¿DÓNDE ESTÁ VUESTRA FE, DÓNDE ESTÁ VUESTRO CORAZÓN? "Una reflexión en el Camino"
Un cambio de año en sí mismo, no traerá un nuevo tiempo.
Por Guillermo Avila
¡Maestro, Maestro, que perecemos!
Despertando Jesús, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
Y Jesús les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Lucas 8:24,25
¿Cuántos de nosotros, nos hemos encontrado en situaciones similares, a los discípulos de Jesús?
¿Cuántos de nosotros, nos hemos encontrado frente a un gran temporal de adversidades, sean familiares, económicas, de relaciones, de enfermedades, y aún de muerte; llenos de temor y miedo, e impotencia frente a la vida?
Y en nuestra angustia y desesperación, clamamos a Dios, y pareciera que el cielo estuviera cerrado, y no hay respuesta a nuestras oraciones.
Esa era la condición de los discípulos, en su angustia y desesperación clamaban: ¡Maestro, Maestro, qué perecemos! mientras el viento y las olas arrasaban.
¿Cuál fue la respuesta de Jesús?
Fue una pregunta:
¿Dónde está vuestra fe?
Eso significa que podemos orar, y clamar frente a nuestros desafíos SIN FE, y una oración sin fe, no es oración, son solo palabras que se lleva el viento, generan frustración y desaliento, porque "la verdadera oración" es UNA OBRA DE FE.
Podría decirme a mí mismo "yo tengo fe", pero si mi oración no haya respuesta delante de Dios, y no tengo certeza de haber sido oído, es una oración sin fe, son solo palabras, que sólo yo me he podido escuchar.
"SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS"
La fe no es un resultado mental, no es un esfuerzo de la voluntad, la fe es espontánea, y brota y crece, en forma natural, cuando en nuestra relación con Dios involucramos nuestro corazón.
"Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón"
"Un corazón contrito y humillado, Dios jamás rechazará"
Debemos indagar con nuestro corazón su voluntad, no es pensar si debo ir allí o debo ir allá, es en el lugar donde me encuentre, en la circunstancia que me ha tocado vivir; sin importar mi pasado, o lo que esté viviendo, Dios busca, quién le adore en espíritu y en verdad, como lo hizo la mujer Samaritana, no importó su frustrante pasado, ella bebió del Agua Viva que Jesús le ofreció, y sació completamente su corazón necesitado.
¿Cómo saber si mi corazón está involucrado en la oración?
¿Cómo puedo saber que Dios me ama, si no correspondo a su amor en mi corazón?
Como está escrito:
"Pido y no recibo, porque pido solo para mi deleite, y no pensando en el deleite de Él"
Es pedir con un corazón no comprometido.
Si nuestro corazón no está comprometido, en nuestra relación con Él; más que amigo, podría ser enemigo de Dios en mis actitudes y acciones.
Cuando las circunstancias que nos toca vivir, y que tienen como propósito, estrechar nuestra relación de amor con Él, nos alejan de su corazón, quejándonos, amargándonos, enojándonos; es la prueba de la pobreza de nuestro amor a Él, y saca a luz nuestras verdaderas intenciones e intereses en la vida.
Dios ama la verdad en lo íntimo, y no mira lo externo, sino mira en nuestro corazón.
¿Cuánto nos llevará aceptar la verdad, y dejar de culpar a otros?
¿Cuánto nos llevará dejar de victimizarnos, dejar de buscar fuera de mi, y reconocer la pobreza de fe en mi corazón?
Muchas de nuestras peticiones, y desafíos actuales, Dios ya los ha respondido en otras oportunidades pasadas, pero no supimos conservar la bendición, porque no involucramos en nuestra relación, nuestro corazón.
"El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él"
"Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre.
No me elegisteis vosotros a mí, sino yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé"
¿Dónde está vuestra fe?
¿Dónde está vuestro corazón?
viernes, 28 de diciembre de 2018
lunes, 3 de diciembre de 2018
LLEVAR FRUTO NO ES OPCIONAL
LLEVAR FRUTO NO ES OPCIONAL EN EL JARDÍN DE DIOS "Una reflexión en el Camino"
Por Guillermo Avila
Hace ya un tiempo en mi jardín tenía una planta, que por traspasarla a un macetero más grande, se marchitó y se secó; pasaron algunos meses y la planta no volvió brotar. Esperé un tiempo prudente, pero solo confirmaba su sequedad, y estuve a punto de arrancarla y expulsarla del jardín, porque: ¿A quién le interesa una planta seca que no da fruto, y que solo ocupa un lugar en el jardín?
Por consiguiente, decidí darle una última oportunidad; la regué, le mostré misericordia, y le declaré mi decisión: ¡O das fruto, o serás arrojada fuera del jardín! Así que en el nombre de Jesús le demandé fructificar, o su destino final sería el basurero.
Me tomé una semana para concretar mi decisión, y cuál sería mi sorpresa, que a los tres días comenzó a dar sus primeros brotes, luego vinieron las hojas, y hoy es una hermosa planta en flor.
Cuando hice esta experiencia, fui inspirado por la demanda que Jesús hizo a una higuera que no tenía fruto, le demandó dar fruto, y al otro día al volver a pasar por el mismo lugar y no tenerlos, la maldijo, y la higuera se secó desde la raíz.
Mi pensamiento era que en un jardín, las plantas deben dar fruto para permanecer allí-
¿Cuánto más Dios demandará fruto, de quién él ha plantado en su Jardín?
"Vosotros sois plantíos de Jehová, para gloria suya"
Llevar fruto, no es opcional en el Jardín de Dios.
Jesús declaró a sus discípulos:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto"
EL SUEÑO DE DIOS EN SU JARDÍN
El Huerto del Edén, fue el Jardín diseñado y creado por Dios, para que los hombres bendecidos, fructificaran y se multiplicaran sobre esta tierra. Era un lugar de comunión celestial, era la Casa de Dios, el cielo sobre esta tierra, donde SU SUEÑO, SU PROPÓSITO ETERNO sería prosperado; Una Gran familia de muchos hijos, a la imagen de su Hijo.
Fue en ese lugar que Dios plantó a nuestros primeros padres, su bendición los hizo aptos para llevar fruto, para servir, y hacer su voluntad.
Para Adán y Eva llevar fruto, no era una opción, era la voluntad de Dios para sus vidas y familias.
Jesús declaró a sus discípulos:
"Que todo pámpano que en mí no lleva fruto, mi Padre lo quitará"
No era suficiente permanecer en el Huerto y disfrutar de sus beneficios, llevar fruto, no era opcional.
Para Adán y Eva su desobediencia, y no llevar fruto para Dios no fue poca cosa, las consecuencias las sufrimos todos hasta el día de hoy, fueron expulsados del Huerto, y ninguna excusa pudo evitarlo, fueron echados fuera y perdieron su bendición, y se les prohibió el acceso a ese lugar.
Jesús declaró que en el Jardín de su Padre, su Padre es el labrador, y quien no lleva fruto, lo quitará, y añade más aún, lo echará fuera como pámpano, y se secará; y lo recogerán y lo echarán en el fuego donde arderá.
Ese es el fin, para quién no lleve fruto en el Jardín de Dios.
Llevar fruto, no es una opción para los hijos de Dios, es su voluntad.
"El que en mí no lleva fruto"
¿Puedes verlo? Podemos estar en él, y aún así no llevar fruto.
Porque muchos buscan permanecer en Dios, pero solo para sacar ventajas personales y temporales, para ser protegidos y cuidados, pero su corazón está lejos de querer llevar fruto para Él.
¿Estamos llevando fruto, para Dios?
Jesús también reveló, la razón de por qué no llevamos fruto.
PÁMPANOS SIN VIDA PROPIA
La razón enseñó Jesús, es que en el Jardín de su Padre, todos somos pámpanos, y un pámpano no tiene vida en sí mismo, en sí mismo somos inútil para Dios, y por nuestra naturaleza estamos destituidos de su gloria.
Fue un golpe tremendo al orgullo, y la soberbia humana, porque aunque nacimos fuera del Huerto, y sufrimos las consecuencias de ser mortales, como enfermedades, injusticias, pobreza, dolores, envidias, guerras, pleitos, muerte. Nos sentimos suficientes, y determinamos como si fuéramos dioses, y nadie nos derriba de nuestro altar.
Al nacer en el jardín de Dios somos solo pámpanos. Él es el rey, la autoridad máxima.
Y la única forma en que un pámpano pueda llevar fruto, es la vid le imparta su vida.
¿Cómo la vid puede impartir vida al pámpano?
¿Cómo Jesús puede impartir su vida, y permanecer en nosotros?
Jesús mismo lo reveló:
"Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor"
"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él"
"El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él"
La señal que Dios le había entregado a Juan el Bautista, para reconocer al Hijo de Dios, que manifestaría al Padre sobre esta tierra, era: "Sobre quién veas descender el Espíritu de Dios y que permanezca sobre Él, ese es el Cristo, quién bautizará a los hombres con el Espíritu Santo y fuego.
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" fue el testimonio del Padre.
Nadie puede permanecer unido a alguien que no ama.
Si no le amamos, Èl no puede permanecer en nosotros, no podemos guardar su palabra, no podemos obedecer, ni llevar fruto.
No digas qué amas a Dios, si no guardas su palabra. Su palabra no está separada de Él, del Padre, y del Espíritu Santo. Dios es uno.
Es la razón porqué Pedro no pudo guardarla, no pudo amarlo, y lo negó.
Vivió una noche amarga, de dolor y decepción, como muchas noches que tú y yo hemos vivido.
Jesús al restaurar a Pedro le preguntó: ¿Pedro me amas más que esto?
"Esto" representa tantas cosas en la vida, que cautivan y atraen a nuestro corazón.
El Huerto, es el Jardín de Dios, donde Él reina, donde Él derrama su amor y bendición, donde Él imparte su Vida para poder fructificar. El Padre es el labrador, el que limpia, y poda cada planta de su Jardín.
ESE JARDÍN ES TU CORAZÓN.
Tu corazón es el lugar de su morada, es su templo, es el cielo de Dios sobre esta tierra.
Tu corazón es el Huerto de Dios, es el lugar donde Dios pone su bendición, donde imparte su Vida, donde tenemos comunión con Él, donde Él permanece en nosotros, donde Él establece su gobierno, donde Dios prospera su voluntad.
Si no rindes tu corazón, Él no puede permanecer en ti. Él no puede hacer su morada en ti.
Un corazón oprimido, lleno de rencor, deprimido, lleno de ira y de ofensas por situaciones pasadas de las vida, no puede ser morada de Dios.
Si no quitas todas aquellas cosas que ocupan un lugar en tu corazón, y que no agradan a Dios, Él no podrá hacer morada en ti. Apagarás su Espíritu y menospreciarás su palabra. Debes vaciar tu corazón para Dios.
Jesús murió en una cruz, y derramó su sangre por ti, para que el Padre por medio de su sangre, pueda limpiar tu corazón.
El Padre que es el labrador, y quiere limpiar tu corazón, limpiarlo de rencores, de envidias, de orgullo, soberbia, enojo, amarguras y falta de perdón, para que lleves fruto.
Si llevamos fruto, Él es glorificado en nuestras vidas, y seremos así sus discípulos.
Porque sólo un discípulo permitirá que el Padre lo limpie, lo corrija y lo discipline para llevar más fruto.
Cada vez que intentes llevar fruto en tus propias fuerzas, de ti mismo, solo cosecharás frustración y dolor.
"Porque sin mi, dice el Señor, nada puedes hacer"
Nadie puede vivir y hacer la voluntad de Dios, sin su Vida, sin el bautismo del Espíritu Santo, sin ser lleno del Espíritu Santo. No basta el conocimiento, necesitamos la revelación de su palabra en nuestro corazón, su palabra es Espíritu y Vida.
La revelación trae convicción, y la convicción trae vida real, el fruto espontáneo y natural de Dios, la expresión de su Vida en nosotros.
La clave no es el conocimiento, la clave es la Vida de Dios, por la FE en la obra De Dios en su Hijo Jesucristo, la Vid verdadera.
Llevar fruto no es opcional, es la voluntad de Dios.
Por Guillermo Avila
Hace ya un tiempo en mi jardín tenía una planta, que por traspasarla a un macetero más grande, se marchitó y se secó; pasaron algunos meses y la planta no volvió brotar. Esperé un tiempo prudente, pero solo confirmaba su sequedad, y estuve a punto de arrancarla y expulsarla del jardín, porque: ¿A quién le interesa una planta seca que no da fruto, y que solo ocupa un lugar en el jardín?
Por consiguiente, decidí darle una última oportunidad; la regué, le mostré misericordia, y le declaré mi decisión: ¡O das fruto, o serás arrojada fuera del jardín! Así que en el nombre de Jesús le demandé fructificar, o su destino final sería el basurero.
Me tomé una semana para concretar mi decisión, y cuál sería mi sorpresa, que a los tres días comenzó a dar sus primeros brotes, luego vinieron las hojas, y hoy es una hermosa planta en flor.
Cuando hice esta experiencia, fui inspirado por la demanda que Jesús hizo a una higuera que no tenía fruto, le demandó dar fruto, y al otro día al volver a pasar por el mismo lugar y no tenerlos, la maldijo, y la higuera se secó desde la raíz.
Mi pensamiento era que en un jardín, las plantas deben dar fruto para permanecer allí-
¿Cuánto más Dios demandará fruto, de quién él ha plantado en su Jardín?
"Vosotros sois plantíos de Jehová, para gloria suya"
Llevar fruto, no es opcional en el Jardín de Dios.
Jesús declaró a sus discípulos:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto"
EL SUEÑO DE DIOS EN SU JARDÍN
El Huerto del Edén, fue el Jardín diseñado y creado por Dios, para que los hombres bendecidos, fructificaran y se multiplicaran sobre esta tierra. Era un lugar de comunión celestial, era la Casa de Dios, el cielo sobre esta tierra, donde SU SUEÑO, SU PROPÓSITO ETERNO sería prosperado; Una Gran familia de muchos hijos, a la imagen de su Hijo.
Fue en ese lugar que Dios plantó a nuestros primeros padres, su bendición los hizo aptos para llevar fruto, para servir, y hacer su voluntad.
Para Adán y Eva llevar fruto, no era una opción, era la voluntad de Dios para sus vidas y familias.
Jesús declaró a sus discípulos:
"Que todo pámpano que en mí no lleva fruto, mi Padre lo quitará"
No era suficiente permanecer en el Huerto y disfrutar de sus beneficios, llevar fruto, no era opcional.
Para Adán y Eva su desobediencia, y no llevar fruto para Dios no fue poca cosa, las consecuencias las sufrimos todos hasta el día de hoy, fueron expulsados del Huerto, y ninguna excusa pudo evitarlo, fueron echados fuera y perdieron su bendición, y se les prohibió el acceso a ese lugar.
Jesús declaró que en el Jardín de su Padre, su Padre es el labrador, y quien no lleva fruto, lo quitará, y añade más aún, lo echará fuera como pámpano, y se secará; y lo recogerán y lo echarán en el fuego donde arderá.
Ese es el fin, para quién no lleve fruto en el Jardín de Dios.
Llevar fruto, no es una opción para los hijos de Dios, es su voluntad.
"El que en mí no lleva fruto"
¿Puedes verlo? Podemos estar en él, y aún así no llevar fruto.
Porque muchos buscan permanecer en Dios, pero solo para sacar ventajas personales y temporales, para ser protegidos y cuidados, pero su corazón está lejos de querer llevar fruto para Él.
¿Estamos llevando fruto, para Dios?
Jesús también reveló, la razón de por qué no llevamos fruto.
PÁMPANOS SIN VIDA PROPIA
La razón enseñó Jesús, es que en el Jardín de su Padre, todos somos pámpanos, y un pámpano no tiene vida en sí mismo, en sí mismo somos inútil para Dios, y por nuestra naturaleza estamos destituidos de su gloria.
