lunes, 15 de abril de 2013

¡QUITAD LA PIEDRA! "Una reflexión en el camino"

¡QUITAD LA PIEDRA! "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila  

  
“¡QUITAD LA PIEDRA! Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor hiede ya, porque es de cuatro días” Juan 11:39

El temor es la causa que nos llevan a murmurar y a quejarnos. Temor al futuro, temor a la enfermedad, temor a enfrentar nuevos desafíos, temor a lo imposible, temor a los cambios, temor a la muerte, etc.
Cuando vivimos momentos dolorosos y de aflicción, nos atribuimos el derecho a quejarnos y a murmurar, pero no es más que la evidencia de nuestra falta de fe y de confianza en Dios y sus promesas.
En esos momentos olvidamos todas las veces que Dios nos ha mostrado su amor y cuidado, y como nos ha librado en medio de tantas aflicciones demostrándonos su fidelidad.
Se nos olvida que Dios no cambia y que no es hombre para mentir.
Las escrituras definen la murmuración como tentar a Dios.

¿Hasta cuándo tentaremos a Dios?

¿Por qué pensar que esta vez nos abandonará y no tendrá cuidado de nosotros?

Tengamos en cuenta que el temor y la queja se esparcen como el polvo, y hará que la incertidumbre abunde contaminando no solo nuestro corazón, sino también el de los demás.
Así como las escrituras declaran: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y toda tu casa” así también está el peligro de que nuestras quejas y murmuración, lleven muerte y condenación a toda nuestra casa.
Dios nos ha dado maravillosas promesas para cada día, y ha prometido renovar sus misericordias sobre nosotros cada mañana.
¡No temas! Porque yo estoy contigo.
¡No temas! Porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
¿Cuándo confiaremos plenamente en Dios y en sus promesas?
LA MURMURACIÓN Y LA QUEJA ES LO CONTRARIO A LA FE.
LA FE SIEMPRE PRODUCIRÁ ALABANZA.
LA ALABANZA ES LA VOZ DE LA FE.
¿Cómo cambiar nuestra actitud?
“La fe se enciende en nuestro corazón cuando oímos su voz y reaccionamos en obediencia a ella”
Miremos el contexto de nuestro texto:
Todos lloraban, el dolor y la muerte se habían asentado en casa de Lázaro cuando Jesús llegó y declaró:
¡QUITAD LA PIEDRA! 
¿Cómo reaccionaremos ante su PALABRA?
¡Lázaro está muerto por 4 días! ¡Ya hiede! ¡Es imposible! ¡La piedra es muy pesada! ¡Ha llegado demasiado tarde! ¡Mi problema es muy grande! ¡Ya no tiene solución! ¡Siempre ha sido así!
¿Seguirás hundido en la queja y murmuración?
¡QUITAD LA PIEDRA! ¡Haz algo! ¡Ora! ¡Clama! ¡Canta! ¡Comienza a alabarle! ¡Comienza a declarar sus promesas!
¡QUITAD LA PIEDRA! ¡Quita la piedra que te impide disfrutar de su vida de resurrección!
¡Quita las quejas!  ¡Quita la murmuración!  Solo te han traído muerte y condenación.
¡Párate firme en SU PALABRA!
¡RESISTE EL ENGAÑO!
¡Resiste al maligno y huirá!
Las tinieblas no prevalecerán ante la luz de su verdad, deja que su luz ilumine tu corazón y llenen tus pensamientos:
 “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día”
“A Jehová cantaré en mi vida, a mi Dios cantaré mientras viva”
Su alabanza en tus labios traerá salvación y libertad. El habita en medio de las alabanzas de su pueblo.
¡QUITAD LA PIEDRA! 

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