lunes, 10 de octubre de 2011

ENAMORAMIENTO

ENAMORAMIENTO  ¿Una puerta hacia el infierno?
Por Guillermo Ávila




"Huye también de las pasiones juveniles" 2 Timoteo 2:22

A la primera lectura de esta reflexión  deja la impresión de un título fuerte "ENAMORAMIENTO ¿UNA PUERTA HACIA EL INFIERNO?"

Más de alguno estará pensando, que la única causal para irse al infierno es NO CREER en el Hijo de Dios y en su sacrificio en la cruz por todos los hombres, pero si somos honestos, y nos detenemos a observar  nuestra sociedad, nos daremos cuenta que para muchos,  "Un enamoramiento" se transformó en un tobogán en su vida, que lo llevó a las mismas puertas del infierno, del sufrimiento, de la frustración, de la depresión, de la angustia, de la adicción o lo peor, a las puertas de un suicidio.

UN INFIERNO SOBRE ESTA TIERRA

No debemos confundirnos, "Enamoramiento" y "amor" no son sinónimos.

El amor proviene de Dios, y es una de las mayores necesidades del ser humano, fuimos creados por amor, para amar, y ser amados.
El amor es una virtud divina. básica, para la el desarrollo de la vida humana.

El "ENAMORAMIENTO" es una pasión incontrolable, que brota de nuestra carne contaminada por el pecado, y que Satanás usará para destruirnos, e impedir que alcancemos el cumplimiento del Propósito maravilloso de Dios, para el matrimonio y la formación de una familia.

El "ENAMORAMIENTO" es una especie de "engaño" de nuestra naturaleza caída, es un estado de "ilusión”, de "fascinación", es como un "hechizo" que sólo nos permite ver lo que nos gusta y nos  atrae del otro, es posesivo, es egoísta,  y nos hace ver a la otra persona casi perfecta,  idealizándola tanto  que perdemos toda objetividad en nuestra relación con ella.

Por esta pasión somos capaces de perdonar ciegamente  todo, soportarlo todo, aún el engaño, la violencia, el abuso  y el mal trato.

Esta pasión, no es más que una expresión egocéntrica de nuestro corazón, es un hechizo infernal, que nos ciega a la autoridad de Dios, a la autoridad y cobertura de nuestros padres, y a la autoridad de la iglesia.

¡CUIDADO!

Nuestro corazón, no es garantía en sí mismo de lo correcto de nuestras emociones, puede ser tremendamente engañoso y perverso, y puede llevarnos a las puertas mismas del infierno.

Por esta causa, las Escrituras enfatizan a través del apóstol Pablo, al joven Timoteo: "¡Huid! ¡Huid! en referencia a  estas pasiones juveniles"
No recomienda intentar dominar esta pasión, porque puede resultar incontrolable, es claro y enfático: ¡HUID ¡HUID! de estas pasiones juveniles,  si estás a tiempo, huye de ellas.

Esta pasión, puede ser como una flecha venenosa que puede atravesar tu corazón, aturdirte, y dejarte en un estado donde no tendrás reacción, y no podrás medir  sus consecuencias.

Nos puede enredar en una relación indebida, inadecuada, que nos pondrá en contra de nuestros padres, y de todo tipo de autoridad que pretenda intervenir en ella.

Lamentablemente sus síntomas mortales, no se harán notar a un corto plazo, lo que lo hace más peligroso y dañino.

Quienes hemos vivido algunos años, hemos podido ver el dolor, el sufrimiento, las frustraciones de hombres y mujeres que fueron infectados en su juventud, por este virus mortal aun siendo creyentes, han llegado a morder con los años el fracaso de sus decisiones, han sufrido las consecuencias emocionales y espirituales sobre sus vidas, afectando irremediablemente a los hijos y a su descendencia.

Dios nuestro Padre,  nos creó con un Propósito glorioso de amor y bendición, y desea para ti el bien, y que conformes una familia estable, en un contexto de verdadero amor, armonía y de fe.

¿Por qué optar por la muerte y la maldición?

¿Por qué optar por el sufrimiento y la desilusión?

¿Por qué hipotecar nuestro futuro, en las manos de un corazón infectado por la herencia del pecado, que no sabe discernir lo que es correcto, lo mejor, y más conveniente para nuestra vida?