Fue un golpe tremendo al orgullo, y la soberbia humana, porque aunque nacimos fuera del Huerto, y sufrimos las consecuencias de ser mortales, como enfermedades, injusticias, pobreza, dolores, envidias, guerras, pleitos, muerte. Nos sentimos suficientes, y determinamos como si fuéramos dioses, y nadie nos derriba de nuestro altar.
Al nacer en el jardín de Dios somos solo pámpanos. Él es el rey, la autoridad máxima.
Y la única forma en que un pámpano pueda llevar fruto, es la vid le imparta su vida.
¿Cómo la vid puede impartir vida al pámpano?
¿Cómo Jesús puede impartir su vida, y permanecer en nosotros?
Jesús mismo lo reveló:
"Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor"
"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él"
"El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él"
La señal que Dios le había entregado a Juan el Bautista, para reconocer al Hijo de Dios, que manifestaría al Padre sobre esta tierra, era: "Sobre quién veas descender el Espíritu de Dios y que permanezca sobre Él, ese es el Cristo, quién bautizará a los hombres con el Espíritu Santo y fuego.
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" fue el testimonio del Padre.
Nadie puede permanecer unido a alguien que no ama.
Si no le amamos, Èl no puede permanecer en nosotros, no podemos guardar su palabra, no podemos obedecer, ni llevar fruto.
No digas qué amas a Dios, si no guardas su palabra. Su palabra no está separada de Él, del Padre, y del Espíritu Santo. Dios es uno.
Es la razón porqué Pedro no pudo guardarla, no pudo amarlo, y lo negó.
Vivió una noche amarga, de dolor y decepción, como muchas noches que tú y yo hemos vivido.
Jesús al restaurar a Pedro le preguntó: ¿Pedro me amas más que esto?
"Esto" representa tantas cosas en la vida, que cautivan y atraen a nuestro corazón.
El Huerto, es el Jardín de Dios, donde Él reina, donde Él derrama su amor y bendición, donde Él imparte su Vida para poder fructificar. El Padre es el labrador, el que limpia, y poda cada planta de su Jardín.
ESE JARDÍN ES TU CORAZÓN.
Tu corazón es el lugar de su morada, es su templo, es el cielo de Dios sobre esta tierra.
Tu corazón es el Huerto de Dios, es el lugar donde Dios pone su bendición, donde imparte su Vida, donde tenemos comunión con Él, donde Él permanece en nosotros, donde Él establece su gobierno, donde Dios prospera su voluntad.
Si no rindes tu corazón, Él no puede permanecer en ti. Él no puede hacer su morada en ti.
Un corazón oprimido, lleno de rencor, deprimido, lleno de ira y de ofensas por situaciones pasadas de las vida, no puede ser morada de Dios.
Si no quitas todas aquellas cosas que ocupan un lugar en tu corazón, y que no agradan a Dios, Él no podrá hacer morada en ti. Apagarás su Espíritu y menospreciarás su palabra. Debes vaciar tu corazón para Dios.
Jesús murió en una cruz, y derramó su sangre por ti, para que el Padre por medio de su sangre, pueda limpiar tu corazón.
El Padre que es el labrador, y quiere limpiar tu corazón, limpiarlo de rencores, de envidias, de orgullo, soberbia, enojo, amarguras y falta de perdón, para que lleves fruto.
Si llevamos fruto, Él es glorificado en nuestras vidas, y seremos así sus discípulos.
Porque sólo un discípulo permitirá que el Padre lo limpie, lo corrija y lo discipline para llevar más fruto.
Cada vez que intentes llevar fruto en tus propias fuerzas, de ti mismo, solo cosecharás frustración y dolor.
"Porque sin mi, dice el Señor, nada puedes hacer"
Nadie puede vivir y hacer la voluntad de Dios, sin su Vida, sin el bautismo del Espíritu Santo, sin ser lleno del Espíritu Santo. No basta el conocimiento, necesitamos la revelación de su palabra en nuestro corazón, su palabra es Espíritu y Vida.
La revelación trae convicción, y la convicción trae vida real, el fruto espontáneo y natural de Dios, la expresión de su Vida en nosotros.
La clave no es el conocimiento, la clave es la Vida de Dios, por la FE en la obra De Dios en su Hijo Jesucristo, la Vid verdadera.
Llevar fruto no es opcional, es la voluntad de Dios.
sábado, 1 de septiembre de 2018
PRESERVADORES DE SU LINAJE
PRESERVADORES DE SU LINAJE "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
¿Será quitado el botín al valiente?
¿Será rescatado el que es cautivo de un tirano?
Pero así dice el Señor:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos" Isaías 49:42-25
En Cristo los cielos han sido abiertos, para que cualquier hombre, en cualquier generación sobre esta tierra acceda por medio de la fe en su obra en la cruz, al TRONO DE LA GRACIA DE DIOS para hallar misericordia, justicia, y oportuno socorro.
Dios en el sacrificio de su Hijo, clavó y anuló toda acta que nos era contraria, y aunque estábamos muertos espiritualmente, nos dio vida perdonándonos en la cruz, despojando a los principados y autoridades de maldad exhibiéndolos públicamente, y triunfando sobre ellos en la cruz.
La obra del Espíritu Santo es crucial para su cumplimiento en nuestras vidas, porque "¿Quién sabe lo que hay en el corazón de Dios, sino el Espíritu de Dios? y Dios nos ha dado su Espíritu, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido por medio de su Hijo; y al no saber como acceder al trono de la gracia como conviene su Espíritu Santo nos ayuda, y en nuestras debilidades intercede por nosotros delante del Padre, conforme a su voluntad.
Los hombres presionados por la infinidad de problemas que la vida les confronta, no pueden ver su maravilloso Propósito, y hacen que sus oraciones y peticiones se concentren solo en busca de soluciones a sus problemas, como ocurría con las multitudes que acudían a Jesús, para que les sanara y librara de todos sus males.
Jesús nunca rechazó, y no rechazará a ninguno que en medio de sus angustias le invoque, pero Él espera, que al experimentar su amor y gracia inmerecida, los hombres respondan a su llamado y vocación.
Lamentamos que muchos presenten hoy delante de los hombres, a un Jesús solo milagrero, sanador o proveedor de los problemas de la vida, como si Dios estuviera al servicio de los hombres; olvidando que nosotros fuimos creados para SU GLORIA Y PROPÓSITO.
Sin duda es maravilloso experimentar un milagro de sanidad, provisión, restauración, o ser rescatados de una condición de esclavitud, de injusticia y humillación, el Señor es sanador, proveedor y salvador, pero sobre todas las cosas es Señor, y quién le confiese como tal, su salvación ha llegado sobre su vida.
Fue sin duda, la maravillosa experiencia de José en Egipto, rescatado de la muerte que procuraron sus propios hermanos, revindicado de falsas acusaciones, y rescatado de un injusto encarcelamiento. Todo ello fue motivo de gozo y alegría para José, pero José tuvo que entender, como también nosotros necesitamos entender, que el PROPÓSITO ETERNO DE DIOS, es mayor que nuestras satisfacciones temporales por muy impactantes y gloriosas que hallan sido, como fue la resurrección para Lázaro, quién finalmente tuvo que morir, porque todo lo que es de esta tierra es pasajero y temporal. Nada es para siempre.
Al entenderlo José tuvo que perdonar a sus hermanos, y aceptar la soberana mano de Dios sobre su vida quién permitió mucho de sus sufrimientos, para llevar a cumplimiento la promesa de Dios a su tatarabuelo Abraham.
Así fue la confesión de José a sus hermanos:
"No se aflijan ni sientan remordimiento por haberme vendido. En realidad, ha sido Dios el que me envió aquí delante de ustedes para preservarles la vida"
Preservar el linaje de Abraham sobre esta tierra, estaba por sobre la vida y las circunstancias de José.
NUESTRO TEXTO DE REFLEXIÓN
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano"
Es glorioso si así lo experimentamos una o más veces durante nuestra vida, como las Escrituras nos señalan hermosos testimonios de liberación y provisión, pero también nos entrega testimonios de muchos de sus hijos, que a través de su historia, no fueron rescatados y murieron como mártires por su llamado, y por hacer la voluntad de Dios. Muchos perdieron todo lo que poseían sobre esta tierra, pero caminaron con Dios y muriendo por fe en la esperanza de sus promesas, sin recibir lo prometido, como Moisés, que murió sin pisar y disfrutar la tierra prometida a su pueblo.
No te dejes engañar, el llamado de Dios no es para ser millonarios o para no sufrir sobre esta tierra, ningún profeta, ni sus apóstoles fueron millonarios y vivieron exentos de sufrimiento, su llamado fue para vivir con Él y para Él, significó salir del mundo y renunciar a todo para vivir bajo su reino y hacer su voluntad, y muchos entregaron su vida por su vocación y llamado.
Era vivir para SU PROPÓSITO ETERNO, preservarlo sobre esta tierra, y traspasarlo en su linaje; como está escrito: "La palabra que he puesto en tu boca, y el Espíritu que he puesto en ti, no faltará en la boca de tus hijos y de los hijos de tus hijos, hasta la tercera y cuarta generación"
Fue la promesa de Dios a Abraham:
"¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, porque ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?
Y YO lo he escogido para que instruya a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él"
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
"Yo defenderá tu pleito y salvaré a tus hijos" fue el pacto de Dios con Abraham, y es el pacto de Dios con su pueblo.
Dios quiere edificar Casa para Él, es su sueño eterno, tener hijos a la imagen y semejanza de su Hijo, el Primogénito entre muchos hermanos.
La Simiente nacida de Abraham, prometida a Eva en el Huerto del Edén, y hecha carne en María la sierva del Señor.
Debe ser el anhelo de todos los matrimonios que se hacen uno en el Señor, por causa de su Propósito, comprometidos con su voluntad para ser preservadores de su linaje, porque entienden que los hijos son herencia de Dios, la mayor riqueza depositada por Dios en cada familia.
Es la razón de la indisolubilidad del matrimonio para Dios, es una unidad que da a luz hijos para Dios, y aunque somos imperfectos, y como padres nos equivocamos y cometemos errores muchas veces, nuestras oraciones delante del Padre deben ser perseverantes, y estar en concordancia con su voluntad y el establecimiento de su reino y de su pacto: "Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Dios aborrece el repudio, porque Él nos hace uno, porque busca descendencia para Él, y ambos padres son indispensables en este largo proceso de la vida.
Tal vez las circunstancias que has tenido que vivir, no sean las que tú hubieses escogido, pero son las que Dios te ha permitido vivir, y en ellas debes pelear tu batalla.
Como José, que por momentos se vio confundido en medio de sus circunstancias en Egipto, pero Dios estaba con José y completó su Propósito en su vida.
Las oraciones de su padre Jacob en el dolor de su presunta muerte, y su anhelo de ver el cumplimiento de su Propósito en su familia fue doloroso, pero Dios le permitió verlo y en su vejez bendecir a sus hijos. Jacob visualizó en Judá y José la prolongación de su fe, antes de partir de sobre esta tierra.
Como Isaac, que por años lloró la separación de sus hijos Jacob y Essaú, que también fueron el reflejo de sus propias divisiones como padres, y en la distancia y no sin dolor tuvo que pelear su batalla de fe, para ver cumplido el Propósito de Dios en sus hijos.
O como Abraham, que por momentos caminaba casi sin esperanzas sobre esta tierra delante de Dios, pero Dios estuvo con Abraham, con Isaac y con Jacob, defendió su pleito y salvó a sus hijos y cumplió su Propósito en su linaje, así también Dios estará con nosotros.
Cómo no recordar las palabras de Jesús, en un momento doloroso de su servicio en la tierra, cuando les declara a aquellas mujeres que lloraban, al ser testigos de sus sufrimientos en la cruz: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mi, lloren más bien por ustedes mismas y por vuestros hijos"
"Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Un llamado a pelear la batalla de la fe, y preservar el linaje de Dios sobre esta tierra.
Por Guillermo Ávila
¿Será quitado el botín al valiente?
¿Será rescatado el que es cautivo de un tirano?
Pero así dice el Señor:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos" Isaías 49:42-25
En Cristo los cielos han sido abiertos, para que cualquier hombre, en cualquier generación sobre esta tierra acceda por medio de la fe en su obra en la cruz, al TRONO DE LA GRACIA DE DIOS para hallar misericordia, justicia, y oportuno socorro.
Dios en el sacrificio de su Hijo, clavó y anuló toda acta que nos era contraria, y aunque estábamos muertos espiritualmente, nos dio vida perdonándonos en la cruz, despojando a los principados y autoridades de maldad exhibiéndolos públicamente, y triunfando sobre ellos en la cruz.
La obra del Espíritu Santo es crucial para su cumplimiento en nuestras vidas, porque "¿Quién sabe lo que hay en el corazón de Dios, sino el Espíritu de Dios? y Dios nos ha dado su Espíritu, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido por medio de su Hijo; y al no saber como acceder al trono de la gracia como conviene su Espíritu Santo nos ayuda, y en nuestras debilidades intercede por nosotros delante del Padre, conforme a su voluntad.
Los hombres presionados por la infinidad de problemas que la vida les confronta, no pueden ver su maravilloso Propósito, y hacen que sus oraciones y peticiones se concentren solo en busca de soluciones a sus problemas, como ocurría con las multitudes que acudían a Jesús, para que les sanara y librara de todos sus males.
Jesús nunca rechazó, y no rechazará a ninguno que en medio de sus angustias le invoque, pero Él espera, que al experimentar su amor y gracia inmerecida, los hombres respondan a su llamado y vocación.
Lamentamos que muchos presenten hoy delante de los hombres, a un Jesús solo milagrero, sanador o proveedor de los problemas de la vida, como si Dios estuviera al servicio de los hombres; olvidando que nosotros fuimos creados para SU GLORIA Y PROPÓSITO.
Sin duda es maravilloso experimentar un milagro de sanidad, provisión, restauración, o ser rescatados de una condición de esclavitud, de injusticia y humillación, el Señor es sanador, proveedor y salvador, pero sobre todas las cosas es Señor, y quién le confiese como tal, su salvación ha llegado sobre su vida.
Fue sin duda, la maravillosa experiencia de José en Egipto, rescatado de la muerte que procuraron sus propios hermanos, revindicado de falsas acusaciones, y rescatado de un injusto encarcelamiento. Todo ello fue motivo de gozo y alegría para José, pero José tuvo que entender, como también nosotros necesitamos entender, que el PROPÓSITO ETERNO DE DIOS, es mayor que nuestras satisfacciones temporales por muy impactantes y gloriosas que hallan sido, como fue la resurrección para Lázaro, quién finalmente tuvo que morir, porque todo lo que es de esta tierra es pasajero y temporal. Nada es para siempre.
Al entenderlo José tuvo que perdonar a sus hermanos, y aceptar la soberana mano de Dios sobre su vida quién permitió mucho de sus sufrimientos, para llevar a cumplimiento la promesa de Dios a su tatarabuelo Abraham.
Así fue la confesión de José a sus hermanos:
"No se aflijan ni sientan remordimiento por haberme vendido. En realidad, ha sido Dios el que me envió aquí delante de ustedes para preservarles la vida"
Preservar el linaje de Abraham sobre esta tierra, estaba por sobre la vida y las circunstancias de José.
NUESTRO TEXTO DE REFLEXIÓN
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano"
Es glorioso si así lo experimentamos una o más veces durante nuestra vida, como las Escrituras nos señalan hermosos testimonios de liberación y provisión, pero también nos entrega testimonios de muchos de sus hijos, que a través de su historia, no fueron rescatados y murieron como mártires por su llamado, y por hacer la voluntad de Dios. Muchos perdieron todo lo que poseían sobre esta tierra, pero caminaron con Dios y muriendo por fe en la esperanza de sus promesas, sin recibir lo prometido, como Moisés, que murió sin pisar y disfrutar la tierra prometida a su pueblo.
