sábado, 28 de enero de 2017

UN TIZÓN ARREBATADO DEL INCENDIO

UN TIZÓN ARREBATADO DEL INCENDIO "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila



"Me mostró al Sumo sacerdote Josué, el cual estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.
¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?
Y Josué vestido de vestiduras viles, y estaba delante de Jehová"
Zacarias 3:1-3

LA EXPERIENCIA DE JOSUE

Josué era el Sumo sacerdote, como autoridad representaba el corazón de Jerusalén, su alma, y su condición espiritual. Josué el Sumo sacerdote por causa del pecado, estaba vestido de vestiduras viles delante de Dios, sin tomar plena conciencia de la real condición de su nación, y como estaba siendo consumida por el fuego del pecado, teniendo como fin transformarse solo en cenizas y desaparecer de sobre la faz de la tierra, como le había ocurrido a muchas naciones e imperios a través de la historia.

Así fue como Dios le mostró su nación al profeta Zacarías, mostrándole a Josué el Sumo sacerdote y revelándole en ello, como Satanás no solo trae la tentación y la inclinación al mal a los hombres, sino que una vez caídos, Satanás se parará delante de Dios para acusarlos y reclamar su paga, su condenación: "La paga del pecado es muerte"

Así en este tiempo los ojos de Jehová contemplan la tierra, para juzgar el alma, el corazón de los hombres y de los pueblos, no con el propósito de destruirlos y hacerlos desaparecer de sobre la faz de la tierra, sino que al igual que Jerusalén llamarlos al arrepentimiento, para cambiar sus vestiduras, para cambiar su destino y arrebatarlos del juicio, como se arrebata un tizón del incendio y del fuego.

Un tizón no puede salvarse a sí mismo en medio del fuego, está condenado a transformarse en cenizas, necesita la intervención de alguien para su salvación.
Dios envió a su Hijo a favor de los hombres,  a favor de las familias y a favor de las naciones de la tierra, para arrebatarlos del juicio y la paga que conlleva el pecado, y rescatarlos de su vana manera de vivir, y hacerlos reverdecer al ver su corazón humillado y arrepentido; así como a los ojos de los hombres hace florecer los desiertos más inhóspitos de la tierra.

Nuestras naciones, no tienen conciencia de su condición moral y espiritual, y no perciben como están siendo consumidas por el fuego del pecado, y cómo Satanás está delante de Dios acusándolas, y reclamando la paga irrevocable por su pecado: la muerte, el dolor y la destrucción.

UN LLAMADO A LAS NACIONES

Dios hace un llamado a las naciones: Volvámonos al Señor, a su temor que es el principio de la sabiduría.
Nuestro Dios que es grande en misericordia, restaurará y perdonará nuestros pecados, sanará nuestra tierra, nuestros montes, nuestros valles, y nuestros desiertos volverán a florecer; lo verán nuestros hijos y nuestros nietos, y serán testigos de las bondades de nuestro Dios.
Nuestro Dios que es grande en misericordia, restaurará el alma y el corazón de nuestras naciones, y las vestirá con las vestiduras blancas de su Hijo, y veremos reverdecer nuestras familias y su bendición será vista sobre toda la tierra, todo ojo lo verá.

ES UN LLAMADO DE ESPERANZA

Esa fue la experiencia de Josué Sumo sacerdote junto a su pueblo, Dios los restauró y está escrito, para testimonio a todas las generaciones:
 "Que le pongan un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas de gala; y el ángel del Señor estaba allí y le dijo: Si andas en Mis caminos, y guardas Mis ordenanzas, también tú gobernarás Mi casa"

También puede ser nuestra experiencia, si al igual que ellos nos volvemos al Señor, Dios limpiará la corrupción de nuestras cabezas (autoridades)  y se mudará el vestido sucio de la corrupción, de la violencia y agresividad de nuestra sociedad.

Es un mensaje de ESPERANZA para nuestro tiempo.

Pronto esta tierra va a arder, y todo será quemado.

