jueves, 2 de febrero de 2012

AGUAS QUE AMARGAN LA VIDA

"AGUAS QUE AMARGAN LA VIDA"  Una reflexión en el camino
Por Guillermo Ávila


“Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Éxodo 15:23,24

HABÍAN VIVIDO TIEMPOS DE GLORIA, tiempos de mucha alegría y gozo los hijos de Israel; Dios los había rescatado de una terrible condición de esclavitud, después de más de cuatrocientos años en Egipto.
Frente a sus propios ojos Dios había abierto en dos el Mar Rojo, abriéndoles un camino por donde cruzaron en seco, y cuando aún no se cerraba frente a ellos, fueron testigos de como el mar aplastaba a sus enemigos, Faraón y su gran ejército sucumbían bajo el mar.

Estaban maravillados de la bondad y el amor de Dios, sus promesas se cumplía delante de sus ojos; Dios los liberaba de una larga esclavitud.
ESE DÍA temieron y creyeron a Jehová, y a Moisés su siervo.
ESE DÍA danzaron, cantaron y celebraron la victoria del Señor.

Llenos de GOZO, FE y ESPERANZA cantaban a gran voz:

“Lo oirán los pueblos, y temblarán. Se apoderará dolor en la tierra de los filisteos. Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; se acobardarán todos los moradores de Canaán. A la grandeza de tu brazo”

¡MARCHEMOS EN FE! gritaban a viva voz.

Se sentían valientes y llenos de entusiasmo para marchar, y emprender la conquista de la TIERRA PROMETIDA, la tierra de las promesas, de la esperanza y bendición.

Si Dios es por nosotros ¿Quién contra nosotros? Se decían unos a otros.

No tenían dudas de que Dios los estaba guiando.

¿Quién no se ha sentido así después de una gran momento de victoria, y de favor sobre su vida?

¿No es el mismo entusiasmo de los novios en una maravillosa noche de bodas?

¿No es la alegría de los padres al ver nacer a su primer hijo, o en su primer día de escuela?

¿Cómo saber si esta confianza nace de una fe genuina, y no es solo un emocionalismo pasajero?

¿Cómo saber si esa alegría tiene un verdadero fundamento, y que permitirá edificar con seguridad en la vida?

¿Cómo saber si esos comienzos tendrán la fuerza, para llevarnos hasta el final del camino?

LA PRUEBA QUE PRUEBA EL FUNDAMENTO

La única manera de comprobarlo, es sometiéndolo a una prueba que confirme lo que hemos aprendido y conocido, y si de verdad es y será parte de nuestra vida.

Porque es necesario que nuestro Dios, nuestro Maestro, nos guíe a una experiencia donde tendremos que aplicar esa fe que cantábamos, esa alegría que expresábamos, para así confirmar su voluntad y bendición sobre nuestras vidas.

Así fue como la nube (La cobertura del amor de Dios sobre su pueblo) los guiaría hacia el desierto, donde no hallarían agua para beber, y las aguas que encontrarían SERÍAN AGUAS AMARGAS.

Fueron tres días por el desierto sin hallar agua, fueron tres días que fueron apagando sus cánticos, fueron tres días que fueron borrando la sonrisa de sus rostros. En esos tres días se desvanecería su "fe" y se volvería en angustia y murmuración contra Moisés, su guía, diciendo: ¿Qué hemos de beber? ¿Porqué nos trajiste al desierto a morir?

Ahora dudaban de que Dios los estaba guiando.

Esas fueron las palabras que brotaron de sus corazones; esa había sido la actitud de este pueblo en Egipto, y que los había mantenido esclavos por varias generaciones.

DIOS permite que brote esa actitud, para arrancarla definitivamente de sus mentes esclavas, que los mantenía atados a ese espíritu de esclavitud. Dios quería hacerlos verdaderamente libres, libres desde el corazón, para que en esa libertad pudieran asumir EL PROPÓSITO MARAVILLOSO por el cual los había establecido como nación sobre esta tierra, a partir de sus padres Abraham, Isaac y Jacob.

No era faraón ni su ejército la verdadera causa de su esclavitud, era su propio corazón esclavo a sus circunstancias, y que ahora reaccionaba de igual manera frente a otras circunstancias.

Es nuestra naturaleza caída, que nos inclina a murmurar, a quejarnos, a criticar, a difamar y a desacreditar a otros, a justificar nuestros fracasos, es parte de la esclavitud del pecado en nuestras mentes.

Es lo que nos centra en nosotros mismos, especialmente cuando nuestros intereses están en juego, allí, los celos, la envidia, el compararnos con los demás, la auto protección, el temor a morir, a enfermarnos, a sufrir, producirá un sin número de emociones, que determinarán esta inevitable reacción.

Murmurar también significa en su raíz, obstinación, detener, parar.
Sin dudas el dejarnos dominar por ella, estancará, y detendrá nuestro crecimiento y desarrollo como personas.

Fue lo que les ocurrió a los hijos de Israel frente a estas amargas circunstancias,  quedaron PARALIZADOS, BLOQUEADOS,  y solo atinaron a quejarse y a murmurar, olvidando de un solo golpe TODO,  todo lo que el amor de Dios les había mostrado y enseñado hacía solo tres días.

La historia de este pueblo, en su primera generación, nos revelará, que la verdadera causa por la que NO CONQUISTARÁN la Tierra Prometida y morirán en el desierto, será su incredulidad,  su obstinación para  no creer y confiar en su Dios.