No te dejes engañar, el llamado de Dios no es para ser millonarios o para no sufrir sobre esta tierra, ningún profeta, ni sus apóstoles fueron millonarios y vivieron exentos de sufrimiento, su llamado fue para vivir con Él y para Él, significó salir del mundo y renunciar a todo para vivir bajo su reino y hacer su voluntad, y muchos entregaron su vida por su vocación y llamado.
Era vivir para SU PROPÓSITO ETERNO, preservarlo sobre esta tierra, y traspasarlo en su linaje; como está escrito: "La palabra que he puesto en tu boca, y el Espíritu que he puesto en ti, no faltará en la boca de tus hijos y de los hijos de tus hijos, hasta la tercera y cuarta generación"
Fue la promesa de Dios a Abraham:
"¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, porque ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?
Y YO lo he escogido para que instruya a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él"
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
"Yo defenderá tu pleito y salvaré a tus hijos" fue el pacto de Dios con Abraham, y es el pacto de Dios con su pueblo.
Dios quiere edificar Casa para Él, es su sueño eterno, tener hijos a la imagen y semejanza de su Hijo, el Primogénito entre muchos hermanos.
La Simiente nacida de Abraham, prometida a Eva en el Huerto del Edén, y hecha carne en María la sierva del Señor.
Debe ser el anhelo de todos los matrimonios que se hacen uno en el Señor, por causa de su Propósito, comprometidos con su voluntad para ser preservadores de su linaje, porque entienden que los hijos son herencia de Dios, la mayor riqueza depositada por Dios en cada familia.
Es la razón de la indisolubilidad del matrimonio para Dios, es una unidad que da a luz hijos para Dios, y aunque somos imperfectos, y como padres nos equivocamos y cometemos errores muchas veces, nuestras oraciones delante del Padre deben ser perseverantes, y estar en concordancia con su voluntad y el establecimiento de su reino y de su pacto: "Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Dios aborrece el repudio, porque Él nos hace uno, porque busca descendencia para Él, y ambos padres son indispensables en este largo proceso de la vida.
Tal vez las circunstancias que has tenido que vivir, no sean las que tú hubieses escogido, pero son las que Dios te ha permitido vivir, y en ellas debes pelear tu batalla.
Como José, que por momentos se vio confundido en medio de sus circunstancias en Egipto, pero Dios estaba con José y completó su Propósito en su vida.
Las oraciones de su padre Jacob en el dolor de su presunta muerte, y su anhelo de ver el cumplimiento de su Propósito en su familia fue doloroso, pero Dios le permitió verlo y en su vejez bendecir a sus hijos. Jacob visualizó en Judá y José la prolongación de su fe, antes de partir de sobre esta tierra.
Como Isaac, que por años lloró la separación de sus hijos Jacob y Essaú, que también fueron el reflejo de sus propias divisiones como padres, y en la distancia y no sin dolor tuvo que pelear su batalla de fe, para ver cumplido el Propósito de Dios en sus hijos.
O como Abraham, que por momentos caminaba casi sin esperanzas sobre esta tierra delante de Dios, pero Dios estuvo con Abraham, con Isaac y con Jacob, defendió su pleito y salvó a sus hijos y cumplió su Propósito en su linaje, así también Dios estará con nosotros.
Cómo no recordar las palabras de Jesús, en un momento doloroso de su servicio en la tierra, cuando les declara a aquellas mujeres que lloraban, al ser testigos de sus sufrimientos en la cruz: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mi, lloren más bien por ustedes mismas y por vuestros hijos"
"Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Un llamado a pelear la batalla de la fe, y preservar el linaje de Dios sobre esta tierra.
sábado, 25 de agosto de 2018
ESPERAR EN DIOS
ESPERAR EN DIOS "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
"¿Por qué he de arrancar yo mi carne con mis dientes y de tomar mi vida en mis manos?
Aunque Él me matare, en Él esperaré. Ciertamente defenderé delante de Él mis caminos, y Él mismo será mi salvación" Job 13:14,15
Estas palabras son del patriarca Job, ese hombre piadoso, recto, y apartado del mal, de quién Dios da testimonio de su integridad, y que de un día a otro se encuentra en medio de una terrible tragedia en su vida.
Había perdido a todos sus hijos, todos sus bienes y con una salud quebrantada se encontraba humillado en tierra.
Job no dudaba que era Dios quién le había protegido y prosperado en la vida, así lo testificaba aún el mismo Satanás delante de Dios: "¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No les has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra"
Satanás acusa al hombre delante de Dios, que solo le sirve por interés de sus beneficios en la vida, y que cuando queda expuesto a la falta de ellos, renegará su fe: "Piel por piel, todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida. Pero extiende tu mano, toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia"
Dios permite que Satanás aflija a Job en sus bienes, en su familia y en su salud, pero no le permite tocar su vida.
Es la causa de que Job esté sufriendo esta terrible prueba en su vida.
Desde nuestra racionalidad, sin entender el conflicto espiritual detrás de todas las cosas, y sin conocer el diseño y propósito de Dios en su creación, no nos es fácil discernir los acontecimientos de la vida, especialmente cuando se sufre viviendo en integridad y en el temor de Dios, como sucedió con Job.
Buscamos razones y sentido en medio de nuestras aflicciones.
¿Qué razones tendrá Dios para permitir el sufrimiento de sus hijos?
TRES RAZONES PARA CONSIDERAR
PRIMERO
Dios no quiere que sus hijos pongan su confianza, fe y esperanza en las circunstancias, en las cosas que se ven, por muy buenas y beneficiosas que nos parezcan.
Porque como nos exhorta el apóstol Pablo: "A no mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Todas las cosas sobre esta tierra, el mundo y sus apariencias son pasajeras, son temporales, todo perecerá, y poner nuestra esperanza en cualquiera de ellas, solo nos generarán una decepción al verlas diluirse o derrumbarse.
Lo único verdadero y eterno es Dios y su palabra, y en Él debe estar nuestra esperanza y seguridad.
Debemos disfrutar las cosas que Dios nos provee en esta tierra, pero no poner en ellas nuestro corazón, nuestro corazón debe estar en Él, a quién debemos amar y anhelar.
Poner nuestro corazón en las cosas terrenales, nos pegarán a ellas, y por consecuencia no anhelaremos su venida, su reino y su justicia.
Es el primer y más grande mandamiento.
Job declaró al sufrir la perdida de su familia y de sus bienes: "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá.
Dios dio y Dios quitó: ¡Bendito sea el nombre de Dios!
No esperemos estar en pérdida en la vida, para ordenar adecuadamente nuestras prioridades.
SEGUNDO
"En nuestras debilidades Dios perfecciona su Propósito en nosotros"
Dios quiere salvar lo que se había perdido, Dios busca restaurar el "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" su diseño divino.
Es por medio de nuestras debilidades que Dios trabaja con nuestro carácter, quebranta nuestro orgullo, soberbia, y actitudes rebeldes en nuestro corazón.
Es el proceso mediante el cual Dios separa lo vil y lo impuro, para presentarnos santos y sin manchas delante de Él.
Y es el proceso mediante el cual, Dios perfecciona y lleva a madures nuestra fe:
"Es necesario que seamos probados, para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria, y honra cuando sea manifestado Jesucristo"
Es el taller del Maestro, del alfarero divino, que por medio del martillo y del cincel da forma a los vasos, para hacer de sus hijos vasos útiles, vasos de honra y vasos de misericordia.
La mejor actitud no es huir o eludir este proceso, es humillarnos, es cambiar nuestras quejas por oración, y aprender a confiar y a esperar en Él.
Job confesó en medio de este proceso: "Aunque Él me matare, en Él esperaré"
O como expresa el apóstol Santiago: "Tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa , para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna"
Así somos conformados a la imagen del Hijo, en la esperanza del amor del Padre, que anhela una gran familia de muchos hijos semejantes a su Hijo.
TERCERO
La tercera razón por qué Dios permite que vivamos estas duras experiencias, es porque Dios quiere ser el TODO en nuestra vida.
Al derrumbarse todo, al contemplar que todo se viene abajo y nos quedamos solos, solo quedará Él, transformándose en el TODO en nuestras vidas, porque Él dijo: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"
Jesús y su palabra es lo único seguro, y real en la vida.
Podrás quedar solo, sin nada, pero Él estará allí para consolarte, para fortalecerte, para decirte una vez más: "Camina delante de mí y sé perfecto"
Como fue la experiencia de José en Egipto, abandonado por sus hermanos, calumniado y encarcelado, pero "Dios estaba con José" para hacer de él un vaso de bendición para todo Egipto, y para toda su familia.
Como fue también la experiencia del apóstol Pablo, quién escribe: "En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon, pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mi fuera cumplida la predicación"
También escribió: "Fuimos abrumados en gran manera que aún perdimos la esperanza de conservar la vida. pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos"
Hasta el día de hoy somos bendecidos, por el servicio de este vaso de misericordia.
Así también Job declaró casi perdiendo toda esperanza: "Yo sé que mi redentor vive" cuando todo a su alrededor se derrumbaba, confesó "aunque él me matare, en Él esperaré"
No es un proceso fácil de asimilar, especialmente cuando estamos en medio de la crisis, pero el saber que Dios está presente en todo proceso de nuestras vidas, te permitirá en medio de tu oscuridad y confusión, empezar a ver un rayo de su luz.
Como Job declaró al final de su proceso: "Yo conozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto.
¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?
Así hablaba yo, y nada entendía; eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía"
Job no fue avergonzado en su fe, fue revindicado por el mismo Dios.
Si tú estás viviendo un proceso oscuro en tu vida, donde has visto derrumbarse aquellas cosas en las cuales habías puesto tu esperanza, y has pensado que la vida es injusta, no te quejes más, sigue este consejo del cielo:
"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grades y ocultas que tu no conoces"
"¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y sus hijos han recibido su Espíritu, que proviene de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha concedido"
Ten fe porque no estás solo, Dios está contigo aunque no lo puedas ver, El será luz en medio de tu oscuridad y alumbrará tu camino, y abrirá sendas donde no las hay.
Espera en Dios porque no serás avergonzado.
Espera en Dios aunque no es lo más fácil, pero es lo más seguro.
Por Guillermo Ávila
"¿Por qué he de arrancar yo mi carne con mis dientes y de tomar mi vida en mis manos?
Aunque Él me matare, en Él esperaré. Ciertamente defenderé delante de Él mis caminos, y Él mismo será mi salvación" Job 13:14,15
Estas palabras son del patriarca Job, ese hombre piadoso, recto, y apartado del mal, de quién Dios da testimonio de su integridad, y que de un día a otro se encuentra en medio de una terrible tragedia en su vida.
Había perdido a todos sus hijos, todos sus bienes y con una salud quebrantada se encontraba humillado en tierra.
Job no dudaba que era Dios quién le había protegido y prosperado en la vida, así lo testificaba aún el mismo Satanás delante de Dios: "¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No les has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra"
Satanás acusa al hombre delante de Dios, que solo le sirve por interés de sus beneficios en la vida, y que cuando queda expuesto a la falta de ellos, renegará su fe: "Piel por piel, todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida. Pero extiende tu mano, toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia"
Dios permite que Satanás aflija a Job en sus bienes, en su familia y en su salud, pero no le permite tocar su vida.
Es la causa de que Job esté sufriendo esta terrible prueba en su vida.
Desde nuestra racionalidad, sin entender el conflicto espiritual detrás de todas las cosas, y sin conocer el diseño y propósito de Dios en su creación, no nos es fácil discernir los acontecimientos de la vida, especialmente cuando se sufre viviendo en integridad y en el temor de Dios, como sucedió con Job.
Buscamos razones y sentido en medio de nuestras aflicciones.
¿Qué razones tendrá Dios para permitir el sufrimiento de sus hijos?
TRES RAZONES PARA CONSIDERAR
PRIMERO
Dios no quiere que sus hijos pongan su confianza, fe y esperanza en las circunstancias, en las cosas que se ven, por muy buenas y beneficiosas que nos parezcan.
Porque como nos exhorta el apóstol Pablo: "A no mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Todas las cosas sobre esta tierra, el mundo y sus apariencias son pasajeras, son temporales, todo perecerá, y poner nuestra esperanza en cualquiera de ellas, solo nos generarán una decepción al verlas diluirse o derrumbarse.
Lo único verdadero y eterno es Dios y su palabra, y en Él debe estar nuestra esperanza y seguridad.
Debemos disfrutar las cosas que Dios nos provee en esta tierra, pero no poner en ellas nuestro corazón, nuestro corazón debe estar en Él, a quién debemos amar y anhelar.
Poner nuestro corazón en las cosas terrenales, nos pegarán a ellas, y por consecuencia no anhelaremos su venida, su reino y su justicia.
Es el primer y más grande mandamiento.
Job declaró al sufrir la perdida de su familia y de sus bienes: "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá.
Dios dio y Dios quitó: ¡Bendito sea el nombre de Dios!
No esperemos estar en pérdida en la vida, para ordenar adecuadamente nuestras prioridades.
SEGUNDO
"En nuestras debilidades Dios perfecciona su Propósito en nosotros"
Dios quiere salvar lo que se había perdido, Dios busca restaurar el "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" su diseño divino.
Es por medio de nuestras debilidades que Dios trabaja con nuestro carácter, quebranta nuestro orgullo, soberbia, y actitudes rebeldes en nuestro corazón.
Es el proceso mediante el cual Dios separa lo vil y lo impuro, para presentarnos santos y sin manchas delante de Él.
Y es el proceso mediante el cual, Dios perfecciona y lleva a madures nuestra fe:
"Es necesario que seamos probados, para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria, y honra cuando sea manifestado Jesucristo"
Es el taller del Maestro, del alfarero divino, que por medio del martillo y del cincel da forma a los vasos, para hacer de sus hijos vasos útiles, vasos de honra y vasos de misericordia.
La mejor actitud no es huir o eludir este proceso, es humillarnos, es cambiar nuestras quejas por oración, y aprender a confiar y a esperar en Él.
Job confesó en medio de este proceso: "Aunque Él me matare, en Él esperaré"
O como expresa el apóstol Santiago: "Tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa , para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna"
Así somos conformados a la imagen del Hijo, en la esperanza del amor del Padre, que anhela una gran familia de muchos hijos semejantes a su Hijo.
TERCERO
La tercera razón por qué Dios permite que vivamos estas duras experiencias, es porque Dios quiere ser el TODO en nuestra vida.
Al derrumbarse todo, al contemplar que todo se viene abajo y nos quedamos solos, solo quedará Él, transformándose en el TODO en nuestras vidas, porque Él dijo: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"
Jesús y su palabra es lo único seguro, y real en la vida.
Podrás quedar solo, sin nada, pero Él estará allí para consolarte, para fortalecerte, para decirte una vez más: "Camina delante de mí y sé perfecto"
Como fue la experiencia de José en Egipto, abandonado por sus hermanos, calumniado y encarcelado, pero "Dios estaba con José" para hacer de él un vaso de bendición para todo Egipto, y para toda su familia.
Como fue también la experiencia del apóstol Pablo, quién escribe: "En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon, pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mi fuera cumplida la predicación"
También escribió: "Fuimos abrumados en gran manera que aún perdimos la esperanza de conservar la vida. pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos"
Hasta el día de hoy somos bendecidos, por el servicio de este vaso de misericordia.
Así también Job declaró casi perdiendo toda esperanza: "Yo sé que mi redentor vive" cuando todo a su alrededor se derrumbaba, confesó "aunque él me matare, en Él esperaré"
No es un proceso fácil de asimilar, especialmente cuando estamos en medio de la crisis, pero el saber que Dios está presente en todo proceso de nuestras vidas, te permitirá en medio de tu oscuridad y confusión, empezar a ver un rayo de su luz.
Como Job declaró al final de su proceso: "Yo conozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto.
¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?
Así hablaba yo, y nada entendía; eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía"
Job no fue avergonzado en su fe, fue revindicado por el mismo Dios.