Cuidemos nuestro corazón, porque: “Engañoso es el corazón, y perverso, mas que todas las cosas” pero  tienes delante de ti un fundamento sólido: “Mayor que nuestro corazón es Dios”

No nos engañemos, no dejemos que los deseos y la pasión de nuestro corazón, gobiernen nuestra vida. Jesucristo es, y debe ser, el Señor de nuestra vida.

¿Cómo puedo discernir, si es correcta la actitud de mi corazón?
¿Cómo puedo discernir, que no es esta pasión, "enamoramiento" la que gobierna mi vida?

Te invito a hacer el siguiente ejercicio, y responder estas preguntas con honestidad:

1.- ¿Has considerado al Señor y su Palabra, en los deseos de tu corazón?
2.- ¿Has considerado sujetar tu corazón, al consejo y experiencia de tus padres que te aman?
3.- ¿Has considerado buscar el consejo de personas maduras, y espirituales en tus decisiones, si no cuentas con el apoyo de tus padres?
4.- ¿Sujetarías "tus sentimientos" a una Pacto, o Compromiso delante de Dios, con el fin de establecer una familia que honre su Propósito sobre esta tierra, o solo piensas en tu propio y egoísta placer?

Recuerda, que los primeros síntomas  de esta "Pasión" es  NO aceptar consejo alguno, y RESISTIR  todo tipo de autoridad. La obstinación, forma parte de esta pasión.

Si tu respuesta es NO, a estas preguntas, y no estás dispuesto a cambiar de actitud, debes aceptarlo,  estás bajo el "Hechizo del Enamoramiento" y estás a las puertas del infierno en tu vida.

Y esta reflexión, es una advertencia de amor de parte de Dios, antes que sea demasiado tarde.

Te invito a considerar estos testimonios dejados por Dios, para nuestro provecho:

¿No fue esta pasión, la que cegó a Sansón, frente a Dalila, y lo llevó a la vergüenza, humillación pública,  y a una muerte prematura bajo los filisteos?

¿No fue esta pasión, la que llevó al rey Acab, a casarse con Jezabel, trayendo muerte, desastre moral y económico sobre su pueblo Israel?

¿No fue esta pasión, la que llevó al rey David, frente a Betsabé, a sufrir la más grande confusión en su vida, a mentir, a engañar y cometer homicidio, por tomar la mujer de su prójimo?
¿Cuánta tragedia y dolor trajo sobre su vida, sobre su casa, y sobre su pueblo?

¿No fue esta pasión, la que llevó al primogénito del rey David, Amnón, a desear y a violar a Tamar su hermanastra, generando un conflicto familiar, perder la herencia al trono del reino de Israel, y muriendo prematuramente, asesinado por su hermano Absalón?

¿No fue esta pasión, que llevó “al sabio” Salomón, a inclinar el corazón de su pueblo a la idolatría, y traer una terrible división sobre su reino?

AMIGO(a) y HERMANO(a):

No es cosa menor, para no considerar.

¿Por qué no poner el  corazón en las manos de Jesús, y permitir que Él lo moldee para hacer venir  su bendición sobre tu vida?
¿Por qué no aprender de Jesús, quien fue manso y humilde de corazón, y así traer su presencia, y su bendición sobre tu vida?

El te ama, y desea lo mejor para tu vida, lo demostró, al morir por ti en una Cruz.
No hay otra demostración más grande de amor.
El verdadero amor es más que un sentimiento, es la capacidad de decidir correctamente en la vida, es la capacidad de negarse a si mismo, esperar y sufrir por el verdadero bien del otro.

El quiere salvarte de esta maldición, y derramar su verdadero amor en tu corazón, para que al seguir  sus pisadas honrando a  tus padres, a quienes Dios ha puesto por autoridad, y cobertura de amor sobre ti para tu formación, para que puedas crecer, creer y confiar en la madures, y consejo mayor, que un día te unirá a quién será tu cónyuge, para establecer una relación que honre a Dios tu Padre, que los honre a ellos, y a quienes te aman, y desean lo mejor para ti.

No entregues tu corazón a una "pasión" que solo te traerá dolor, entrega tu corazón al verdadero "amor",  que se llama Jesús, el Señor.

Declara conmigo: Ven Jesús, ¡sálvame! y gobierna mi corazón.

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