viernes, 28 de junio de 2019

INVIERNO TIEMPO DE REFLEXIÓN

INVIERNO TIEMPO DE REFLEXIÓN "Una Reflexión en el Camino"
Por Guillermo Avila


"Truena Dios maravillosamente con su voz; él hace grandes cosas, que nosotros no conocemos. Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales.
Así hace retirarse a todo hombre, para que los hombres todos reconozcan su obra.
Las bestias entran en su escondrijo, y se están en sus moradas" Job 37:5-7

El invierno es la estación del año que invita a los hombres y a todas las criaturas, a refugiarse en sus moradas. El frío, la lluvia, y la crudeza del clima, nos obligarán a detenernos en el camino, y a  más de alguno lo retendrá en su lecho, por más de algunos días.
Este proceso de la vida no siempre el hombre lo entiende, o puede discernir la voz de Dios en la naturaleza; pero es el llamado del creador, como un Padre sobre sus criaturas, a culminar un ciclo de la vida y dar comienzo a un tiempo nuevo.
Es el fin y el comienzo del ciclo de cada año.
El otoño ha despojado ha todos de todo lo viejo, los árboles y las flores han dejado caer sus hojas, se han desnudado con la esperanza de un nuevo florecer.
La naturaleza nos enseña la importancia del despojamiento al final de cada periodo, y que bien le hace una buena poda, para renovar sus fuerzas y prepararse, para el comienzo de un nuevo ciclo.

Cuán bien nos hace a los hombres entender este proceso, y despojarnos también de todas aquellas cosas, que no nos ayudaron en nuestras relaciones, que nos hicieron fracasar en nuestros emprendimientos.
Permitir que nuestro Padre nos pode, nos corrija, para presentarnos con un corazón libre y abierto, para todo lo que nos traerá este nuevo periodo.
¿Para qué persistir y repetir errores pasados?
¿Por qué no aprender de nuestros fracasos?
¿Para qué guardar rencor, envidia, falta de perdón, que solo nos bloqueará para nuestro desarrollo?

Es un tiempo para meditar y rectificar.

El invierno condiciona la primavera, la nieve, la lluvia y el frío recuperan la tierra, la enriquecen y la fortalecen, para nutrir y dar vida a la nueva creación.
¡Qué importante es el invierno!

Nuestro texto es del libro de Job, y el duro invierno que tuvo que vivir y sufrir en su vida.
Job fue despojado de todos sus bienes, sufrió la pérdida de todos sus hijos, su salud fue quebrantada, hasta el punto que en su dolor deseo la muerte:
¡Basta ya! ¡Si es así, quítame la vida!
Para Job fue un tiempo de profunda reflexión, del sentido de su vida y del valor de su fe.
En su aflicción pudo decir:
"Yo sé que mi redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo, y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios"
Su fe se fortaleció en este periodo, creció y traspasó sus circunstancias.
¡Qué revelación! experimentar el poder de la resurrección.

Es el mismo poder que volverá a recrear la tierra con sus flores y a los árboles llenará de frutos, es la vida que renovará el cánticos de las aves, y el vuelo de las mariposas.
El invierno es un periodo para nutrirnos y refugiarnos en Él, para fortalecernos en su vida de resurrección.
Fue esta vida de resurrección, que levantó a Job de su aflicción.
"Y quitó Dios la aflicción de Job... y aumentó al doble las cosas que había tenido... y después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación"
Que hermoso final, que hermoso fruto, y que hermosa confesión.
"Ahora reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.
De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven"
Un duro y lluvioso invierno, es el preludio para una fructífera primavera.

Ten fe, ten paciencia, reflexiona, rectifica y aprende de tus errores, saca lecciones de tus fracasos, permite que la vida y Dios te perfeccione. Él es un Padre de amor que disciplina y forma a sus hijos.
El sol volverá a calentar, la tierra volverá a dar su fruto, la primavera traerá nuevas oportunidades, para tu vida y para tu familia.
Saca provecho de cada proceso, Dios es un Dios de procesos; permite que su sabiduría te perfeccione, y te haga cada día una mejor persona.
Alégrate y regocíjate, porque tu duro invierno traerá una bendecida primavera.
INVIERNO TIEMPO DE REFLEXIÓN


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