Si tú estás viviendo un proceso oscuro en tu vida, donde has visto derrumbarse aquellas cosas en las cuales habías puesto tu esperanza, y has pensado que la vida es injusta, no te quejes más, sigue este consejo del cielo:
"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grades y ocultas que tu no conoces"
"¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y sus hijos han recibido su Espíritu, que proviene de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha concedido"
Ten fe porque no estás solo, Dios está contigo aunque no lo puedas ver, El será luz en medio de tu oscuridad y alumbrará tu camino, y abrirá sendas donde no las hay.
Espera en Dios porque no serás avergonzado.
Espera en Dios aunque no es lo más fácil, pero es lo más seguro.
jueves, 9 de agosto de 2018
CUANDO SE SECA EL ARROYO
CUANDO SE SECA EL ARROYO, se definen nuestras prioridades
"Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
LA CRISIS DEL ARROYO SECO
"Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
"Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra" 1Reyes 17:7
El agua es un recurso vital y fundamental para el desarrollo de la vida, los seres humanos no podemos vivir sin ella.
El agua constituye el 70 % de nuestro cuerpo, y nos es necesaria todos los días para sobrevivir, sin ella inevitablemente moriremos.
¿Hay algo más vital que el agua para los seres humanos?
¡SI, El Agua Viva!
Es el recurso más vital para el desarrollo del hombre sobre esta tierra, es el recurso espiritual diseñado por Dios para su desarrollo y propósito.
El Agua viva nunca se agota, es eterna, y satisface las necesidades más profundas del alma.
¡SI, El Agua Viva!
Es el recurso más vital para el desarrollo del hombre sobre esta tierra, es el recurso espiritual diseñado por Dios para su desarrollo y propósito.
El Agua viva nunca se agota, es eterna, y satisface las necesidades más profundas del alma.
Jesús declaró: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del "Agua viva" que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él, esa "Agua viva" se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna"
Y alzando su voz dijo: "Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba"
"¡Vengan todos los sedientos, vengan a las aguas! Aunque no tengan dinero, ¡Vengan, compren y coman!"
"¡Vengan todos los sedientos, vengan a las aguas! Aunque no tengan dinero, ¡Vengan, compren y coman!"
El agua natural solo satisface nuestras necesidades físicas, no posee virtud para quitar los males que nos confronta la vida, no quita nuestros miedos y temores, no quita nuestros traumas y sentimientos de culpa, ni quita nuestras rebeliones, pero el "Agua viva" satisface nuestra sed espiritual, y nos libera de todos los males de esta vida.
El precio para obtener y beber de esta "Agua viva" es alto, no es oro ni plata, es nuestra propia vida a cambio de su Vida.
"Si alguno quiere venir a mí, y no renuncia a todo, y aún a su propia vida, no es digno de mí"
"Si alguno quiere venir a mí, y no renuncia a todo, y aún a su propia vida, no es digno de mí"
NUESTRO TEXTO
"Pasados algunos días el arroyo se secó, porque no había llovido sobre la tierra"
Nuestro texto describe un momento crítico en la vida del profeta Elías, el arroyo del cual había bebido durante muchos días, a causa de una gran sequía que afectaba a Israel, se había secado.
Nuestro texto describe un momento crítico en la vida del profeta Elías, el arroyo del cual había bebido durante muchos días, a causa de una gran sequía que afectaba a Israel, se había secado.
Grandes civilizaciones como Los Mayas, Los Asirios, y del mediterráneo oriental, sucumbieron bajo grandes sequías, no pudieron sobrevivir a esa crisis.
Así también en tiempos de Elías no había llovido sobre la tierra; el hambre, la muerte, la sequedad golpeaban la nación.
Lo paradojal de nuestra historia es, que el causante de esta gran sequía era el mismo Elías, que en obediencia a Dios había declarado este juicio delante del rey Acab por causa de la apostasía de Israel, quienes habían cambiado el culto a Jehová su Dios, por el culto a "Baal" introducido por Jetzabel, su esposa, princesa fenicia devota de este dios, y que ahora, el propio Elías sufría los efectos de esta gran sequía sobre su propia vida.
Elías era uno de los 7.000 israelitas que no habían doblado sus rodillas ante "Baal" a quién le atribuían la lluvia y la fertilidad de las cosechas, y resistían esta actitud engañada y apóstata de su pueblo, orando y humillando su corazón delante de Dios.
Dios había escuchado esa oración y en respuesta a ese clamor, Dios había llamado a Elías a esta misión; restaurar el corazón de su pueblo al verdadero Dios.
Dios había escuchado esa oración y en respuesta a ese clamor, Dios había llamado a Elías a esta misión; restaurar el corazón de su pueblo al verdadero Dios.
El profeta Elías había obedecido fielmente su llamado, se había presentado delante del rey, y le había declarado que no llovería sobre la tierra, hasta que por su palabra lo ordenara.
Elías se había refugiado entre las montañas, en una quebrada profunda junto al arroyo Querit, como Dios le había mandado hasta que volviera a llover sobre la tierra.
Elías se había alimentado de la comida que le traían los cuervos diariamente y había bebido del arroyo Querit, como Dios se lo había ordenado.
Dios lo había protegido y cuidado hasta ese día, en que el arroyo se secó.
LA CRISIS DEL ARROYO SECO
¿Por qué Dios permitía que el arroyo se secara?
¿Por qué Dios permitía que viviera esta crítica experiencia, si Elías había obedecido en todo?
¿No era lógico pensar que Dios lo protegiera hasta que volviera a llover sobre la tierra, considerando que aún faltaban más de dos años de sequía?
Los "Por qué" es lo primero que surge en nuestra mente, cuando enfrentamos alguna crisis, como la que estaba viviendo Elías.
¿Por qué Dios permitió que el arroyo se secara?
¿No tenía poder Dios para protegerlo hasta el final, y evitar así su sufrimiento?
LA VERDADERA FE DEBE SER PROBADA
LA VERDADERA FE DEBE SER PROBADA
Sin duda, la FE de Elías estaba siendo probada.
QUERIT: significa separar, cortar, quebrar.
QUERIT: significa separar, cortar, quebrar.
Elías estaba siendo preparado por Dios para un servicio mayor, un desafío mayor, que demandaría una fe más crecida, más madura, y él no lo sabía.
Dios no necesita darnos explicaciones de cada uno de sus actos. El es Soberano y Señor; y el cumplimiento de su Propósito Eterno, diseñado para los hombres está por sobre nuestros particulares intereses, porque mayor que nosotros es Dios y su voluntad, y necesitamos aprender a creer, y a confiar en nuestro buen Dios y Padre.
Elías como todo aquel que es llamado a servirle, necesitaba ser formado, pues el justo por su fe vivirá.
Dios no necesita darnos explicaciones de cada uno de sus actos. El es Soberano y Señor; y el cumplimiento de su Propósito Eterno, diseñado para los hombres está por sobre nuestros particulares intereses, porque mayor que nosotros es Dios y su voluntad, y necesitamos aprender a creer, y a confiar en nuestro buen Dios y Padre.
Elías como todo aquel que es llamado a servirle, necesitaba ser formado, pues el justo por su fe vivirá.
Así también lo expresa en su experiencia el apóstol Pedro: "Es necesario que seamos probados, para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cuál aunque perecedero se prueba con fuego) para que sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo"
El horno de fuego, es lo único que separa el oro de la escoria.
El horno de fuego, es lo único que separa el oro de la escoria.
Es un proceso que deben vivir necesariamente todos los creyentes en el mundo: "Resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas exigencias de sufrimientos se van cumpliendo en nuestros hermanos en todo el mundo"
Dios en su Hijo ha venido a restaurar su Propósito Eterno sobre esta la tierra, porque de Él, por Él, y para Él son todas las cosas, y la restauración de su gobierno en la vida de los hombres, es fundamental.
¿Quién impedirá su cumplimiento?
¿Quién impedirá su cumplimiento?
Es la forma, como Dios perfecciona su voluntad en nuestras vidas, su gobierno; como Dios restaura su imagen y semejanza en los hombres; así también está escrito acerca del Hijo: "El Hijo por lo que padeció aprendió la obediencia"
¿De qué manera Dios puede perfeccionar nuestro carácter, y conformarnos a su Hijo?
¿De qué manera Dios puede separar en nosotros lo puro de lo impuro, lo vil de lo santo, para prepararnos como su iglesia, santa, y sin manchas para su venida?
LA PRUEBA DE LAS PRIORIDADES
El pecado, es rebelión al gobierno de Dios.
La cultura de este mundo ha trastocado el orden de las prioridades en la vida, el humanismo ha puesto al hombre como centro, y ha procurado eliminar del todo la influencia de Dios en el desarrollo de la la vida, personal, familiar y social.
El pecado, es rebelión al gobierno de Dios.
La cultura de este mundo ha trastocado el orden de las prioridades en la vida, el humanismo ha puesto al hombre como centro, y ha procurado eliminar del todo la influencia de Dios en el desarrollo de la la vida, personal, familiar y social.
Elías frente al arroyo seco, es llevado por Dios a confrontar el orden de sus prioridades, a definir el lugar que Dios ocupará en su vida para su servicio.
Esto para Dios es prioritario.
¿Podría alguien servirle sin estar dispuesto a obedecerle?
¿Podría alguien perseverar en su servicio, frente a las adversas circunstancias que la vida lo confronta?
¿Podría alguien edificar para Dios, sin poner primero el fundamento?
Elías debía confirmar en su vida el gobierno de Dios, quién era su Señor.
SU OBEDIENCIA POR SOBRE SUS NECESIDADES
Esto para Dios es prioritario.
¿Podría alguien servirle sin estar dispuesto a obedecerle?
¿Podría alguien perseverar en su servicio, frente a las adversas circunstancias que la vida lo confronta?
¿Podría alguien edificar para Dios, sin poner primero el fundamento?
Elías debía confirmar en su vida el gobierno de Dios, quién era su Señor.
SU OBEDIENCIA POR SOBRE SUS NECESIDADES
Elías tenía en sus manos las llaves para evitar su sufrimiento, saciar su necesidad de agua, en su boca Dios había puesto la palabra, la decisión, para hacer llover sobre la tierra.
Dios le había entregado las llaves para cerrar y abrir el cielo.
Sería su decisión.
Dios le había entregado las llaves para cerrar y abrir el cielo.
Sería su decisión.
Es la prueba mayor en la fe de todo creyente, lo que transforma a un creyente en un discípulo de Cristo.
Su obediencia al Señor por sobre sus necesidades, rendir su voluntad a la de Él, es lo definirá y determinará quién es nuestra prioridad en la vida, quién es verdaderamente su Señor y Dios.
"Es ser trasladado de la potestad de las tinieblas al reino de su amado Hijo"
La desobediencia siempre tendrá más de alguna excusa y justificación.
Su obediencia al Señor por sobre sus necesidades, rendir su voluntad a la de Él, es lo definirá y determinará quién es nuestra prioridad en la vida, quién es verdaderamente su Señor y Dios.
"Es ser trasladado de la potestad de las tinieblas al reino de su amado Hijo"
La desobediencia siempre tendrá más de alguna excusa y justificación.
SI ELÍAS HACÍA LLOVER SOBRE LA TIERRA, evitaría su sufrimiento, pero esa decisión, confirmaría el culto a "Baal" sobre la nación, pues le atribuirían a "Baal" su intervención, pues a "Baal" como dios le atribuían la lluvia y las cosechas, y era invocando en medio de la crisis, por los 850 profetas de "Baal" contratados y pagados por el gobierno.
¿No es la reacción natural de las personas cuando viven una gran crisis?
¿No es recurrir a cualquier dios, a cualquier recurso con tal de salvar su situación?
¿No es la reacción natural de las personas cuando viven una gran crisis?
¿No es recurrir a cualquier dios, a cualquier recurso con tal de salvar su situación?
Sin duda a "Baal" le atribuirían todo el mérito, la gloria, e intervención sobre el clima, y de esa forma se confirmaría su culto en Israel.
SI NO LLOVÍA SOBRE LA TIERRA, por decisión del silencio de Elías, la sequía seguiría su curso como juicio divino sobre la nación, y sobre su culto idolátrico, y Dios utilizaría ese sufrimiento como disciplina sobre su pueblo, para quebrantar su orgullo y su soberbia, Y preparar con ello su corazón, para el momento en que Dios los confrontaría por medio del mismo profeta, en esta decisión, Elías sería expuesto a la muerte por la falta de agua.
Elías desconocía los planes futuros de Dios, pero debía tomar una decisión frente a su necesidad, y el precio era muy alto.
LA DECISIÓN DE ELÍAS
Elías desconocía los planes futuros de Dios, pero debía tomar una decisión frente a su necesidad, y el precio era muy alto.
LA DECISIÓN DE ELÍAS
Elías decidió morir a su necesidad, expuesto a la muerte en la esperanza de la resurrección, priorizó los planes de Dios frente a su necesidad.
Fue un alto precio, que no muchos estarán dispuesto a pagar.
Fue un alto precio, que no muchos estarán dispuesto a pagar.
Su decisión definió el orden de prioridad en su vida, cambiando el agua natural por el "Agua viva" celestial.
¿No fue esta la decisión de Jesús en Getzemaní, al ofrendar su vida hasta la muerte en la esperanza de la resurrección, y restaurar con su ofrenda la gloria del Padre sobre esta tierra?
"No se haga mi voluntad sino la tuya"
Fue el precio pagado por Jesús en la cruz.
"No se haga mi voluntad sino la tuya"
Fue el precio pagado por Jesús en la cruz.
Elías decidió esperar en Dios al costo de su propia vida, y así muriera en el anonimato entre las montañas, pero que Jehová el Dios de Israel fuese restaurado sobre su nación.
Era el precio de su obediencia, por sobre su necesidad.
Es el precio que pagarán solo los discípulos del Señor.
Es el precio que permite que la fe crezca y madure, y esté preparada para un servicio mayor.
Es la verdadera escuela de formación de los hijos de Dios, donde Dios forma a sus siervos y a sus siervas.
Es un precio muy alto, que no siempre estamos dispuestos a pagar, y es la causa de caer en la apostasía, de renegar la fe, y volver atrás sin experimentar el cumplimiento de sus promesas, sobre nuestras vidas, familias y naciones.
Fue el precio alto, que no estuvo dispuesto a pagar la mayoría de los hebreos sacados de la esclavitud de Egipto, prefirieron morir en el desierto, sin conquistar ni disfrutar la tierra que Dios les había prometido. No bebieron, ni gustaron del Agua viva.
Fue el precio alto, que no estuvo dispuesto a pagar Esaú, quién cambió la primogenitura por una necesidad temporal (un plato de lentejas), y condenó con ello a todo su linaje sobre esta tierra. No bebió, ni gustó del Agua viva.
Fue el precio alto, que no estuvo dispuesto a pagar el rey Saúl, condenando a muerte prematura a su familia, y despojando a su linaje de la bendición que Dios le había declarado como rey sobre Israel. Aunque bebió, no gustó del Agua viva.
Fue el precio alto, que no estuvieron dispuestos a pagar muchos de los Gálatas, quienes frente a la persecución judía de circuncidarse se circuncidaron, renegando la salvación por gracia para evitar el sufrimiento. No gustaron del Agua viva.
Elias decidió pagar el precio y esperar, como también declarara Job: "Aunque Él me matare, en Él esperaré"
Elias esperó con dolor, con fatiga, casi perdiendo toda esperanza de vida, pero esperó una palabra de Dios,... y vino palabra de Dios a Elías.
...luego vino a Elías una palabra de Dios: "Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente"
...luego vino a Elías una palabra de Dios: "Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente"
Elías, ahora estaba preparado para una nueva etapa en su vida, para un nuevo servicio al Señor.
Los que esperan en Él, no serán avergonzados.
Los que esperan en Él, no serán avergonzados.
Dios cumplirá Su Propósito en sus vidas.
¿Qué harás frente a tu arroyo seco?
¿Qué decisión tomarás frente a tu crisis?
La FE necesita ser probada para confirmar que es verdadera FE, porque sin FE es imposible agradar a Dios.