¿Quieres ser un tizón arrebatado del incendio, restaurado por el amor y la misericordia del Señor?
O dejarás que todo lo que eres, y hagas sobre esta tierra, se convierta solo en cenizas para desaparecer, y no dejar una huella que honre tu nombre, en tu linaje sobre la faz de la tierra.

QUIERO SER UN TIZÓN ARREBATADO DEL INCENDIO.



lunes, 23 de enero de 2017

FELICIDAD COMIENZA CON FE

FELICIDAD COMIENZA CON FE  "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Avila


Muchas personas piensan: ¿Cómo podría ser feliz si la vida ha sido tan injusta conmigo?

Bajos ingresos, sin trabajo, me siento rechazado, enfermo, mi esposo(a) no me entiende, problemas familiares, etc.
¿Cómo podría yo ser feliz?

¿Esa forma de pensar aportará a mi felicidad? Por el contrario la destruye y la aniquila.

La felicidad no depende de factores externos, los cuales pueden ser interminables en la vida, y están siempre en proceso de cambios.

La felicidad es una decisión personal, donde yo debo decidir ser feliz, es una actitud frente a la vida, independiente a todas mis circunstancias.

Tú puedes decidir ser feliz, y ser feliz aún estando enfermo, ante presiones económicas, o que te hayan humillado.

Todas esas son experiencias que la vida nos ofrece, para perfeccionar nuestra felicidad, pues a través de ellas aprendemos a amar, a perdonar, aceptar y comprender a los demás, y evitar de esa forma aquellos factores que en otro tiempo nos impedían ser feliz.

La revelación de Dios en su Hijo Jesucristo, me hace entender que yo no soy mejor que nadie y no merezco en mi mismo nada, y que Él, solo Él es la Fuente que inspira y sustenta mi FELICIDAD.

Su revelación nos permite ver lo maravilloso de su Propósito para nuestras vidas y cada experiencia que la vida nos ofrece, se transforma en el medio mediante el cual  Él perfecciona a su Hijo en mi.

La felicidad es una actitud frente a la vida, que nace y se sustenta en la fe del hijo de Dios, como un fruto de su Espíritu en nosotros. Fue el testimonio del apóstol Pablo frente a tan adversas circunstancias, y desde donde pudo decir: ¡REGOCÍJENSE, REGOCÍJENSE EN EL SEÑOR SIEMPRE!

FELICIDAD COMIENZA CON FE


sábado, 7 de enero de 2017

AL SEÑOR HE PUESTO DELANTE DE MI

"AL SEÑOR HE PUESTO DELANTE DE MI" Una reflexión en el camino
Por Guillermo Ávila



"Al Señor he puesto siempre delante de mi. Porque está a mi diestra, no seré confundido"
Salmo 16:8

Siempre la vida nos expondrá a situaciones difíciles que no siempre estarán en nuestro control; situaciones que removerán nuestros cimientos, y más de una vez quedaremos tirados sin poder levantarnos.

Son situaciones que nos recuerdan nuestra realidad, que somos hombres y no Dios.

Cuando tenemos que comenzar una nueva etapa en la vida, no sabemos a que situaciones quedaremos expuestos en el proceso; y si sólo dependeremos de nuestras propias fuerzas y recursos, no será fácil mantenernos firme expuestos a tantas presiones, y potestades espirituales de maldad que son mayores que nuestras fuerzas.

¿Qué valiosas son las oraciones de quienes nos aman a nuestro favor, frente a las adversidades de la vida? Aún en nuestra incredulidad.

Pero que valiosa es la fe de los hijos de Dios, que bajo la cobertura de su Padre Celestial, no estarán nunca solos y desamparados. Él  les inspirará su fe y confianza en sus promesas, y no quedarán expuesto a la suerte y a sus adversas circunstancias.
Su Padre en su amor hará que TODAS LAS COSAS, aún aquellas incomprensibles a su razón, les conducirán al cumplimiento de su maravilloso Propósito.

Tú no tendrás el control en muchas de ellas, pero Él, que gobierna sobre todas las cosas, conducirá tu vida y destino en su voluntad.

