miércoles, 31 de agosto de 2016

EL PECADO DE REBELIÓN

EL PECADO DE REBELIÓN “Una reflexión en el camino”
Por Guillermo Avila


“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras preciosas de fuego te paseabas.
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad”
“Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra”

Es el relato bíblico, que describe la creación de Lucifer, un ángel querubín grande y protector, Lucero, hijo de la mañana.
Del día de su creación se dice: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”
Qué hermosa descripción para la creacíón de alguien amado y deseado.

Esto nos habla del inmenso amor, dedicación y cuidado de Dios en la creación de cada una de sus criaturas.
El Edén, el huerto de Dios, nos habla de esa maravillosa recámara de amor preparada para disfrutar de su maravillosa comunión, intimidad con sus criaturas amadas. 
Cuán cercano estaba Lucifer del trono, del amor y de la presencia de Dios.

Cuánta similitud existe con la paternidad humana, creados a imagen y semejanza de Dios; cómo los padres preparan, adornan, y disponen lo mejor de ”un nido”, la mejor expresión de su amor para recibir a un hijo nacido de sus entrañas; el cuidado en su habitación, su cuna, sus vestidos, todo lo necesario para recibir al nuevo miembro de la familia. Es un motivo de fiesta y celebración.

Así fue también como nuestro Padre Celestial, preparó en esta tierra un huerto llamado Edén, “un nido” de amor, adornado con todo tipo y especies de flores, plantas, aves, animales, sol, estrellas, montes y ríos, para el día maravilloso de la creación del hombre a su imagen conforme a su semejanza. Dios estaba agradado y alegre, era el comienzo del cumplimiento del sueño de su corazón sobre esta tierra, anidado desde antes de la creación del mundo en su corazón, y ahora hecho una maravillosa realidad. Cuán henchido estaba su corazón de amor, que mirando con agrado todo lo que había creado dijo: “TODO ES BUENO EN GRAN MANERA”

Es la descripción del maravilloso comienzo de su Propósito sobre esta tierra, el anhelo eterno de su corazón paternal: “TENER UNA FAMILIA DE MUCHOS HIJOS A LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE SU HIJO”
Su Hijo era el modelo, la imagen misma de su sustancia, el primogénito de la creación, el primogénito entre muchos hermanos, era el “Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza”.
Era solo el comienzo, y había un gran desafío por delante, fructificar, multiplicarse y señorear sobre todo lo creado con su bendición. 

EL PECADO DE REBELIÓN EN LUCIFER

Lucifer se rebeló a su creador, se enalteció su corazón a causa de su hermosura, y codició el lugar que Dios había diseñado para su Hijo, quiso hurtar y apropiarse de la gloria que el Padre le había otorgado en la creación, no se conformó a su gloria diseñada, quiso más, su ambición lo corrompió, y cayó en el pecado de rebelión.
¿Qué es el pecado de rebelión?
Es rebelarse contra la autoridad de Dios, y sobre quién Dios la ha delegado.
Es resistir su gobierno y su orden diseñado para el bien de su creación. 
Como fruto de su maldad, fue despojado de su gloria y destituido del lugar que Dios le había otorgado en su creación, Lucifer olvidó que no era Dios, era su creación.

Lucifer en su pecado de rebelión arrastró la tercera parte de los ángeles, transformándolos en demonios, haciéndoles perder la dignidad que Dios les había otorgado. El pecado de rebelión siempre buscará arrastrar a otros.
Lucifer perdió su esencia, corrompió su imagen, y hoy representa la maldad, la rebelión, la oscuridad, perdió su hermosura, su gloria, se transformó en diablo y Satanás, en padre de mentira, homicida, que solo existe para hurtar, matar y destruir todo diseño de Dios en su creación, se transformó en enemigo de Dios.

