"AL SEÑOR HE PUESTO DELANTE DE MI" Una reflexión en el camino
Por Guillermo Ávila
"Al Señor he puesto siempre delante de mi. Porque está a mi diestra, no seré confundido"
Salmo 16:8
Siempre la vida nos expondrá a situaciones difíciles que no siempre estarán en nuestro control; situaciones que removerán nuestros cimientos, y más de una vez quedaremos tirados sin poder levantarnos.
Son situaciones que nos recuerdan nuestra realidad, que somos hombres y no Dios.
Cuando tenemos que comenzar una nueva etapa en la vida, no sabemos a que situaciones quedaremos expuestos en el proceso; y si sólo dependeremos de nuestras propias fuerzas y recursos, no será fácil mantenernos firme expuestos a tantas presiones, y potestades espirituales de maldad que son mayores que nuestras fuerzas.
¿Qué valiosas son las oraciones de quienes nos aman a nuestro favor, frente a las adversidades de la vida? Aún en nuestra incredulidad.
Pero que valiosa es la fe de los hijos de Dios, que bajo la cobertura de su Padre Celestial, no estarán nunca solos y desamparados. Él les inspirará su fe y confianza en sus promesas, y no quedarán expuesto a la suerte y a sus adversas circunstancias.
Su Padre en su amor hará que TODAS LAS COSAS, aún aquellas incomprensibles a su razón, les conducirán al cumplimiento de su maravilloso Propósito.
Tú no tendrás el control en muchas de ellas, pero Él, que gobierna sobre todas las cosas, conducirá tu vida y destino en su voluntad.
Esa fue la fe del Salmista David rey de Israel, llamado por Dios para gobernar su pueblo, quién viviría difíciles momentos en su proceso de formación y como rey sobre Israel. De Él son estas palabras:
"Al Señor he puesto delante de mí, porque está a mi diestra no seré confundido"
El no estaba solo, el Señor era su pastor, y confiaba que nada le faltaría aunque tuviera que cruzar por valles de sombra y de muerte, aunque Él no pudiera ver ni entender con sus sentidos, no tendría temor.
Su Padre, su Pastor, confortaría su alma y haría que TODAS LAS COSAS redundarán para bien, para el cumplimiento del Propósito al que había sido llamado.
No quedaría a la deriva, no sería confundido, porque había puesto al Señor delante de El.
Si necesitare provisión, el Señor sería su proveedor.
Si necesitare fortaleza, el Señor le daría sus fuerzas.
Si necesitare salud, el Señor sería su sanador.
Si necesitare paz, el Señor sería su consolación.
Si necesitare sabiduría, el Señor sería su guía.
¿Y tú?
¿A quién pondrás delante de ti?
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