Por Guillermo Ávila
"Me mostró al Sumo sacerdote Josué, el cual estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.
¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?
Y Josué vestido de vestiduras viles, y estaba delante de Jehová"
Zacarias 3:1-3
LA EXPERIENCIA DE JOSUE
Josué era el Sumo sacerdote, como autoridad representaba el corazón de Jerusalén, su alma, y su condición espiritual. Josué el Sumo sacerdote por causa del pecado, estaba vestido de vestiduras viles delante de Dios, sin tomar plena conciencia de la real condición de su nación, y como estaba siendo consumida por el fuego del pecado, teniendo como fin transformarse solo en cenizas y desaparecer de sobre la faz de la tierra, como le había ocurrido a muchas naciones e imperios a través de la historia.
Así fue como Dios le mostró su nación al profeta Zacarías, mostrándole a Josué el Sumo sacerdote y revelándole en ello, como Satanás no solo trae la tentación y la inclinación al mal a los hombres, sino que una vez caídos, Satanás se parará delante de Dios para acusarlos y reclamar su paga, su condenación: "La paga del pecado es muerte"
Así en este tiempo los ojos de Jehová contemplan la tierra, para juzgar el alma, el corazón de los hombres y de los pueblos, no con el propósito de destruirlos y hacerlos desaparecer de sobre la faz de la tierra, sino que al igual que Jerusalén llamarlos al arrepentimiento, para cambiar sus vestiduras, para cambiar su destino y arrebatarlos del juicio, como se arrebata un tizón del incendio y del fuego.
Un tizón no puede salvarse a sí mismo en medio del fuego, está condenado a transformarse en cenizas, necesita la intervención de alguien para su salvación.
Dios envió a su Hijo a favor de los hombres, a favor de las familias y a favor de las naciones de la tierra, para arrebatarlos del juicio y la paga que conlleva el pecado, y rescatarlos de su vana manera de vivir, y hacerlos reverdecer al ver su corazón humillado y arrepentido; así como a los ojos de los hombres hace florecer los desiertos más inhóspitos de la tierra.
Nuestras naciones, no tienen conciencia de su condición moral y espiritual, y no perciben como están siendo consumidas por el fuego del pecado, y cómo Satanás está delante de Dios acusándolas, y reclamando la paga irrevocable por su pecado: la muerte, el dolor y la destrucción.
UN LLAMADO A LAS NACIONES
Dios hace un llamado a las naciones: Volvámonos al Señor, a su temor que es el principio de la sabiduría.
Nuestro Dios que es grande en misericordia, restaurará y perdonará nuestros pecados, sanará nuestra tierra, nuestros montes, nuestros valles, y nuestros desiertos volverán a florecer; lo verán nuestros hijos y nuestros nietos, y serán testigos de las bondades de nuestro Dios.
Nuestro Dios que es grande en misericordia, restaurará el alma y el corazón de nuestras naciones, y las vestirá con las vestiduras blancas de su Hijo, y veremos reverdecer nuestras familias y su bendición será vista sobre toda la tierra, todo ojo lo verá.
ES UN LLAMADO DE ESPERANZA
Esa fue la experiencia de Josué Sumo sacerdote junto a su pueblo, Dios los restauró y está escrito, para testimonio a todas las generaciones:
"Que le pongan un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas de gala; y el ángel del Señor estaba allí y le dijo: Si andas en Mis caminos, y guardas Mis ordenanzas, también tú gobernarás Mi casa"
También puede ser nuestra experiencia, si al igual que ellos nos volvemos al Señor, Dios limpiará la corrupción de nuestras cabezas (autoridades) y se mudará el vestido sucio de la corrupción, de la violencia y agresividad de nuestra sociedad.
Es un mensaje de ESPERANZA para nuestro tiempo.
Pronto esta tierra va a arder, y todo será quemado.
¿Quieres ser un tizón arrebatado del incendio, restaurado por el amor y la misericordia del Señor?
O dejarás que todo lo que eres, y hagas sobre esta tierra, se convierta solo en cenizas para desaparecer, y no dejar una huella que honre tu nombre, en tu linaje sobre la faz de la tierra.
QUIERO SER UN TIZÓN ARREBATADO DEL INCENDIO.