Esa fue la fe del Salmista David rey de Israel, llamado por Dios para gobernar su pueblo, quién viviría difíciles momentos en su proceso de formación y como rey sobre Israel. De Él son estas palabras:

"Al Señor he puesto delante de mí, porque está a mi diestra no seré confundido"

El no estaba solo, el Señor era su pastor, y confiaba que nada le faltaría aunque tuviera que cruzar por valles de sombra y de muerte, aunque Él no pudiera ver ni entender con sus sentidos, no tendría temor.
Su Padre, su Pastor, confortaría su alma y haría que TODAS LAS COSAS redundarán para bien, para el cumplimiento del Propósito al que había sido llamado.

No quedaría a la deriva, no sería confundido, porque había puesto al Señor delante de El.

Si necesitare provisión, el Señor sería su proveedor.
Si necesitare fortaleza, el Señor le daría sus fuerzas.
Si necesitare salud, el Señor sería su sanador.
Si necesitare paz, el Señor sería su consolación.
Si necesitare sabiduría, el Señor sería su guía.

¿Y tú?
¿A quién pondrás delante de ti?



viernes, 6 de enero de 2017

TIENES QUE SER COMO UN NIÑO

TIENES QUE SER COMO UN NIÑO "Reflexiones en el camino"
Por Guillermo Ávila

“De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él” Marcos 10:15

Jesús expresó estas palabras con mucha indignación al ver que sus discípulos reprendían a quienes traían y le presentaban niños para que los tocara y los bendijera. Jesús les reprendió, y tomando a esos niños en sus brazos les expresó estas palabras:

“De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”

Los niños son libres, puros y sanos de corazón, no tienen ataduras ni prejuicios, ellos pueden disfrutar la vida, sin afanes y hacer de ella un juego, no tienen impedimentos para creer, para hacer amigos, para dejarse amar y agradar a los demás. Sólo cuando van creciendo y van aprendiendo del mundo que les rodea, y ven su hostilidad, su egoísmo, ellos aprenden a defenderse, a competir y a luchar contra los demás, es el modelo de vida que los adultos les presentamos.

El apóstol Pedro exhorta a los nuevos creyentes a tener conciencia de que “Fueron rescatados de su vana manera de vivir, la cuál recibieron de sus padres”

Que gran responsabilidad tenemos los adultos de mostrar un modelo de vida de fe y amor, donde los niños puedan crecer conforme al Propósito de Dios.

El contexto de las palabras de Jesús en el evangelio de Marcos capítulo 10, nos muestra como la generación adulta había perdido esa actitud de un niño,abierto a aprender y ser enseñado, tan necesaria para entrar y disfrutar del reino de Dios. Veamos su contexto:

PRIMERO.- Adultos con sus conciencias cargadas y dañadas por la culpa preguntan a Jesús, si era lícito al hombre repudiar a su mujer, exponiendo como argumento el testimonio de Moisés, quien había permitido dar carta de divorcio y repudiar a su mujer frente casi a cualquier cosa. Siempre cargando la culpa y la responsabilidad sobre los demás.
Jesús respondió: “Por la dureza de vuestro corazón Moisés permitió aquello, pero en el principio de la creación no fue así” . No fue ese el diseño de Dios para los hombres.

¿Cuántas cosas Dios ha debido permitir y soportar a los hombres por la dureza de su corazón?
¿Cuántas cosas los padres ceden en sus hijos por su actitud rebelde y su corazón endurecido?

Cuando no hay actitud de obediencia, el hombre buscará cualquier resquicios para eludir su responsabilidad delante de Dios. Buscará argumentos para justificar su pecado, para aliviar su conciencia, y para finalmente satisfacer su propio corazón.
Ya creció y ya no es disciplinable, dejó de ser como un niño.

SEGUNDO.- Un joven rico se acerca a Jesús buscando ser confirmado en el camino de la vida, y pregunta a Jesús:
Maestro bueno, he guardado los mandamientos desde niño, ¿Qué me falta?
A pesar de ser un hombre exitoso en la vida, cargaba una profunda necesidad espiritual, y la respuesta de Jesús fue:
“Vende todo lo que posees, dalo a los pobres, y luego sígueme tomando tu cruz”
Jesús no da rodeos, es directo, pues conoce nuestro corazón y nuestra verdadera necesidad.

