viernes, 22 de junio de 2012

SOMOS LINAJE DE DIOS "Una reflexión en el camino"

UNA REFLEXION EN EL CAMINO: “Somos linaje de Dios sobre esta tierra”
Por Guillermo Ávila


¡TAL ES LA GENERACIÓN DE LOS QUE LE BUSCAN, DE LOS QUE BUSCAN TU ROSTRO, OH DIOS DE JACOB! Salmo 24:6

Dios se hace llamar asimismo Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob para todas las generaciones, pero al leer acerca de la vida de estos hombres, uno se pregunta, como David se preguntó en su tiempo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?

O como expresa David en este mismo salmo 24 de nuestro texto: ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?

Y el mismo responde: “El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación”

Si has leído acerca de Jacob y de su vida coincidirás conmigo que él no era limpio de manos ni puro de corazón, y que no tenía ningún mérito en si mismo para ser llamado por Dios y ser parte de su linaje sobre esta tierra a través del cual Dios encarnaría a su Hijo.

Un breve estudio confirmará que el pecado y la ambición competitiva estaba en él desde el vientre de su madre, allí se tomaría del calcañar de su hermano gemelo Esaú, con el propósito de evitar que naciera primero y fuese más bendecido que él, de allí su nombre Jacob; que significa “suplantador y engañador”

En su juventud planificaría la forma de usurpar el derecho a la primogenitura de su hermano mayor, buscaría la forma de engañarle y alcanzar su objetivo, Jacob era capaz de hacer cualquier cosa, hasta que encontró el momento de debilidad en su hermano y por un guiso de lentejas le arrebató el derecho a la primogenitura.

Más tarde aprovechando la ancianidad de su padre y su casi total ceguera, y en complicidad con su madre planificaría suplantar a su hermano con el propósito de recibir la bendición de su padre al primogénito Esaú, fue asombrosa su habilidad para engañarlo y recibir su bendición, lo que provocaría el tremendo enojo de su hermano y su decisión de asesinarlo, razón que lo obligaría a huir de su casa para salvar su vida.

¡Cómo nos representa Jacob en nuestra naturaleza humana!
¡Cómo nos representa delante de Dios!
¡Si nacemos egoístas y nos enseñan a competir y ha luchar por nuestros objetivos en la vida!

Y aún estamos dispuestos a atropellar y a pisotear (diplomáticamente) a los demás con tal de ser “bendecidos”. La envidia nos consume cuando no lo alcanzamos y sí lo alcanzan los demás, aunque aparentemos ser defensores de la justicia y de la igualdad entre los hombres.

Sin embargo Dios le había escogido y llamado antes de nacer, antes de hacer bien o mal, como está escrito: “A Jacob amé y a Esaú aborrecí”

Tal vez te has preguntado como yo: ¿Si Dios le había amado y escogido, porque no le hizo nacer primero y así evitarse tantos problemas?

Dios lo hizo así en su sabiduría, para enseñar a Jacob el camino a “su bendición” y dejarnos una luz a seguir para que tú y yo aprendamos a caminar también por “su bendición”

Dios también te escogió a ti antes de la fundación del mundo, con el propósito de presentarte puro y sin mancha delante de Él, habiéndote predestinado en amor por el puro afecto de su voluntad. Aunque no te consideres apto para su llamamiento.

Tal vez te preguntas que no eres merecedor para tal llamamiento y elección, te consideras un caso “difícil” o tal vez “perdido”

Si Dios pudo alcanzarlo con Jacob, sin duda lo alcanzará contigo. Así se lo declaró Dios a Jacob cuando huía de su hermano y dormía en el suelo en Betel: “Yo soy el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque NO TE DEJARÉ hasta que haya hecho lo que te he dicho”

Dios no lo reprendió, ni lo humilló por su pasado, lo levantó en fe y declaró una palabra profética sobre él y su descendencia, comprometido de estar a su lado hasta alcanzar en él su propósito, pero Jacob estaba demasiado abrumado y angustiado por sus circunstancias para poder percibir la magnitud de esta promesa de Dios.

Jacob solo pensaba en tener un lugar donde dormir, que comer y como vestirse en su condición.

¡Cuánto nos ciegan las necesidades temporales de la vida!

Y así lo reflejan sus propias palabras: "Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des"

Su mentalidad comercial medía todo al esfuerzo y al sacrificio humano, y no podía aún percibir la gracia de Dios. Dios lo estaba introduciendo en el camino de la revelación.

No sé si tu estás huyendo o sufriendo las consecuencias de tu pecado, pero al igual que Jacob, Dios te escogió desde el vientre de tu madre y te llamó para ser linaje suyo sobre esta tierra.

Y Dios te declara en esta hora, que Él está contigo y que no descansará en su amor sobre ti hasta llevarte al cumplimiento de sus promesas, como no descansó en su amor sobre Jacob, hasta llevarlo a la madures introduciendolo bajo la disciplina del Espíritu Santo, para con su poder transformarlo y encaminarlo a la gracia de Dios. Jacob aprendería a buscarlo y lo hallaría cara a cara.

Así Dios también te introduce bajo la disciplina de su Espíritu Santo, para con su poder y amor transformar tu vida y llevarte al cumplimiento de sus promesas, Él te enseñará a caminar en su voluntad, en tu debilidad te está enseñando a buscarle y sin duda se revelará a tu vida porque eres linaje de Jehová y Él ha puesto su Simiente sobre ti, la cual producirá el fruto deseado por Dios.

El lugar donde estás sentado es santo y Dios está en ese lugar, aunque aún no lo puedas percibir.

¡Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob!

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