EL MAYOR ENGAÑO DE ESTE SIGLO “Una
reflexión en el camino”
Por
Guillermo ÁvilaEL HUMANISMO que surgió en contraposición de aquella élite política y religiosa falsamente llamada “cristiana” que adjudicándose la representación divina sobre esta tierra, abusó, manipuló y esclavizó arbitrariamente a sus pueblos para sus intereses egoístas, ambiciosos de poder y gloria, pisoteando, matando e impidiendo su desarrollo manteniéndolo en ignorancia y esclavitud.
El HUMANISMO no niega la existencia de Dios pero niega su revelación, pone al hombre como centro y relega a Dios a una experiencia personal y religiosa, sin implicancia en el desarrollo de la vida.
El HUMANISMO pone al hombre como centro de toda su realidad. El hombre vive de si y para sí, y reconoce las condiciones morales y valóricas de este para obrar el bien en sí mismo.
Es un engaño filosófico que procura hacernos creer que nosotros somos los responsables y capaces de determinar el sentido, el desarrollo y propósito de nuestra existencia terrenal, que la política, la economía, la ciencia, la administración, la familia, los hijos, etc. son de determinación humana y Dios no tiene nada que aportar al respecto, pues el hombre tiene la capacidad en sí mismo para alcanzarlo.
Es la razón por la cual se levantan muchas “PROPUESTAS
HUMANISTAS” que plantean soluciones y respuestas a las diferentes necesidades humanas, planteamientos
para su desarrollo político, económico, educacional, social, familiar y
personal que no toman en cuenta la revelación de Dios, y que solo traerán decepción
a las anheladas expectativas humanas, que generarán profundas frustraciones que cíclicamente explotarán en reacciones y actos de violencia familiar y social,
arrastrando a las naciones a guerras y sufrimientos frente a la impotencia, las injusticias y necesidades
insatisfechas, dejando un surco de muerte
y sufrimiento en el corazón humano.
El HUMANISMO es la corriente de este siglo, que atenta
abiertamente contra el Propósito de Dios para el hombre, para la familia, la
sociedad y las naciones, las Escrituras nos advierten que no debemos tomar su forma, que no debemos asumir su estilo de vida,
porque esta corriente opera en los hijos de desobediencia, que se oponen y
resisten la manifestación del Reino de Dios.
Del humanismo surge el racionalismo, que pone la razón por sobre
la fe.Del humanismo surge el materialismo, que por no tener el hombre un sentido trascendente de la vida, centra todo en el logro de los bienes materiales y terrenales.
El humanismo surge en alianza con Satanás y con la carne, carne que inclina el corazón del hombre a buscar su propio placer y provecho, a hacer del hombre el centro de todo lo que hace, su individualidad, su comodidad y resistencia al sacrificio, eso lo hace atractivo a nuestra naturaleza caída.
La Revelación de las Escrituras, señalan que de Dios son
todas las cosas, porque de Él proceden, y para Él fueron creadas.
“Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en
el cielo y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos y
dominios, sean principados y potestades; TODO fue creado por medio de Él, y
para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”
“Mía es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en el habitan”
Por creación TODAS las cosas le pertenecen a Dios, Él es el dueño y Señor de todo. Fuimos
creados para su gloria, para Él nacemos, para Él crecemos, para Él estudiamos y
trabajamos, para Él formamos familias, sea que vivamos o que muramos somos del Señor
y para el Señor.
Dios tiene una Palabra de revelación para cada necesidad y desarrollo humano, esta es la verdad, y la verdad nos hace libres del engaño humanista.
El Evangelio del Reino de Dios deshace las mentiras del
humanismo.
Esta corriente también ha infectado el “cristianismo” de
este siglo, que centra el mensaje del
Evangelio en el hombre, su bienestar, su
comodidad, donde lo importante es como tú te sientas y no que Dios sea
agradado.
No muchos asumen para sí la oración enseñada por Jesús:
“Venga tu reino y hágase tu voluntad como en el cielo sobre esta tierra”
No muchos toman su cruz cada día y declaran “No se haga mi
voluntad sino la tuya”
No muchos están dispuestos a: “Ofrecer sus cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, como su verdadero culto racional.
Renunciando a este mundo y no conformándose a la corriente humanista de este
siglo, permitiendo una renovación de su mente por la Palabra de Dios, para experimentar la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta”
Amigo y hermano:Dios no solo nos creó sobre esta tierra, sino que también diseñó un Propósito glorioso para que fructifiquemos y nos multipliquemos con su bendición como está escrito: “Bendito seas en la ciudad, bendito seas en el campo, bendito seas en tu trabajo, bendito seas en tu casa, bendito en todo lo que emprendas” Porque en Él son benditas todas las familias y naciones de la tierra.
¿Cuánto se alegra y se
complace el corazón de Dios cuando el hombre se arrepiente de esa actitud
egocéntrica y le reconoce como Señor
sobre su vida y busca agradarle sobre
esta tierra?
Como Noé que halló
gracia y alegró el corazón de Dios en medio de una generación incrédula y
perversa.
Como Abraham que halló gracia y agradó el corazón de Dios en
medio de una generación idólatra.
Como Jesús que trajo contentamiento al corazón de Dios al
disponer completamente su vida para hacer la voluntad de su Padre. Dios abrió los cielos, derramó su Espíritu
sobre Él y declaró “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”
¿Tú agradarás el corazón de Dios, o seguirás la corriente
engañosa de este siglo?
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