EL PECADO DE REBELIÓN EN ADÁN Y EVA

Así fue como Satanás vestido en una “serpiente” se introduce en el Edén terrenal, el huerto de Dios, creado para la fructificación y multiplicación del hombre a imagen y semejanza de Dios; ¿Con que propósito? hurtar, matar y destruir; destruir el maravilloso Propósito divino para el hombre y la creación, y apropiarse de la dignidad y autoridad delegada en el hombre por Dios.
Su estrategia no fue mandar al hombre, no fue imponer su voluntad, su estrategia fue “tentar” para que el hombre de sí mismo decidiera rebelarse contra la autoridad de Dios.

Así plantea la tentación, con engaño y mentira:
“Sabe Dios, que el día que ustedes decidan comer del árbol que se les ha prohibido, ustedes serán como Dios sabiendo el bien y el mal, ustedes alcanzarán la sabiduria para tomar sus propias decisiones, y NO MORIRÁN”
Satanás buscó que ellos asumieran la rebelión.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”
Ellos de sí mismo decidieron pecar, y quebrantaron el orden diseñado por Dios.

¿Cuál fue el resultado? ¿Qué vieron? 
Vieron que estaban desnudos, conocieron la vergüenza, el temor, el miedo, la culpabilidad, fue lo único que recibieron.
¿Qué perdieron?
Fueron destituidos de la gloria que Dios les había otorgado, fueron expulsados del huerto donde conocerían la muerte y el dolor dentro de su propio huerto, su hogar.
Perdieron la dignidad de ser hijos de Dios, perdieron la bendición para fructificar y ser esa expresión gloriosa de su Propósito sobre esta tierra, perdieron la cobertura, el cuidado, el vestido y la protección que Dios.
Olvidaron que eran hombres y que no eran Dios.

Satanás, el diablo, tomó potestad sobre el hombre y la creación, no con el propósito de que fuera para alabanza y gloria de Dios, sino para que reinara la muerte, las guerras, la maldición, el dolor, la mentira y la corrupción. El mundo entero quedó bajo el maligno y sus demonios,  fue el resultado del pecado de rebelión.
Satanás se transformó en  el Principe de este mundo, el mundo entero quedó bajo su potestad. y quienes anhelen fama, éxito, poder, riquezas y alguna posición de reconocimiento sobre este mundo, deberán doblegarse a sus condiciones y tratos comerciales, abriéndose así a la mentira, al engaño, a la manipulación, al abuso, al robo, a la violencia, a las guerras, y todo tipo de maldad, con el fin de alcanzar un poco de su gloria.
Esta ha sido la realidad del hombre en su historia sobre esta tierra, y de casi todas las personas que han ejercido  sobre ella alguna posición de autoridad.

“TODO ESTO TE DARÉ” fue la propuesta de Satanás a Jesús en el desierto, y sigue siendo su propuesta a los hombres, si tan solo te inclinas delante de mí y me sirves.

Y quienes han procurado  en la historia humana como Jesús hacer el bien, y colaborar al cumplimiento del Propósito de Dios, Satanás procurará acallarlos y matarlos, y usará a cualquier hombre que abra las puertas y alimenten la simiente del pecado de rebelión, como Caín, que mató a su hermano por que sus obras eran malas y las de su hermano justas.
Todos sin darnos cuenta podemos ser instrumentos de Satanás, porque solo hay dos simientes sobre esta tierra, la simiente de Dios y la simiente de Satanás y es parte de la naturaleza humana.

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer” fueron las palabras de Jesús a quienes procuraban matarle y eran religiosos judíos.
"Apártate de mi Satanás" fueron las palabras de Jesús a Pedro que era uno de sus apóstoles, por su intento de evitarle la cruz.

EL PECADO DE REBELIÓN EN TODOS LOS HOMBRES

Así, todo bebé nacido sobre esta tierra tendrá que luchar desde su vientre con la simiente del pecado de rebelión en su corazón, no necesitará muchos meses para ver como esa simiente crecerá y tratará de centrarlo sobre si mismo en todo lo que le rodea.
Aún naciendo en un hogar bien constituido rodeado de amor y de cuidado, crecerá, y su inocencia e ideales serán confrontados con la potestad de este mundo, que procurará corromperlo con sus concesiones y tratos  comerciales con el fin de abrirle un camino para sí, y alcanzar éxito y desarrollo personal en esta vida.