El justo vivirá por su FE.
miércoles, 18 de julio de 2018
EL PROPÓSITO DE LA ORACIÓN
EL PROPÓSITO DE LA ORACIÓN "Una reflexión en el camino"
Por GuillermoÁvila
"Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar" Lucas 11:1
Sin duda que, la forma como Jesús oraba llamó claramente la atención de sus discípulos, quienes como judíos habían heredado una forma de orar, que era distinta a como Jesús lo hacía, no solo como lo hacía , sino también por sus resultados y la eficacia de ella.
La religión judía, al igual que todas las religiones del mundo, tenía una liturgia establecida y heredada, ellos oraban tres veces al día, pero no eran oraciones espontaneas, sino rezos predeterminados que repetían, donde también utilizaban salmos y otras escrituras.
Al igual que hoy, cuando una persona nace del agua y del espíritu, se enfrenta a esta nueva realidad de no saber como orar, como lo hacen los cristianos más crecidos.
Lo primero que Jesús enseña al respecto, es que no es por la mucha palabrería y repeticiones de rezos aprendidos, como verdaderamente se debía orar.
La verdadera oración, es una relación natural de amor entre un hijo y su Padre Celestial, porque quien nace de nuevo del Espíritu de Dios, recibe el derecho e identidad de ser hijo de Dios, y es la experiencia más gloriosa del nuevo nacimiento y de la conversión del hombre.
Antes de ello, al igual que los discípulos de Jesús, nuestra relación con Dios, sea como le llamemos: El Altísimo, el Dios Todopoderoso, el Creador de todas las cosas, etc. es una relación distante y lejana, a nuestra experiencia personal con su diseño eterno para nuestras vidas.
Jesús nos acerca a Dios como Padre, reconciliándonos con Él por medio de su cruz, en una experiencia nueva y maravillosa, la que debe crecer y madurar junto con nuestro crecimiento espiritual.
Es el Propósito de Dios para nuestras vidas.
Una característica de nuestra niñez espiritual, es la utilización de la oración como una forma de acrecentar nuestro individualismo, nuestra naturaleza egoísta, y nuestro apego al mundo, a las cosas materiales y terrenales, descubriendo con ello, nuestra ignorancia de su Amor y Propósito Eterno para nuestras vidas sobre esta tierra.
Ignorancia, que se acrecienta por el modelo engañoso de líderes religiosos y ambiciosos, que solo aman y piensan en lo terrenal, y buscan lo suyo propio; y no buscan la gloria y el cumplimiento de su Propósito Eterno.
Es verdad, que Jesús mostró preocupación por las necesidades de la gente, los alimentó, los libertó, los sanó; y enseñó a sus discípulos a pedir por el pan de cada día, pero ese no era su mensaje principal, Él enseñó acerca del reino de su Padre, el cual debemos buscar como también su justicia, y prometió, que todas las cosas necesarias para la vida vendrían por añadidura.
Jesús nunca enseñó, ni prometió a sus discípulos que serían millonarios, por el contrario, debían ser generosos, no amantes del dinero, y en su amor, debían procurar que no hubieran necesitados entre ellos. Hermoso ejemplo de aquella comunidad de discípulos de los primeros siglos.
Jesús prometió cuidar de nosotros y suplir todas nuestras necesidades, y que jamás habría un justo desamparado, y que su descendencia mendigara el pan.
Jesús enseñó a sus discípulos el VERDADERO PROPÓSITO de la oración, que era la restauración de la voluntad de Dios nuestro Padre sobre esta tierra, y que su Nombre volviera a ser confesado, honrado y santificado, en el corazón de los hombres.
Era el PROPÓSITO DE SU ORACIÓN, (que se haga la voluntad del Padre y no la suya) la restauración de la imagen y semejanza de Dios en la vida de sus discípulos, a quienes había llamado y apartado, para que fueran luz y sal sobre esta tierra, testigos de la obra del Espíritu Santo en sus corazones.
Los discípulos amaban y querían ser como Jesús, (es el espíritu de un verdadero discípulo) y Jesús no buscaba otra gloria ni otra voluntad, que no fuera la gloria y la voluntad de su Padre sobre esta tierra, para ello, estaba dispuesto a negarse asimismo, a tomar su cruz cada día, y morir en ella.
Cuando oren, digan: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad aquí en la tierra, como en el cielo" Era la oración de Jesús.
Jesús no oraba para obtener una bicicleta, un auto, un buen trabajo, dinero, casas, etc.
Jesús oraba en favor de la voluntad de su Padre y ponía su vida en ofrenda para ello.
El Padre se agradó de su Hijo: "Este es mi Hijo amado, en quién tengo contentamiento"
El Hijo halló gracia a los ojos del Padre.
¿Qué debemos orar para hallar gracia a los ojos de Jesús?
¿Cuál es el propósito de la oración?
LA ORACIÓN: Una vocación para los que le aman y quieren servir al Señor, y no servirse de Él para si mismos.
1.- QUE DIOS TRANSFORME NUESTRA VIDA.
¿Cómo es posible que digamos ser discípulos de Jesús después de varios años, y sigamos siendo iracundos, impacientes, violentos, celosos, envidiosos, egoístas, solo pensemos en nosotros, en nuestros interese codiciosos, avaros, mentirosos, desleales?
¿Cómo es posible que sigamos atados a vicios, groserías, necedades y falta de dominio propio?
¿Cómo es posible que sigamos viviendo en fornicación, adulterio, impurezas sexuales, y lascivias? Si somos una nueva creación en Cristo y tenemos una nueva simiente, la simiente de Dios.
Necesitamos la intervención de Dios en nuestras vidas, la obra del Espíritu Santo, y necesitamos hacer de ello el VERDADERO PROPÓSITO DE NUESTRA ORACIÓN:"Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá, buscad y hallaréis"
Debemos ORAR que Dios restaure su voluntad en nuestras vidas, que Él restaure la imagen de su Hijo en nosotros.
Si amamos a Jesús, Él hará que todas las cosas que nos sucedan sean orientadas a este bien, a fin de que su PROPÓSITO ETERNO se cumpla en nuestras vidas, que seamos transformados a la imagen del Hijo de Dios.
"Y si nosotros siendo malos, sabemos dar buenas dádivas a nuestros hijos, ¿Cuánto más nuestro Padre Celestial, nos dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan" ¿Lo estamos pidiendo?
¿Estamos ofreciendo nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional, para ser transformados conforme a la imagen del Hijo de Dios?
Es santificar su nombre en nuestras vidas.
¿Qué reflejan nuestras oraciones, o que concentran nuestras reuniones de oración?
2.- QUE SEA HECHA SU VOLUNTAD EN ESTA TIERRA, COMO EN EL CIELO.
¿Qué expectativas tenemos para esta tierra? ¿Cuál son nuestros anhelos, para nuestras familias y naciones?
Jesús les dijo a sus discípulos, ustedes están en el mundo pero no pertenecen a este mundo, ustedes pertenecen ahora al reino de mi Padre, y a mi Padre, le ha placido darles el reino.
Ya no deben conformarse a este mundo, sino deben ser transformado por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprueben cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Las personas oran lo que desean que ocurra.
"No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre"
"No mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven son temporales, pero las cosas que no se ven son eternas"
Las personas oran y desean lo que aman.
Un discípulo de Cristo ama a Dios y desea su voluntad sobre esta tierra, como es hecha en el cielo, como consecuencia debe orar por ello, porque desea el cielo sobre esta tierra para su vida, familia y sociedad.
¿Cuál sería el fruto de nuestras oraciones?
Un testimonio glorioso de los hijos de Dios plantados en el mundo.
Dios no solo supliría nuestros pan, sino que tendríamos abundancia de pan, para suplir la necesidad de aquellos que a una hora inoportuna buscaran nuestra ayuda.
Que aunque el pan es primeramente para los hijos, alcanzaría para liberar, salvar y bendecir, a aquellos que como la mujer Sirofenicia en su angustia, procuraran salvación.
EL VERDADERO PROPÓSITO DE LA ORACIÓN
Por GuillermoÁvila
"Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar" Lucas 11:1
Sin duda que, la forma como Jesús oraba llamó claramente la atención de sus discípulos, quienes como judíos habían heredado una forma de orar, que era distinta a como Jesús lo hacía, no solo como lo hacía , sino también por sus resultados y la eficacia de ella.
La religión judía, al igual que todas las religiones del mundo, tenía una liturgia establecida y heredada, ellos oraban tres veces al día, pero no eran oraciones espontaneas, sino rezos predeterminados que repetían, donde también utilizaban salmos y otras escrituras.
Al igual que hoy, cuando una persona nace del agua y del espíritu, se enfrenta a esta nueva realidad de no saber como orar, como lo hacen los cristianos más crecidos.
Lo primero que Jesús enseña al respecto, es que no es por la mucha palabrería y repeticiones de rezos aprendidos, como verdaderamente se debía orar.
La verdadera oración, es una relación natural de amor entre un hijo y su Padre Celestial, porque quien nace de nuevo del Espíritu de Dios, recibe el derecho e identidad de ser hijo de Dios, y es la experiencia más gloriosa del nuevo nacimiento y de la conversión del hombre.
Antes de ello, al igual que los discípulos de Jesús, nuestra relación con Dios, sea como le llamemos: El Altísimo, el Dios Todopoderoso, el Creador de todas las cosas, etc. es una relación distante y lejana, a nuestra experiencia personal con su diseño eterno para nuestras vidas.
Jesús nos acerca a Dios como Padre, reconciliándonos con Él por medio de su cruz, en una experiencia nueva y maravillosa, la que debe crecer y madurar junto con nuestro crecimiento espiritual.
Es el Propósito de Dios para nuestras vidas.
Una característica de nuestra niñez espiritual, es la utilización de la oración como una forma de acrecentar nuestro individualismo, nuestra naturaleza egoísta, y nuestro apego al mundo, a las cosas materiales y terrenales, descubriendo con ello, nuestra ignorancia de su Amor y Propósito Eterno para nuestras vidas sobre esta tierra.
Ignorancia, que se acrecienta por el modelo engañoso de líderes religiosos y ambiciosos, que solo aman y piensan en lo terrenal, y buscan lo suyo propio; y no buscan la gloria y el cumplimiento de su Propósito Eterno.
Es verdad, que Jesús mostró preocupación por las necesidades de la gente, los alimentó, los libertó, los sanó; y enseñó a sus discípulos a pedir por el pan de cada día, pero ese no era su mensaje principal, Él enseñó acerca del reino de su Padre, el cual debemos buscar como también su justicia, y prometió, que todas las cosas necesarias para la vida vendrían por añadidura.
Jesús nunca enseñó, ni prometió a sus discípulos que serían millonarios, por el contrario, debían ser generosos, no amantes del dinero, y en su amor, debían procurar que no hubieran necesitados entre ellos. Hermoso ejemplo de aquella comunidad de discípulos de los primeros siglos.
Jesús prometió cuidar de nosotros y suplir todas nuestras necesidades, y que jamás habría un justo desamparado, y que su descendencia mendigara el pan.
Jesús enseñó a sus discípulos el VERDADERO PROPÓSITO de la oración, que era la restauración de la voluntad de Dios nuestro Padre sobre esta tierra, y que su Nombre volviera a ser confesado, honrado y santificado, en el corazón de los hombres.
Era el PROPÓSITO DE SU ORACIÓN, (que se haga la voluntad del Padre y no la suya) la restauración de la imagen y semejanza de Dios en la vida de sus discípulos, a quienes había llamado y apartado, para que fueran luz y sal sobre esta tierra, testigos de la obra del Espíritu Santo en sus corazones.
Los discípulos amaban y querían ser como Jesús, (es el espíritu de un verdadero discípulo) y Jesús no buscaba otra gloria ni otra voluntad, que no fuera la gloria y la voluntad de su Padre sobre esta tierra, para ello, estaba dispuesto a negarse asimismo, a tomar su cruz cada día, y morir en ella.
Cuando oren, digan: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad aquí en la tierra, como en el cielo" Era la oración de Jesús.
Jesús no oraba para obtener una bicicleta, un auto, un buen trabajo, dinero, casas, etc.
Jesús oraba en favor de la voluntad de su Padre y ponía su vida en ofrenda para ello.
El Padre se agradó de su Hijo: "Este es mi Hijo amado, en quién tengo contentamiento"
El Hijo halló gracia a los ojos del Padre.
¿Qué debemos orar para hallar gracia a los ojos de Jesús?
¿Cuál es el propósito de la oración?
LA ORACIÓN: Una vocación para los que le aman y quieren servir al Señor, y no servirse de Él para si mismos.
1.- QUE DIOS TRANSFORME NUESTRA VIDA.
¿Cómo es posible que digamos ser discípulos de Jesús después de varios años, y sigamos siendo iracundos, impacientes, violentos, celosos, envidiosos, egoístas, solo pensemos en nosotros, en nuestros interese codiciosos, avaros, mentirosos, desleales?
¿Cómo es posible que sigamos atados a vicios, groserías, necedades y falta de dominio propio?
¿Cómo es posible que sigamos viviendo en fornicación, adulterio, impurezas sexuales, y lascivias? Si somos una nueva creación en Cristo y tenemos una nueva simiente, la simiente de Dios.
Necesitamos la intervención de Dios en nuestras vidas, la obra del Espíritu Santo, y necesitamos hacer de ello el VERDADERO PROPÓSITO DE NUESTRA ORACIÓN:"Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá, buscad y hallaréis"
Debemos ORAR que Dios restaure su voluntad en nuestras vidas, que Él restaure la imagen de su Hijo en nosotros.
Si amamos a Jesús, Él hará que todas las cosas que nos sucedan sean orientadas a este bien, a fin de que su PROPÓSITO ETERNO se cumpla en nuestras vidas, que seamos transformados a la imagen del Hijo de Dios.
"Y si nosotros siendo malos, sabemos dar buenas dádivas a nuestros hijos, ¿Cuánto más nuestro Padre Celestial, nos dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan" ¿Lo estamos pidiendo?
¿Estamos ofreciendo nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional, para ser transformados conforme a la imagen del Hijo de Dios?
Es santificar su nombre en nuestras vidas.
¿Qué reflejan nuestras oraciones, o que concentran nuestras reuniones de oración?
2.- QUE SEA HECHA SU VOLUNTAD EN ESTA TIERRA, COMO EN EL CIELO.
¿Qué expectativas tenemos para esta tierra? ¿Cuál son nuestros anhelos, para nuestras familias y naciones?
Jesús les dijo a sus discípulos, ustedes están en el mundo pero no pertenecen a este mundo, ustedes pertenecen ahora al reino de mi Padre, y a mi Padre, le ha placido darles el reino.
Ya no deben conformarse a este mundo, sino deben ser transformado por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprueben cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Las personas oran lo que desean que ocurra.
"No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre"
"No mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven son temporales, pero las cosas que no se ven son eternas"
Las personas oran y desean lo que aman.
Un discípulo de Cristo ama a Dios y desea su voluntad sobre esta tierra, como es hecha en el cielo, como consecuencia debe orar por ello, porque desea el cielo sobre esta tierra para su vida, familia y sociedad.
¿Cuál sería el fruto de nuestras oraciones?
Un testimonio glorioso de los hijos de Dios plantados en el mundo.
Dios no solo supliría nuestros pan, sino que tendríamos abundancia de pan, para suplir la necesidad de aquellos que a una hora inoportuna buscaran nuestra ayuda.
Que aunque el pan es primeramente para los hijos, alcanzaría para liberar, salvar y bendecir, a aquellos que como la mujer Sirofenicia en su angustia, procuraran salvación.
EL VERDADERO PROPÓSITO DE LA ORACIÓN
viernes, 13 de julio de 2018
TE LLEVARÉ AL DESIERTO
TE LLEVARÉ AL DESIERTO "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
"Por eso voy a seducirla;
la llevaré al desierto
y hablaré a su corazón"
Oseas 2:14
Para los hombres el desierto es sinónimo de soledad, sed, hambre, y muerte. No es un lugar agradable para vivir, es un lugar inhóspito, la falta de agua lo hace duro y difícil para subsistir.
