Job pudo ver la  resurrección del Hijo de Dios en favor de su propia humanidad caída.

Job en su debilidad, se abrazó a esa Palabra de Revelación: 

¡YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE!

YO SÉ, declaró: 
Porque Job sabía quién era Dios, que era una realidad viva y presente en el proceso de su vida, y ahora lo era frente a su adversidad.

Es la obra del Espíritu Santo que actúa en medio de las debilidades humanas, de un alma quebrantada, en la esperanza de las promesas de Dios.

¡Yo sé que mi REDENTOR vive!

La palabra "redentor" en hebreo es "GOEL", que significa "pariente", o "pariente cercano".
Dios había establecido por ley a Israel, que cuando una persona hubiese perdido su libertad, sus bienes, su herencia, y hubiese caído en desgracia y desamparo, "un pariente cercano" tenía la facultad de redimirle, de rescatarle, y restaurarle de esa miserable condición.

Así está escrito en Levítico 25:25 "Si se hubiere empobrecido tu hermano, su pariente más cercano vendrá y rescatará lo perdido por su hermano"

Fue en este entendimiento que Abraham como el "pariente cercano" salió a socorrer a su sobrino Lot, quién había sido llevado cautivo como esclavo y había sido despojado de todos sus bienes, por haberse ido a vivir cerca de Sodoma.

Dios salió al encuentro de Abraham tras el rescate de su sobrino. para dejar en claro, que  quién le había dado la victoria, y revelando su maravilloso plan redentor era Dios, del cual también Abraham era una figura.

Fue por este mismo entendimiento que Rut la moabita, una mujer viuda, sin hijos y en desamparo económico, se llega a Booz por insinuación de Noemí su suegra, con el propósito de ser redimida y rescatada de su condición.
Booz fue el "pariente cercano" que la redime, la toma como esposa, le da hijos y restituye en ella la honra y la bendición de Dios.
Rut abrió su corazón a esa revelación, y fue restaurada, y pasó a formar parte del linaje Mesiánico, llegando a ser bisabuela del rey David, un varón que encarnó de su espíritu, un corazón conforme al corazón de Dios.

Tú y Yo hemos sido hechos "cercanos" a Dios nuestro Padre en su Hijo Jesucristo, quién como el Unigénito se hizo primogénito, para rescatar a sus hermanos en la cruz.
Jesús nuestro "pariente cercano"

Job sabía que Dios era SU PADRE, "su pariente cercano" quién sí podía rescatarle en medio de su angustiante condición, el sabía que su Padre era real y presente, en quién podía depositar su fe y esperanza en medio de su aflicción. Dios era su redentor.

Yo no sé lo que te ha tocado vivir en este tiempo, pero:

¿Es Dios para ti, como un Padre en quién puedes confiar?

Dios nuestro Padre se ha hecho "cercano" a todos los hombres en su Hijo, y en la Cruz pagó el precio de nuestra redención.

Job pudo ver el gran amor de Dios su Padre, en la resurrección de su Hijo, cuando declaró:  "El se levantará del polvo" la muerte no podrá detener su obra redentora consumada en la cruz.

Job en medio de su aflicción pudo ver al Hijo,  quién no se avergüenza de llamarnos  hermano, para en su muerte y resurrección, levantarnos del polvo de nuestra condenación.

¿Puedes verlo?

Job lo vio, y declaró: "Ahora mis ojos te ven" 
Era Dios trayendo su luz, para alumbrar su nuevo amanecer.

El Verbo se hizo carne, participó de nuestra humanidad, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, al diablo, y así librar y redimir a todos los que por el temor a la muerte, vivíamos en vida en completa esclavitud.

"Yo sé que mi redentor vive"

Aunque como José, muchas veces debemos ver morir nuestros sueños, o como Abraham debemos poner lo que más amamos en sacrificio vivo en un altar, para experimentar en esta vida, el poder glorioso de su resurrección.

Es un paso necesario de la verdadera fe.
No busques culpables, ni dentro ni fuera de ti, porque a veces es necesario morir para volver a vivir.

No busques preservar y eternizar lo temporal, porque puede ser un impedimento, para que puedas ver tu verdadera riqueza espiritual.

Como Job  muchas veces es necesario declarar:
"Yo sé que después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios, al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallezca dentro de mí"

Para visualizar la eternidad y nuestra verdadera bendición espiritual, necesitamos experimentar en vida, en aquellas pequeñas y cotidianas pruebas de nuestra fe, su poder glorioso y redentor, el poder de su resurrección.
Son primicias de los bienes venideros, que un día en nosotros han de manifestarse en plenitud, porque la tierra volverá a sonreír, las plantas volverán a cantar, los árboles volverán a aplaudir. Cuando no habrá más muerte, ni habrá más dolor, ni más lágrimas, porque la Vida de Dios se manifestará y todo lo transformará y lo llenará.

"Porque es necesario, que tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo"

Puedes decir como Job en medio de tu oscuridad: "Yo sé que mi redentor vive" "Yo sé que en mi carne he de ver a Dios, aunque mi corazón desfallece dentro de mí"

Porque él vive, hay esperanza en medio de mi dolor y de mi aflicción.

Porque como el sol alumbrará, y como las estrellas brillarán a perpetua eternidad.

¡Yo sé que mi redentor vive!

10 comentarios:

  1. hermosa palabra!!!!!
    gloria a Dios!!!!!!

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  2. Yo se.que mi redentor vive y del polvo de donde eh caído me levantará porque grande y justo es mi padre celestial

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  3. EXCELENTE!!! ME HA TRAIDO REVELACION A MI VIDA EN ESTE MOMENTO .GRACIAS Y GLORIA A DIOS...

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  4. A Dios gracias por tan hermosa explicación, ahora entiendo mejor la expresión de Job, que maravilloso es nuestro Dios

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  5. Puede ser que Job profetizó la resurrección de Cristo?

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  6. Así es, no es posible ver nuestra resureccion sin la resurrección de Cristo. Jesús dió testimonio de como Abraham, David, y estos hombres profetas vieron su día y se gozaron.

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  7. Super enseñanza, gracias, aleluya

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  8. Enseñanza analítica espiritual muy útil aplicable a la vida de los cristianos. Que Dios añada bendiciones en sabiduría y entendimiento Saludis fraternos

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