martes, 28 de febrero de 2012

GRANDES MOMENTOS PARA RECORDAR

GRANDES MOMENTOS PARA RECORDAR  “Una Reflexión en el Camino"
Por Guillermo Ávila


“Entre la gente había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma; con derrames de sangre, y que había gastado en médicos todo lo que tenía, sin que ninguno la hubiera podido sanar” Lucas 8:43

EN LA VIDA, todos de una u otra manera guardamos grandes momentos para recordar, donde muchos de ellos fueron momentos difíciles, dolorosos, donde nos acompañaron las làgrimas y el sufrimiento.
 
FUERON MOMENTOS de oscuridad, cuando buscábamos luz y no la encontramos, donde todo era confusión a nuestro alrededor; fueron MOMENTOS en que nuestras muchas lágrimas oscurecieron nuestros ojos, impidiéndonos ver como las estrellas en medio de esa noche procuraban alumbrarnos, y conducirnos a un nuevo destino.

FUERON MOMENTOS difíciles en nuestra vida, cuando nuestras debilidades nos quisieron abrazar, y nuestras emociones desbandadas nos quisieron arrastrar en la desesperanza, y en la fantasía de  sueños destruidos.

FUERON MOMENTOS en que nuestros temores, nuestros miedos, nuestras inseguridades buscaron atrapar nuestro presente, con el propósito de impedir que alcanzáramos y abrazáramos el mañana, en fe, amor y esperanza.

¿Cómo olvidar, y no recordar esos  MOMENTOS?
Marcan y dejan una huella en nuestras vidas.

Tal vez te encuentres viviendo en medio de uno de esos MOMENTOS, como la mujer de nuestra historia.

Nuestra texto nos relata la historia de uno de esos “GRANDES MOMENTOS PARA RECORDAR" en la vida de una mujer, de quién ni siquiera sabemos su nombre, y que bien pudiera  representar nuestro propio nombre.

Para esta mujer, ESE MOMENTO se había prolongado por largos doce años, doce años, en que había luchado con una difícil enfermedad que le había consumido todos sus recursos y posibilidades; ella veía como cada día esta enfermedad le consumía su vida, y con ello se desvanecían todas  sus esperanzas.
Doce años en que había gastado todas sus energías, todas sus fuerzas en una lucha estéril ,y nada había logrado, solo veía la muerte como el final de su camino.
Esta mujer se abre paso entre la multitud hacia Jesús, era su última parada.

Su historia, es el reflejo de la historia de muchas personas, quienes ven en ese difícil MOMENTO el fin de sus días, doblegándolos poco a poco frente a su trágica y triste realidad; cansados de luchar y batallar frente a un imposible que los consume, y quebranta todas sus fuerzas.

La historia de la humanidad, es un gran libro, que nos enseña y nos relata como el dolor, y  las adversidades de la vida afloran en cada generación, sin respetar posición, condición social, intelectual o económica de quienes las viven.

¿Dónde podrá el hombre huir frente a esta cruda realidad, donde se podrá esconder?
A todos inevitablemente nos alcanzará.

Jesús claramente lo advirtió: "En el mundo tendrán aflicción"

Enfrentar estos MOMENTOS dolorosos es inevitable, pero el sufrimiento es opcional, porque tú y yo tenemos la facultad de decidir, que hacer frente a estos momentos difíciles.

La tierra fue diseñada redonda, para que en cualquier lugar donde te encuentres, y pienses que has llegado al fin de tu camino, ese mismo lugar, puede transformarse en el comienzo de un nuevo camino, porque las misericordias de Dios son renovadas cada mañana sobre esta tierra.

Jesús es Alfa y Omega, es el comienzo y fin de todas las cosas. Él puede marcar el fin de nuestros sufrimientos y el comienzo de un nuevo día.
El nacimiento de Jesús, no sólo marcó la historia de la humanidad en un antes y un después, Jesús marca la vida de los hombres en un antes y un después.
Él puede marcar la tuya.

Fueron sus palabras: "En el mundo tendrán aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo"

No es trascendental los años que tu puedes contar y celebrar en el calendario, lo trascendental, son los años que Dios ha diseñado, para tu vida sobre esta tierra.
En Dios siempre habrá un nuevo comienzo, si puedes creer.

Así ocurrió con esta mujer, ella decidió no seguir confiando en sus propias fuerzas, y no seguir sosteniéndose en sí misma, aunque ya no le quedaban fuerzas, recurrió a Jesús en su difícil  MOMENTO, se abrió paso entre la multitud, para poner fin a su sufrimiento, y puso fe, para un nuevo comienzo en su vida.

Su decisión  pisoteó su orgullo, pasó por encima de lo que los demás pensaran y opinaran, ella pensó sólo en poner fin a sus frustraciones, fracasos y sufrimientos. Ella decidió venir a Jesús para su bendición y felicidad, y no fue decepcionada en su necesidad.

En Jesús encontró comprensión, consuelo y amor, encontró un Dios perdonador y sanador, así lo relata nuestro texto: “Esta mujer se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su capa, y en el mismo momento el derrame de sangre se detuvo. Alguien me ha tocado dijo Jesús, porque me he dado cuenta de que de mí ha salido poder”

La mujer, al ver que no podía esconderse, fue temblando a arrodillarse a los pies de Jesús. Confesó delante de todos del por qué razón lo había tocado, y daba testimonio de cómo había sido sanada en el mismo acto. Jesús le dijo: “Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila”

¡QUÉ MOMENTO PARA RECORDAR!
¿Quién podría olvidar un encuentro con Jesús, quién podría olvidar un MOMENTO como ese?

Amigo(a) y hermano(a)

El dolor es inevitable, pero el seguir sufriendo es opcional.
¿Porqué optar por el sufrimiento, si puedes tener un nuevo comienzo en Jesús?
El no vendrá a ti, su llamado es "Vengan a mí"
Debes abrirte paso entre la multitud, debes dejar el lugar y aquellas cosas que te impiden venir a Él, debes hacer de Jesús tu última parada.
Jesús no es una opción, es TU OPCIÓN.

La clave de la felicidad y el éxito, es tener más comienzos que finales.

Sin duda, la debilidad, el dolor al cual has estado sujeto, es el medio para despertar en ti tu deseo por Él, para que vengas a Él, y encuentres en Él tu nuevo camino, tu nuevo destino.

No te dejes manejar por tus debilidades y emociones negativas, Dios te ha hecho libre para que su amor te gobierne y dirija tus pasos. Hay “Poder” disponible de parte de Dios en Jesús, para impulsar un nuevo comienzo en ti.

¡Levántate!

Deja atrás tus temores y miedos, abrázate a su amor, y déjate marcar en un nuevo comienzo. Así también mañana podrás declarar, como fue la experiencia de esta mujer, que los momentos  difíciles y dolorosos de la vida, en Jesús y con Jesús, se pueden transformar en GRANDES MOMENTOS PARA RECORDAR. 

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