Cuando hablamos de "desiertos de la vida" nos referimos a esos momentos duros, dolorosos, donde experimentamos el abandono, la soledad; son momentos difíciles de cruzar y de poder sobrevivir.
Es como nos sentimos frente una dolorosa y prolongada enfermedad, frente a un accidente, un divorcio, un conflicto familiar, un engaño, una traición, una pérdida de un ser amado, una quiebra económica, o cuando experimentamos el abuso o la humillación.
Experimentamos la impotencia, el dolor, el desamparo, el abandono, la incomprensión, la falta de una ayuda oportuna; y como consecuencia nos cuestionamos muchas cosas y procesos de la vida:
¿Habrá valido la pena todo lo vivido y por lo cuál nos hemos desgastado?
¿Habrá valido la pena todos nuestros esfuerzos, negaciones y desvelos?
¿Habré creído en vano, y la fe es solo una filosofía sin vida como todas las demás?
¿Dónde está Dios en medio de nuestros desiertos?
Es en medio de "Los desiertos de la vida" donde empezamos a reflexionar, a meditar, a pensar como nunca antes lo habíamos hecho en la vida.
Es en medio de "Los desiertos de la vida" donde empezamos a pesar nuestras decisiones y convicciones, y a considerar sinceramente nuestras prioridades.
Es después de un divorcio, cuando valorizamos nuestra familia, esposa(o) e hijos.
Es después de una dura enfermedad, cuando apreciamos verdaderamente la salud y la vida, como un regalo de Dios.
Es en una cárcel, donde valorizamos nuestra libertad, y el respeto a los demás.
Es después de una guerra, cuando los pueblos valorizan el respeto y amor entre las personas, la solidaridad y generosidad.
Es en el desierto, donde le damos valor a las cosas verdaderamente necesarias en la vida.
Lamentablemente para muchos, muchas de estas consideraciones, llegan demasiado tarde.
Si es en un desierto el lugar donde te encuentras, estas palabras fueron escritas para ti.
¿Qué hacer en medio de un desierto de la vida?
¡Esto que hemos estado haciendo, es lo que debemos hacer!
Debemos pensar, meditar y reflexionar acerca de la vida y de nuestro caminar.
Debemos revisar nuestras convicciones y valores, si verdaderamente son fundamentales para la vida.
Debemos reflexionar acerca de nuestras decisiones y prioridades,... no quejarnos ni amargarnos, así solo nos deprimiremos.
Es en medio de nuestra oscuridad, donde debemos buscar la luz que ilumine nuestra confusión, y nos ayude a enmendar nuestro corazón.
Es en medio de un desierto, donde descubrirás que Dios está en ese lugar, no para condenarnos, sino para seducirnos con su amor y hablar a nuestro corazón.
Es en ese lugar que parecía de muerte, donde hallarás la vida.
Es en ese lugar donde aprenderás a oír su voz, es allí dónde descubrirás que Él es tu buen pastor y que nada te faltará.
Es allí donde conocerás aquel que dijo:
"Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"
Es allí donde dejamos de ser "un cabrito(a) rebelde", indomable, para transformarnos en una oveja dócil, sumisa, que ha aprendido a escuchar la voz de su Pastor.
Es allí donde descubriremos a Dios al igual que el pueblo hebreo, que fue rescatado de la esclavitud de Egipto y conducido al desierto, para seducirlos, para hablarles a su corazón, y revelarles sus leyes y formarlos como su pueblo especial sobre la tierra.
Es allí donde descubriremos, que es la forma como Dios trabaja con el hombre, para restaurar en él su gloria y conducirlo al cumplimiento de su Propósito eterno.
Es allí donde aprenderemos amarle, porque es allí donde entenderemos que Dios es nuestro Señor, y no nuestro servidor.
Así como fue necesario, que Dios condujera a Abraham hacia el desierto, a Jacob, a Moisés, o a David; así también lo será para ti y para mi.
Dios conoce nuestro corazón, y sabe que somos rebeldes en nuestra naturaleza y duros de cerviz, pero su amor no se agota, y prometió darnos un espíritu nuevo y un corazón nuevo, que le amará y le servirá.
Por eso Dios nos declara:
"Voy a seducirte;
Te llevaré al desierto,
y hablaré a tu corazón"
Amigo(a) y hermano(a):
No endurezcamos nuestro corazón;
No resistamos su seducción.
Porque solo Él podrá hacernos florecer en el desierto, y alegrar nuestro corazón.
¡Fortalecerá nuestras manos cansadas, y afirmará nuestras rodillas endebles!
"Porque Él mismo vendrá y nos salvará"
Por Guillermo Ávila
"Por eso voy a seducirla;
la llevaré al desierto
y hablaré a su corazón"
Oseas 2:14
Para los hombres el desierto es sinónimo de soledad, sed, hambre, y muerte. No es un lugar agradable para vivir, es un lugar inhóspito, la falta de agua lo hace duro y difícil para subsistir.
Cuando hablamos de "desiertos de la vida" nos referimos a esos momentos duros, dolorosos, donde experimentamos el abandono, la soledad; son momentos difíciles de cruzar y de poder sobrevivir.
Es como nos sentimos frente una dolorosa y prolongada enfermedad, frente a un accidente, un divorcio, un conflicto familiar, un engaño, una traición, una pérdida de un ser amado, una quiebra económica, o cuando experimentamos el abuso o la humillación.
Experimentamos la impotencia, el dolor, el desamparo, el abandono, la incomprensión, la falta de una ayuda oportuna; y como consecuencia nos cuestionamos muchas cosas y procesos de la vida:
¿Habrá valido la pena todo lo vivido y por lo cuál nos hemos desgastado?
¿Habrá valido la pena todos nuestros esfuerzos, negaciones y desvelos?
¿Habré creído en vano, y la fe es solo una filosofía sin vida como todas las demás?
¿Dónde está Dios en medio de nuestros desiertos?
Es en medio de "Los desiertos de la vida" donde empezamos a reflexionar, a meditar, a pensar como nunca antes lo habíamos hecho en la vida.
Es en medio de "Los desiertos de la vida" donde empezamos a pesar nuestras decisiones y convicciones, y a considerar sinceramente nuestras prioridades.
Es después de un divorcio, cuando valorizamos nuestra familia, esposa(o) e hijos.
Es después de una dura enfermedad, cuando apreciamos verdaderamente la salud y la vida, como un regalo de Dios.
Es en una cárcel, donde valorizamos nuestra libertad, y el respeto a los demás.
Es después de una guerra, cuando los pueblos valorizan el respeto y amor entre las personas, la solidaridad y generosidad.
Es en el desierto, donde le damos valor a las cosas verdaderamente necesarias en la vida.
Lamentablemente para muchos, muchas de estas consideraciones, llegan demasiado tarde.
Si es en un desierto el lugar donde te encuentras, estas palabras fueron escritas para ti.
¿Qué hacer en medio de un desierto de la vida?
¡Esto que hemos estado haciendo, es lo que debemos hacer!
Debemos pensar, meditar y reflexionar acerca de la vida y de nuestro caminar.
Debemos revisar nuestras convicciones y valores, si verdaderamente son fundamentales para la vida.
Debemos reflexionar acerca de nuestras decisiones y prioridades,... no quejarnos ni amargarnos, así solo nos deprimiremos.
Es en medio de nuestra oscuridad, donde debemos buscar la luz que ilumine nuestra confusión, y nos ayude a enmendar nuestro corazón.
Es en medio de un desierto, donde descubrirás que Dios está en ese lugar, no para condenarnos, sino para seducirnos con su amor y hablar a nuestro corazón.
Es en ese lugar que parecía de muerte, donde hallarás la vida.
Es en ese lugar donde aprenderás a oír su voz, es allí dónde descubrirás que Él es tu buen pastor y que nada te faltará.
Es allí donde conocerás aquel que dijo:
"Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"
Es allí donde dejamos de ser "un cabrito(a) rebelde", indomable, para transformarnos en una oveja dócil, sumisa, que ha aprendido a escuchar la voz de su Pastor.
Es allí donde descubriremos a Dios al igual que el pueblo hebreo, que fue rescatado de la esclavitud de Egipto y conducido al desierto, para seducirlos, para hablarles a su corazón, y revelarles sus leyes y formarlos como su pueblo especial sobre la tierra.
Es allí donde descubriremos, que es la forma como Dios trabaja con el hombre, para restaurar en él su gloria y conducirlo al cumplimiento de su Propósito eterno.
Es allí donde aprenderemos amarle, porque es allí donde entenderemos que Dios es nuestro Señor, y no nuestro servidor.
Así como fue necesario, que Dios condujera a Abraham hacia el desierto, a Jacob, a Moisés, o a David; así también lo será para ti y para mi.
Dios conoce nuestro corazón, y sabe que somos rebeldes en nuestra naturaleza y duros de cerviz, pero su amor no se agota, y prometió darnos un espíritu nuevo y un corazón nuevo, que le amará y le servirá.
Por eso Dios nos declara:
"Voy a seducirte;
Te llevaré al desierto,
y hablaré a tu corazón"
Amigo(a) y hermano(a):
No endurezcamos nuestro corazón;
No resistamos su seducción.
Porque solo Él podrá hacernos florecer en el desierto, y alegrar nuestro corazón.
¡Fortalecerá nuestras manos cansadas, y afirmará nuestras rodillas endebles!
"Porque Él mismo vendrá y nos salvará"
viernes, 6 de julio de 2018
UN TESORO EN VASOS DE BARRO
UN TESORO EN VASOS DE BARRO "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
"Tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" 2 Cor. 4:7
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, Cristo vive en mí" Gálatas 2:20
¿Que es el hombre para que Dios tenga de él memoria, y que es el hijo del Hombre para que lo visite? Salmo 8:4
No es fácil en la vida llegar a esta conclusión, nuestro ego, nuestro orgullo y amor por nosotros mismos es tan grande, que nos sentimos con derechos para exigir reconocimiento y valorización en lo que somos y hacemos, pero ¿derechos de qué?
Si nada es nuestro, si solo somos pasajeros en esta vida, ni siquiera decidimos nacer, y que todos nuestros sueños y anhelos, por muy valiosos que sean ante nuestros ojos, en un abrir y cerrar de ojos dejaremos de existir; nos desvaneceremos como una nube, y no habrá más.
Nada por lo cual luchamos y nos desvelamos nos podremos llevar, aunque tengamos las facturas y los títulos que lo acrediten, desnudos nacimos y desnudos moriremos.
Nada lo podrá impedir, porque "Está decretado por el creador que los hombres mueran una sola vez y después de esto, el juicio" Hebreos 9:27
Se nos olvida que fuimos hechos del polvo, el material más común y de menor valor sobre esta tierra. ¿Cuánto cuesta un kilo de tierra, u ochenta kilos de tierra?
Eso somos, y si no fuera por el soplo de Dios, ninguno de nosotros podríamos disfrutar de este maravilloso privilegio de contemplar la creación, y de gustar de los frutos de la tierra.
La vida es un hermoso regalo de Dios, como la salud, la familia, el trabajo, que debiéramos apreciar y agradecer cada día, sin importar el lugar y tiempo, en que Dios haya decidido que vivamos.
Mientras tengamos un concepto mayor que este, no podremos concluir como el salmista: ¿Qué es el hombre para que Dios tenga memoria?
Como consecuencia de nuestra soberbia, existirán siempre las guerras, los conflictos, las envidias, la avaricia y tantos otros males que afectan nuestro diario vivir.
¿Qué es el hombre para que Dios tenga memoria, y que es el hijo del Hombre para que lo visite?
Fue la reflexión de un hombre escogido para ser rey sobre Israel, a la edad de 17 años, y que sólo vería cumplido ese llamado cerca de los cuarenta, después de un largo proceso formativo de más de 23 años.
Un proceso duro, con injusticias, de muchos quebrantos, donde sufriría de persecución, humillación, y tendría que aprender a esperar, hasta el tiempo establecido por Dios.
En este proceso aprendería a conocer a Dios, como su pastor, su refugio, su castillo fuerte, su escondedero en el día de la angustia.
Experimentó el desprecio desde su niñez en su propia casa, y había hecho de Dios el valor sublime de su vida.
Fue a través de ese proceso, que aprendió a conocerlo y amarlo, hacerlo el todo de su vida, tesoro que no cambiaría por nada.
Había hecho de Dios la razón de su vida.
¿Qué méritos había tenido para ser escogido por Dios, gustar de su comunión, y para ser rey sobre su pueblo?
Él sabía que era un privilegio inmerecido, y a su vez una gran responsabilidad, razón por la cual buscaría agradarlo, y vivir en su temor toda la vida.
Que importante es ser un vaso adecuado, para ejercer un servicio adecuado, ser un vaso de honra que honre su contenido.
El tesoro que Dios deposita en la vida de los hombres, y sin que los hombres permitan el proceso necesario de formación, puede transformarse en ellos, en una maldición, como ocurrió con su antecesor el rey Saúl, a quién Dios desecharía en su servicio como rey de Israel; aunque siguió gobernando por 40 años, porque no tuvo la humildad para renunciar y entregar su cargo a quién le había constituido, Dios ya no estaba con él.
Saúl no permitió el proceso de Dios en su vida, y rechazar su proceso era rechazarlo a Él; como ocurrió también con ese pueblo rescatado de la esclavitud de Egipto, y llevado por Dios al desierto, con el propósito que lo conociera y aprendiera amarlo, valorizarlo como su tesoro, y su recompensa sería la Tierra prometida en permanente comunión con Él.
Dios ha dado dones a los hombres, porque toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de Él, sea intelectual, de administración para presidir y servir a los demás, en el hacer o enseñar a los demás, habilidades físicas, artísticas, musicales, etc. Dios las otorga a los hombres, para que en ella encuentren su vocación, su servicio a Dios y a los demás, pero su administración es y será de responsabilidad humana.
Los procesos de la vida que Dios permite en cada uno, son para que aprendemos a conocerlo y amarlo, para dar el fruto que Él espera de nuestro servicio.
Dios respetará lo que Él estableció como diseño en el hombre, su libertad para tomar decisiones. Él no nos creó auto programados como el reino animal, nos creó con la libertad de decidir, pero con la responsabilidad de asumir las consecuencias de nuestras decisiones, porque nos creó con la capacidad de conocer lo que es justo y recto en la vida, de tal manera que todos, sin excepción daremos cuenta de nuestros actos, y compadeceremos ante el tribunal de Cristo, el Juez y Rey justo sobre toda su creación.
Sólo quién así lo entienda, apreciará con responsabilidad el tesoro depositado en su vida, y permitirá ser moldeado como vaso, para honrar su apreciado contenido.
"Tenemos este tesoro en vasos de barro"
Son las palabras del apóstol Pablo, al reconocer el valor de la revelación de Cristo, y el llamado a su servicio.
El entendía que no cualquier vaso podía honrar al Señor, que era necesario que cada vaso fuese trabajado y moldeado a la imagen del Hijo, para resaltar así su contenido, y no sea honrado el vaso más que el tesoro que contiene.
Dios quebrantará cada vaso, una y otra vez con amor, según sea necesario hasta que pierda en si mismo su valor y resalte en el su contenido, hasta que pueda declarar como Pablo: "Ya no vivo yo, Cristo vive en mí"
Pablo reconocía este trabajo del Señor en su vida, era un vaso atribulado pero no angustiado, en apuros pero no desamparado, derribado pero no destruido; porque sabía que si el vaso era sometido a muerte, el tesoro resaltaría en él para preservación de vida en los demás, y para gloria de Dios.
"Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida"
Es la forma establecida por Dios, para que su TESORO depositado en nosotros, pueda ser apreciado y servido a los demás.
Así fue claramente visualizado en la vida de Jesús de Nazaret, los hombres podían apreciar y contemplar la gloria del tesoro de Dios en su vida, y eran atraídos por el tesoro.