El amor al dinero, y la seguridad que este le brindaba a su vida, eran un obstáculo para satisfacer su necesidad espiritual. Y este hombre demostraría que en ese momento de su vida no está dispuesto a perder.
Indudablemente este joven había crecido, y ya no era como un niño.

TERCERO: Trayendo luz Jesús a sus discípulos acerca del Reino y mostrándoles el camino al Padre, les está anunciando nuevamente la necesidad de ir a la cruz y de rendir su vida, pero aún no terminaba de expresarles esas palabras, cuando los discípulos se pusieron a discutir entre ellos, de quién sería el mayor en el reino, quién se sentaría a su derecha y quién se sentaría a su izquierda en su gloria.
Del corazón de ellos brotó la envidia, los celos, el buscar lo suyo propio, el querer sacar ventaja personal en desmedro de los demás, lo que es propio de nuestra naturaleza humana desarrollada.
Indudablemente nos muestra que los discípulos habían dejado de ser como un niño.

CUARTO.- Nuestro contexto termina con un acontecimiento totalmente distinto, que grafíca de una manera maravillosa la enseñanza de Jesús, y la actitud de ser como un niño para entrar en el camino de la Vida, y disfrutar del Reino de Dios.

Es la experiencia de un hombre mendigo y ciego, llamado Bartimeo, quién sentado junto al camino estaba tal vez por muchos años mendigando, representando con ello la triste y pobre realidad humana apartada de Dios. 
Ciegos, junto al camino y mendigando.

Ciegos: Sin poder ver la obra y el Reino de Dios.
Junto al camino: Observando de lejos y sin protagonismo en el Reino.
Mendigando: Viéndonos siempre como los más necesitados, victimizados, como los más pobres, sin tener nada o muy poco para dar.

¿Te has sentido así muchas veces en el camino de la vida?

¿Había esperanza para este hombre, que ya no era un niño?

Bartimeo ESCUCHÓ que Jesús pasaba por el camino. Bartimeo no necesitaba ver, sus oídos eran suficientes para restaurar el Bien de Dios sobre su vida, y estaban abiertos, como los ojos de un niño, expectantes para recibir algo nuevo.
Es por el oír que viene la fe, es lo primero y lo más importante en la vida, pues ello nos permitirá ver lo que nunca habíamos visto y nunca conocido.

La fe es Viva, hace reaccionar el espíritu y el corazón del hombre, lo hace orar, clamar, sin importar la adversidad y de quien se oponga a ello.
Fue la misma experiencia de aquellos niños que se les impedía acercarse a Jesús para que les tocara y les bendijera, más ellos se abrieron paso, obviando la actitud de los adultos.

¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Fue la exclamación de Bartimeo, que retumbó en medio de la multitud.

Su oración fue realista, conciente a su real condición y necesidad delante de Dios. En ella no había orgullo, no había soberbia, ni resentimiento, era un corazón humillado delante de Jesús.

Esa fue su actitud, que hizo detener a Jesús y atender su clamor.

Fue esa fe como un niño, que aún sin ver, le hizo saltar, ponerse en pie y despojarse de su capa, que representaba todas aquellas cosas y valores que impiden al hombre en su necesidad humillarse y acercarse a Jesús. 

Bartimeo fue como un niño, creyó como un niño, confesó como un niño, corrió como un niño, se despojó de su capa como un niño, y vino a los brazos de Jesús como un niño, y como un niño recibió su sanidad.

Es esta actitud que mueve el corazón de Dios, es esta actitud que hizo que lo imposible se hiciera posible. 
Jesús le recobró su vista, pudo ver no solo a naturaleza y creación de Dios, sino que pudo ver a Jesús su sanador, pudo ver el Camino al Padre y pudo entrar en el reino de Dios. 

UN FINAL FELIZ
Nuestro capítulo 10 de Marcos termina diciendo: Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.

TIENES QUE SER COMO UN NIÑO para experimentar el Reino, recibir su bendición, y seguir a Jesús.