Solo la cruz, la negación  de sí mismo, la renuncia a su desarrollo egoísta y personal, abrirá una senda en su alma para alcanzar su libertad.

Porque todo aquel, que como Jesús quiera vivir en los ideales y valores de la vida de Dios en este mundo, será perseguido, humillado, despreciado y sufrirá la cruz frente al sistema de este mundo.

La tierra y los hombres necesitan ser redimidos de esta maldición, y solo Dios puede redimirnos de la maldición del pecado de rebelión.

El abuso, el maltrato, el machismo de los hombres, el enseñoreamiento sobre sus trabajadores y sobre quienes ejerce algún tipo de autoridad, es el fruto del pecado de rebelión.
La falta de sujeción de la mujer, el sentirse capaz y suficiente en si mismas para tomar decisiones sin su marido, es también el fruto del pecado de rebelión.
La rebeldía de los hijos a los padres y su falta de sujeción, es el fruto del pecado de rebelión.
Familias destruidas, adulterios, resentimientos y falta de perdón. Vicios, avaricias, robos, guerras y violencia, explotación y corrupción son todos frutos del pecado de rebelión.
Rebelión a la autoridad, al gobierno, a la Palabra y al orden por Dios establecido.
La autosuficiencia, el ser sabio en su propia opinión, son el resultado de comer del fruto prohibido, del pecado de rebelión.

Aunque muchas conductas, malos hábitos y vicios el hombre con  esfuerzo y disciplina logra superar, lo que es loable, jamás por su esfuerzo de la potestad de las tinieblas se podrá liberar.
Es admirable los logros y éxitos humanos en distintas disciplinas de la vida, como en lo deportivo, en lo artístico, en lo intelectual, político, o en lo económico, alcanzando muchas veces reconocimiento mundial, pero  por sus concesiones, la corrupción, la perversión, o sus aberraciones morales fueron el fruto del pecado de rebelión.

SOLO CRISTO PUEDE QUITAR EL PECADO DE REBELIÓN

Por eso Dios introdujo a su Hijo en el mundo, para salvar lo que se había perdido, para poner su vida en rescate por el hombre caído.
Esa es la Buena Noticia venida del cielo enviada por Dios, anunciada por los profetas en la antigüedad: "Un Hijo nos será dado, y el principado será sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Padre Eterno, Príncipe de Paz"
Fue la promesa entregada a Abraham: "En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra"

El cumplimiento de la promesa de Dios, anunciada desde la caída del hombre en el huerto del Edén, cuando confrontó a la serpiente antigua llamada Satanás, por el pecado de rebelión:

“De la simiente de la mujer a quién tú engañaste, nacerá UNO, que te herirá en la cabeza y te aplastará bajo sus pies”

Desde ese día todas las mujeres a travez de la historia que amaron la simiente de Dios, anhelaron  dar a luz, a quién les libraría de toda maldición por haberse rebelado a la autoridad y al gobierno de Dios.
Muchos padres recibieron proféticamente a sus hijos como Lamec, que puso a su hijo primogénito el nombre de Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo"

Así el ángel lo anunció a Maria: "Y ahora concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo"
Y su nacimientos los ángeles anunciaron: Ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor"
Y a su tiempo Jesús se manifestó entre los hombres con este mensaje:

“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado: arrepentíos, y creed en el evangelio"
"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos"

El anuncio del Evangelio del Reino fue su principal y primera predicación, porque sin arrepentimiento y sin restauración de la autoridad y del gobierno de Dios en el hombre, no hay restauración de su Propósito eterno sobre esta tierra.
La restauración del diseño de Dios comienza por la restauración de la autoridad y el gobierno de Dios, y el Hijo de Dios había sido ungido para dar libertad a los cautivos  y oprimidos bajo la potestad de Satanás.