Si no permitimos ese proceso, seremos un obstáculo y tropiezo para los demás, y no facilitaremos el desarrollo de su Propósito en nuestras vidas, así lo advirtió el apóstol Pablo:
"Habrán hombres amadores de si mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que TENDRÁN APARIENCIA DE PIEDAD, PERO NEGARÁN LA EFICACIA DE ELLA. A esos evita"
Ellos no lo conocen, ni conocen su amor, ellos se hacen así mismos sus propios tesoros.
Son engañadores elocuentes y manipuladores de los demás, no muestran el FRUTO DE CRISTO que es el tesoro de Dios en nosotros, su mensaje es resaltar el vaso más que su contenido, su mensaje es resaltar las virtudes del vaso, como hacerlo más saludable, exitoso y poderoso, es un mensaje humanista, que niega la cruz y la muerte al yo, olvidando que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria.
¿Qué es de mayor valor, el tesoro o el vaso?
Jesús de Nazaret exaltó la Vida de Dios en Él, y no así mismo, crucificando por amor el vaso que lo contenía, para que esa Vida Divina y su Espíritu hoy more en nosotros. El buscaba la gloria y servicio a su Padre.
Fue también el testimonio de sus discípulos, todos pusieron sus vasos en sacrificio vivo, por amor a quién les había amado hasta la muerte, y casi todos ellos fueron martirizados por amor a Jesús, su tesoro apreciado.
Donde esté tu tesoro allí estará tu corazón; o en el vaso o en su contenido, y buscarás a quién lo alague.
El que ama el vaso lo perderá, más el que lo pierde por causa del TESORO, lo preservará para Vida eterna.
Por sus frutos los conocerás.
Tesoro en vasos de barro.
Por Guillermo Ávila
"Tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" 2 Cor. 4:7
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, Cristo vive en mí" Gálatas 2:20
¿Que es el hombre para que Dios tenga de él memoria, y que es el hijo del Hombre para que lo visite? Salmo 8:4
No es fácil en la vida llegar a esta conclusión, nuestro ego, nuestro orgullo y amor por nosotros mismos es tan grande, que nos sentimos con derechos para exigir reconocimiento y valorización en lo que somos y hacemos, pero ¿derechos de qué?
Si nada es nuestro, si solo somos pasajeros en esta vida, ni siquiera decidimos nacer, y que todos nuestros sueños y anhelos, por muy valiosos que sean ante nuestros ojos, en un abrir y cerrar de ojos dejaremos de existir; nos desvaneceremos como una nube, y no habrá más.
Nada por lo cual luchamos y nos desvelamos nos podremos llevar, aunque tengamos las facturas y los títulos que lo acrediten, desnudos nacimos y desnudos moriremos.
Nada lo podrá impedir, porque "Está decretado por el creador que los hombres mueran una sola vez y después de esto, el juicio" Hebreos 9:27
Se nos olvida que fuimos hechos del polvo, el material más común y de menor valor sobre esta tierra. ¿Cuánto cuesta un kilo de tierra, u ochenta kilos de tierra?
Eso somos, y si no fuera por el soplo de Dios, ninguno de nosotros podríamos disfrutar de este maravilloso privilegio de contemplar la creación, y de gustar de los frutos de la tierra.
La vida es un hermoso regalo de Dios, como la salud, la familia, el trabajo, que debiéramos apreciar y agradecer cada día, sin importar el lugar y tiempo, en que Dios haya decidido que vivamos.
Mientras tengamos un concepto mayor que este, no podremos concluir como el salmista: ¿Qué es el hombre para que Dios tenga memoria?
Como consecuencia de nuestra soberbia, existirán siempre las guerras, los conflictos, las envidias, la avaricia y tantos otros males que afectan nuestro diario vivir.
¿Qué es el hombre para que Dios tenga memoria, y que es el hijo del Hombre para que lo visite?
Fue la reflexión de un hombre escogido para ser rey sobre Israel, a la edad de 17 años, y que sólo vería cumplido ese llamado cerca de los cuarenta, después de un largo proceso formativo de más de 23 años.
Un proceso duro, con injusticias, de muchos quebrantos, donde sufriría de persecución, humillación, y tendría que aprender a esperar, hasta el tiempo establecido por Dios.
En este proceso aprendería a conocer a Dios, como su pastor, su refugio, su castillo fuerte, su escondedero en el día de la angustia.
Experimentó el desprecio desde su niñez en su propia casa, y había hecho de Dios el valor sublime de su vida.
Fue a través de ese proceso, que aprendió a conocerlo y amarlo, hacerlo el todo de su vida, tesoro que no cambiaría por nada.
Había hecho de Dios la razón de su vida.
¿Qué méritos había tenido para ser escogido por Dios, gustar de su comunión, y para ser rey sobre su pueblo?
Él sabía que era un privilegio inmerecido, y a su vez una gran responsabilidad, razón por la cual buscaría agradarlo, y vivir en su temor toda la vida.
Que importante es ser un vaso adecuado, para ejercer un servicio adecuado, ser un vaso de honra que honre su contenido.
El tesoro que Dios deposita en la vida de los hombres, y sin que los hombres permitan el proceso necesario de formación, puede transformarse en ellos, en una maldición, como ocurrió con su antecesor el rey Saúl, a quién Dios desecharía en su servicio como rey de Israel; aunque siguió gobernando por 40 años, porque no tuvo la humildad para renunciar y entregar su cargo a quién le había constituido, Dios ya no estaba con él.
Saúl no permitió el proceso de Dios en su vida, y rechazar su proceso era rechazarlo a Él; como ocurrió también con ese pueblo rescatado de la esclavitud de Egipto, y llevado por Dios al desierto, con el propósito que lo conociera y aprendiera amarlo, valorizarlo como su tesoro, y su recompensa sería la Tierra prometida en permanente comunión con Él.
Dios ha dado dones a los hombres, porque toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de Él, sea intelectual, de administración para presidir y servir a los demás, en el hacer o enseñar a los demás, habilidades físicas, artísticas, musicales, etc. Dios las otorga a los hombres, para que en ella encuentren su vocación, su servicio a Dios y a los demás, pero su administración es y será de responsabilidad humana.
Los procesos de la vida que Dios permite en cada uno, son para que aprendemos a conocerlo y amarlo, para dar el fruto que Él espera de nuestro servicio.
Dios respetará lo que Él estableció como diseño en el hombre, su libertad para tomar decisiones. Él no nos creó auto programados como el reino animal, nos creó con la libertad de decidir, pero con la responsabilidad de asumir las consecuencias de nuestras decisiones, porque nos creó con la capacidad de conocer lo que es justo y recto en la vida, de tal manera que todos, sin excepción daremos cuenta de nuestros actos, y compadeceremos ante el tribunal de Cristo, el Juez y Rey justo sobre toda su creación.
Sólo quién así lo entienda, apreciará con responsabilidad el tesoro depositado en su vida, y permitirá ser moldeado como vaso, para honrar su apreciado contenido.
"Tenemos este tesoro en vasos de barro"
Son las palabras del apóstol Pablo, al reconocer el valor de la revelación de Cristo, y el llamado a su servicio.
El entendía que no cualquier vaso podía honrar al Señor, que era necesario que cada vaso fuese trabajado y moldeado a la imagen del Hijo, para resaltar así su contenido, y no sea honrado el vaso más que el tesoro que contiene.
Dios quebrantará cada vaso, una y otra vez con amor, según sea necesario hasta que pierda en si mismo su valor y resalte en el su contenido, hasta que pueda declarar como Pablo: "Ya no vivo yo, Cristo vive en mí"
Pablo reconocía este trabajo del Señor en su vida, era un vaso atribulado pero no angustiado, en apuros pero no desamparado, derribado pero no destruido; porque sabía que si el vaso era sometido a muerte, el tesoro resaltaría en él para preservación de vida en los demás, y para gloria de Dios.
"Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida"
Es la forma establecida por Dios, para que su TESORO depositado en nosotros, pueda ser apreciado y servido a los demás.
Así fue claramente visualizado en la vida de Jesús de Nazaret, los hombres podían apreciar y contemplar la gloria del tesoro de Dios en su vida, y eran atraídos por el tesoro.
Si no permitimos ese proceso, seremos un obstáculo y tropiezo para los demás, y no facilitaremos el desarrollo de su Propósito en nuestras vidas, así lo advirtió el apóstol Pablo:
"Habrán hombres amadores de si mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que de Dios, que TENDRÁN APARIENCIA DE PIEDAD, PERO NEGARÁN LA EFICACIA DE ELLA. A esos evita"
Ellos no lo conocen, ni conocen su amor, ellos se hacen así mismos sus propios tesoros.
Son engañadores elocuentes y manipuladores de los demás, no muestran el FRUTO DE CRISTO que es el tesoro de Dios en nosotros, su mensaje es resaltar el vaso más que su contenido, su mensaje es resaltar las virtudes del vaso, como hacerlo más saludable, exitoso y poderoso, es un mensaje humanista, que niega la cruz y la muerte al yo, olvidando que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria.
¿Qué es de mayor valor, el tesoro o el vaso?
Jesús de Nazaret exaltó la Vida de Dios en Él, y no así mismo, crucificando por amor el vaso que lo contenía, para que esa Vida Divina y su Espíritu hoy more en nosotros. El buscaba la gloria y servicio a su Padre.
Fue también el testimonio de sus discípulos, todos pusieron sus vasos en sacrificio vivo, por amor a quién les había amado hasta la muerte, y casi todos ellos fueron martirizados por amor a Jesús, su tesoro apreciado.
Donde esté tu tesoro allí estará tu corazón; o en el vaso o en su contenido, y buscarás a quién lo alague.
El que ama el vaso lo perderá, más el que lo pierde por causa del TESORO, lo preservará para Vida eterna.
Por sus frutos los conocerás.
Tesoro en vasos de barro.
martes, 3 de julio de 2018
UNA MIRADA DISTINTA, UNA MIRADA DIVINA
UNA MIRADA DISTINTA, UNA MIRADA DIVINA "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Avila
Lo normal en el razonamiento humano, es considerar que aquellas cosas negativas que nos golpean en la vida, nuestras circunstancias, como un obstáculo para el desarrollo de nuestra fe y realización como personas.
Una justificación para muchos de nuestros males, razones válidas para deprimirnos, quejarnos y amargarnos en nuestro diario vivir.
No es fácil sobrevivir frente tan dolorosas tribulaciones, como la pérdida de un ser querido, una enfermedades, un accidente, una crisis económicas, una separación, el envejecimiento inevitable, y tantas otras circunstancias que nos confronta la vida.
No podemos negar que todas estas cosas nos afectan, y no es fácil aceptarlas como algo positivo y ventajoso en el desarrollo de nuestras vidas.
Hay personas que se rinden frente a ellas y caen en estados depresivos crónicos, o se esclavizan a vicios degradantes, como una forma de evadir su dura y cruda realidad.
Son las consecuencias de heredar un mundo caído del orden de Dios, donde sufrimos en lo individual, familiar y social, las consecuencias del quebrantamiento de las leyes establecidas divinamente para la vida; tanto en el plano espiritual, emocional, como físico. No podemos evitarlo, y es la forma en que Satanás el diablo nos somete, para destruirnos e impedir el maravilloso Propósito de Dios en nuestras vidas.
Pareciéramos condenados a esta dura realidad, pero en esperanza está escrito: "Así pues, ahora ninguna condenación hay para los que están unidos a Cristo Jesús"
Nacimos bajo condenación, y es duro aceptarlo, pero Dios nuestro Padre no nos ha abandonado, Él envió a su Hijo, para rectificar su diseño en los hombres y en su creación. Jesús vino a salvar lo que estaba perdido.
Jesús declaró: "El orden de Dios se ha acercado a vosotros, crean a esta Buena Noticia"
La venida de Jesús es la venida del reino de Dios, a fin de restaurar su bendición sobre los hombres, permitiéndonos disfrutar de su amor como hijos de Dios, y permitiéndonos ver como todas las circunstancias que nos toque vivir, en y a través de ellas, nos ayudan al cumplimiento de su Propósito, y nos permite ver la vida desde SU MIRADA.
UNA MIRADA DISTINTA, UNA MIRADA DIVINA
"Por tanto no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día, pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Así podemos entender que todas las circunstancias que nos suceden, por más duras que estas sean, son temporales, son pasajeras, por tanto pasarán, y no debemos desmayar frente a ellas.
Todas las cosas externas que nos suceden y golpean nuestra vida, procurarán desgastar nuestra realidad interior, más en Cristo y por la fe, ese hombre interior se renovará día a día, porque esa Vida procede de Dios, la cual es eterna e indestructible.
Esa Vida en Jesús soportó toda presión externa, toda injusticia, toda humillación y crucifixión, no pudieron destruirla, la muerte no la pudo retener. Jesús venció todas sus circunstancias, resucitó y nos ha dado su Vida, para que tú y yo podamos ser vencedores frente a nuestras circunstancias.
Son el medio que la vida nos ofrece para el desarrollo y crecimiento de nuestra fe, son el medio para producir en nosotros, un cada vez más excelente y eterno peso de gloria, porque aprendemos a caminar sobre esta tierra no mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven son temporales, y las cosas que no se ven son eternas.
Vivamos por las cosas que no se ven, vivamos por su Vida, ella no sufre desgaste, no se marchita, ni pueden ser destruida. Su Vida es eterna, y nunca nos defraudará.
"El cielo y la tierra pasarán, pero su Palabra no pasará" "Pon tus ojos en Jesús y sus promesas, es el autor y consumador de nuestra fe" "El justo por su fe vivirá"
"Jesús nos hizo renacer para una esperanza viva, por su resurrección, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para nosotros, que somos guardados por su poder mediante la fe"
Satanás el diablo tratará a través de tus circunstancias, manejar y someter tu vida, sometidos a Él podremos pararnos firmes y resistirle, permitamos que Jesús nos gobierne, Él nos liberó del engaño del maligno y quitó toda maldición.
Jesús no permitirá que seas probado con una carga mayor de la que puedes llevar, Él te dará la salida, y obtendrás un mayor peso de su gloria, si confías en Él como Job, te levantará del polvo y recompensará tu paciencia.
"Porque es necesaria la paciencia; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa, porque aun un poco, y el que ha de venir vendrá, y no tardará"
Recuerda, ninguna circunstancia es eterna, todas son temporales y momentáneas, y son un medio para tu crecimiento y madures.
No desmayes, no tengas temor, es solo un poco, renueva tu hombre interior por su Espíritu, porque Dios cumplirá su Propósito en ti.
Por Guillermo Avila
Lo normal en el razonamiento humano, es considerar que aquellas cosas negativas que nos golpean en la vida, nuestras circunstancias, como un obstáculo para el desarrollo de nuestra fe y realización como personas.
Una justificación para muchos de nuestros males, razones válidas para deprimirnos, quejarnos y amargarnos en nuestro diario vivir.
No es fácil sobrevivir frente tan dolorosas tribulaciones, como la pérdida de un ser querido, una enfermedades, un accidente, una crisis económicas, una separación, el envejecimiento inevitable, y tantas otras circunstancias que nos confronta la vida.
No podemos negar que todas estas cosas nos afectan, y no es fácil aceptarlas como algo positivo y ventajoso en el desarrollo de nuestras vidas.
Hay personas que se rinden frente a ellas y caen en estados depresivos crónicos, o se esclavizan a vicios degradantes, como una forma de evadir su dura y cruda realidad.
Son las consecuencias de heredar un mundo caído del orden de Dios, donde sufrimos en lo individual, familiar y social, las consecuencias del quebrantamiento de las leyes establecidas divinamente para la vida; tanto en el plano espiritual, emocional, como físico. No podemos evitarlo, y es la forma en que Satanás el diablo nos somete, para destruirnos e impedir el maravilloso Propósito de Dios en nuestras vidas.
