viernes, 18 de diciembre de 2015

UN ESTABLO, LO MEJOR QUE LOS HOMBRES PODEMOS OFRECER

UN ESTABLO, LO MEJOR QUE LOS HOMBRES PODEMOS OFRECER.
Por Guillermo Avila


"Dichosos los pobres en espíritu, porque el Reino de los cielos es para ellos" Mt. 5:3

Hasta un niño se pregunta ¿Por qué la humanidad no pudo ofrecer un mejor lugar para el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios?
¿Por qué un establo mal oliente, sucio, diseñado para el uso de animales para su nacimiento?

Si toda autoridad humana es dada por Dios, y muchos usan su nombre para conseguir mejor respaldo y popularidad, ¿No pudieron reaccionar ante tal injusticia?. Que el creador del universo y dador de la vida  fuese recibido con mayor dignidad por sus criaturas sobre esta tierra.

Si este hecho aconteciera en nuestros días, ¿Serían mejores las condiciones para Jesús?

RESPONDAMOS ESTAS PREGUNTAS

¿Cuántos de los hombres que buscan a Dios, se acercan a Él con el propósito de honrarle verdaderamente sobre esta tierra?
¿Cuántos de los que le buscan y dicen valorizarlo están dispuestos a vivir bajo su gobierno?
¿Cuántos le consideran realmente en su diario vivir, y en sus decisiones?

MÁS BIEN:

¿No son los más, que quieren sacarlo de toda influencia sobre sus vidas, negándole, y hasta auto convenciéndose que Él no existe para acallar sus conciencias?
¿No son los más, los que consideran que sus logros de vida son el fruto de sus capacidades y esfuerzos, y que no necesitan de Él?
¿No son los más, los que le buscan sólo para obtener un beneficio, un milagro o una sanidad? Pues viven vidas centradas en sí mismos y en sus propios proyectos, donde Dios no tiene cabida.

SI ES ASÍ:

¿Por qué habría de detenerme en la vida para considerar donde ha de nacer Jesús, el Hijo de Dios?. Si ni siquiera me interesa que nazca, y más aún no quiero que nazca, para que no interfiera en mi vida y en mis proyectos. Y si naciera, y quisiera interferir en mi vida, en mis intereses, no dudaría para crucificarle.

¿Cuántas autoridades corruptas apoyarían el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios? ¿Para qué? ¿Para que les demande una correcta y ética manera de ejercer la autoridad delegada por Él?

Sin duda, serían los primeros, pues ya lo están haciendo con su forma de vivir que gritarían: ¡Crucifíquenle!¡Crucifíquenle!

Los hombres estamos dispuestos a promover a cualquier dios, con tal que no hable,  que no nos pida cuentas, y que no busque gobernar nuestras vidas e interferir en nuestros planes, un dios que solo satisfaga nuestros deseos. ¡Jamás! promoveríamos a Jesús, quién es Dios y Señor de todo, y que el principal propósito de su nacimiento será restaurar el Reino y Gobierno de Dios sobre esta tierra.

La miseria, la pobreza y suciedad de ese ESTABLO,  es lo único que sinceramente le podemos ofrecer a Dios, pues ese ESTABLO, es el verdadero reflejo del corazón del hombre, de nuestro corazón infectado por el pecado, de nuestro egoísmo, de nuestras soberbias, de nuestro orgullo, de nuestras justicias que son trapo de inmundicia, de nuestros rencores, resentimientos, deslealtades e infidelidades; de nuestras mentiras, engaños e inmundicias. Eso somos delante de Dios, no hay otra fotografía de nuestras realidad, aunque la cubramos con nuestras apariencias de piedad a los ojos de los demás.

Quién descubra esta verdad, y la pobreza de su espíritu, se le revelará la belleza del Gran Amor de Dios naciendo en ese ESTABLO, las riquezas del Reino de Dios restableciéndose entre los hombres, para que tú y yo seamos restaurados a su comunión, seamos restaurados a su Propósito Eterno diseñado por Dios para todos su hijos. Se le revelará la Salvación, y el perdón de todos sus pecados en EL ESTABLO DE SU CORAZÓN.

Quién descubra esta verdad, no tendrá temor de entregar su pobreza para ser enriquecido con su riqueza, y permitir que en su ESTABLO, en su corazón, nazca el Hijo de Dios.

UN ESTABLO, LO MEJOR QUE LOS HOMBRES PODEMOS OFRECER.









No hay comentarios:

Publicar un comentario