Jesús fue el Hijo perfecto, perfecto en obediencia y sujeción a la autoridad del Padre “Nada hago por mi mismo” fue ejemplo y testimonio hasta su muerte.
El era el Cordero de Dios, santo y sin mancha preparado por Dios desde antes de la fundación del mundo para nuestra redención.
Así lo anunció Juan el Bautista a los hombres: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"

El sacrificio perfecto que quita el pecado de la rebelión del mundo. Él en su cuerpo crucificado en el madero, cargó nuestras rebeliones e iniquidades, llevó nuestra maldición.

Jesucristo es la simiente nacida de mujer que en la cruz hirió a Satanás, la serpiente antigua en la cabeza, despojándolo de toda su potestad sobre los hombres y sobre esta tierra, y lo aplastó bajo sus pies, para dar completa libertad a todos los que con fe se acercan a Él para salvación.
“Todo aquel que confiesa a Jesucristo y cree en su obra redentora es restaurado a la libertad de los hijos de Dios”
Somos librados de la potestad de Satanás y trasladados al reino de su amado Hijo de Dios.

Por eso Dios manda a todos los hombres que se arrepientan y reciban esta Buena noticia, el Evangelio del reino de Dios, porque en ningún otro hay salvación, no hay otro mediador entre Dios y los hombres,

Este es el tiempo de la gracia de Dios, del llamado de amor y misericordia de Dios sobre esta tierra, donde Dios declara que en su Hijo Jesucristo ha quitado el pecado de rebelión en la raza humana, y que en la cruz llevó toda maldición.
Este es el tiempo de recibir la gracia de Dios por la fe, de creer que Jesús es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo, recibir su perdón y recibir la Vida Eterna de Dios.

Porque viene el día y está cercano, en que la gracia  de Dios será quitada de esta tierra, cuando el Hijo de Dios venga en Gloria y Majestad como Juez y Señor de los vivos y de los muertos, para juzgar las obras de los hombres y establecer su Reino sobre esta tierra. 
¿Cuáles son  las obras justas que nos justificarán delante de Dios?
Que creamos en el que Dios envió para nuestra salvación.

Aquel día todo será manifiesto, no necesitaremos la fe. Delante de Él  toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, porque Dios así lo ha establecido.
Aquel día habrá una terrible expectación de juicio, donde Dios juzgará la rebelión de los hombres.

Ya no habrá lugar para el arrepentimiento, Satanás será echado al lugar reservado para él y sus demonios, lugar que no fue diseñado para ningún hombre, porque fue la tierra el lugar diseñado por Dios para que bajo su autoridad y gobierno fructificáramos y nos multiplicamos con su bendición.

¿Dónde vivirás por toda tu eternidad?

Aún hay tiempo para el arrepentimiento, pero ese día ya no habrá oportunidad, los hombres en su pecado de rebelión serán echados al lugar reservado para Satanás y sus demonios donde pasarán toda su eternidad.
La tierra será redimida juntamente con los hombres, y Dios reinará y consumará su maravilloso Propósito, el sueño de su corazón.

Así está escrito, así Dios lo revela en su Palabra:
“Y ví un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,…y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes, no habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” 

Dios restaurará su huerto, el Edén, y el hombre volverá a su comunión, a vivir bajo su autoridad y su bendición, ya no habrá más pecado de rebelión.
El hombre será restaurado a la gloria de Dios, a su presencia, bajo Trono y bajo el Cordero que los redimió, con su nombre inscrito en su frente.
El hombre volverá a tener acceso al árbol de la Vida, la sabiduría de Dios, su creador.
El hombre reinará con el Cordero por los siglos de los siglos, por toda la eternidad.

Amigo y hermano
¿Qué harás frente al pecado de rebelión?



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