Pareciéramos condenados a esta dura realidad, pero en esperanza está escrito: "Así pues, ahora ninguna condenación hay para los que están unidos a Cristo Jesús"
Nacimos bajo condenación, y es duro aceptarlo, pero Dios nuestro Padre no nos ha abandonado, Él envió a su Hijo, para rectificar su diseño en los hombres y en su creación. Jesús vino a salvar lo que estaba perdido.
Jesús declaró: "El orden de Dios se ha acercado a vosotros, crean a esta Buena Noticia"
La venida de Jesús es la venida del reino de Dios, a fin de restaurar su bendición sobre los hombres, permitiéndonos disfrutar de su amor como hijos de Dios, y permitiéndonos ver como todas las circunstancias que nos toque vivir, en y a través de ellas, nos ayudan al cumplimiento de su Propósito, y nos permite ver la vida desde SU MIRADA.
UNA MIRADA DISTINTA, UNA MIRADA DIVINA
"Por tanto no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día, pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Así podemos entender que todas las circunstancias que nos suceden, por más duras que estas sean, son temporales, son pasajeras, por tanto pasarán, y no debemos desmayar frente a ellas.
Todas las cosas externas que nos suceden y golpean nuestra vida, procurarán desgastar nuestra realidad interior, más en Cristo y por la fe, ese hombre interior se renovará día a día, porque esa Vida procede de Dios, la cual es eterna e indestructible.
Esa Vida en Jesús soportó toda presión externa, toda injusticia, toda humillación y crucifixión, no pudieron destruirla, la muerte no la pudo retener. Jesús venció todas sus circunstancias, resucitó y nos ha dado su Vida, para que tú y yo podamos ser vencedores frente a nuestras circunstancias.
Son el medio que la vida nos ofrece para el desarrollo y crecimiento de nuestra fe, son el medio para producir en nosotros, un cada vez más excelente y eterno peso de gloria, porque aprendemos a caminar sobre esta tierra no mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven son temporales, y las cosas que no se ven son eternas.
Vivamos por las cosas que no se ven, vivamos por su Vida, ella no sufre desgaste, no se marchita, ni pueden ser destruida. Su Vida es eterna, y nunca nos defraudará.
"El cielo y la tierra pasarán, pero su Palabra no pasará" "Pon tus ojos en Jesús y sus promesas, es el autor y consumador de nuestra fe" "El justo por su fe vivirá"
"Jesús nos hizo renacer para una esperanza viva, por su resurrección, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para nosotros, que somos guardados por su poder mediante la fe"
Satanás el diablo tratará a través de tus circunstancias, manejar y someter tu vida, sometidos a Él podremos pararnos firmes y resistirle, permitamos que Jesús nos gobierne, Él nos liberó del engaño del maligno y quitó toda maldición.
Jesús no permitirá que seas probado con una carga mayor de la que puedes llevar, Él te dará la salida, y obtendrás un mayor peso de su gloria, si confías en Él como Job, te levantará del polvo y recompensará tu paciencia.
"Porque es necesaria la paciencia; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa, porque aun un poco, y el que ha de venir vendrá, y no tardará"
Recuerda, ninguna circunstancia es eterna, todas son temporales y momentáneas, y son un medio para tu crecimiento y madures.
No desmayes, no tengas temor, es solo un poco, renueva tu hombre interior por su Espíritu, porque Dios cumplirá su Propósito en ti.
martes, 22 de mayo de 2018
DIOS MUDA LOS TIEMPOS
DIOS MUDA LOS TIEMPOS "Una reflexión en el camino"
Por Guillermo Ávila
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” I Samuel 1:10
Estas palabras están expresadas en el comienzo del libro de Primera de Samuel, libro que tiene como protagonistas al profeta Samuel (los primeros siete capítulos) y el establecimiento de la monarquía en Israel con sus dos primeros reyes, el rey Saúl (capítulos 8 al 15) y el rey David (capítulos 16 al 31).
Desde aquel glorioso día, en que Israel cruzó el río Jordán en seco bajo el liderazgo de Josué, de la conquista sobrenatural de la ciudad de Jericó, y la posesión de aquella preciosa y abundante tierra prometida; Israel había gozado de la presencia, y bendición de Dios como nación.
Dios les había mudado los tiempos, habían pasado de la amargura de la esclavitud en Egipto, a un tiempo de libertad gloriosa, como el pueblo de Dios.
Permanecer en esa bendición estaba sujeto a la obediencia a sus mandamientos y no involucrarse con los dioses y costumbres de los pueblos paganos conquistados.
Desde aquellos gloriosos días habían pasado un poco más de trescientos años, y la desobediencia a la palabra de Dios les había llevado a la humillación, especialmente de parte de los filisteos, quienes se habían hecho fuertes, y ejercían dominio y abuso sobre la nación.
Como nación habían llegado a un tiempo de gran deterioro moral y espiritual, uno de los más considerables en su historia como nación, y de esta manera lo describiría el profeta Samuel:
"La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días,
No había visión, ni conocimiento de Jehová.
El sacerdocio era impío y se ejercía en forma corrupta e inmoral.
El sacerdocio, el tabernáculo y sus rituales estaban a punto de desaparecer.
En este tiempo, el Arca de Dios, que representaba el trono visible de la presencia de Dios sobre su pueblo, sería tomada por los filisteos, y permanecería con ellos como un simple mueble durante ochenta años, hasta los días de David, como rey de Israel.
La lámpara de Jehová estaba a punto de apagarse.
Era un tiempo de esterilidad e infructuosidad espiritual"
Eran tiempos similares a los nuestros, tiempos de apatía, de incredulidad y de rebeldía espiritual.
¿Es posible que los tiempos puedan ser mudados una vez más?
¿Es posible que Dios intervenga sobre una tan pobre realidad como nación?
¿Es posible que la condición moral y espiritual de una nación pueda ser mudada?
Consideremos la experiencia de Israel.
DIOS BUSCA UN CORAZÓN PIADOSO.
“Dios recorre la tierra, Dios busca un corazón piadoso dispuesto para él, para despertar su poder y no destruir su heredad sobre esta tierra”
Un corazón piadoso estará dispuesto a humillarse, y a buscar el rostro de Dios en medio de su adversidad.
Un corazón piadoso reconocerá e interpretará en su condición adversa, la soberana y misericordiosa mano de Dios.
Un corazón piadoso estará dispuesto a asumir la condición espiritual de su vida, de su familia y de su pueblo.
Un corazón piadoso estará dispuesto a obedecer a Dios, por sobre su voluntad.
Un corazón piadoso como el de Jesús, quién estuvo dispuesto a cargar sobre si mismo el pecado de todos los hombres, entregando su vida en una cruz, para mudar los tiempos sobre la tierra y traer buenas nuevas de Salvación.
Como el corazón piadoso de Ana, una mujer sencilla, como muchas mujeres golpeada y humillada por la adversidades de la vida.
Como el corazón de Ana, una mujer sufrida, pero con un corazón temeroso de Dios.
La vida de Ana era el fiel reflejo de la condición de la nación de Isreal, estéril, sin frutos, y bajo una permanente humillación filistea.
Ana tomará su vergüenza y humillación, como un condición que le ofrece la vida para postrarse delante de su Dios, buscando refugio y consolación en sus brazos de amor.
Así lo decribe nuestro texto:
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”.
Ana se negó a consumir alimentos en su humillación, como una mujer quebrantada de espíritu buscó a Dios, no fue un día, no fue un mes, fueron años de quebrantamiento a los pies de su Señor.
Solo un corazón piadoso transformará su queja en oración, y afligirá su corazón delante de Dios.
Ana oraba:
“Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida”
Ana representa a esa iglesia piadosa, que en su vergüenza y humillación ora y gime abundantemente, para que Dios intervenga y mude su condición, ofrendando al igual que Ana su fruto, al servicio del Señor.
Como está escrito:
"Invócame en el día de tu angustia, te salvaré y tú me honrarás"
Ana aprendió a orar como Jesús enseñó a orar a sus discípulos, por sobre su necesidad, la necesidad de Dios. Es la oración que muda los tiempos a favor de Dios, que hace nacer la esperanza sobre esta tierra, que busca su reino y su justicia, su intervención sobre la realidad de los hombres.
Ana entendió, como entendió el apóstol Pedro después de su fracaso, al cortar la oreja del siervo del sacerdote frente al arresto de Jesús, y sufrir una noche amarga por negar al Señor, que no sería su iniciativa la que vengaría el agravio a la obra de Dios.
Solo en un corazón contrito y humillado, que busca la intervención de Dios sobre esta tierra, traerá el derramamiento de su Espíritu, que mudará los tiempos sobre los hombres.
Es la oración eficaz de los justos sobre esta tierra, como la oración del profeta Elias, que siendo un hombre con pasiones semejantes a las nuestras, oró fervientemente, para que Dios mudara los tiempos sobre su nación, inclinando a Dios el corazón de su pueblo.
Esa fue la oración eficaz de Ana, que daría a luz la esperanza de Dios sobre esta tierra, un hijo (Samuel) que restauraría la palabra profética, el sacerdocio, la visión, la presencia, y el gobierno de Dios sobre su pueblo (Rey David).
Dios muda los tiempos.
Sólo así declinarán los gobiernos humanos, y el Señor volverá a ocupar su lugar y preeminencia sobre su Casa y sobre las naciones.
Amigos y hermanos:
“No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová.
Y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder.
Jehová mata y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir.
Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.
Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentar con príncipes y heredar un sitio de honor”
Dios exaltará al humilde con la salvación"
No hay tiempo para quejarnos, ni para buscar otra explicación a nuestra pobre realidad.
Es un tiempo propicio para humillarnos delante de Dios y buscar su rostro, porque solo Dios muda los tiempos.
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”
Y Dios mudó e hizo nacer un nuevo tiempo sobre su vida y sobre su pueblo.
Dios mudará mudará también tus tiempos.
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” I Samuel 1:10
Estas palabras están expresadas en el comienzo del libro de Primera de Samuel, libro que tiene como protagonistas al profeta Samuel (los primeros siete capítulos) y el establecimiento de la monarquía en Israel con sus dos primeros reyes, el rey Saúl (capítulos 8 al 15) y el rey David (capítulos 16 al 31).
Desde aquel glorioso día, en que Israel cruzó el río Jordán en seco bajo el liderazgo de Josué, de la conquista sobrenatural de la ciudad de Jericó, y la posesión de aquella preciosa y abundante tierra prometida; Israel había gozado de la presencia, y bendición de Dios como nación.
Dios les había mudado los tiempos, habían pasado de la amargura de la esclavitud en Egipto, a un tiempo de libertad gloriosa, como el pueblo de Dios.
Permanecer en esa bendición estaba sujeto a la obediencia a sus mandamientos y no involucrarse con los dioses y costumbres de los pueblos paganos conquistados.
Desde aquellos gloriosos días habían pasado un poco más de trescientos años, y la desobediencia a la palabra de Dios les había llevado a la humillación, especialmente de parte de los filisteos, quienes se habían hecho fuertes, y ejercían dominio y abuso sobre la nación.
Como nación habían llegado a un tiempo de gran deterioro moral y espiritual, uno de los más considerables en su historia como nación, y de esta manera lo describiría el profeta Samuel:
"La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días,
No había visión, ni conocimiento de Jehová.
El sacerdocio era impío y se ejercía en forma corrupta e inmoral.
El sacerdocio, el tabernáculo y sus rituales estaban a punto de desaparecer.
En este tiempo, el Arca de Dios, que representaba el trono visible de la presencia de Dios sobre su pueblo, sería tomada por los filisteos, y permanecería con ellos como un simple mueble durante ochenta años, hasta los días de David, como rey de Israel.
La lámpara de Jehová estaba a punto de apagarse.
Era un tiempo de esterilidad e infructuosidad espiritual"
Eran tiempos similares a los nuestros, tiempos de apatía, de incredulidad y de rebeldía espiritual.
¿Es posible que los tiempos puedan ser mudados una vez más?
¿Es posible que Dios intervenga sobre una tan pobre realidad como nación?
¿Es posible que la condición moral y espiritual de una nación pueda ser mudada?
Consideremos la experiencia de Israel.
DIOS BUSCA UN CORAZÓN PIADOSO.
“Dios recorre la tierra, Dios busca un corazón piadoso dispuesto para él, para despertar su poder y no destruir su heredad sobre esta tierra”
Un corazón piadoso estará dispuesto a humillarse, y a buscar el rostro de Dios en medio de su adversidad.
Un corazón piadoso reconocerá e interpretará en su condición adversa, la soberana y misericordiosa mano de Dios.
Un corazón piadoso estará dispuesto a asumir la condición espiritual de su vida, de su familia y de su pueblo.
Un corazón piadoso estará dispuesto a obedecer a Dios, por sobre su voluntad.
Un corazón piadoso como el de Jesús, quién estuvo dispuesto a cargar sobre si mismo el pecado de todos los hombres, entregando su vida en una cruz, para mudar los tiempos sobre la tierra y traer buenas nuevas de Salvación.
Como el corazón piadoso de Ana, una mujer sencilla, como muchas mujeres golpeada y humillada por la adversidades de la vida.
Como el corazón de Ana, una mujer sufrida, pero con un corazón temeroso de Dios.
La vida de Ana era el fiel reflejo de la condición de la nación de Isreal, estéril, sin frutos, y bajo una permanente humillación filistea.
Ana tomará su vergüenza y humillación, como un condición que le ofrece la vida para postrarse delante de su Dios, buscando refugio y consolación en sus brazos de amor.
Así lo decribe nuestro texto:
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”.
Ana se negó a consumir alimentos en su humillación, como una mujer quebrantada de espíritu buscó a Dios, no fue un día, no fue un mes, fueron años de quebrantamiento a los pies de su Señor.
Solo un corazón piadoso transformará su queja en oración, y afligirá su corazón delante de Dios.
Ana oraba:
“Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida”
Ana representa a esa iglesia piadosa, que en su vergüenza y humillación ora y gime abundantemente, para que Dios intervenga y mude su condición, ofrendando al igual que Ana su fruto, al servicio del Señor.
Como está escrito:
"Invócame en el día de tu angustia, te salvaré y tú me honrarás"
Ana aprendió a orar como Jesús enseñó a orar a sus discípulos, por sobre su necesidad, la necesidad de Dios. Es la oración que muda los tiempos a favor de Dios, que hace nacer la esperanza sobre esta tierra, que busca su reino y su justicia, su intervención sobre la realidad de los hombres.
Ana entendió, como entendió el apóstol Pedro después de su fracaso, al cortar la oreja del siervo del sacerdote frente al arresto de Jesús, y sufrir una noche amarga por negar al Señor, que no sería su iniciativa la que vengaría el agravio a la obra de Dios.
Solo en un corazón contrito y humillado, que busca la intervención de Dios sobre esta tierra, traerá el derramamiento de su Espíritu, que mudará los tiempos sobre los hombres.
Es la oración eficaz de los justos sobre esta tierra, como la oración del profeta Elias, que siendo un hombre con pasiones semejantes a las nuestras, oró fervientemente, para que Dios mudara los tiempos sobre su nación, inclinando a Dios el corazón de su pueblo.
Esa fue la oración eficaz de Ana, que daría a luz la esperanza de Dios sobre esta tierra, un hijo (Samuel) que restauraría la palabra profética, el sacerdocio, la visión, la presencia, y el gobierno de Dios sobre su pueblo (Rey David).
Dios muda los tiempos.
Sólo así declinarán los gobiernos humanos, y el Señor volverá a ocupar su lugar y preeminencia sobre su Casa y sobre las naciones.
Amigos y hermanos:
“No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová.
Y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder.
Jehová mata y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir.
Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.
Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentar con príncipes y heredar un sitio de honor”
Dios exaltará al humilde con la salvación"
No hay tiempo para quejarnos, ni para buscar otra explicación a nuestra pobre realidad.
Es un tiempo propicio para humillarnos delante de Dios y buscar su rostro, porque solo Dios muda los tiempos.
“Ana, con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”
Y Dios mudó e hizo nacer un nuevo tiempo sobre su vida y sobre su pueblo.
Dios mudará mudará también tus tiempos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)