Once veces Dios les repetirá  LA PRUEBA, en distintas circunstancias, con el propósito de aprobarlos y confirmarlos en su fe, para introducirlos en LA TIERRA PROMETIDA, antes de condenarlos a morir en el desierto.

¡CUIDADO!

LA PRUEBA DE LA FE siempre trae consigo también la tentación.

LA PRUEBA viene de Dios, para confirmar nuestra fe y decisión.
LA TENTACIÓN viene de Satanás, para activar nuestra naturaleza caída y hacernos desobedecer, para volvernos a la esclavitud y a la muerte.
Fue Dios quien los probó en el desierto: "Él te afligió, te probó, para saber lo que había en tu corazón,....para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, vivirá"

Fue Satanás quién los tentó en el desierto para hacerlos fracasar.

Así, como Dios PROBÓ LA FE DE JESÚS y su obediencia en el desierto.

Jesús venció  "la tentación" que Satanás puso delante de Él para hacerlo fracasar en su misión, lo venció confesando con su boca la PALABRA DE DIOS, sin quejarse y sin murmurar. Y fruto de su actitud de obediencia, los cielos fueron abiertos, y Dios el Padre CONFIRMÓ SU LLAMADO declarando: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”

Es la declaración que Dios anhela expresar sobre CADA UNO DE SUS HIJOS.

Jesús en su debilidad se abrazó al amor, y a la confianza depositada en su Padre, resistió la tentación y lo venció.

Está escrito: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha preparado para los que le aman”

“No temáis; porque para probaros vino Dios y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis”

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”

¿Qué esperaba Dios como reacción de los hijos de Israel frente a LAS AGUAS AMARGAS?

Que aplicaran su fe y declararan su confianza en Él en su corazón.

Moisés declaró su fe y clamó a Dios como está escrito: "Clama a mí y yo te responderé" Y Dios le  mostró UN ÁRBOL; que Moisés echó sobre LAS AGUAS AMARGAS, y LAS AGUAS SE ENDULZARON.

¡Gloria al Señor!

Dios tenía todo sujeto, en su Propósito siempre hay provisión y previsión.
El Señor reina sobre todas las cosas, sobre la vida de los hombres y sus circunstancias, con el propósito de llevarlos al cumplimiento de SU PROPÓSITO CREACIONAL, y que los hombres no siempre están dispuestos a entender, y obedecer.

Dios quería que su pueblo aprendiera a confiar y a depender de él, que ante cualquier adversidad en el camino, la salida no era la queja o la murmuración, porque ello paraliza y detiene el crecimiento espiritual.
Ellos debían clamar a Dios confiados en que Dios les daría una salida, porque Dios ha limitado SU OBRAR, en respuesta a la fe y a la oración de sus hijos.

La respuesta de Dios siempre será la aplicación de la cruz (un árbol como figura en nuestra historia) a cualquier experiencia amarga de la vida, no importando la causa que la haya originado, y como ESE ÀRBOL, que estaba preparado de antemano para endulzar esas aguas, así también Dios preparó a su Hijo, desde antes de la fundación del mundo, para morir en un madero, para traer consuelo, salvación, medicina, para quitar toda angustia y endulzar las amarguras que por causa del pecado y de la vida   sufrimos sobre esta tierra.
La respuesta de Dios a tus oraciones, es y será EL CORDERO que fue inmolado desde antes de la creación del mundo, es el testimonio  y cántico de todos los redimidos por Dios en la eternidad.

Amigo(a) y hermano(a)

Deja la murmuración, abandona la queja como actitud de tu alma, pues paraliza tu desarrollo y crecimiento como persona diseñada a la imagen de Dios.
Si estás cruzando un desierto, si estás sediento, si las aguas te son amargas, no busques culpables. Acepta tu pobre realidad, y que tú no podrás cambiar tu pasado, pero HOY en tu presente, puedes cambiar tu destino.


Invócale en el día de tu angustia, Él te oirá y te salvará.
Dios siempre tiene una salida y sus salidas siempre son gloriosas.
Él endulzará tus aguas y te guiará a la tierra de provisión y bendición. Él es tu Buen Pastor, que junto a aguas de reposo te pastoreará y confortará tu alma, aún en valles de sombra y de muerte, te infundirá aliento.

LA RESPUESTA DE DIOS A LOS HIJOS DE ISRAEL

“Y llegaron a Elim, donde habían doce fuentes de agua, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas” Éxodo 15:27

Allí los condujo Dios, las aguas amargas nunca fueron el fin, como no lo son aquellas situaciones que amargan tu vida por un momento, no son eternas, son solo un paso, un prueba, un proceso para crecer, madurar y aprender a confiar en el gran amor de  Dios.

Así lo hará Dios también en tu vida, en tu realidad o enfermedad, en tu matrimonio que ves desmoronarse, con tu familia quebrantada, o con la obstinación de alguno de tus hijos.
Será una experiencia que fortalecerá tu vida, ensanchará tu corazón para Dios y los demás, será una PRUEBA APROBADA, que te enseñará a caminar en fe y ha conquistar la Tierra que Dios te ha prometido.
No permitas que las aguas amargas, amarguen tu vida.
En Dios siempre hay  y habrá salvación en la obra de la cruz.



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